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Nubes pasajeras

Drama Historia de un matrimonio (Ilona y Lauri) cuya relación y dignidad son puestas a prueba por los duros golpes de la vida. La pareja no suele correr riesgos y vive en un modesto apartamento de alquiler. Pero Ilona (Kati Outinen) pierde su empleo como camarera en el restaurante Dubrovnik, en Helsinki. Por si esto fuera poco, acaba enterándose de que Lauri (Kari Väänänen) ya hace un mes que ha sido despedido de su trabajo como conductor de tranvía. (FILMAFFINITY) [+]
Críticas 29
Críticas ordenadas por utilidad
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8
26 de abril de 2015 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ésta ha si mi primera incursión en el cine de Kaurismaki, cineasta "al que le tenía muchas ganas", debido a los grandes elogios que en los circuitos cinéfilos se prestan al director finés.
Diseccionando el film, se me antoja que las miserias humanas son semejantes en cualquier parte del mundo, que las desdichas se ciernen por igual por la vasta extensión del cosmos, con la particularidad que Kaurismaki lo hace de una forma silenciosamente lacónica, hierática, gélida... propia de esos glaciares crepusculares que definen la orografía de su tierra a través de esos rostros blanquecinos, pálidos que parecen no decir nada y que paradógicamente lo dicen todo. Kaurismaki, sin lugar a dudas, es un cineasta de la contemplación, de hecho, esta película podría haber sido perfectamente muda, pues sus diálogos no aportan nada que no manifiesten los semblantes de los personajes... Cuanto me recuerda a Murnau...
Al mismo tiempo, Kaurismaki es un cineasta de la esperanza, porque sabe que tras el espesor de las nubes, irrumpen con igual intensidad los claros que abren la vista a un cielo radiante y pulcro, a un cielo limpio y exultante...
9
16 de diciembre de 2024 Sé el primero en valorar esta crítica
La película Nubes pasajeras (1996) dirigida por Aki Kaurismäki, presenta un título tan poético como significativo. Las nubes, esas manifestaciones temporales de tormenta y penumbra, actúan como una metáfora del sufrimiento humano. Sin embargo, son pasajeras: siempre hay un horizonte donde el sol emerge, iluminando con una esperanza inesperada. Esta premisa central guía un relato que, aunque extraño, resulta profundamente conmovedor y universal.

Kaurismäki, en su característico minimalismo, construye una obra donde la desgracia humana se narra sin excesos melodramáticos. Los protagonistas, Ilona y Lauri, enfrentan el desempleo y la precariedad con una serenidad que contrasta con las turbulencias de su vida. Este contraste se acentúa en las interpretaciones de los actores, cuyas expresiones casi neutras crean una atmósfera de contención emocional que evita que el filme caiga en la autocompasión. En lugar de lágrimas, Kaurismäki ofrece una extraña mezcla de melancolía y humor seco. Es imposible no sonreír ante ciertos momentos inesperadamente cómicos, lo que confirma que la tragedia no es absoluta y que incluso en la adversidad se encuentra espacio para la ironía.

Un aspecto destacable es la universalidad de su temática. Aunque los protagonistas rondan los 40 años, la lucha por la supervivencia, la dignidad y el trabajo resuena en cualquier edad adulta. Como espectador de 26 años, uno puede identificarse con la búsqueda desesperada de estabilidad en un mundo que parece siempre exigir más. Kaurismäki refleja esta alienación moderna con un estilo que evita sermones y moralismos, pero que cala profundamente en la experiencia contemporánea. La pareja protagonista no solo representa a los individuos que luchan en silencio, sino a toda una sociedad atrapada en dinámicas laborales opresivas.

El mundo de Nubes pasajeras puede parecer sombrío, pero su mensaje final es luminoso. Al igual que las nubes, la adversidad no es eterna, y la capacidad humana de resistir y reconstruirse brilla como un rayo de sol entre tormentas. Una película que, bajo su aparente sencillez, esconde una profundidad que invita a reflexionar y, lo más importante, a seguir adelante.
4
5 de septiembre de 2023
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
233/21(22/08/23) Con este realizador finés, Aki Kaurismäki, el más aclamado del país nórdico, vuelvo a toparme con la realidad de que me es un tipo de cine que me aburre, toda su filmografía parece estar cortada por el mismo patrón de personajes grises, inexpresivos, seres patéticos, perdedores que no hacen más que sucederles desgracias, todo filmado de modo estático, sin atractivo alguno, metiendo sin ton ni son termas musicales incidentales, mayormente country, en desarrollos plomizos, donde los roles hablan entre muy poco y nada, todos lacónicos, reflejando una nación báltica más que gélida, y siempre con un tufillo a izquierdismo que me resulta impostado, pues Finlandia es de los países donde mejor se vive del mundo, con un estado del bienestar mejor, sin embargo el cineasta siempre expone una sociedad deprimente, pesimista, macilenta, un microcosmos donde la alegría parece un bien escaso. Este que me ocupa ha sido editada, escrita, producida y dirigida por el ínclito Kaurismäki, al parecer primera de la trilogía finlandesa de Kaurismäki, las otras dos películas son “El hombre sin pasado” y “Luces al atardecer”. Para una historia plana, simplista hasta resultar cansina, a pesar de que no dura mucho termina pro hacerse agónica. Un matrimonio que vive al día (han comprado una tele a plazos) se queda cada uno de ellos sin trabajo casi a la misma vez, e intentan cada uno encontrar nuevo empleo en su campo, él en la conducción, y ella en la hostelería, pero cada nuevo intento fracasa, así de sencillo y poco más. Entre medias más y más sin sabores, al final intentan arriesgarlo todo por un proyecto ambicioso. Tenemos unas actuaciones pesarosas, no parecen sentir o padecer, un puñado de situaciones ridículas como la forma en que el marido se queda sin trabajo y para colmo no quiere el subsidio de desempleo, de mear y no echar gota, tenemos a ella trabajando de hostelera-orquesta, tiene que hacer de camarera y cocinera y se supone tenemos que reírnos cuando lo escenifica. Con cosas como esta me pregunto si es que no se baja mucho el listón con este cineasta, es como si jugara con otro baremo, y lo digo por que esta, como la mayoría de pelis de este Aki, son loadas cual grandioso cine, cuando son peñazos sin fuste alguno, sin chispa. Es un cien que transpira todo lo contrario a frescura, es artificioso, no se empatiza con unos seres más lisos que un folio, el ritmo es entre lento y letárgico, las emociones son nulas, siendo rodada en planos generales, cual si estuviéramos en el cine mudo primitivo. Todo para desembocar en un final acomodaticio, sin valentía para dar calado.

Tiene un arranque disonante con una escena en un restaurante donde el cocinero es un borracho que se ha vuelto violento y acaba el jefe de camareros herido, y esto seguro Aki pretende nos haga partirnos la caja de risa (¿?). Ocurriendo parte de la acción de este tramo fuera de pantalla, pero sin chispa alguna, es como si le hubieran extirpado cualquier sensación de sensación al metraje. Tras ello la trama contada de personajes grises en busca de curro, donde se hace leña del capitalismo, primero por cómo se despide a los buenos trabajadores, luego cuando en las entrevistas de empelo ‘humillan’ a la protagonista diciendo que es muy mayor para camarera (tiene 38 años), un jefe termina por no pagar a su empleada, y ni siquiera la ha dado de alta, un banco (no podía faltar la crítica a los ‘facinerosos’ banqueros) niega un crédito a la protagonista para su sueño, y para colmo está el nombre que dan a un restaurante (Empleo), ah, y la llamada telefónica que hace dar sentido al final es nada menos que de un Sindicato, Y es que el mensaje es directo, el capitalismo no mola, el proletariado sí.

‘La película está dedicada a Matti Pellonpää (niño pequeño en una foto) que se suponía que iba a protagonizar la película, pero lamentablemente murió antes de que comenzaran a filmarla.’

Seleccionada como la entrada finlandesa a la Mejor Película en Lengua Extranjera en los Oscar, no fue aceptada como nominada.

Soy duro y seguramente volveré a ver otro film de este director tedioso como pocos, me queda en mi particular ciclo de las mejor valoradas del cineasta “Contraté a un asesino a sueldo”. Mi cinefilia es así de sadomasoquista a veces. Gloria Ucrania!!!
7
22 de febrero de 2012 1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me esperaba nada de este filme. No conocía al director y menos a los actores. Y me encuentro con una bella película, distinta, en un entorno frío, el frío finés.
¡Qué diferentes somos y cómo nos diferencia el clima! Nunca podrán ser iguales españoles, bolivianos o fineses con climas tan diferentes.
Kaurismaki nos narra una historia sencilla, bien contada, con unos personajes que parecen fríos, apáticos, sin gestos y sin embargo están llenos de vida, a su manera, a la manera gélida de ese país.
Yo recomiendo este director, aunque sólo sea para contrastar modos de vida
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