Armados y cabreados
2011 

6.5
7,148
Comedia
Sin amor, sin trabajo y quizá con una enfermedad terminal, Frank (Joel Murray) ya no cree en el sueño americano. Sin nada que perder, coge su pistola decidido a terminar con lo peor de la sociedad. Cuenta para ello con un cómplice inusual: Roxy (Tara Lynne Barr), una chica de 16 años que comparte su rabia e insatisfacción... Comedia definida como un hilarante ataque a todo lo que es sagrado en los Estados Unidos de América. (FILMAFFINITY) [+]
12 de diciembre de 2021
12 de diciembre de 2021
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película se presenta como una crítica a la sociedad americana y pretende cierto carácter "contracultural", pero no. Ni de coña. Todo discurre dentro de los más estrictos cánones de la ideología progresista dominante en los EE.UU. Los protagonistas se dedican básicamente a asesinar a representantes (convenientemente caricaturizados) de la América profunda y del pensamiento conservador y sus peroratas tienen la profundidad de un bocadillo de mortadela. Podrían encajar perfectamente en los parámetros de cualquier universitario woke. Vamos, que ideológicamente tiene la sutileza de un papel de lija y, desde luego, no es ninguna "gamberrada", al contrario no podría ser más normativa.
En conclusión: superficial, previsible y completamente sumisa a los parámetros de la corrección política.
En conclusión: superficial, previsible y completamente sumisa a los parámetros de la corrección política.
30 de septiembre de 2013
30 de septiembre de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante cinta del director Bobcat Goldthwait, que ironiza ante la cambiante sociedad norteamericana de hoy en día, donde la gente parece cada vez mas idiotizada ante la basura comercial que nos sirven desde las pantallas de la televisión, con programas de pestilente catadura intelectual, que hacen que involucionemos hacia nuestras raíces mas penosas y primitivas.
La película pretende ser una sátira de una actualidad un tanto irreal, que sin embargo es mas real de lo que podríamos llegar a pensar. Lo que se ve reflejado en esta hipotética sociedad norteamericana se puede fácilmente aplicar a cualquier sociedad del mundo medianamente desarrollada.
Como una plaga zombie, vemos como el programa "American Starz" infecta la mente de millones de personas ante la irrisoria actuación de un joven gordito que se presenta al concurso de caza-talentos, con una voz malsonante jamás escuchada por un oído mortal. Y es que su melodía parece ser una maldición impuesta por la naturaleza, pero que sin embargo, encandila inexplicablemente a millones de espectadores idiotizados. Es cuando sin querer, encontramos al bueno de Frank. Un hombre sin trabajo, padre de una familia rota y con un cáncer terminal, que un día escucha por la televisión la voz perforadora del joven y bonachón gordito, que contempla perplejo, como de la noche a la mañana, se convierte en una mega-estrella mundial. gracias al impulso de la basura televisiva,
Frank decide pasar entonces a la acción y, ya que su vida parece acabarse, decide antes hacer un bien social, acabando con la idiotez generaliza de una sociedad agonizante intelectualmente, que parece pedir ayuda silenciosamente.
Aunque sus medidas son un tanto drásticas, pues nadie merece morir, lo cierto es que su director enfoca esa violencia justiciera como una especie de antídoto irónico contra la necedad humana. Y es que viendo tanta estupidez alrededor del ambiente que rodea a esta película; ¿Quién no se ha sentido alguna vez identificado con Frank?.
La película pretende ser una sátira de una actualidad un tanto irreal, que sin embargo es mas real de lo que podríamos llegar a pensar. Lo que se ve reflejado en esta hipotética sociedad norteamericana se puede fácilmente aplicar a cualquier sociedad del mundo medianamente desarrollada.
Como una plaga zombie, vemos como el programa "American Starz" infecta la mente de millones de personas ante la irrisoria actuación de un joven gordito que se presenta al concurso de caza-talentos, con una voz malsonante jamás escuchada por un oído mortal. Y es que su melodía parece ser una maldición impuesta por la naturaleza, pero que sin embargo, encandila inexplicablemente a millones de espectadores idiotizados. Es cuando sin querer, encontramos al bueno de Frank. Un hombre sin trabajo, padre de una familia rota y con un cáncer terminal, que un día escucha por la televisión la voz perforadora del joven y bonachón gordito, que contempla perplejo, como de la noche a la mañana, se convierte en una mega-estrella mundial. gracias al impulso de la basura televisiva,
Frank decide pasar entonces a la acción y, ya que su vida parece acabarse, decide antes hacer un bien social, acabando con la idiotez generaliza de una sociedad agonizante intelectualmente, que parece pedir ayuda silenciosamente.
Aunque sus medidas son un tanto drásticas, pues nadie merece morir, lo cierto es que su director enfoca esa violencia justiciera como una especie de antídoto irónico contra la necedad humana. Y es que viendo tanta estupidez alrededor del ambiente que rodea a esta película; ¿Quién no se ha sentido alguna vez identificado con Frank?.
20 de noviembre de 2013
20 de noviembre de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es curioso ver una película así, que, aunque aligera el paquete gracias a la "humanidad" que se puede observar en los comentarios del protagonista masculino, desvincula las armas del problema de la violencia en E.E.U.U., dándote a entender que todo el problema está en las mentes enfermas de la sociedad mass-media que las llega a empuñar (no quiero decir que los protagonistas sean así, todo lo contrario, pero expresa claramente que las armas son sólo herramientas). Estoy de acuerdo hablando de un tema parecido, el de los perros, ya que soy partidario que el mayor riesgo son los amos. Pero hay una diferencia: los perros son seres vivos y las armas un invento humano, creado con una finalidad clara.
Bueno, dejando de lado ese problema colateral, me gustaría decir que la película me ha gustado. Aunque las razones que dan los protagonistas para realizar sus acciones son un poco pedantes y algo hippy pijas, está bien, de vez en cuando, poner de manifiesto el daño que hace la televisión (como punta del iceberg), ya que está configurando a la humanidad como seres que sólo se preocupan de la imagen y de la fama, dejando de lado el respeto, honor, orgullo, ..., de supuestos "tiempos pasados".
La película usa la exageración en la solución a estos problemas, tanto que puede llegar a ser catalogada de frívola y de apologética a la violencia, pero creo que en el fondo, y gracias a eso, puede servir de reflexión y de apoyo a todos esos buenos seres humanos (no hace falta que ahora se compren una pistola...) que se sienten perdidos en una sociedad de grandes hermanos, mujeres y hombres y viceversa, sálvame, triunfos y demás plagas, que ensalzan, pues eso, sólo la estética (tanto física como verbal).
Bueno, dejando de lado ese problema colateral, me gustaría decir que la película me ha gustado. Aunque las razones que dan los protagonistas para realizar sus acciones son un poco pedantes y algo hippy pijas, está bien, de vez en cuando, poner de manifiesto el daño que hace la televisión (como punta del iceberg), ya que está configurando a la humanidad como seres que sólo se preocupan de la imagen y de la fama, dejando de lado el respeto, honor, orgullo, ..., de supuestos "tiempos pasados".
La película usa la exageración en la solución a estos problemas, tanto que puede llegar a ser catalogada de frívola y de apologética a la violencia, pero creo que en el fondo, y gracias a eso, puede servir de reflexión y de apoyo a todos esos buenos seres humanos (no hace falta que ahora se compren una pistola...) que se sienten perdidos en una sociedad de grandes hermanos, mujeres y hombres y viceversa, sálvame, triunfos y demás plagas, que ensalzan, pues eso, sólo la estética (tanto física como verbal).
8 de junio de 2023
8 de junio de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia muy negra y muy violenta, que tiene como gran aliciente el valor de plantear, una y otra vez, escenas que traspasan de lejos los límites del buen gusto a cambio de ser divertidos y proponen sketches sobre discapacitados, enfermos o afroamericanos que, diez años después, con bajo los parámetros morales que imperan hoy en día, hubiese provocado (de haber llegado a estrenarse) su retirada de catálogos y carteleras y la cancelación de todo su staff, desde el director hasta el limpiacristales. Adicionalmente, “Armados y cabreados” trata de proponer un hilo de conductor y no reducirse a una simple concatenación de gags, buscando denunciar o alertar acerca de la decadencia social de norteamérica (aunque la película es perfectamente extrapolable a casi cualquier lugar del mundo).
Un su día, conecté con el tono “Armados o cabredos”, admirando su valor para pisotear abiertamente en pantalla conceptos sagrados del cine y la tele sobre los que se aceptaba como tabú hacer cualquier clase de humor sobre ellos. Acepté su humor edgy y transgresor y me eché algunas buenas risas,, aunque también hay que decir que se me hizo un poco larga y se le notaba que, tras agotar el material satírico o desgastarlo repitiendo esquemas, llegaba a duras penas y con la lengua fuera a un desenlace que, todo sea dicho, estuvo muy bien ejecutado como para dejar la película en todo lo alto.
Vista hoy en día, hay que reconocer ciertas dotes premonitorias en la película. Aunque “Armados y cabreados” hace una simplificación para calar más entre el público y coloca a la telebasura (al “Sálvame”, para entendernos) en el punto de mira, como responsable (o una de las grandes responsables) de la bajada general del nivel cultural de la sociedad, del triunfo de la vulgaridad y del cambio de valores, también reprocha (en segundo plano) a los medios de comunicación la dejación de sus funciones de auditoría del poder para pasar a ser simples negocios al servicio de unos u otros poderes, es decir, órganos de propaganda o del simple dinero, dejando a un lado la objetividad en el tratamiento de las noticias para pasarlas por el tamiz de tal o cual sensibilidad y perspectiva emocional, de manera que lleguen a más público del que obtener más réditos económicos. No hay más que ver el panorama audiovisual nacional, para ver que “Armados y cabreados” se quedó corta.
Inteligente y provocadora, Armados y cabredos” es, durante una gran parte del metraje, disruptivamente divertida, toca la fibra del placer culpable al ver que, por una vez, cierta gente intocable debido a su raza, género o condición física, recibe su merecido. Quizá le sobra algo de duración o le falta algo de trabajo escritura para limar los saltos de ritmo.
Un su día, conecté con el tono “Armados o cabredos”, admirando su valor para pisotear abiertamente en pantalla conceptos sagrados del cine y la tele sobre los que se aceptaba como tabú hacer cualquier clase de humor sobre ellos. Acepté su humor edgy y transgresor y me eché algunas buenas risas,, aunque también hay que decir que se me hizo un poco larga y se le notaba que, tras agotar el material satírico o desgastarlo repitiendo esquemas, llegaba a duras penas y con la lengua fuera a un desenlace que, todo sea dicho, estuvo muy bien ejecutado como para dejar la película en todo lo alto.
Vista hoy en día, hay que reconocer ciertas dotes premonitorias en la película. Aunque “Armados y cabreados” hace una simplificación para calar más entre el público y coloca a la telebasura (al “Sálvame”, para entendernos) en el punto de mira, como responsable (o una de las grandes responsables) de la bajada general del nivel cultural de la sociedad, del triunfo de la vulgaridad y del cambio de valores, también reprocha (en segundo plano) a los medios de comunicación la dejación de sus funciones de auditoría del poder para pasar a ser simples negocios al servicio de unos u otros poderes, es decir, órganos de propaganda o del simple dinero, dejando a un lado la objetividad en el tratamiento de las noticias para pasarlas por el tamiz de tal o cual sensibilidad y perspectiva emocional, de manera que lleguen a más público del que obtener más réditos económicos. No hay más que ver el panorama audiovisual nacional, para ver que “Armados y cabreados” se quedó corta.
Inteligente y provocadora, Armados y cabredos” es, durante una gran parte del metraje, disruptivamente divertida, toca la fibra del placer culpable al ver que, por una vez, cierta gente intocable debido a su raza, género o condición física, recibe su merecido. Quizá le sobra algo de duración o le falta algo de trabajo escritura para limar los saltos de ritmo.
¡La crítica más sangrienta y dura para el gran sueño americano! Un viaje de profundo odio y amistad.
11 de marzo de 2013
11 de marzo de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre que el cine nos muestra América, nos muestra su cara más bonita. Son perfectos en todos los aspectos, si alguien debe salvar al mundo ten por seguro que allí estará un americano dispuesto a dar su vida por la causa. Eso sí, después de cada hazaña perpetrada por el pueblo yanqui nos veremos obligados a vislumbrar una bandera de su querida patria hondeando al viento. Un tópico que se repite incesante en cientos de films de cualquier tipo. Ahora nos llega esta magnífica película, God Bless América, la cual va a dejar a todo el gran pueblo americano en su lugar. Una dura crítica a golpe de machete y AK47.
Frank, un hombre separado, arto de una sociedad corrompida en todos los sentidos, arto de intentar falsamente vivir el llamado sueño americano y para colmo con un despido y una reciente diagnosticada enfermedad terminal, no ve más opción que el suicido. Es su vía de escape a todo este infierno. Aunque gracias a la telebasura descubrirá que antes de dejar este mundo en silencio, podría intentar cambiar aunque sea lo más mínimo a la sociedad eliminando escoria, eso sí, arma en mano por supuesto, y con la inestimable ayuda de Roxy. Una joven la cual comparte su misma visión sobre la nefasta América en la que viven. Preparados para disfrutar de una gran road trip con los dos asesinos en serie más peculiares que hayáis visto. Estamos ante los “Asesinos Natos” del siglo XXI.
Escrita y dirigida con enorme acierto por Bobcat Goldthwait, es sin duda una de las grandes películas de género del año. Repleta de grandes momentos para el recuerdo, y todo ello perfectamente aderezado con una estupenda banda sonora, la cual esta compuesta por Matt Kollar. Otro de los puntos importantes y gracias al cual el film funciona como la seda, son las actuaciones de nuestros dos protagonistas. Tanto Joel Murray como Tara Lynne Barr firman unas actuaciones dignas de mención y con las cuales consiguen transmitir gran afinidad hacia sus personajes.
Goza de un ritmo envidiable, muy fresco, que nos recuerda en gran medida a la frenética Kick Ass. Gran film de principio a fin cargado de emociones y sangrienta brutalidad a partes iguales. God Bless America dará mucho que hablar.
http://www.terrorweekend.com/2012/10/god-bless-america-review.html
Frank, un hombre separado, arto de una sociedad corrompida en todos los sentidos, arto de intentar falsamente vivir el llamado sueño americano y para colmo con un despido y una reciente diagnosticada enfermedad terminal, no ve más opción que el suicido. Es su vía de escape a todo este infierno. Aunque gracias a la telebasura descubrirá que antes de dejar este mundo en silencio, podría intentar cambiar aunque sea lo más mínimo a la sociedad eliminando escoria, eso sí, arma en mano por supuesto, y con la inestimable ayuda de Roxy. Una joven la cual comparte su misma visión sobre la nefasta América en la que viven. Preparados para disfrutar de una gran road trip con los dos asesinos en serie más peculiares que hayáis visto. Estamos ante los “Asesinos Natos” del siglo XXI.
Escrita y dirigida con enorme acierto por Bobcat Goldthwait, es sin duda una de las grandes películas de género del año. Repleta de grandes momentos para el recuerdo, y todo ello perfectamente aderezado con una estupenda banda sonora, la cual esta compuesta por Matt Kollar. Otro de los puntos importantes y gracias al cual el film funciona como la seda, son las actuaciones de nuestros dos protagonistas. Tanto Joel Murray como Tara Lynne Barr firman unas actuaciones dignas de mención y con las cuales consiguen transmitir gran afinidad hacia sus personajes.
Goza de un ritmo envidiable, muy fresco, que nos recuerda en gran medida a la frenética Kick Ass. Gran film de principio a fin cargado de emociones y sangrienta brutalidad a partes iguales. God Bless America dará mucho que hablar.
http://www.terrorweekend.com/2012/10/god-bless-america-review.html
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