El hombre de al lado
2009 

6.8
7,256
Comedia. Drama
La película narra un conflicto entre vecinos que parece no tener fin. Una simple pared medianera puede dividir dos mundos, dos maneras de vestir, de comer, de vivir. De un lado Leonardo (Rafael Spregelburd), fino y prestigioso diseñador que vive en una casa realizada por Le Corbusier. Del otro lado Víctor (Daniel Aráoz), vendedor de coches usados, vulgar, rústico y avasallador. Víctor decide hacer una ventana para tener más luz, y ahí ... [+]
29 de julio de 2011
29 de julio de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que más me ha llamado la atención de El hombre de al lado, son las grandes escenas que tiene a lo largo de toda la película, aún sin tener que ver con el problema principal, que es la relación entre los dos vecinos, traspasa esa frontera y se adentra más allá, con el trabajo, la vida familiar y los problemas de Leonardo, que se van produciendo por culpa de Víctor, introduciéndonos en un ambiente culto y adinerado. En cambio no se sabe nada de la vida interna de Víctor, que logra con ello que cada aparición suya sea esperada, no dejando a nadie indiferente.
Ayudan unos diálogos muy fluidos y que situaciones tensas se tornen en humor, logrando sacar varias carcajadas durante el metraje.
Ayudan unos diálogos muy fluidos y que situaciones tensas se tornen en humor, logrando sacar varias carcajadas durante el metraje.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El final me pareció un poco forzado.
26 de enero de 2012
26 de enero de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Quién no ha tenido alguna vez un vecino molesto? Y no me refiero a que esté molesto contigo sino que te moleste continuamente. Espectacular planteamiento ante una idea básica, un hombre pretende hacer una ventana en la medianera con vistas a la casa de su vecino. Su vecino, por supuesto, no va pasar por el aro y a raíz de ahí entablan una curiosa relación.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me fascina el papel de Daniel Aráoz en su papel de Víctor Chuvelo, el vecino que por reformas se queda con una vivienda demasiado oscura y pretende "captar unos rayidos de sol". Su voz prfofunda y su persona en general imponen mucho respeto y bastante temor a un vecino pijo, cobarde y sobre todo hipócrita que no se atreve a decirle directamente las cosas a la cara. Si me dieran a elegri a uno de los dos como vecino, creo que me quedaría con Víctor Chuvelo, él por lo menos fue de frente en todo momento.
De final inesperado e inquietante. Demuestra la bajeza humana de un hombre caprichoso que prefiere no ver una pequeña ventana a la cualidad de ser persona.
De final inesperado e inquietante. Demuestra la bajeza humana de un hombre caprichoso que prefiere no ver una pequeña ventana a la cualidad de ser persona.
20 de febrero de 2012
20 de febrero de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Confieso que las películas argentinas me aburren. Me parecen lentas, muy habladas ( como las uruguayas). El hombre de al lado, así como Fase 7, son excepciones a este preconcepto.
Cuando la estaba mirando le decía a mi esposo, "ojalá que no la embarren con el final". Sin embargo, no me drefaudó en absoluto.
Una película que no te deja indiferente. Imprescindible
Cuando la estaba mirando le decía a mi esposo, "ojalá que no la embarren con el final". Sin embargo, no me drefaudó en absoluto.
Una película que no te deja indiferente. Imprescindible
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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¡Qué buena peli! Conozco tantos Leonardos, ególatras,cagones, pseudo intelectuales. Desde que aparece en escena hasta el final, lo vas odiando cada vez más. Me encantó la escena que está con la mujer acostado y hablando de la doméstica, muy lograda.Muy trabajada. Evidentemente conocen a estos "cajetillas". También me encantó cuando se hace el open mind y la invita a "coger" a la chica. Daniel Araoz, simplemente brillante. Sin estridencias se come la película.
Buenisíma película.
Buenisíma película.
12 de noviembre de 2016
12 de noviembre de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Leonardo es un acreditado diseñador de mobiliario, profesor de universidad, que vive, junto a su mujer y una hija adolescente, en La Plata, en una casa que construyó Le Corbusier, la cual, además de hogar, es su estudio de trabajo y el lugar donde su esposa imparte clases de yoga. Un día, Víctor, el vecino de Leonardo, que vive en el edificio de al lado de este, decide abrir un hueco en la medianería que da a la vivienda del diseñador para tener una ventana por la que le entre luz. A partir de ese momento se crea un conflicto entre ambos vecinos, que, sobre todo a Leonardo, le trastornará su hasta entonces apacible vida diaria.
De un argumento nada original, una lucha entre vecinos, Mariano Cohn y Gastón Duprat, escriben un guion, también ambos dirigen la película, en el que se manifiesta el drama que se le presenta a Leonardo, un artista de prestigio internacional, pero que resulta ser un pobre hombre absolutamente manipulado por su mujer (a la que no quiere, ni ella a él), al tiempo que ninguneado por su hija adolescente. El desgraciado Leonardo resulta hasta incapaz de conseguir una relación sexual extramatrimonial por superflua que esta sea. Como contraposición a este personaje, el otro protagonista, Víctor, es dibujado como un hombre primario, amigo de las armas, pero que en su despreocupada y franca manera de ser llega a intimidar muy seriamente al cobarde de su vecino.
Comedia negra, con secuencias de gran humor negro, que quizá se centra demasiado en el personaje de Leonardo, dejando en un plano inferior, muy inferior en el caso de la esposa e hija, a los demás, de los que el guion podría, a mi juicio, haber sacado mayor partido.
Brillantes interpretaciones de Rafael Spregelburd y Daniel Aráoz.
De un argumento nada original, una lucha entre vecinos, Mariano Cohn y Gastón Duprat, escriben un guion, también ambos dirigen la película, en el que se manifiesta el drama que se le presenta a Leonardo, un artista de prestigio internacional, pero que resulta ser un pobre hombre absolutamente manipulado por su mujer (a la que no quiere, ni ella a él), al tiempo que ninguneado por su hija adolescente. El desgraciado Leonardo resulta hasta incapaz de conseguir una relación sexual extramatrimonial por superflua que esta sea. Como contraposición a este personaje, el otro protagonista, Víctor, es dibujado como un hombre primario, amigo de las armas, pero que en su despreocupada y franca manera de ser llega a intimidar muy seriamente al cobarde de su vecino.
Comedia negra, con secuencias de gran humor negro, que quizá se centra demasiado en el personaje de Leonardo, dejando en un plano inferior, muy inferior en el caso de la esposa e hija, a los demás, de los que el guion podría, a mi juicio, haber sacado mayor partido.
Brillantes interpretaciones de Rafael Spregelburd y Daniel Aráoz.
13 de noviembre de 2016
13 de noviembre de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tanto a Mariano Cohn como a Gastón Duprat, directores de la películas lo que más les gusta es burlarse de los snob, hacer una critica corrosiva contra esa gente que ellos consideran hipócrita, encerrada en si misma, discriminadora.
Y en esta ocasión la antepone a un hombre llano, vulgar, una versión grotesca del hombre popular, en este caso lo mejor es como maneja el humor, igual que en su anterior película, muy sobrio, aunque esta vez menos cerrado, más cercano, una propuesta más redonda, donde siempre lo que ellos tratan es de destacar la autenticidad que siempre termina perdiendo frente a la hipocresía y la pose.
El duelo actoral entre el personaje de Rafael Spregelburd, un diseñador de sillas que está pasando por un bloqueo creativo, y Daniel Aráoz, un vendedor de autos que trata de hacer lo posible para llevarse bien con su vecino pero conseguir su cachito de sol, o sea una ventana para que le entre luz a su departamento, ambos encarnan a la perfección sus respectivos papeles, los directores fueron muy hábiles sobre todo en elegir a Daniel Aráoz, los diálogos son tan cuál el tipo habla en general, los argentinos lo conocemos porque es un actor y conductor bastante particular, medio border, como su personaje.
Si bien como dicen algunas criticas, es bastante tramposa, parcial y hasta demagoga, el mensaje está dado de una forma tan caustica, tan sarcástica e irónica, que se le perdona el tomar partido, sobre todo por como terminan resolviendo la situación y desvelándonos la condición humana de cada uno.
Y en esta ocasión la antepone a un hombre llano, vulgar, una versión grotesca del hombre popular, en este caso lo mejor es como maneja el humor, igual que en su anterior película, muy sobrio, aunque esta vez menos cerrado, más cercano, una propuesta más redonda, donde siempre lo que ellos tratan es de destacar la autenticidad que siempre termina perdiendo frente a la hipocresía y la pose.
El duelo actoral entre el personaje de Rafael Spregelburd, un diseñador de sillas que está pasando por un bloqueo creativo, y Daniel Aráoz, un vendedor de autos que trata de hacer lo posible para llevarse bien con su vecino pero conseguir su cachito de sol, o sea una ventana para que le entre luz a su departamento, ambos encarnan a la perfección sus respectivos papeles, los directores fueron muy hábiles sobre todo en elegir a Daniel Aráoz, los diálogos son tan cuál el tipo habla en general, los argentinos lo conocemos porque es un actor y conductor bastante particular, medio border, como su personaje.
Si bien como dicen algunas criticas, es bastante tramposa, parcial y hasta demagoga, el mensaje está dado de una forma tan caustica, tan sarcástica e irónica, que se le perdona el tomar partido, sobre todo por como terminan resolviendo la situación y desvelándonos la condición humana de cada uno.
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