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Rambo II

Acción. Aventuras Rambo es excarcelado y enviado de vuelta al Vietnam con una nueva misión: averiguar el paradero de unos soldados norteamericanos desaparecidos. Tras saltar en paracaídas en la jungla, portando únicamente un cuchillo y un arco con flechas, se le dice que no ataque al enemigo y que sólo haga fotografías de reconocimiento. Pero el plan no saldrá como estaba previsto... (FILMAFFINITY)
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2
1 de noviembre de 2024 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alcalde, todos somos contingentes, pero tú eres necesario.
Una vez más se repite la tesis individualista antisistema, sea, USA es un país de grandes individuos echado a perder por unas élites corruptas y miserables, cobardes y traicioneras, y unas masas aleladas e inertes, me suena, España, camisa blanca de mi tristeza, que solo piensan en el dinero, en el vellocino de oro y a los que les dan igual las personas, vendepatrias. Algunos hombres buenos frente a burócratas mentirosos medrosos o hipócritas fariseos.
Y, claro, por supuesto, que también, la tecnología, el progreso, el maquinismo, los ordenadores, todo eso es una puta mierda que en verdad solo nos atrasa y empequeñece, nos atora y entontece, hay que volver a los orígenes, al paleolítico, por lo menos, a lo que nos hace o hizo fuertes en el alba de la humanidad, a la disciplina y la capacidad de sufrimiento, a la abnegación y el sacrificio, al amor a la naturaleza y la vida libre, Thoreau y Whitman, a los ideales altruistas y patrióticos, al poder de la mente y el cuerpo frente a la despersonalización inhumana futurista al servicio del poder más abyecto inepto.
El caso es que la película está (o iba) bien hasta que llegan las torturas (el fetiche sexual, su parafilia preferida de entre muchas o muchísimas otras, ay los cuchillos, el masoquismo le excita, empalma, y/o endurece, le fortalece y eleva, le mejora y engrandece, le relaja y da alas, a las pruebas más evidentes en este caso me remito), luz, más luz, dame, que es lo que les jode, de ahí viene o proviene la famosa frase o expresión de necesito recargar las pilas, sí, amigos, de esta película, sin duda, de nada) y luego ya son solo fantasmadas, sigue y suma, un encadenado infinito de chorradas e imposibles que avergüenzan al más pintado, cerrado bochorno ese matarile lleno de tanta matufia e idiocia que asola, estupidez a espuertas, ese calvario/abismo/de muertes reguero (genocidio, eso es lo que es, un genocida, que lo juzgue el tribunal de la Haya que para eso está, se supone, o que se haga cargo el rey Baltasar) tan tonto.
Lo que plantea la película es que el (craso) error que cometieron los gringos, no aprenden, o yanquis en Vietnam no fue otro que el de mandar tropas y armamento, gerifaltes y equipamiento, chupapollas y cagones, todo se hubiera solucionado, en un periquete o de un plumazo, visto y no visto, hubiera ido como la seda si hubiese ido Rambo solamente, a pelo, a tomar por culo, yo me lo guiso, yo me lo como, hubiera durado la broma, de mal gusto, de ese modo, apenas tres o cuatro días mal contados la contienda y al quinto o sexto los pobres vietnamitas se hubieran rendido abrumados, hubiesen sacado la bandera blanca, hubiesen fumado la pipa de la paz, basta ya, no podemos más, esto tiene que parar, compasión, piedad, de hinojos nos ponemos, hincamos la rodilla en el suelo (pero claro, allá, igual que acá, lo peor de cada casa, los eligen a posta, piensan con el culo, en verdad no saben lo que es eso, actúan como autómatas, zombies sedientos de sangre, mutantes a por el oro y la vileza), y al séptimo todos tan ricamente hubieran o hubiesen descansado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Sí, claramente, el mejor momento es el del (Historia de un) beso, lo cortés no quita lo apasionado o enamorado, en el amor y en la guerra todo vale o cabe, cualquier trinchera es agujero ¿o era al contrario? De aquí surgió (además del espía y el frío) la película de Oliver Stone El cielo y la tierra o El año que vivimos peligrosamente o Los gritos del silencio, aproximadamente.
Por otra parte, el final es o supone una gran estafa, te habían, nos habían, puesto el caramelito en la boca con la promesa que había hecho Rambo de matar al (¿el arcángel o querubín Gabriel ojalá?) rufián (grandísimo actor) ese del gobierno y... no, si ni Johnny (cogió su fusil) ya tiene palabra (si ni de Dios o la santa madre Iglesia con todos sus santos te puedes fiar ya, corre, apaga y vámonos, baja la persiana, otra marca de la bestia, el fin de los tiempos, las señales son o eran palpables a la par que palatables, y tan tóxicas, tremendas, terribles), qué más nos dará todo lo demás, nos venimos abajo sin miramientos, nos desmoronamos, de naipes castillo, qué gran decepción o de responsabilidades dejación, qué espantoso error, qué vergonzosa negligencia, qué cojonazos o pachorra, quién lo diría, ha acabado por convertirse en otro cutre político más, lo que nos faltaba, éramos pocos y parió la bisabuela, por cesárea, que dice una cosa un día y al siguiente que las circunstancias han cambiado, asco, a la mierda (cuando matarlo era esencial y absolutamente bueno y neceario desde todo punto de vista, estético o ético, y tan, también, estético, grano muerto que cae al suelo da mucho fruto, abono, estiercol, qué pufo).
Ah, Cobra Kai, ese actor, jajaja.
Ahí me colé y en tu fiesta me planté, Coca-Cola para todos y algo de comer. Mucha niña mona pero ninguna sola, luces de colores, lo pasé bien.
Sí, Rambo es el hijo secreto, su bastardito, eslabón perdido, de Unabomber, lo que uno sabía de matemáticas, el otro... lo mismo, o parecido.
7
6 de octubre de 2010
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mi juicio la mejor de las 4. Muestra la parte más emocional y psicológica de Rambo (qué es lo que quiere). Se mete en Vietnam en una operación de rescate sin contar con ayuda oficial. Quiere ganar la guerra pero las autoridades le han abandonado y él lucha por sobrevivir.
Además por única vez se ve un ligero enamoramiento de Rambo con una chica vietnamita que quiere ir a América.
3
24 de julio de 2017
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay algo que me jode de los '80 (bueno, y de los '90, y de la actualidad) es que cuando una película de acción tenía éxito los productores de Hollywood creaban una saga y no paraban de tirar del hilo hasta ir degenerándola más y más.
Estamos ante uno de esos claros ejemplos.

A ver, no había ninguna puta necesidad de hacer una secuela de "Acorralado". ¿Pero por qué? Por dinero, punto (hizo, y en cantidades). Y fue esa secuela y la posterior tercera parte la que hicieron que el personaje de John Rambo fuera tan mal visto y relegado por siempre a ser ese tío que iba con una metralleta, un arco, un cuchillo y una cinta roja atada a la frente por la jungla o por la selva, matando a quien fuera. Qué poca vista tuvieron los productores y sobre todo Stallone.
La película que se basaba en la novela de David Morrell y que dirigió Ted Kotcheff no presentaba solamente a una máquina de matar llamada Rambo, qué cojones. Rambo era mostrado como un hombre solitario, abandonado, tachado de asesino por la gente de su propio país tras volver de Vietnam. Si tuvo que volver a coger las armas fue para defenderse de aquellos que le persiguieron como un animal, porque era la única manera de que le escuchasen de una vez por todas. Su voz era la de esos hombres que pelearon en nombre de una patria que luego les acabaría condenando a ojos cerrados.

Ese mensaje reaccionario y esa crítica antimilitarista era la esencia verdadera del film del '82, aunque estuviese disfrazado de película de acción con muchos tiros y violencia. Todo eso se va por la borda en esta patraña, igual de reaccionaria también pero mediocre hasta rabiar, concebida por James Cameron, Kevin Jarre y el propio Stallone. Nada, ahora vemos cómo el ex-boina verde está en prisión por las barbaridades que hizo en Hope y por dejar sin piernas al sheriff del lugar tres años antes, pero es sacado de allí por su inseparable Coronel Trautman para cumplir una misión así porque sí: rescatar prisioneros de guerra que aún siguen retenidos en Vietnam. Toma castaña; la verdad es que tuvieron narices al llevar esta historia a cabo para el cine, ya que el tema de los cautivos norteamericanos en aquellas lejanas tierras era un asunto turbio a mitad de los '80.
Bueno, pues allá que va el pobre de John, tirándose en paracaídas y liando la de Jesucristo bendito en los campamentos vietnamitas poblados por unos soldados con muy malas pulgas y dispuestos a dejar como un colador a cualquier yanqui que asome la jeta por allí. Pero eso no es lo más preocupante, además ahora le han puesto a una compañera tailandesa, Co-Bao (seguro que fue cosa de Cameron), que de poco sirve...de acuerdo, le salva la vida, hasta consigue enamorar al forzudo y darle un beso (pero las mujeres le duran a Rambo tanto como a Plissken, así que todos sabemos que ella va a morir y que él la vengará).

Vaya tela el de este personaje, encarnado por una Julia Nickson que manejará bien la metralleta y estará más buena que el pan, pero que suelta sus frases (sobre todo las dramáticas) de una forma ridícula como pocas veces he visto y con una muerte que está entre las más penosas de la Historia del cine. Yo estaba deseando que la mataran cuanto antes, pero la tía duraba, ¿eh? Richard Crenna tampoco se esfuerza mucho por repetir como Trautman, con estar y decir lo bueno que es su hombre le basta, y el Murdock que interpreta Charles Napier, un habitual de la serie "B" (el Harry de "Cherry, Harry y Rachel"), ni por casualidad está a la altura del cabrón del sheriff al que daba vida Brian Dennehy.
Dirige como puede George Cosmatos, que volvería a trabajar un año después con Stallone en "Cobra", y que se centra sobre todo en una cosa: acción y espectáculo. Porque en eso la película no decepcionará. Los que vayan buscando acción se lo pasarán en grande entre cientos de explosiones, tiros a mansalva y cadáveres apilados en el barro. Pero ya está, de ahí no pasa este subproducto para lucimiento exclusivo de los bíceps del héroe, aunque por supuesto le de tiempo a soltar su frase final con el único propósito de hacer que los más patriotas se levanten y le aplaudan (hubo quienes lo hicieron en los cines en aquel entonces).

Lo dicho, el que vemos aquí no es el John Rambo original, es su variante "exploitation" y más fantasma. Y por culpa de ella el personaje se iría a la mierda.
Pero todavía quedaba la tercera...que Dios nos coja confesados.
6
2 de febrero de 2010 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
John Rambo (Sylvester Stallone) está en una cárcel federal por los delitos cometidos en la primera parte de la saga, pero le ofrecen la libertad a cambio de cumplir con una arriesgada misión.

Esta es la siguiente: entrar ilegalmente a Vietnam con tan solo su cuchillo y un arco con flechas, comprobar si quedan prisioneros de guerra estadounidenses y fotografiar el terreno sin enfrentarse al enemigo.

Con esta misión Rambo demostrará que aún quedan prisioneros de guerra en poder de los militares de Vietnam y así el gobierno estadounidense negociar su libertad.

Pero las cosas no salieron como estaban previstas y se ve en la obligación de cambiar los planes y será él quien tome el mando de la situación.

La trama del film, diferente a la primera parte, no es tratar de cazar a un desajustado boina verde, aquí tiene luz verde para desatar un infierno sobre una aldea de militares vietnamitas con tal de liberar a los rehenes estadounidenses de la guerra de Vietnam.

En el film sobresalen espectaculares secuencias de acción con un buen montaje, excelente banda sonora, bellos parajes exóticos, efectos sonoros de primera línea y unos muy particulares ataques sigilosos a base del camuflaje.

La película tuvo un presupuesto $44 millones y generó por venta de taquillas la cantidad de $300,4 millones, más $78,9 millones por la venta de alquiler en los videoclubes, además recibió 10 nominaciones a diferentes premios y/o festivales de cine, incluyendo un Oscar por mejores efectos especiales.

En una ocasión le preguntaron al cineasta francés Roman Polanski acerca del éxito de “Rambo: First Blood Part II” y este respondió: “la fuerza visual de sus imágenes compensa la debilidad de su guión”.
6
20 de abril de 2010 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aceptable y vistosa secuela de la ya mítica "Acorralado", dirigida por un especialista en el cine de acción con algún título interesante a sus espaldas.

Este filme es uno de tantos que los productores Mario Kassar y Andrew Vajna nos brindaron en la década de los '80, repitiendo las máximas que proliferaron en todas sus producciones: cintas de acción explosiva con guiones facilones, destinadas a un público mayoritariamente juvenil. Este "Rambo 2" no es más que eso: escenas vistosas de acción a raudales correctamente acabadas y con un trasfondo patriótico evidente, fruto de la guerra fría y de un sentimiento de "venganza" por los soldados norteamericanos desaparecidos en la infame guerra de Vietnam.

Y, por muchas críticas negativas que reciba, Stallone se le ve cómodo en su papel porque le sienta como un guante. No creo que nadie espere una actuación de Oscar para un papel así.

Cabe destacar por último la acertada banda sonora del desaparecido Jerry Goldsmith, otro grande del cine, como único elemento sobresaliente de una producción que cumple con creces su principal cometido: entretener.

Y a fe mía que lo consigue.
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