Mucho en común entre la película que nos ocupa y la que da título a la crítica: historias de amor llevadas a sus extremos más delirantes, masoquismo enmascarado de pasión, sentimientos de culpa y desgarro, de entrega total al otro... Sin embargo, Polanski se muestra mucho más cáustico y cínico que Lars von Trier, prescindiendo de cualquier romanticismo mártir; en esta cinta, las relaciones de pareja, aún las más aparentemente anodinas y aburridas, se muestran como una batalla cruenta en la que el objetivo es la derrota total del oponente.

La siniestra concepción del amor que el director plasma en su película, donde el odio, la dependencia física y espiritual, la venganza y la humillación se confunden con la pasión, resulta tan atrayente como inquietante, y quedamos tan irremediablemente subyugados como el personaje de Hugh Grant, incapaces de escapar de la voz hipnótica y del escalofriante y sensual relato de un magnífico Peter Coyote, delirante maestro de ceremonias de este cuento cruel.

Por encima de pacatas consideraciones morales, no se puede negar que el director sabe cómo sacudir nuestras conciencias y nuestra líbido; extremista, provocativa y mordaz, "Lunas de hiel" no es una cinta apta para públicos mogigatos y susceptibles, y, aunque peca de un exceso de pretenciosidad, es imposible mantenerse indiferente ante el torrente sexual y sentimental que se nos muestra.

Una película para ver con la mente y las piernas abiertas.

Un film extremadamente realista. Digo extremadamente porque, a pesar de ser completamente realista, va hiriendo perspicazmente el alma, in crescendo, poquito a poco, desde que empieza a cuando acaba.

Película plenamente recomendable para una persona adulta y con juicio crítico, sobre todo porque el director nos obliga a tomar partido persistentemente a favor del marido perverso.
Escribo esta crítica sobre todo por el mal cuerpo que te deja esta película tras verla.

Me identifico plenamente con la crítica de vircenguetorix, sobre todo en que esta película y en general el cine del genial Roman Polanski tiene dos características bastante "malsanas" (no las definiría como perversas), una cinematográfica y otra moral y en este último hay un problema fundamental que NO SE HA TRATADO que es el tema principal de la manipulación, que es peor de el tema de la perversión: ¿ cómo conseguir que una persona pierda su dignidad voluntariamente?

Curiosamente, esta trama tiene mucho que ver con otra película Las afinidades electivas (basada en la novela de Goethe) donde no hay manipulación pero los personajes acaban mal y no tiene ese tono perturbador que sí tiene esta película.

No puedo resistirlo. Es uno de los peores films que he visto ultimamente. No la vi en su momento, pero debería haberla dejado sin ver. Despues de "La Venus de las Pieles", pensé que merecería la pena. Pero el material del que parte Polanski es malo y el guión es peor. Porque si hay algo ridíiculo es asomarse a los abismos de la naturaleza humana y quedarse en la palancana. Por favor... ni el renombre de Polanski (tiene películas muy malas y otras buenas) ni la pretendida profundidad del fondo de armario del Sr. Polanski, se aproxima a los "abismos de pasión", del corazón en las tinieblas del inconsciente. A las almas que quieran entrar en esos agujeros negros les recomiendo "Los 120 dias de Sodoma" de Passolini o la lectura de las obras de Bataille, incluso las incursiones de Pierre de Mandiargues en sus magníficos relatos.Es aburrida, pecado imperdonable, pretenciosa y patética. Hoy en dia, ni en su momento, provoca nada mas que el sentido del ridículo. El reparto es infumable, inadecuado y deambulan con mas pena que gloria. Seigner es muy mala actriz y si no fuera por el siempre brillante Peter Coyote, sería todavía más patética. Mucha mención fotográfica a Henry Miller.. pero por favor ya nadie lo lee y sigue siendo magnífico incluso en su demesura, ahora la modernidad lee "Las 50 sombras..."de la que pronto tendremos sobreabundancia de publicidad ante su estreno fílmico.De antemano les aseguro que será igual de estúpida que la novela. Lean a Miller, a Bataille a Klosowsky...pero no digan que Polanski se adentra en las profundidades de la sexualidad. La lluvia dorada es una cosa y mear fuera del tiesto es otra.

Esta es una película a la que no le falta de nada: amor, pasión, odio, celos, venganza, morbo, obsesiones.... lo tiene todo. Ambientada en dos escenarios inmejorables: París y un barco en crucero hacia la India.
Banda sonora de la época, muy apropiada.
Una película de contrastes, una película inolvidable.
No le dejará indiferente.