La película de corte erótico más pesada y oscura que he visto. Y es que aquí el señor Roman Polanski nos da un paseo por las necesidades e instintos más crudos (no básicos) de la sexualidad humana. Una relación enfermiza y confusa desde el comienzo de dos seres que al comienzo, creyeron encontrar el amor de sus vidas y lo único que obtuvieron fue su “casi” media naranja en sus lechos de vida o muerte.
Brutal y lujuriosa sin llegar eso si a incursionar en los ámbitos más perversos; o tan bien manejado dentro de la película que logra disimularse a los ojos del espectador. No faltara uno que otro mojigato que se escandalice y sienta vergüenza ajena ante algunas escenas, tal vez por algún tipo de restricción religiosa o moral y por falta de ver y entender, que la sexualidad y el placer humano puede flotar en esas aguas e incluso en algunas mucho mas turbias y oscuras.
Aun con los cambio de personalidad y desenvolvimiento de los personajes, que pasa del erotismo sádico y casi romántico al desprecio autodestructivo y masoquista; pega duro a los sentidos, y por qué no decirlo; recomendable para ver en pareja si lo que se quiere es avivar llamas que deberán ser sofocadas entre sabanas.

Roman Polanski hizo un joya, eso sí, de brillo oscuro…
Lunas de Hiel es el encuentro entre dos parejas en un crucero. Una al borde de la monotonía y la otra…la otra en el infierno. A través de juegos y trucos, Peter Coyote (grandioso) relata su historia a Hugh Grant que de tonto roza la estupidez extrema. Esta historia comienza con un amor perfecto, romántico, pasional, donde la leche del desayuno que resbala de la boca es erótica y evoluciona hasta una silla de ruedas, una mujer desconsolada en un baño que sólo atina a decir: “nosotros vamos más lejos”. Misterio y trampas, el erotismo se transforma en lástima. Polanski habla de degradación máxima, de cómo se sabe que estás en el infierno porque no puedes salir de él. Pero hay otra historia, la que se produce en el barco entre los cuatro mientras Peter Coyote habla, sabes que pasa algo, pero no el qué. También sabes que Hugh Grant no se entera de nada, y de momento tú tampoco. Hay opiniones que dicen que el final es lo peor de la película, para mí en absoluto.

Confieso que al terminar esta película, mi cerebro trataba de buscar explicaciones y respuestas concretas a cerca de la veracidad de estas anomalías y controversiales conductas humanas evocadas en relaciones tormentosas, me sentía electrizado y cautivado a la vez. Pues me esclarecí fugazmente y entendí que esto no es una alteración de los parámetros normales de la dignidad humana, esto es algo sumamente real, envuelto en matices exacervados típicos de una pelicula de polanski. Una historia perversamente excitante, que no te dejará opción,mas que a seguir cautivado con el transcurrir de ella. Quiero resaltar la estupenda representación del esposo transtornado que realiza Peter Coyote, estupenda. Emmanuelle seigner me somete a una lenta y triste ruptura de mis fibras mas sensibles,una interpretación que me lleva del deseo a la razón y el analizis de su alma. El amor toca fondo cuando la imaginación y el desamor se extiende a límites recónditos e insospechados. Gran película.

Un aburrido y convencional matrimonio inglés, sin hijos, conoce en un crucero a una singular pareja formada por un escritor americano y una francesa. El magnetismo de los relatos del aspirante a novelista y la atracción fatal de la esposa del mismo, fascinan al incauto e inocente ejecutivo y también a su frustrada mujercita.
En el juego del gato y el ratón se llegará hasta la insólita y gratuita perversión, en la que ninguna de las partes queda satisfecha.

Amor y odio, dolor y placer; tan cerca sentimientos y sensaciones en teoría enfrentados. Vida y muerte bailando en el filo de una espada. Este es el resumen del amargo alegato que hace Polanski del "ni contigo, ni sin tí...", de las relaciones imposibles, de los enamoramientos locos y de las historias al límite.

Dulce sensualidad gatuna la de Emmanuelle Seigner, que convertirá a lo largo del metraje en fría y devoradora venganza amorosa. Oscar es un cínico y caprichoso dandi americano que juega a ser bohemio, callejeando París, y que acabará probando grandes dosis de su intragable medicina; bien interpretado por un rijoso Peter Coyote.
El resto del reparto solo está para sostener el palio y para constatar que la normalidad, en la que estamos sumergidos el resto de los mortales, es un limbo de cobardes. El infierno es más divertido, sin duda, pero tampoco puedes vivir mucho tiempo en él porque acabas chamuscado.

Esta película excita, hiere, indigna y emociona a lo largo de una montaña rusa de pasión sin límites.
Historia de una pareja desde su génesis, hasta su destrucción y posterior deconstrucción en la que se torna en un engendro de relación infrahumana, que a través de la seductora voluptuosidad que sigue conservando ella y la cínica perversidad que profesa él, tambalean los débiles cimientos de un matrimonio ordinario inglés. APOTEÓSICO