Rings
2017 

3.6
3,491
Terror. Thriller
Una joven mujer se preocupa por su novio cuando él decide explorar una oscura subcultura cuyo centro de atención es una misteriosa cinta de video que, aparentemente, mata al observador siete días después de que éste la ha visto. La joven se sacrifica para salvar a su novio y al mismo tiempo hace un terrible descubrimiento: hay una "película dentro de la película" que nadie ha visto antes.
9 de septiembre de 2017
9 de septiembre de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dá bronca que hagan éstas cosas con los clásicos. Al menos para mi, La Llamada ( la original) es un clásico. Qué lindo hubiera sido si lo terminaban así, con aquél final perfecto. Con esa actuación descomunal de Naomi Watts, con esa dirección que cambió todos los parámetros de Hollywood, en su momento. Pero no. No se conforman con hacer una dos. Si no que hacen una tres. Que no aporta nada. Hay que admitir , ya analizando la tercera parte, que te genera intriga la vuelta de tuerca que dan a los 40 minutos de empezada. Porque la cosa venía mal, mal, ya estaba a punto de sacarla. Me contuve y pareció que la cosa había mejorado notablemente. Hasta que llegan los 20 finales y empezás a darte cuenta que el saldo va a ser negativo. Y así es. Porque pretende ser la uno, porque pretende ser una película de terror "inteligente", porque las actuaciones no son dignas de continuar a Naomi Watts.La dirección es correcta, pero también, quiere ser Verbinski (Quien no hizo películas muy buenas, pero la dirección es siempre de buena para arriba). Y el director no lo es. En fin. Mi recomendación es que vean la original. Ésta clase de películas no es más que relleno para el cable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Otra de terror que deja la puerta abierta a seguir con algo que no dá para más.
10 de marzo de 2018
10 de marzo de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sabía que había una tercera entrega de la señal, a pesar de que es del año pasado, hasta hoy no es que me enteré que la habían sacado.
Tercera entrega de una saga que desde mi punto de vista no tiene mucho futuro.
Hace ya unos cuantos años desde que salió aquella película en la que veíamos a Sadako con su larga pelambrera cubriéndole el rostro que tanto impactaba al verla, después en su versión estadounidense a Samara y lo cierto es que no lo hicieron nada mal, pero, un tiempo y dos películas después, es una lastima ver que Samara ya no es lo que era.
La peli para mi opinion desborda un aire muy teen, un terror para todos públicos, nada comparado con the ring. Es
una lastima que hasta la foto de portada sea mas terrorífica que la susodicha película en sí. Samara aparece en contadas ocasiones en las que se prevé que va a aparecer, no hay sustos, no hay nada, se le da excesiva importancia al tema del vídeo, mas que a la propia niña. Me ha resultado sosa y predecible. No vale la pena desperdiciar casi dos horas en verla desde mi humilde opinión.
Tercera entrega de una saga que desde mi punto de vista no tiene mucho futuro.
Hace ya unos cuantos años desde que salió aquella película en la que veíamos a Sadako con su larga pelambrera cubriéndole el rostro que tanto impactaba al verla, después en su versión estadounidense a Samara y lo cierto es que no lo hicieron nada mal, pero, un tiempo y dos películas después, es una lastima ver que Samara ya no es lo que era.
La peli para mi opinion desborda un aire muy teen, un terror para todos públicos, nada comparado con the ring. Es
una lastima que hasta la foto de portada sea mas terrorífica que la susodicha película en sí. Samara aparece en contadas ocasiones en las que se prevé que va a aparecer, no hay sustos, no hay nada, se le da excesiva importancia al tema del vídeo, mas que a la propia niña. Me ha resultado sosa y predecible. No vale la pena desperdiciar casi dos horas en verla desde mi humilde opinión.
19 de mayo de 2021
19 de mayo de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo reconozco, soy bastante aprensivo con el cine de terror y es fácil sobresaltarme y dejarme intranquilo. Si la película juega bien sus cartas, lo normal es verme aferrado al mando a distancia para bajar el volumen a la mínima señal de que va a haber un susto y siempre en tensión para apartar la mirada si todo apunta que en pantalla van a pasar cosas malas. Últimamente ya me voy acostumbrando, supongo que porque después de tantas y tantas películas que repiten una y otra vez los mismos esquemas se me va haciendo callo, pero hasta hace unos años una película de miedo trabajada podía provocarme problemas para pegar ojo. Por eso, sin recordar muy bien las circunstancias, aún hoy me cuesta entender cómo hace casi veinte años acabé en Kinépolis a las once de la noche viendo “The Ring (la señal)” con un amigo. En qué momento. Noche cerrada en Pozuelo, oscuridad total dentro de la sala, cuatro gatos viendo la película y una secuencia de introducción absolutamente acojonante que casi me hizo infartar. Sufrí el resto de la película, sufrí al salir a la calle, me costó conciliar el sueño varias noches y no fui capaz de ver la película por segunda vez. Con el tiempo puede analizarla con cierta frialdad y llegar a la conclusión de que, quitando un final demasiado japonés para mi gusto, la película era una puñetera obra maestra en su género y su director, Gore Verbinski, un tío a tener en cuenta capaz de hacer entretenido todo lo que pase por sus manos.
Pocos años más tarde llegó una segunda parte (“The Ring 2”) que claramente trataba de exprimir el éxito de su predecesora a cambio de aportar ciertos detalles secundarios a la trama principal. Sorprendentemente, la película conseguía mantener el núcleo de reparto mínimo para dar continuidad a la historia, habida cuenta de la fama que había adquirido para entonces Naomi Watts, y, en una jugada interesante, ponía detrás de la cámara a Hideo Nakata, el responsable de la original japonesa, en una especie de metáfora de cierre de círculo (o anillo). La cosa quedó en eso, en jugada. No sólo remaba contra corriente habiendo perdido el factor sorpresa sino que a Watts se la notaba apáticamente sobreactuada, los giros eran forzados, los nuevos detalles sobre Samara irrelevantes y la mezcla del estilo japonés de Nakata con recursos occidentales plasmaba en pantalla lo peor de ambos mundos.
Como era de esperar, esta tercera parte de nombre “Rings” continúa el descenso por el camino de la decadencia. Ya sin rastro del reparto original, “Rings” propone un reseteo absoluto cogiendo simplemente al villano y la idea central de los videos malditos y embarca al espectador en una confusa historia de gente muriendo con más frecuencia que en sus predecesoras de maneras menos trabajadas que sus precedesoras. Si las dos primeras películas se caracterizaban por su contención en la cantidad de decesos y en cierta elegancia a la hora de buscar situaciones que condujesen a desenlaces fatales, “Rings” parece ir en la línea de los clásicos de terror como “Viernes 13” o “Halloween”, buscando conectar con ese espectador que solo busca muerte fácil y excusas para abrazar a la pareja.
Más que miedo, lo que provoca es desagrado ante ciertas escenas. Más que intriga, indiferencia. Cuesta mantener la concentración y resistir la tentación de hacer otras cosas mientras la echan en la tele, no quiero pensar lo que tuvo que ser verla en el cine. No se le puede echar la culpa de todo al director, F. Javier Gutiérrez, autor de la, para mí, notable “3 días” que en lo que se refiere a la parte técnica hace un trabajo interesante y crea la tétrica atmósfera que se espera. El problema es de un cambio de rumbo con un guion raquítico incapaz de sacar partido a la herencia que le han puesto en las manos. Lo mejor que se puede decir, de momento, es que tiene pinta de franquicia amortizada que ha tocado fondo y que dudo mucho que nadie trate de resucitar.
Pocos años más tarde llegó una segunda parte (“The Ring 2”) que claramente trataba de exprimir el éxito de su predecesora a cambio de aportar ciertos detalles secundarios a la trama principal. Sorprendentemente, la película conseguía mantener el núcleo de reparto mínimo para dar continuidad a la historia, habida cuenta de la fama que había adquirido para entonces Naomi Watts, y, en una jugada interesante, ponía detrás de la cámara a Hideo Nakata, el responsable de la original japonesa, en una especie de metáfora de cierre de círculo (o anillo). La cosa quedó en eso, en jugada. No sólo remaba contra corriente habiendo perdido el factor sorpresa sino que a Watts se la notaba apáticamente sobreactuada, los giros eran forzados, los nuevos detalles sobre Samara irrelevantes y la mezcla del estilo japonés de Nakata con recursos occidentales plasmaba en pantalla lo peor de ambos mundos.
Como era de esperar, esta tercera parte de nombre “Rings” continúa el descenso por el camino de la decadencia. Ya sin rastro del reparto original, “Rings” propone un reseteo absoluto cogiendo simplemente al villano y la idea central de los videos malditos y embarca al espectador en una confusa historia de gente muriendo con más frecuencia que en sus predecesoras de maneras menos trabajadas que sus precedesoras. Si las dos primeras películas se caracterizaban por su contención en la cantidad de decesos y en cierta elegancia a la hora de buscar situaciones que condujesen a desenlaces fatales, “Rings” parece ir en la línea de los clásicos de terror como “Viernes 13” o “Halloween”, buscando conectar con ese espectador que solo busca muerte fácil y excusas para abrazar a la pareja.
Más que miedo, lo que provoca es desagrado ante ciertas escenas. Más que intriga, indiferencia. Cuesta mantener la concentración y resistir la tentación de hacer otras cosas mientras la echan en la tele, no quiero pensar lo que tuvo que ser verla en el cine. No se le puede echar la culpa de todo al director, F. Javier Gutiérrez, autor de la, para mí, notable “3 días” que en lo que se refiere a la parte técnica hace un trabajo interesante y crea la tétrica atmósfera que se espera. El problema es de un cambio de rumbo con un guion raquítico incapaz de sacar partido a la herencia que le han puesto en las manos. Lo mejor que se puede decir, de momento, es que tiene pinta de franquicia amortizada que ha tocado fondo y que dudo mucho que nadie trate de resucitar.
13 de junio de 2017
13 de junio de 2017
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de las malas críticas que tiene en general esta tercera entrega de la famosa Samara a mí me ha gustado igual que las demás. Javier Gutiérrez, director español y para mí un gran descubrimiento nos deleita con una fotografía oscura, absorbente y opresiva. 13 años después Samara se moderniza y puede aparecer en cualquier lugar. Galecki ( Big Bang theory ) me sorprende en un papel serio, un profesor de universidad que encuentra en un mercadillo un reproductor de cintas VHS, con sorpresa dentro..y ..¡ cómo no ! ¡ hay que ver lo que contiene !. Y es aquí donde comienza la pesadilla de Roe y de su novia Lutz. Samara es implacable, pero Lutz lo es más aún. El guión nos lleva directamente al origen de esta niña perdida, odiada, repudiada y que sólo quiere vengarse. Lutz está a a altura del papel.
Sigo en Spoiler, pero para quien no quiera saber más, la recomiendo igual que las dos primeras. Es distinta. Está en otra década y por lo tanto en otro tiempo.
Sigo en Spoiler, pero para quien no quiera saber más, la recomiendo igual que las dos primeras. Es distinta. Está en otra década y por lo tanto en otro tiempo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Por fin averiguamos más de Samara. Esta niña que ya en 2003 sembró el terror en los cines. Al menos en mí, que no pude dormir durante muchas noches y menos con la tele puesta. Samara quiere renacer, no es buena ni lo va a ser nunca, eso nos lo deja claro el final del film y eso me gusta. Cansa un poco que las pelis terminen bien. Volvemos a los clásicos donde el malo es malo y punto. Samara es cruel, le da lo mismo quién seas y que te portes bien con ella, no le importa que intentes comprenderla o que quieras salvar a tu novio. Haz las copias que quieras de su vídeo, pásalas a todos tus contactos, ella ya es un virus, uno mortal. Sigue dando miedo. Ahora más que puede aparecer en el ordenador o en tu móvil. O en el ordenador de a bordo de un avión...Ya no tiene ningún límite.
30 de junio de 2017
30 de junio de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No aporta nada esta película a sus precedentes, tanto al oriental, terrorífico, como a su versión estadounidense, la de Naomi Wats, que también da mucho miedo. Esta película sobraba, sin duda, vuelve una y otra vez a las anteriores sin aportar nada. Los protagonistas no tienen entidad porque tampoco la tienen los personajes que los interpretan. Apenas hay sustos y todo es más que predecible. Pinchazo total.
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