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El hombre de las mil caras

Thriller. Drama Francisco Paesa (Eduard Fernández), ex agente secreto del gobierno español, responsable de la operación contra ETA más importante de la historia, se ve envuelto en un caso de extorsión en plena crisis de los GAL y tiene que huir del país. Cuando regresa años después está arruinado. En tales circunstancias, recibe la visita de Luis Roldán (Carlos Santos), ex Director General de la Guardia Civil, y de su mujer Nieves Fernández Puerto ... [+]
Críticas 109
Críticas ordenadas por utilidad
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6
23 de septiembre de 2016 3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hombre de las mil caras, de Alberto Rodríguez, es un thriller biográfico basado en hechos reales ocurridos en los años 90 sobre la vida del espía Francisco Paesa, cuando decide ayudar al ex director de la guardia civil Luis Roldan a fugarse de la justicia española con 1500 millones de pesetas, a cambio de un millón de dólares.
Efectivo aunque algo pretencioso film sobre espías españoles de los años 90, que mantiene el tipo gran parte de su metraje aunque acaba cayendo en lo reiterativo y ampuloso para marear al espectador con una historia más que conocida para todos aquellos mayores de 30 años, que vieron con asombro como en los años 90, el más alto mandatario del respetado cuerpo de seguridad del estado de la guardia civil, se fugaba con 1500 millones de pesetas de dinero público. Con esta interesante historia, su director Alberto Rodríguez da forma a un film quizás excesivamente largo y no falto de atractivo, aunque quizás abarca más de lo que puede y acaba dejando en el espectador la sensación de haber querido agradar más de lo que realmente podía, dejando tras de sí, la sensación de ser una buena aunque desde luego no imprescindible película. Detalle a detalle, la cinta no está desprovista de mérito. Sus interpretaciones son desde luego más que acertadas gracias a un notable Eduard Fernández, que da vida al espía Paco Paesa con gran carácter, José Coronado efectúa una buena actuación como era de esperar en él y Carlos Santos cumple decentemente con el difícil papel de Luis Roldan. Cuenta también con las estupendas colaboraciones de Marta Etura y Emilio Gutiérrez Caba.
Técnicamente, la música de la película ayuda a mantener en vilo al espectador, quizás mejor incluso de lo que consigue el film en una inquietante banda sonora que acompaña la acción cuando es requerido, y la fotografía, vestuarios y exteriores te transportan al momento y lugar en cuestión donde se va desarrollando la acción. Pero, en definitiva, aunque la cinta no está mal y no acaba defraudando, si esperas por su trama más de ella, ya que notas que quiere abarcar más de lo que realmente puede, y aunque sus interpretaciones son buenas, no se consigue en líneas generales mantener al público absorto todo su metraje y permite que este se relaje con su presuntuosa historia de espías que intenta emular a films norteamericanos de la misma temática. Por tanto, aunque puede ser recomendable para los seguidores del género y del director, no satisfará ampliamente al gran público con lo que se le ofrece, ya que su engalanada trama acaba produciendo el desinterés del público por momentos, dando la sensación de que podría haber sido más notable gracias a la mano de un gran director, capaz de tallar con estilo propio enormes films como La isla mínima, o a menor escala 7 vírgenes y Grupo 7.
8
19 de abril de 2017 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Amigos lectores de esta crítica, esta es una película engañosa. Empieza de manera algo cansina y ligeramente descolocada, pero a medida que avanza el metraje el film coge fuerza, vigor, interés y se convierte en una película apasionante y intrigante, con uno de los mejores guiones del cine español y con una garra que te imposibilita de levantarte de la butaca.
Los actores principales soberbios, dan la talla para asumir con éxito los respectivos papeles con una credibilidad total y real.
Conclusión: Gran película que merece la pena de verse. Después de ver cine durante 50 años, la recomiendo. Un 8 merecido.
6
31 de julio de 2017 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante thriller sobre la historia de Francisco Paesa en la década de los ochenta y noventa y su vinculación con el caso Roldan, todo ello basado en hechos reales. Intrigante película con un buen ritmo y una acertada técnica y estética. No conocía muy bien este caso en particular y me ha sorprendido mucho las formas de Paesa en su campo, un autentico profesional de la estafa. Buenas interpretaciones, destacar la de Eduard Fernández que lo hace realmente bien. En definitiva película curiosa para ser española ya que no estaba acostumbrado a esta calidad en películas de este estilo y me ha sorprendido, la recomiendo por la historia y en general por su contenido y parte artística.
7
27 de septiembre de 2016 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de cierta confusión narrativa en varios puntos a la que no ayuda el abuso de esa voz en off tan poco cinematográfica, la película engancha por su difícil y candente tema. Naturalmente, con estos personajes reales, no había allí cámaras y micrófonos para grabar todos sus tejemanejes, pero se puede aspirar a reconstruirlos básicamente de forma que parece bastante plausible.

Lo que más llama la atención es cómo unos pocos disponen a su antojo de los fondos públicos, el dinero de todos, robando dos mil millones por aquí, tanto por allá, trescientos millones autorizados por un ministro para comprar a unas sanguijuelas una información útil solamente de cara a un interés particular electoralista, etc. Para que las cosas no se olviden, y habrá muchos que eran niños en aquella época, hay que recordar que la corrupción no es cosa de ahora, que había altos cargos, el director de la Guardia Civil, el gobernador del Banco de España, etc., que la practicaban. Esto le acabó costando las elecciones de 1996 al presidente Felipe González, que siempre se refirió a este tráfico infame de dinero en miles de millones, como “corruptelas”. Yo siempre he pensado que a los verdaderamente listos, más listos aún que este Paesa de la película, no los descubren. Y no sólo el robo; está también el tremendo despilfarro incontrolado en forma de dietas, comilonas, obras públicas especulativas e inútiles, etc., etc.

En uno de los mejores momentos de la película, el fugitivo Roldán se atormenta sobre su conducta, diciendo que también hizo cosas buenas y, sobre lo del fraude de mil y pico millones de fondos públicos, sólo hizo lo que hacían casi todos a su alrededor. Cierto y tremendo.

En una novela de Arthur C. Clarke (creo que era “Cánticos de la lejana Tierra”) se esboza una sociedad futurista bastante justa, donde el cargo de presidente era una penosa obligación temporal, algo así como presidente de una comunidad de vecinos. Por el contrario, en la actualidad el cargo de presidente de un país es una ambición y un logro personal que se celebra dando saltos como el que gana la champions o una medalla de oro, cuando, en realidad, debería tomarse como un terrible peso arrojado sobre la espalda. Y para hacer más o menos lo mismo que los anteriores presidentes.

En fin, una película aleccionadora sobre hechos que no se deberían olvidar, pero que quizá tampoco tenga trascendencia. Éramos unos treinta en la sala, más de lo habitual en las películas que yo veo, pero muy pobre entrada para un film interesante, y es que la gente está tan asqueada y se siente tan impotente, que ya no le interesa nada.

En una actualidad con una deuda externa abrumadora, con inquietud sobre los fondos de la Seguridad Social, una actualidad llena de empleos precarios, de paro, de jóvenes con gran preparación que buscan trabajo sin encontrarlo y de otros muchos jóvenes que ni estudian ni trabajan, la gente ha sido convertida en una masa amorfa y plana, acostumbrada a vivir recluida en su cascarón, sin otra esperanza que la de que no les quiten lo que les queda, y sin otra inquietud cultural que la de que gane su equipo y la de sacar a cagar a su perrito.

Mientras tanto, los que tienen el poder de legislar y de habilitar mecanismos para que sean físicamente imposibles el robo y el despilfarro de fondos públicos, da la impresión de que no se esfuerzan muy a fondo.
7
28 de septiembre de 2016 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alberto Rodríguez nos presenta un thriller que avanza a ritmo frenético; entretenido, rocambolesco, algo complejo e incluso divertido, aunque con una intensidad que no siempre se acaba manteniendo.
Esperábamos con ganas la llegada de esta película, no solo por su temática que nos incumbe a todos los españoles y que ha sido comidilla de la prensa durante los años 90, sino por preceder a la ovacionada y premiada "La isla mínima". Aquella película rodada con maestría y centrada especialmente en sus personajes, haciendo un estudio psicológico de los mismos, deja paso a un film con una historia más grande, basada en hechos reales, en la que se pone de manifiesto que la realidad supera con creces a la ficción. Entre sus puntos fuertes encontramos: su factura impecable, su guión y la estructuración del mismo, así como un cierto aire sarcástico que inunda su historia. Tras su comienzo arrollador y llegados a su magistral desenlace, acaba obligándonos a hacer una reflexión ya no sobre la política española, sino sobre los valores y principios que nuestros representantes tienen y la escasa denuncia social existente.
Si algo tenemos que achacarle a esta película es que sufre un cese de ritmo en su nudo, en cierta medida, debido a un exceso de complejidad en la trama, que no deja asimilar todos los pasos de sus personajes y que acaba agotando al espectador. Al mismo tiempo, es tal el material de la misma, que da la sensación que quizás el resultado podría haber sido aún mejor, sin embargo, posee la seriedad suficiente como para elevarla por encima de los thriller políticos americanos habituales y de llevar el sello de cine español de calidad.
Las actuaciones en la misma son correctas sin más, exceptuando a Eduard Fernández que nos regala una gran interpretación, ya reconocida en el Festival de San Sebastián con el premio a mejor actor.
Concluyendo, nos encontramos ante una película que nos mantendrá pegados a la butaca, dejándonos un buen sabor de boca, al mismo tiempo que nos transmite un mensaje mayor en el que todos somos protagonistas. En nuestras manos está que se sigan permitiendo este tipo de actos, pues al fin y al cabo esta trama llena de corrupción y estafa, nos inunda hoy día más de lo que pensamos.

Lo mejor: Su guión y su factura impecable, sin olvidar la interpretación de su protagonista Eduard Fernández.
Lo peor: Su ritmo decae a la mitad del metraje y en ciertas ocasiones la trama se pierde en su complejidad.

----Esta y más críticas en: http://elcineconalvaroperez.blogspot.com/---
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