Secreto oculto en el mar
6.8
3,871
1 de agosto de 2023
1 de agosto de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Arthur Penn, con el inestimable apoyo de un brillante guión de Alan Sharp, filma una de sus obras más destacadas con este enigmático y negro thriller psicológico centrado en la figura de un amargado detective privado incorporado magistralmente por Gene Hackman, un antihéroe podrido por dentro e infeliz tanto por el fracaso de su matrimonio como por un pasado familiar conflictivo y hostil.
Penn aborda escabrosos temas como el adulterio o el incesto a través de una seductora trama cuya narración resulta un tanto desequilibrada por momentos, desigual, pudiéndose mostrar más sólida y consistente. Da la impresión de que no se le saca el máximo partido a un guión sobresaliente que podía dar más de sí.
No obstante la película merece mucho la pena por la consecución de una atmósfera tirante y putrefacta, por la interpretación de un sensacional Hackman y por su resolución sorprendente y nada acomodaticia.
El papel que encarna una jovencísima Melanie Griffith como desvergonzada y tentadora lolita, objeto de búsqueda del protagonista, supuso el jugoso debut cinematográfico de la hija de Tippi Hedren.
Nota: 7,5
Penn aborda escabrosos temas como el adulterio o el incesto a través de una seductora trama cuya narración resulta un tanto desequilibrada por momentos, desigual, pudiéndose mostrar más sólida y consistente. Da la impresión de que no se le saca el máximo partido a un guión sobresaliente que podía dar más de sí.
No obstante la película merece mucho la pena por la consecución de una atmósfera tirante y putrefacta, por la interpretación de un sensacional Hackman y por su resolución sorprendente y nada acomodaticia.
El papel que encarna una jovencísima Melanie Griffith como desvergonzada y tentadora lolita, objeto de búsqueda del protagonista, supuso el jugoso debut cinematográfico de la hija de Tippi Hedren.
Nota: 7,5
21 de noviembre de 2006
21 de noviembre de 2006
12 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Genial película, donde se mezcla sabiamente el policíaco y el desamor, con un pletórico Gene Hackman que da vida a un perdedor inolvidable. Excelente guión para una película absorbente y tremenda.
18 de enero de 2023
18 de enero de 2023
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Arthur Penn y Gene Hackman volvieron a cruzar sus caminos tras 'Bonnie y Clyde', pero esta vez sería en el género del cine negro donde el oscarizado actor de 'Contra el imperio de la droga' y más tarde por 'Sin perdón' encarna a un detective con tufo de perdedor, pero siendo uno de esos perdedores con encanto de los que cuesta no empatizar con su situación o con él mismo.
Alan Sharp (guionista de 'Rob Roy, la pasión de un rebelde') escribe esta intriga donde, como suele pasar en este género, lo que en principio parece un caso sencillo se irá poco a poco complicando y dando sorpresas; en este caso no es una excepción, aunque sí es verdad que Sharp no anduvo muy atinado en la resolución porque deja algo confuso en la explicación de la conexión de los dos casos que se manejan en el tramo final y el papel de algún personaje. No obstante, el libreto tiene más aciertos que errores, el citado fallo sería el único realmente acusable.
La codicia es el elemento principal del largometraje de Penn, junto con infidelidades varias, en los que Penn retrata la cara menos agradable del ser humano, cuando se tira los principios por la ventana por dinero o por comer caliente en otro lado teniendo ya de comer en casa, ya me entienden.
Destaca junto al siempre destacado Gene Hackman, las presencias de unos jóvenes James Woods y Melanie Griffith que harían carrera a no más tardar, teniendo ya aquí papeles donde pueden lucir sus cualidades actorales. Él como un mecánico que pasaba por allí con un papel en toda la trama y ella como la hija de la que Harry Moseby (Hackman) debe descubrir su paradero con una forma de ser liberal.
A pesar de ese defecto en la resolución de la historia, estamos ante un largometraje bastante disfrutable con un guion, por lo general, que le coge el pulso a un género ya por aquel entonces renqueante de propuestas al contrario que en décadas anteriores, un director al que visiona la historia con un manejo sobrio y efectivo de las escenas y, a su vez, al reparto donde hasta el personaje que, en teoría, pinta menos tiene su rol en los sucesos que se van desarrollando.
Alan Sharp (guionista de 'Rob Roy, la pasión de un rebelde') escribe esta intriga donde, como suele pasar en este género, lo que en principio parece un caso sencillo se irá poco a poco complicando y dando sorpresas; en este caso no es una excepción, aunque sí es verdad que Sharp no anduvo muy atinado en la resolución porque deja algo confuso en la explicación de la conexión de los dos casos que se manejan en el tramo final y el papel de algún personaje. No obstante, el libreto tiene más aciertos que errores, el citado fallo sería el único realmente acusable.
La codicia es el elemento principal del largometraje de Penn, junto con infidelidades varias, en los que Penn retrata la cara menos agradable del ser humano, cuando se tira los principios por la ventana por dinero o por comer caliente en otro lado teniendo ya de comer en casa, ya me entienden.
Destaca junto al siempre destacado Gene Hackman, las presencias de unos jóvenes James Woods y Melanie Griffith que harían carrera a no más tardar, teniendo ya aquí papeles donde pueden lucir sus cualidades actorales. Él como un mecánico que pasaba por allí con un papel en toda la trama y ella como la hija de la que Harry Moseby (Hackman) debe descubrir su paradero con una forma de ser liberal.
A pesar de ese defecto en la resolución de la historia, estamos ante un largometraje bastante disfrutable con un guion, por lo general, que le coge el pulso a un género ya por aquel entonces renqueante de propuestas al contrario que en décadas anteriores, un director al que visiona la historia con un manejo sobrio y efectivo de las escenas y, a su vez, al reparto donde hasta el personaje que, en teoría, pinta menos tiene su rol en los sucesos que se van desarrollando.
11 de octubre de 2023
11 de octubre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mismo que la noche, aquí se mueve también el día. Todo se tambalea un poco porque carece de cimientos suficientemente sólidos.
El guion está lleno de agujeros que dejan escapar la mínima credibilidad argumental que debe tener el cine negro.
La dirección, con nuestro respeto a buena parte de la obra de Penn, presenta un montón de personajes florero de los que apenas sabemos nada. Vienen y van por allí pero sin mostrarnos su carácter para, al final, ¡voilà!, estos son buenos y estos son malos.
Otra cosa es el detective Harry (Hackman), el centro de la trama, bien perfilado y magníficamente interpretado. Tampoco lo hacen mal los demás entre los que hay unos cuantos actores jóvenes al inicio de sus carreras.
Ambientación y aire setentero de presunta y gratuita "liberación sexual" que a todos y todas parece alcanzar. Hasta nuestro detective queda aquí un poco como el alguacil alguacilado.
Lo mejor las referencias cinéfilas. ¡Olé la frase de Harry sobre el cine de Éric Rhomer!: "Como ver crecer una planta". En alusión a "Ma nuit chez Maud", por entonces en España carne de cineclub y de Arte y ensayo. Sin olvidar los vistosos rodajes de los especialistas.
Película pasable, tal vez interesante, pero hecha como con desgana sin preocuparse mucho de cerrar bien el guion.
Seguidores de Hackman no se la pierdan.
El guion está lleno de agujeros que dejan escapar la mínima credibilidad argumental que debe tener el cine negro.
La dirección, con nuestro respeto a buena parte de la obra de Penn, presenta un montón de personajes florero de los que apenas sabemos nada. Vienen y van por allí pero sin mostrarnos su carácter para, al final, ¡voilà!, estos son buenos y estos son malos.
Otra cosa es el detective Harry (Hackman), el centro de la trama, bien perfilado y magníficamente interpretado. Tampoco lo hacen mal los demás entre los que hay unos cuantos actores jóvenes al inicio de sus carreras.
Ambientación y aire setentero de presunta y gratuita "liberación sexual" que a todos y todas parece alcanzar. Hasta nuestro detective queda aquí un poco como el alguacil alguacilado.
Lo mejor las referencias cinéfilas. ¡Olé la frase de Harry sobre el cine de Éric Rhomer!: "Como ver crecer una planta". En alusión a "Ma nuit chez Maud", por entonces en España carne de cineclub y de Arte y ensayo. Sin olvidar los vistosos rodajes de los especialistas.
Película pasable, tal vez interesante, pero hecha como con desgana sin preocuparse mucho de cerrar bien el guion.
Seguidores de Hackman no se la pierdan.
21 de noviembre de 2023
21 de noviembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película dirigida por Arthur Penn y protagonizada por Gene Hackman, Jennifer Warren y Melanie Griffith. Es un thriller de cine negro que narra la investigación de un detective privado contratado por una actriz alcohólica y decadente para encontrar a su hija de 16 años, desaparecida.
La película es una de las mejores obras de Penn y de las más representativas del género en los años setenta. Destaca por su trabajado guion, de Alan Sharp, que mantiene el interés y la intriga a lo largo de la trama. Tiene unos diálogos inteligentes y unos personajes complejos y creíbles.
El protagonista, Harry Moseby, interpretado magistralmente por Gene Hackman, es un ejemplo de antihéroe, un hombre desencantado y fracasado que se enfrenta a un caso que le hará cuestionar su propia vida y su papel en el mundo.
Explora la película igualmente temas como la corrupción, la violencia, el sexo, la identidad y el cine, con referencias a clásicos del cine negro y a la situación social y política de la época.
Penn hace una sobria y elegante dirección, con una puesta en escena que aprovecha los distintos escenarios, desde la ciudad de Los Ángeles hasta las islas de Florida, para crear una atmósfera envolvente y tensa.
La fotografía de Bruce Surtees es oscura y contrastada, acorde con el tono de la película. La música de Michael Small es discreta y eficaz, sin caer en el exceso o la redundancia.
El reparto está formado por actores de gran nivel, empezando por Gene Hackman, Jennifer Warren, que da vida a la enigmática Paula, o James Woods, que interpreta a un sospechoso traficante de antigüedades. Destaca la presencia de una joven Melanie Griffith, que encarna a la sensual y rebelde Delly, la hija de la actriz.
Es una producción que recibió elogios de la crítica y del público, aunque en su momento no tuvo el éxito comercial esperado. Algunos la han comparado con Chinatown (1974) de Roman Polanski, otra obra maestra del cine negro moderno. Otros la han reivindicado como una película de culto, que merece ser redescubierta y valorada. Sea como sea, es una película que no deja indiferente, y hace reflexionar sobre el sentido de la vida y la condición humana.
La película es una de las mejores obras de Penn y de las más representativas del género en los años setenta. Destaca por su trabajado guion, de Alan Sharp, que mantiene el interés y la intriga a lo largo de la trama. Tiene unos diálogos inteligentes y unos personajes complejos y creíbles.
El protagonista, Harry Moseby, interpretado magistralmente por Gene Hackman, es un ejemplo de antihéroe, un hombre desencantado y fracasado que se enfrenta a un caso que le hará cuestionar su propia vida y su papel en el mundo.
Explora la película igualmente temas como la corrupción, la violencia, el sexo, la identidad y el cine, con referencias a clásicos del cine negro y a la situación social y política de la época.
Penn hace una sobria y elegante dirección, con una puesta en escena que aprovecha los distintos escenarios, desde la ciudad de Los Ángeles hasta las islas de Florida, para crear una atmósfera envolvente y tensa.
La fotografía de Bruce Surtees es oscura y contrastada, acorde con el tono de la película. La música de Michael Small es discreta y eficaz, sin caer en el exceso o la redundancia.
El reparto está formado por actores de gran nivel, empezando por Gene Hackman, Jennifer Warren, que da vida a la enigmática Paula, o James Woods, que interpreta a un sospechoso traficante de antigüedades. Destaca la presencia de una joven Melanie Griffith, que encarna a la sensual y rebelde Delly, la hija de la actriz.
Es una producción que recibió elogios de la crítica y del público, aunque en su momento no tuvo el éxito comercial esperado. Algunos la han comparado con Chinatown (1974) de Roman Polanski, otra obra maestra del cine negro moderno. Otros la han reivindicado como una película de culto, que merece ser redescubierta y valorada. Sea como sea, es una película que no deja indiferente, y hace reflexionar sobre el sentido de la vida y la condición humana.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here