El poder del perro
2021 

6.4
24,731
Western. Drama
Montana, 1925. Los acaudalados hermanos Phil (Cumberbatch) y George Burbank (Plemons) son las dos caras de la misma moneda. Phil es impetuoso y cruel, mientras George es impasible y amable. Juntos son copropietarios de un enorme rancho donde tienen ganado. Cuando George se casa con una viuda del pueblo, Rose (Dunst), Phil comienza a despreciar a su nueva cuñada, que se instala en el rancho junto a su hijo, el sensible Peter (Smit-McPhee). [+]
11 de marzo de 2022
11 de marzo de 2022
18 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decepcionante película, en la que se percibe que existen grandes tensiones contenidas, pero que nunca llegan a explotar.
Uno espera que suceda algo, a lo que ayuda la inquietante banda sonora, pero realmente la historia se queda prácticamente en nada, por lo que uno tiene la sensación de haber perdido dos horas (que se hacen bastante largas).
Supongo que el film tiene serias opciones en los Oscars más que nada por su visión crítica de la masculinidad y estar dirigida por una mujer, pero para el espectador medio que lo que quiere es simplemente disfrutar de buen cine, será una decepción. Dudo que en muy pocos años alguien se acuerde de esta película.
Uno espera que suceda algo, a lo que ayuda la inquietante banda sonora, pero realmente la historia se queda prácticamente en nada, por lo que uno tiene la sensación de haber perdido dos horas (que se hacen bastante largas).
Supongo que el film tiene serias opciones en los Oscars más que nada por su visión crítica de la masculinidad y estar dirigida por una mujer, pero para el espectador medio que lo que quiere es simplemente disfrutar de buen cine, será una decepción. Dudo que en muy pocos años alguien se acuerde de esta película.
7 de enero de 2022
7 de enero de 2022
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película masculina, potente, extraña, singular.... Interesante, sin que sepas por qué. No me gusta el género, y curiosamente el tiempo empleado en ella, me ha resultado provechoso. Debo admitir que le cuesta sumergirse en el asunto hacia donde se encamina; lo hace en el último tercio. Tal vez Jane Campion, su directora deseaba cocinar el asado a fuego lento, fórmula de narrativa cinematográfica que provoca mejores resultados.
Tal vez porque yo mismo he sufrido en estos tres últimos años, una especie de catarsis de renovación, desanclando modelos vitales, que han sido y... están siendo sustituidos por otros.
Benedict Cumberbatch, actor camaleónico, con capacidad para acometer esa compleja versatilidad interpretativa. En EL PODER DEL PERRO, nos brinda la oportunidad de enfrentarnos a un registro duro, convincente; solventado con talento, un arranque enrevesado y difícil. La mayor parte del peso de la historia recae sobre él, pieza fundamental en el entramado, como catalizador de un conjunto donde todo parece calculado de manera milimétrica.
El por qué de mi título, se aclara en spoiler.
Tal vez porque yo mismo he sufrido en estos tres últimos años, una especie de catarsis de renovación, desanclando modelos vitales, que han sido y... están siendo sustituidos por otros.
Benedict Cumberbatch, actor camaleónico, con capacidad para acometer esa compleja versatilidad interpretativa. En EL PODER DEL PERRO, nos brinda la oportunidad de enfrentarnos a un registro duro, convincente; solventado con talento, un arranque enrevesado y difícil. La mayor parte del peso de la historia recae sobre él, pieza fundamental en el entramado, como catalizador de un conjunto donde todo parece calculado de manera milimétrica.
El por qué de mi título, se aclara en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La rotundidad de la película se refleja en una pequeña, misteriosa y sorprendente escena donde Phil (Benedict Cumberbatch), embadurna su cuerpo con barro, mientras recorre su torso limpiándolo al sol; desarrollando con un paño, un sorprendente e íntimo ritual de aseo.
Para ello elige un lugar oculto cerca de un río, donde se encuentra una especie de cabaña ruinosa, en la cual esconde revistas de hombres desnudos, desentrañando para el espectador, ciertas claves que se presentaron, a lo largo de los primeros minutos, cobrando ahora sentido.
En ese instante se aclara la repulsión que siente por ciertas actitudes sensibles de Pit, un joven homosexual, manifestando el rechazo por esos mismos comportamientos que a su vez, habitan en él.
Para ello elige un lugar oculto cerca de un río, donde se encuentra una especie de cabaña ruinosa, en la cual esconde revistas de hombres desnudos, desentrañando para el espectador, ciertas claves que se presentaron, a lo largo de los primeros minutos, cobrando ahora sentido.
En ese instante se aclara la repulsión que siente por ciertas actitudes sensibles de Pit, un joven homosexual, manifestando el rechazo por esos mismos comportamientos que a su vez, habitan en él.
8 de diciembre de 2021
8 de diciembre de 2021
20 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que Jane Campion es una gran directora no debería ser noticia a estas alturas.
La neozelandesa, responsable de una película aún hoy muy recordada y admirada como El Piano, o de la maravillosa Bright star, es una realizadora de lo más elegante, dotada además de una capacidad extraordinaria para captar la sensibilidad y la emotividad, incluso en los entornos más rudos e inhóspitos. Phil Burbank y sus peones de rancho no son muy diferentes del Alisdair Stewart al que daba vida un odioso Sam Neill en El Piano, pero igualmente hay una poesía y un lirismo evidentes en la narración, y cómo esta se funde con la fotografía, la dirección artística y los escenarios naturales donde se ha rodado la cinta (en este caso, Nueva Zelanda, aunque la historia se desarrolla en Montana).
Así, lo mejor de El poder del perro es precisamente ese tono elegiaco de western moderno, de ritmo contemplativo, de pocas palabras, en la que todo está medido y pensado. Y sin duda, el otro elemento maravilloso que tiene es su inmaculado reparto. Desde un ingenuo e íntegro Jesse Plemons, pasando por la siempre interesante Thomasin McKenzie, la excepcional creación que hace Kodi Smit-McPhee con Peter (atención a cómo mira, y cómo esos gestos y miradas dicen mucho más que sus escasas palabras) y una Kirsten Dunst que realiza una de las mejores interpretaciones de su carrera, si no la mejor (atención a cuando entrega las pieles a los nativos americanos, y esa mezcla de patetismo alcohólico, desesperación y determinación que entrega), todos los intérpretes brillan a un nivel altísimo. Mención aparte merece un impresionante Benedict Cumberbatch que pocas veces ha estado mejor, más vulnerable y más misterioso, despreciable y atractivo, todo a la vez. Sencillamente excepcional, lo que hace el Doctor Extraño cinematográfico. Qué maravilla de actor.
El problema de la película, realmente, es uno solo, pero se trata de algo suficientemente grave como para bajarle de golpe varios puntos. Dejando de lado que su ritmo contemplativo (es decir, lento) es excesivo en ocasiones, hay algo que lastra la narración, y es la escasa conexión entre los diferentes elementos de la historia. ¿Qué tiene que ver el evidente tono homoerótico en los personajes de Phil y Peter con todo lo demás? ¿Por qué Phil tiene tanto odio por Rose? ¿Por qué es importante y qué aporta a la historia el recuerdo de "Bronco" Henry y por qué Phil la toma con Peter desde un primer momento? ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Preguntas que quedan sin respuesta y que, unidas a ese final que vamos a comentar en spoiler, dejan a la cinta entera con una sensación de estar inacabada y de que las piezas del puzzle no han terminado de encajar bien porque quizás ni siquiera pertenecían al mismo puzzle.
Correcta, notable incluso o sobresaliente en muchos aspectos técnicos y artísticos, pero poco compacta en lo narrativo y algo pesada en su desarrollo.
Lo mejor: La elegancia de la puesta en escena, su tono elegiaco y el poderosísimo reparto (especialmente Benedict Cumberbatch).
Lo peor: No se entiende muy bien cómo han de casar las diferentes piezas que componen su puzzle argumental, y el ritmo es a ratos demasiado contemplativo.
La neozelandesa, responsable de una película aún hoy muy recordada y admirada como El Piano, o de la maravillosa Bright star, es una realizadora de lo más elegante, dotada además de una capacidad extraordinaria para captar la sensibilidad y la emotividad, incluso en los entornos más rudos e inhóspitos. Phil Burbank y sus peones de rancho no son muy diferentes del Alisdair Stewart al que daba vida un odioso Sam Neill en El Piano, pero igualmente hay una poesía y un lirismo evidentes en la narración, y cómo esta se funde con la fotografía, la dirección artística y los escenarios naturales donde se ha rodado la cinta (en este caso, Nueva Zelanda, aunque la historia se desarrolla en Montana).
Así, lo mejor de El poder del perro es precisamente ese tono elegiaco de western moderno, de ritmo contemplativo, de pocas palabras, en la que todo está medido y pensado. Y sin duda, el otro elemento maravilloso que tiene es su inmaculado reparto. Desde un ingenuo e íntegro Jesse Plemons, pasando por la siempre interesante Thomasin McKenzie, la excepcional creación que hace Kodi Smit-McPhee con Peter (atención a cómo mira, y cómo esos gestos y miradas dicen mucho más que sus escasas palabras) y una Kirsten Dunst que realiza una de las mejores interpretaciones de su carrera, si no la mejor (atención a cuando entrega las pieles a los nativos americanos, y esa mezcla de patetismo alcohólico, desesperación y determinación que entrega), todos los intérpretes brillan a un nivel altísimo. Mención aparte merece un impresionante Benedict Cumberbatch que pocas veces ha estado mejor, más vulnerable y más misterioso, despreciable y atractivo, todo a la vez. Sencillamente excepcional, lo que hace el Doctor Extraño cinematográfico. Qué maravilla de actor.
El problema de la película, realmente, es uno solo, pero se trata de algo suficientemente grave como para bajarle de golpe varios puntos. Dejando de lado que su ritmo contemplativo (es decir, lento) es excesivo en ocasiones, hay algo que lastra la narración, y es la escasa conexión entre los diferentes elementos de la historia. ¿Qué tiene que ver el evidente tono homoerótico en los personajes de Phil y Peter con todo lo demás? ¿Por qué Phil tiene tanto odio por Rose? ¿Por qué es importante y qué aporta a la historia el recuerdo de "Bronco" Henry y por qué Phil la toma con Peter desde un primer momento? ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Preguntas que quedan sin respuesta y que, unidas a ese final que vamos a comentar en spoiler, dejan a la cinta entera con una sensación de estar inacabada y de que las piezas del puzzle no han terminado de encajar bien porque quizás ni siquiera pertenecían al mismo puzzle.
Correcta, notable incluso o sobresaliente en muchos aspectos técnicos y artísticos, pero poco compacta en lo narrativo y algo pesada en su desarrollo.
Lo mejor: La elegancia de la puesta en escena, su tono elegiaco y el poderosísimo reparto (especialmente Benedict Cumberbatch).
Lo peor: No se entiende muy bien cómo han de casar las diferentes piezas que componen su puzzle argumental, y el ritmo es a ratos demasiado contemplativo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¿Tenemos que entender del final que Peter ha asesinado a Phil de forma muy sibilina, sabiendo que iba a tocar con la mano infectada la piel de animal muerto que él le ha dado para terminar el lazo? Si la respuesta a esta pregunta es sí, ¿por qué hace esto Peter? ¿Para proteger el matrimonio de su madre? ¿Para vengarse del maltrato de Phil hacia ella? ¿Para vengarse del maltrato de Phil hacia él mismo, pese a la evidente atracción sexual entre ambos? ¿Para precisamente "matar" esa atracción totalmente ilícita y prohibida en la Montana de 1925? Más preguntas sin respuesta.
8 de diciembre de 2021
8 de diciembre de 2021
19 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues me esperaba más de este western con aspiraciones de thriller psicológico que no termina de encajar al no conseguir ni una cosa ni la otra. Un guión demasiado lento, parado en nimiedades, y cuya tensión atraviesa por altibajos pero en general, en vez de ir en crescendo decrece a medida que avanza la película hasta llegar a aburrir.
Predecible contra lo que se supone un buen suspense. Ni la sublime actuación de Cumberbatch logra compensarlo, una pena, pues bajo otra batuta diferentes y armoniosas notas sonarían. Luego los demás ni fu ni fa. El hijo homosexual, el hermano reprimido, la madre alcohólica... Los personajes apenas están bien construidos, tampoco los actores sostienen el papel. Patrones culturales universales demasiado manoseados como para que despierten interés, nada destaca en ellos, no se crea ese vínculo emocional con el espectador. Mención especial a la floja actuación de Kirsten Dunst, en su línea por otra parte desde el famoso beso invertido a Spiderman.
En cuanto a western, se explota muy poco, se queda relegado, elegido por el director como fondo y decorado para la película, nada más. La historia podría haberse dado en cualquier otro escenario y circunstancias.
En fin, una vez más la crítica profesional queda embelesada por obras bohemias de grandilocuentes aspiraciones que para el resto de los mortales que no pretenden otra cosa que pasar un buen rato frente a la pantalla se quedan en eso, ni fu, ni fa. Será arte, será una obra maestra, pero a mí... Y a la inversa, tantos otros filmes vilipendiados por esa misma crítica que uno afronta con las expectativas por el suelo pero que terminan erigidas en portentosos descubrimientos.
Predecible contra lo que se supone un buen suspense. Ni la sublime actuación de Cumberbatch logra compensarlo, una pena, pues bajo otra batuta diferentes y armoniosas notas sonarían. Luego los demás ni fu ni fa. El hijo homosexual, el hermano reprimido, la madre alcohólica... Los personajes apenas están bien construidos, tampoco los actores sostienen el papel. Patrones culturales universales demasiado manoseados como para que despierten interés, nada destaca en ellos, no se crea ese vínculo emocional con el espectador. Mención especial a la floja actuación de Kirsten Dunst, en su línea por otra parte desde el famoso beso invertido a Spiderman.
En cuanto a western, se explota muy poco, se queda relegado, elegido por el director como fondo y decorado para la película, nada más. La historia podría haberse dado en cualquier otro escenario y circunstancias.
En fin, una vez más la crítica profesional queda embelesada por obras bohemias de grandilocuentes aspiraciones que para el resto de los mortales que no pretenden otra cosa que pasar un buen rato frente a la pantalla se quedan en eso, ni fu, ni fa. Será arte, será una obra maestra, pero a mí... Y a la inversa, tantos otros filmes vilipendiados por esa misma crítica que uno afronta con las expectativas por el suelo pero que terminan erigidas en portentosos descubrimientos.
17 de diciembre de 2021
17 de diciembre de 2021
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia se diluye en la nada.
Los personajes parecen ser algo pero no se sabe qué.
A la tensión dramática se la supone, o mejor, puedes imaginarla si pones algo de tu parte
Bonita fotografía, eso sí, pero a estas alturas de la cinematografía, uno espera algo más. Uno no va a ver una película porque salen en pantalla imágenes más o menos bucólicas de una naturaleza más o menos salvaje.
Al principio te niegas a aburrirte porque estás en continua espera del clímax dramático que tanto se anuncia con el discurrir lento y crispado de las escenas. Y al final te quedas frustrado cuando todo acaba en puntos suspensivos, cuando no acabas de entender el objetivo de la narración, qué pretenden unos y otros y qué les mueve o les condiciona a comportarse como lo hacen.
Puedes jugar a imaginártelo y a hacer suposiciones sobre homosexualidades reprimidas o mal resueltas. Pero no puedes esperar que una cita bíblica en el último segundo disipe toda la bruma en que se mueve la película.
Los personajes parecen ser algo pero no se sabe qué.
A la tensión dramática se la supone, o mejor, puedes imaginarla si pones algo de tu parte
Bonita fotografía, eso sí, pero a estas alturas de la cinematografía, uno espera algo más. Uno no va a ver una película porque salen en pantalla imágenes más o menos bucólicas de una naturaleza más o menos salvaje.
Al principio te niegas a aburrirte porque estás en continua espera del clímax dramático que tanto se anuncia con el discurrir lento y crispado de las escenas. Y al final te quedas frustrado cuando todo acaba en puntos suspensivos, cuando no acabas de entender el objetivo de la narración, qué pretenden unos y otros y qué les mueve o les condiciona a comportarse como lo hacen.
Puedes jugar a imaginártelo y a hacer suposiciones sobre homosexualidades reprimidas o mal resueltas. Pero no puedes esperar que una cita bíblica en el último segundo disipe toda la bruma en que se mueve la película.
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