El orfanato
6.7
96,736
Terror. Intriga. Fantástico
Laura se instala con su familia en el orfanato en el que creció de niña. Su propósito es abrir una residencia para niños discapacitados. El ambiente del viejo caserón despierta la imaginación de su hijo, que empieza a dejarse arrastrar por la fantasía. Los juegos del niño inquietan cada vez más a Laura, que empieza a sospechar que en la casa hay algo que amenaza su familia. (FILMAFFINITY)
7 de febrero de 2008
7 de febrero de 2008
21 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primera aclaración: a mí Del Toro me gusta, y su Laberinto del Fauno me encanta (ya sé que el director de El Orfanato 'es' Juan Antonio Bayona, pero Del Toro es el productor del film, la película presenta similitudes con sus obras anteriores, tiene toques gore propios del mejicano, su nombre está más grande en los créditos que el de Bayona, etc. ¿Quién la ha 'dirigido' realmente? Piénsenlo).
Segunda aclaración: me gustan las películas de fantasmas rollo El sexto sentido (pese a que producciones de este estilo me están empezando a producir una sensación de déjà vu bastante molesta).
Tras esto, diré que El Orfanato me parece una pu-- mier-- que ha sido sobrevaloradísima en su apabullante e hinchada campaña de promoción. Quizás suene exagerado, pero quería captar mi sensación tras salir de la sala con una imagen potente -aunque quizás tremendista-; es cierto que los actores actúan bien en general (aunque a Belén Rueda todavía la veo como Lucía 'Serrano' Gómez metida en un caserón -la sombra de la teleserie es alargada-), también es cierto que el engranaje del guión no se estanca y funciona decentemente. Y lo que también sucede, para qué mentir, es que te han dicho tantas veces que esta peli es buenísima que dudas de tus propias ideas y recelos.
Pero me puede más mi opinión: tiene tantos detalles que me molestaron que no sé… detalles tontos quizá, pero importantes, pues me hicieron salir del cine oliendo mal. "Pobre Bayona", "es su primer film" ¿Y? En su primer examen, yo lo cateo, y así puede que estudie más para el segundo. Que Fresnadillo hizo Intacto y Amenábar Tesis.
Lo primero, pero en esto no tienen demasiada culpa el tándem Bayona/Del Toro, es la ya comentada sensación de déjà vu, de ya visto. ¡Es que todas las películas de fantasmas son iguales últimamente! Luego están los toques goremorbosos totalmente (pero totalmente) innecesarios. A mí me gusta la violencia en el cine (me gustan Ichi The Killer y la saga Hostel, por ejemplo -¿que más puedo decir?-) pero sólo cuando está justificada, como apología estética, o si se usa para romper el tono de una forma hábil... o mil oes, cuandos y comos más, pero lo de Benigna (ver spoiler), no. En El laberinto del fauno ya sobraba algún detalle gore, pero siempre quedaba el recurso de "así se aprecia mejor la crudeza de la guerra"; sin embargo, en El Orfanato ya no quedan argumentos convincentes. Luego están los acentos extranjeros de ciertos personajes únicamente usados para dar más misterio al asunto, gilipollez típica del más reciente cine español, los rebuscados y literarios nombres de algunos personajes (Benigna, Balabán...), o el absurdo cameo del mongólico Guillem Jiménez...
¿Chorradas?
Quizás, pero para mí no lo son.
Lo mejor es que al menos el cine español ha levantado cabeza este año hablando en términos estrictamente económicos… ¡Y oigan! Pese a todo lo dicho, me ha parecido vergonzoso lo del Goya a La soledad.
Segunda aclaración: me gustan las películas de fantasmas rollo El sexto sentido (pese a que producciones de este estilo me están empezando a producir una sensación de déjà vu bastante molesta).
Tras esto, diré que El Orfanato me parece una pu-- mier-- que ha sido sobrevaloradísima en su apabullante e hinchada campaña de promoción. Quizás suene exagerado, pero quería captar mi sensación tras salir de la sala con una imagen potente -aunque quizás tremendista-; es cierto que los actores actúan bien en general (aunque a Belén Rueda todavía la veo como Lucía 'Serrano' Gómez metida en un caserón -la sombra de la teleserie es alargada-), también es cierto que el engranaje del guión no se estanca y funciona decentemente. Y lo que también sucede, para qué mentir, es que te han dicho tantas veces que esta peli es buenísima que dudas de tus propias ideas y recelos.
Pero me puede más mi opinión: tiene tantos detalles que me molestaron que no sé… detalles tontos quizá, pero importantes, pues me hicieron salir del cine oliendo mal. "Pobre Bayona", "es su primer film" ¿Y? En su primer examen, yo lo cateo, y así puede que estudie más para el segundo. Que Fresnadillo hizo Intacto y Amenábar Tesis.
Lo primero, pero en esto no tienen demasiada culpa el tándem Bayona/Del Toro, es la ya comentada sensación de déjà vu, de ya visto. ¡Es que todas las películas de fantasmas son iguales últimamente! Luego están los toques goremorbosos totalmente (pero totalmente) innecesarios. A mí me gusta la violencia en el cine (me gustan Ichi The Killer y la saga Hostel, por ejemplo -¿que más puedo decir?-) pero sólo cuando está justificada, como apología estética, o si se usa para romper el tono de una forma hábil... o mil oes, cuandos y comos más, pero lo de Benigna (ver spoiler), no. En El laberinto del fauno ya sobraba algún detalle gore, pero siempre quedaba el recurso de "así se aprecia mejor la crudeza de la guerra"; sin embargo, en El Orfanato ya no quedan argumentos convincentes. Luego están los acentos extranjeros de ciertos personajes únicamente usados para dar más misterio al asunto, gilipollez típica del más reciente cine español, los rebuscados y literarios nombres de algunos personajes (Benigna, Balabán...), o el absurdo cameo del mongólico Guillem Jiménez...
¿Chorradas?
Quizás, pero para mí no lo son.
Lo mejor es que al menos el cine español ha levantado cabeza este año hablando en términos estrictamente económicos… ¡Y oigan! Pese a todo lo dicho, me ha parecido vergonzoso lo del Goya a La soledad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El momento de la abuela con la mandíbula petada (curioso boca a boca, por cierto) sin comerlo ni beberlo por el simple hecho de querer dar un susto (fácil) no pega ni de coña con el estilo terrorpsicológicoelegante que nos habían vendido hasta ese momento de la proyección.
Y lo de enseñar el rostro del niño deforme tampoco me gusta, pero eso ya es más a gustos -pienso que siempre se crea más expectación sugiriendo que mostrando-).
PD: toda la surrealista "Síndrome de Down Party" es deliciosa, con esas máscaras de Serie-Z que me recordaron sin cesar la orgía final de La mujer pantera.
Y una última cosa: eso de que la película tiene dos finales y tú eliges el que crees más acertado… a mí me parece una soberna gilipollez. La realidad es que tiene un único final, y es el que es.
Y lo de enseñar el rostro del niño deforme tampoco me gusta, pero eso ya es más a gustos -pienso que siempre se crea más expectación sugiriendo que mostrando-).
PD: toda la surrealista "Síndrome de Down Party" es deliciosa, con esas máscaras de Serie-Z que me recordaron sin cesar la orgía final de La mujer pantera.
Y una última cosa: eso de que la película tiene dos finales y tú eliges el que crees más acertado… a mí me parece una soberna gilipollez. La realidad es que tiene un único final, y es el que es.
14 de octubre de 2007
14 de octubre de 2007
15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, es cierto que es un refrito de muchas películas anteriores. Concretamente son muy evidentes las influencias de “Los Otros”, la infravalorada “Frágiles”, “El espinazo del diablo”, y la maravillosa e inquietante “El final de la escalera”.
Pero cuando tienes una ambientación perfecta, unas interpretaciones más que correctas, una fantástica ambientación y puesta en escena, y una historia que te atrapa de principio a fin, poco más se puede pedir. Bueno, sí, que además sea tremendamente entretenida, y esta película a fe que lo es.
No es necesario descubrir nada nuevo siempre que la fórmula funcione. Y ésta funciona perfectamente.
Pero cuando tienes una ambientación perfecta, unas interpretaciones más que correctas, una fantástica ambientación y puesta en escena, y una historia que te atrapa de principio a fin, poco más se puede pedir. Bueno, sí, que además sea tremendamente entretenida, y esta película a fe que lo es.
No es necesario descubrir nada nuevo siempre que la fórmula funcione. Y ésta funciona perfectamente.
12 de octubre de 2007
12 de octubre de 2007
35 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
Juan Antonio Bayona es un tipo listo. Ha conseguido ser alabado por crítica y público contando una historia simplemente correcta que no aporta absolutamente nada nuevo a lo que ya hemos visto en otras cintas recientes del mismo estilo. Lo ha hecho con una sencilla fórmula ya bastante manida (pero que casi siempre se queda en el intento) que consiste en narrar una trama para nada original ni sorprendente para que todo el peso de la cinta recaiga en una intérprete de calidad y meter en la historia toques de fantasía y/o melodrama, que nunca está de más y casi siempre gusta al espectador de a pie.
Y es que quizá "El orfanato" sea una propuesta inquietante a ratos y con unas interpretaciones acojonantes (espléndida Belén Rueda, el 5 va por ella), pero la historia que nos cuenta es una porquería. Y lo es porque, aunque comienza siendo ciertamente una película interesante, se jode como el 90% de las películas de género de nueva hornada en la última media hora por querer dar más giros de los estrictamente necesarios.
¿Emocionante? Si te emociona ver a una mujer buscando durante casi un par de horas a un niño con cara de estreñido, quizá. ¿La mejor española del año? No es muy difícil de conseguir, pero me apuesto lo que sea a que hay más de una y más de dos que la superan.
Lo que está claro es que, si quieres ver una película que aporte algo nuevo, puedes seguir buscando.
Y es que quizá "El orfanato" sea una propuesta inquietante a ratos y con unas interpretaciones acojonantes (espléndida Belén Rueda, el 5 va por ella), pero la historia que nos cuenta es una porquería. Y lo es porque, aunque comienza siendo ciertamente una película interesante, se jode como el 90% de las películas de género de nueva hornada en la última media hora por querer dar más giros de los estrictamente necesarios.
¿Emocionante? Si te emociona ver a una mujer buscando durante casi un par de horas a un niño con cara de estreñido, quizá. ¿La mejor española del año? No es muy difícil de conseguir, pero me apuesto lo que sea a que hay más de una y más de dos que la superan.
Lo que está claro es que, si quieres ver una película que aporte algo nuevo, puedes seguir buscando.
16 de octubre de 2007
16 de octubre de 2007
28 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
El último grito en críticas deconstructivas consiste en comparar ‘El orfanato’ con ‘Los otros’ con la única argumentación de que ambas películas se desarrollan en un siniestro caserío poblado de fantasmas. Si a ello le sumamos las supuestas similitudes interpretativas entre Belén Rueda y Nicole Kidman ya tenemos la mejor forma de dejar por tierra un filme sin ningún tipo de razonamiento lógico. Cabe recordar que lo mismo le sucedió a Amenábar cuando todos se empeñaron en calificar de copia de ‘El sexto sentido’ a su penúltima obra, al menos en lo que a final rocambolesco se refiere.
Las influencias son evidentes y las comparaciones, odiosas, porque, puestos a comparar, casi prefiero quedarme con la ópera prima de Bayona que con ‘Los otros’, quizá porque la moda del terror psicológico terminó por aburrirme. ‘El orfanato’, en cambio, es el miedo en estado puro. Estamos de acuerdo en que no hay nada mejor que sugerir antes que evidenciar en imágenes, pero el pavor que desprenden algunas escenas de la película protagonizada por Belén Rueda no logra provocarlo la de Amenábar. Al fin y al cabo con el cine de terror lo que uno espera es saltar de la butaca. Y son más de uno los brincos que uno pega con ‘El orfanato’.
Un niño con una terrorífica máscara en la cabeza inicia la sesión de escenas dignas de sufrir. Las risas nerviosas se acumulan en la sala de cine. Minutos más tarde, el que sin duda es el momento más escalofriante del filme, protagonizado por una siempre acertada Montserrat Carulla. Así hasta completar cuatro o cinco escenas de gran sobresalto envueltas en un halo de misterio. Un misterio provocado, no solo por las apariciones fantasmales, sino estimulado con impresionantes movimientos de cámara como el picado con el que acompañamos a Belén Rueda en silla de ruedas.
Pocas veces resulta tan gratificante compartir espacio con combos de palomitas y litronas de Coca-cola. El murmullo que acompaña a algunas escenas del filme en la sala de proyección evidencia que ‘El orfanato’ es capaz de contener la respiración de toda una platea. Un ejemplo: Laura juega al ‘un, dos, tres, pica pared’ y la cámara acompaña cada uno de sus giros con una tensa panorámica. En raras ocasiones había visto una implicación mayor de los espectadores en una película que desde luego absorbe de principio a fin.
El tempo de la cinta no decae en ningún momento, salvo algunas reiterativas escenas de transición basadas en columpios autosuficientes y puertas semiautomáticas. Puede que algún momento sea más prescindible que otro, como la aparición como médium de Geraldine Chaplin, pero aún en este caso, la escena resulta impecable y perturbadora. Como le sucede también a una fotografía impropia del cine patrio. O como impropia resulta también la interpretación de una Belén Rueda que, lejos del costumbrismo de ‘Los Serrano’ logra bordar de forma natural el desgarrador papel de una madre enloquecida por la pérdida de su hijo enfermo.
Las influencias son evidentes y las comparaciones, odiosas, porque, puestos a comparar, casi prefiero quedarme con la ópera prima de Bayona que con ‘Los otros’, quizá porque la moda del terror psicológico terminó por aburrirme. ‘El orfanato’, en cambio, es el miedo en estado puro. Estamos de acuerdo en que no hay nada mejor que sugerir antes que evidenciar en imágenes, pero el pavor que desprenden algunas escenas de la película protagonizada por Belén Rueda no logra provocarlo la de Amenábar. Al fin y al cabo con el cine de terror lo que uno espera es saltar de la butaca. Y son más de uno los brincos que uno pega con ‘El orfanato’.
Un niño con una terrorífica máscara en la cabeza inicia la sesión de escenas dignas de sufrir. Las risas nerviosas se acumulan en la sala de cine. Minutos más tarde, el que sin duda es el momento más escalofriante del filme, protagonizado por una siempre acertada Montserrat Carulla. Así hasta completar cuatro o cinco escenas de gran sobresalto envueltas en un halo de misterio. Un misterio provocado, no solo por las apariciones fantasmales, sino estimulado con impresionantes movimientos de cámara como el picado con el que acompañamos a Belén Rueda en silla de ruedas.
Pocas veces resulta tan gratificante compartir espacio con combos de palomitas y litronas de Coca-cola. El murmullo que acompaña a algunas escenas del filme en la sala de proyección evidencia que ‘El orfanato’ es capaz de contener la respiración de toda una platea. Un ejemplo: Laura juega al ‘un, dos, tres, pica pared’ y la cámara acompaña cada uno de sus giros con una tensa panorámica. En raras ocasiones había visto una implicación mayor de los espectadores en una película que desde luego absorbe de principio a fin.
El tempo de la cinta no decae en ningún momento, salvo algunas reiterativas escenas de transición basadas en columpios autosuficientes y puertas semiautomáticas. Puede que algún momento sea más prescindible que otro, como la aparición como médium de Geraldine Chaplin, pero aún en este caso, la escena resulta impecable y perturbadora. Como le sucede también a una fotografía impropia del cine patrio. O como impropia resulta también la interpretación de una Belén Rueda que, lejos del costumbrismo de ‘Los Serrano’ logra bordar de forma natural el desgarrador papel de una madre enloquecida por la pérdida de su hijo enfermo.
10 de febrero de 2008
10 de febrero de 2008
12 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando veo una película de miedo lo que busco es que me asuste, que me deje inquieto, que esa noche me cueste trabajo conciliar el sueño. Pués el orfanato no ha conseguido nada de esto. A parte de un par de sobresaltos propiciados, más que por la historia, por sonidos bruscos poco tengo que destacar de una película con un inicio prometedor que poco a poco va convirtiendose en la típica historia de terror llena de tópicos absurdos y que adolece de lagunas de guión muy evidentes. De todas estas lagunas podría estar hablando mucho tiempo pero me voy a centrar en algunas que me parecen inaceptables: (sigo en la zona de spoiler. Si alguien no ha visto la película le recomiendo que no lo lea)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
-¿Cómo es posible que nadie viera al niño con el saco?. Se ve clarisimamente que el niño está en el jardín en la fiesta.
-¿Cómo puede la vieja conseguir los papeles que revelan que Simón es adoptado y que está enfermo?.
-Si Belén Rueda dice que ha visto a alguien en la cueva y Simón ha desaparecido ¿porqué nadie la cree?.
-¿Porqué el marido deja a su esposa (desequilibrada completamente) sola en la casa en la que se supone que están pasando cosas extrañas?.
-¿Porqué el papel que cubre la puerta no está roto si el niño ha entrado antes en la habitación?.
-¿Porqué nadie se encarga de quitarle las pastillas a Belén Rueda?. La mujer no está en un estado que precisamente sea óptimo para andar por ahí con medicamentos "duros".
-¿Porqué, cuando el niño desaparece, nadie lo busca a fondo por la casa?. Se trata de una mansión enorme llena de posibles escondites para un niño.
En definitiva que no es una película que recomiende para la gente a la que le gustan las historias sólidas y bien construidas. Si por el contrario lo que quiere es llevarse un par de sustos muy previsibles y poco más, es una película propicia.
-¿Cómo puede la vieja conseguir los papeles que revelan que Simón es adoptado y que está enfermo?.
-Si Belén Rueda dice que ha visto a alguien en la cueva y Simón ha desaparecido ¿porqué nadie la cree?.
-¿Porqué el marido deja a su esposa (desequilibrada completamente) sola en la casa en la que se supone que están pasando cosas extrañas?.
-¿Porqué el papel que cubre la puerta no está roto si el niño ha entrado antes en la habitación?.
-¿Porqué nadie se encarga de quitarle las pastillas a Belén Rueda?. La mujer no está en un estado que precisamente sea óptimo para andar por ahí con medicamentos "duros".
-¿Porqué, cuando el niño desaparece, nadie lo busca a fondo por la casa?. Se trata de una mansión enorme llena de posibles escondites para un niño.
En definitiva que no es una película que recomiende para la gente a la que le gustan las historias sólidas y bien construidas. Si por el contrario lo que quiere es llevarse un par de sustos muy previsibles y poco más, es una película propicia.
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