El hombre de las mil caras
2016 

6.7
21,385
Thriller. Drama
Francisco Paesa (Eduard Fernández), ex agente secreto del gobierno español, responsable de la operación contra ETA más importante de la historia, se ve envuelto en un caso de extorsión en plena crisis de los GAL y tiene que huir del país. Cuando regresa años después está arruinado. En tales circunstancias, recibe la visita de Luis Roldán (Carlos Santos), ex Director General de la Guardia Civil, y de su mujer Nieves Fernández Puerto ... [+]
7 de agosto de 2021
7 de agosto de 2021
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre he pensado que la corrupción es un cáncer que corroe y devora a las sociedades de baja calidad democrática. La corrupción no tiene ideología, igual la puede cometer el de izquierdas como el de derechas o el de centro, pues dado que el ser humano siempre es susceptible de caer en ella, seducido por la ambición, el arribismo y la tentación del poder, es necesario que haya mecanismos institucionales de contrapeso, para detectar las debilidades y tropelías del avaro de turno que viene a servirse y no a servir a los ciudadanos. Es por ello que se hace imprescindible que funcione la separación de los tres poderes (como teorizó Montesquieu) de forma independiente: Ejecutivo, legislativo y judicial. Especialmente éste último que afecta a la justicia que debe ser independiente y autónoma, y no mangoneada por los partidos políticos para colocar a sus jueces amigos y enchufados. Los jueces deben elegir a los jueces para que apliquen la justicia con independencia.
Por distintos motivos personales, me fue imposible ver esta película en su momento. La verdad es que me gustado mucho por su realismo y su intensidad narrativa muy cercana a los hechos, pues su trama te mantiene sujeto al sillón sin apenas parpadear. Gran recreación y muy buen casting de actores. Quizás sea porque ya soy madurito y en su momento seguí con interés toda aquella época de gobiernos socialistas, o más bien felipistas al que su secretario de organización Txiki Benegas le apodaba “El One”. Pues nada se hacía sin el control de Felipe González y su vice Alfonso Guerra. La extensa lista de escándalos de corrupción, para los que eran muy jovencitos o no seguían la actualidad política, no cabrían en esta reseña, por la gran cantidad de fraudes, robos y espolios que cometieron los gobernantes socialistas que llegaron al poder en 1982, prometiendo la gran regeneración democrática, toda una falacia aberrante que llegó a su más denigrante impostura con el terrorismo de estado (GAL).
El caso Roldán (que robó hasta a los huérfanos de la Benemérita), y las maniobras de Paesa solo es la guinda de un ciénaga putrefacta, pues de memoria y por importancia citaría la financiación ilegal por medio de FILESA, MALESA Y TIME SPORT, El caso Guerra y su hermanísimo Juan Guerra en la Junta de Andalucía, los escándalos de UGT con sindicalistas corruptos en la reconversión minera, Vera y Barrionuevo siendo condenados por terrorismo y malversación, y acompañados hasta la cárcel por Felipe…, el colmo del cinismo. Y tantos otros que sin querer justificar los escándalos de la derecha, todos reproblables, esta izquierda pretende dar lecciones de moralidad, no voy a enumerar todos los de la actualidad, de las dos partes, pero os aseguro que Bárcenas y la Gürtell, son calderilla si lo comparamos con otros escándalos actuales del socialismo (ERES de Andalucía, redes clientelares y sindicalistas puteros, amantes del marisco). Lo de Roldán y Paesa fueron unos 1.500 millones de pesetas, ahora ha sido lo mismo pero en euros, podéis multiplicar por 166 pesetas.
Alberto Rodriguez nos propone una trama política de corrupción generalizada, en clave de thriller, donde una tropa de miserables individuos siniestros crean una tupida maraña de intrigas, sospechas y traiciones. Basada en el libro de Manuel Cerdán: El espía de las mil caras. Una exposición detallada de la patética democracia española en la etapa socialista. Todos ellos son una metáfora de una sociedad en descomposición. Líderes políticos, traficantes de secretos, amantes de la vida lujosa, playboys, profesionales liberales y testaferros tienen lo mismo en común, su falta de escrúpulos. Francisco Paesa es un diplomático de vida oscura que se mueve haciendo trabajos inconfesables en las cloacas del Estado, amante del arte, el dinero, el buen comer y el mejor beber.
En spoiler detallo más temas jugosos y reflexiones que afectan a la trama
Por distintos motivos personales, me fue imposible ver esta película en su momento. La verdad es que me gustado mucho por su realismo y su intensidad narrativa muy cercana a los hechos, pues su trama te mantiene sujeto al sillón sin apenas parpadear. Gran recreación y muy buen casting de actores. Quizás sea porque ya soy madurito y en su momento seguí con interés toda aquella época de gobiernos socialistas, o más bien felipistas al que su secretario de organización Txiki Benegas le apodaba “El One”. Pues nada se hacía sin el control de Felipe González y su vice Alfonso Guerra. La extensa lista de escándalos de corrupción, para los que eran muy jovencitos o no seguían la actualidad política, no cabrían en esta reseña, por la gran cantidad de fraudes, robos y espolios que cometieron los gobernantes socialistas que llegaron al poder en 1982, prometiendo la gran regeneración democrática, toda una falacia aberrante que llegó a su más denigrante impostura con el terrorismo de estado (GAL).
El caso Roldán (que robó hasta a los huérfanos de la Benemérita), y las maniobras de Paesa solo es la guinda de un ciénaga putrefacta, pues de memoria y por importancia citaría la financiación ilegal por medio de FILESA, MALESA Y TIME SPORT, El caso Guerra y su hermanísimo Juan Guerra en la Junta de Andalucía, los escándalos de UGT con sindicalistas corruptos en la reconversión minera, Vera y Barrionuevo siendo condenados por terrorismo y malversación, y acompañados hasta la cárcel por Felipe…, el colmo del cinismo. Y tantos otros que sin querer justificar los escándalos de la derecha, todos reproblables, esta izquierda pretende dar lecciones de moralidad, no voy a enumerar todos los de la actualidad, de las dos partes, pero os aseguro que Bárcenas y la Gürtell, son calderilla si lo comparamos con otros escándalos actuales del socialismo (ERES de Andalucía, redes clientelares y sindicalistas puteros, amantes del marisco). Lo de Roldán y Paesa fueron unos 1.500 millones de pesetas, ahora ha sido lo mismo pero en euros, podéis multiplicar por 166 pesetas.
Alberto Rodriguez nos propone una trama política de corrupción generalizada, en clave de thriller, donde una tropa de miserables individuos siniestros crean una tupida maraña de intrigas, sospechas y traiciones. Basada en el libro de Manuel Cerdán: El espía de las mil caras. Una exposición detallada de la patética democracia española en la etapa socialista. Todos ellos son una metáfora de una sociedad en descomposición. Líderes políticos, traficantes de secretos, amantes de la vida lujosa, playboys, profesionales liberales y testaferros tienen lo mismo en común, su falta de escrúpulos. Francisco Paesa es un diplomático de vida oscura que se mueve haciendo trabajos inconfesables en las cloacas del Estado, amante del arte, el dinero, el buen comer y el mejor beber.
En spoiler detallo más temas jugosos y reflexiones que afectan a la trama
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Francisco Paesa es elegante y distinguido, un políglota que presume de tener su Modigliani como pasaporte cultural. El piloto (un excelente José Coronado) es su ayudante, el demiurgo que narra los acontecimientos, un “Dandy· al que le gusta “volar alto” como es su profesión, pero el más patético es Roldán, un tipo arribista e ignorante, trepa e inculto como tantos que hay en política, cuyo mérito es cuidar las apariencias, ser oportunista y adular al ministro de turno, que presume de su pedantería confundiendo a Händel con Brahms (el barroco con el romanticismo, menudo cretino), confiando el dinero robado a los ciudadanos al mayor rufián en manejar la pasta en paraísos fiscales que en aquel tiempo se podía encontrar. Película que puede agobiar a los que no están muy al tanto de las corruptelas de la época pero que no tiene desperdicio, una trama apasionante que como alguien dijo: la realidad recreada siempre supera a cualquier ficción. Otro retrato de la amoralidad en una España en negro, donde el propio Roldán confiesa que "era cosa habitual, si todos lo hacían por qué él no".
28 de septiembre de 2016
28 de septiembre de 2016
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alberto Rodríguez fascinó al planeta cine con la soberbia La isla mínima, por lo que el nivel que se esperaba de El hombre de las mil caras (proyectada a las 09:00 en el Victoria Eugenia) era altísimo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y a muchos niveles, este trepidante thriller político sobre el famoso estafador nacional Francisco Paesa , que maquinó una inmensa operación contra ETA y estafó a toda España con su ocultación de casi de un año de Luis Roldán y su falsa entrega a la policía española en Laos durante los años 90, es excelente. La fotografía de Álex Catalán es excepcional, así como la música de Julio de la Rosa y su detallada dirección artística. El montaje es dinámico, y el guión es frenético y denso. Las interpretaciones cumplen, en particular un sorprendente Carlos Santos (Eduard Fernández ofrece lo que se espera de un actor de su inmenso talento) y la narración en off del personaje de un tan sólo correcto Banderas resulta de interés. Es un tipo de película común en Estados Unidos pero tremendamente complicada de realizar aquí, y llevar a buen puerto un filme de tamaña ambición es aplaudible. Y la villanía de los pillos que operan dentro del gobierno de España robando desde hace décadas no es retratada lo suficiente. Pero el visionado deja poco poso a las horas. El ritmo raudo y machacón impide que la historia de los personajes respiren y realmente comprendamos con magnitud los pormenores del caso, y estamos más ante un espectáculo vistoso y ameno al que le falta calado. Sin duda, todo aquel que conozca de primera mano el caso la disfrutará el doble. Un filme algo impersonal en su posición narrativa pero muy competente, que tiene la mala suerte de competir con un cine español reciente de muchos quilates.
9 de noviembre de 2016
9 de noviembre de 2016
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que Alberto Rodriguez se ha ganado un prestigio merecido como director que yo no pongo en duda, ya que nadie puede discutir la calidad de "La isla mínima" o "Grupo 7", y después de ver estas cintas el mero hecho de que él mismo fuese a llevar la historia de Paesa y Roldán al cine, te crea unas expectativas inusitadas. Luego ves el reparto, y los grandes medios medios para hacerla, y obviamente el resultado a esperar es el más elevado de los posibles.
Bueno, pues aquí se han tomado dos vías, por un lado, y ante cierto entreguismo de la crítica especializada, considerarla como una gran película, o lo que otros defendemos, que es una película correcta, académica, bien hecha, pero sin brío, sin pulso,.....en resumen, sin emoción.
Da la impresión que a Alberto Rodríguez, un profesor le ha puesto unos deberes, y él como es muy buen estudiante, se los ha entregado de forma impecable, en tiempo y factura adecuados, pero claro está, es evidente que esos deberes que ha hecho, por algún motivo, no le emocionan demasiado, y esto se nota, aqui el alumno no parece estar motivado.
El film se alarga en exceso, a veces resulta enrevesado incluso para quienes conocemos perfectamente la historia, no hay momentos potentes ni de emoción, ni de intriga, no quedan clara las motivaciones de muchos de los personajes, y el estilo es un tanto plano, con lo cual, es como Scorsese, pero sin sus vibrantes movimientos de cámara, su ritmo acelerado y su tensión permanente, con lo cual si le quitas estas tres cosas a Scorsese, ¿qué pasa?, pues que el film queda mono, pero un pelín aburrido, y aunque se deje ver, también es facilmente olvidable.
Eso es esta peli, a priori lo tenía todo, y se ha quedado en poquito.
Bueno, pues aquí se han tomado dos vías, por un lado, y ante cierto entreguismo de la crítica especializada, considerarla como una gran película, o lo que otros defendemos, que es una película correcta, académica, bien hecha, pero sin brío, sin pulso,.....en resumen, sin emoción.
Da la impresión que a Alberto Rodríguez, un profesor le ha puesto unos deberes, y él como es muy buen estudiante, se los ha entregado de forma impecable, en tiempo y factura adecuados, pero claro está, es evidente que esos deberes que ha hecho, por algún motivo, no le emocionan demasiado, y esto se nota, aqui el alumno no parece estar motivado.
El film se alarga en exceso, a veces resulta enrevesado incluso para quienes conocemos perfectamente la historia, no hay momentos potentes ni de emoción, ni de intriga, no quedan clara las motivaciones de muchos de los personajes, y el estilo es un tanto plano, con lo cual, es como Scorsese, pero sin sus vibrantes movimientos de cámara, su ritmo acelerado y su tensión permanente, con lo cual si le quitas estas tres cosas a Scorsese, ¿qué pasa?, pues que el film queda mono, pero un pelín aburrido, y aunque se deje ver, también es facilmente olvidable.
Eso es esta peli, a priori lo tenía todo, y se ha quedado en poquito.
23 de enero de 2017
23 de enero de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vamos a enterarnos bien del caso Roldán, esa historia que fue tan mediática en su momento porque el director de la Guardia Civil se llevó 1500 millones de los fondos reservados. No se conformaba con calderilla, desde luego.
José Coronado aparece tan serio como casi siempre. Eduard Fernández también, y espero que se haya hecho un seguro de vida al hacer la película, porque fuma como para contraer un cáncer de pulmón de los gordos. Supongo que así se mete más en el papel de Paesa.
La película está muy bien filmada, pero creo que funciona mejor como documental del caso que como película. El montaje es muy bueno. Un poco más de voz en off y música ambiental y podría aproximarse al estilo habitual de Martin Scorsese.
Pero aunque cuenta bien los hechos, en el fondo no es una historia demasiado amena para que me satisfaga mucho como espectador. Tampoco sé hasta qué punto nos puede sorprender o interesar esta trama que, desgraciadamente en la actualidad de España, se ha vuelto algo tan normal que ya no nos impresiona. Cada poco tiempo sale un caso similar en los medios. Roldán robó dinero público a lo bestia, pero a día de hoy no creo que sea un argumento que nos pueda llamar mucho la atención, visto lo visto.
Por fuerza, dado lo que cuenta, a mitad del film este se pone bastante pesado, porque puede interesarte más o menos, pero desde luego no es un relato excesivamente divertido. Las dos horas que dura se hacen largas, sobre todo en el último tramo.
Por cierto, no creo que a nadie que pague religiosamente sus impuestos le pueda dar la más mínima pena Luis Roldán, aunque quieran humanizarlo un poco cerca del final. ¡¡Nos robó a todos y el "pobrecito" se echa a llorar!! ¡¡Pues que le den morcilla!!
Me hubiera gustado que explicaran un poco mejor cómo Paesa empezó su labor. La parte de ETA se toca muy por encima y de repente ya tenemos al tipo totalmente inmiscuido con Roldán, sin que me termine de quedar muy claro cómo ha llegado a esa situación (o eso me ha parecido a mí).
Como documental no está mal. Eso sí, la forma está bastante mejor que el fondo, porque un poco aburrida sí que me ha resultado. Creo que está siendo un poco sobrevalorada.
José Coronado aparece tan serio como casi siempre. Eduard Fernández también, y espero que se haya hecho un seguro de vida al hacer la película, porque fuma como para contraer un cáncer de pulmón de los gordos. Supongo que así se mete más en el papel de Paesa.
La película está muy bien filmada, pero creo que funciona mejor como documental del caso que como película. El montaje es muy bueno. Un poco más de voz en off y música ambiental y podría aproximarse al estilo habitual de Martin Scorsese.
Pero aunque cuenta bien los hechos, en el fondo no es una historia demasiado amena para que me satisfaga mucho como espectador. Tampoco sé hasta qué punto nos puede sorprender o interesar esta trama que, desgraciadamente en la actualidad de España, se ha vuelto algo tan normal que ya no nos impresiona. Cada poco tiempo sale un caso similar en los medios. Roldán robó dinero público a lo bestia, pero a día de hoy no creo que sea un argumento que nos pueda llamar mucho la atención, visto lo visto.
Por fuerza, dado lo que cuenta, a mitad del film este se pone bastante pesado, porque puede interesarte más o menos, pero desde luego no es un relato excesivamente divertido. Las dos horas que dura se hacen largas, sobre todo en el último tramo.
Por cierto, no creo que a nadie que pague religiosamente sus impuestos le pueda dar la más mínima pena Luis Roldán, aunque quieran humanizarlo un poco cerca del final. ¡¡Nos robó a todos y el "pobrecito" se echa a llorar!! ¡¡Pues que le den morcilla!!
Me hubiera gustado que explicaran un poco mejor cómo Paesa empezó su labor. La parte de ETA se toca muy por encima y de repente ya tenemos al tipo totalmente inmiscuido con Roldán, sin que me termine de quedar muy claro cómo ha llegado a esa situación (o eso me ha parecido a mí).
Como documental no está mal. Eso sí, la forma está bastante mejor que el fondo, porque un poco aburrida sí que me ha resultado. Creo que está siendo un poco sobrevalorada.
23 de enero de 2017
23 de enero de 2017
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vale que la película está bien interpretada, iluminada, rodada, montada y musicalizada. En todos estos aspectos técnicos, nada que rechazar.
Ahora bien, una vez vista la película, ¿qué sabe uno acerca de Francisco Paesa o Luis Roldán que no supiera antes de verla? Nada. De hecho, cuando se estrenó en el cine leí un artículo sobre el tal Paesa que explicaba mucho más y mucho mejor.
Resumiendo, "El hombre de las mil caras" es, en esencia, una película de timos y timadores en la que, al final, nadie te explica el timo.
Pues vale.
Ahora bien, una vez vista la película, ¿qué sabe uno acerca de Francisco Paesa o Luis Roldán que no supiera antes de verla? Nada. De hecho, cuando se estrenó en el cine leí un artículo sobre el tal Paesa que explicaba mucho más y mucho mejor.
Resumiendo, "El hombre de las mil caras" es, en esencia, una película de timos y timadores en la que, al final, nadie te explica el timo.
Pues vale.
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