Cuando la masa impone una opinión, el 99% de la gente se deja guiar por esa misma opinión. En este caso, Chaplin es un genio del humor, que hace una crítica extraordinaria a las dictaduras, ridiculiza a Hitler, etc.

Pues bien, resulta que el rodaje de esta película comenzó justamente después del inicio de la Segunda Guerra Mundial (qué casualidad oiga), y aunque Estados Unidos no estuviera en guerra hasta un poco más tarde, se alineó desde el primer momento contra Alemania. Esta película es la prueba. Humor tonto, que no consigue arrancar ni una leve sonrisa, por mucho que el espectador intente forzar una, pensando que "jo, una obra maestra de la comedia y no me río, a ver si es que soy imbécil". Pero no, tranquilo amigo, porque estás ante una de las películas más sobrevaloradas de la Historia, promocionada por el sistema desde el primer minuto de rodaje hasta hoy mismo.

A mí no me gusta nada. Al Hitler histórico, sorprendentemente, sí que le gustaba bastante Chaplin (!). Ver para creer.

Vaya por delante que a mí Chaplin me parece un genio, pero muchas veces se sale del formato en el que se luce realmente: la historia corta. Es como si Borges se pusiese a ecribir una novela larga: nunca lo hizo, y seguramente le hubiese salido un pestiño.

Esta película tiene valores estimables, como algunos gags y la valentía de hacerlo en un tiempo en que todo el mundo intentaba aplacar los animos de la bestia Hitler. Pero aún así no es un buen largometraje.

Creo que la principal razón por la que esta película no me gustó fue la tremenda autorreferencialidad de la que se nutre todo el sentido del humor desplegado por chaplin y sin la cual la sátira o burla no tiene sentido, por no hablar de la sarta de estereotipos alemanes que utiliza para hacer reir a todo aquel que prejuzga lo ocurrido en alemania en esa época. La única virtud que se puede sacar es el hecho de que se hizo antes/durante la alemania nazi, pero no justifica ese humor blandengue, poco consciente, reiterativo y egomaníaco con el que Chaplin tanto éxito obtuvo, pudiendo sobrevivir al cine sonoro gracias a sus guiños manieristas, en detrimento del gran genio Buster Keaton.

Genial reflexión de Chaplin sobre las dictaduras y la guerra a través de la parodia de la patética figura de hitler. El discurso final es un poco largo y quizá sobre un trozo, pero el resultado global de la totalidad en esencia del filme es de chapó. Una obra maestra.

Las pequeñas situaciones anodinas y cómicas en la barbería son delirantemente hilarantes. Brillantes

Genial genial



-El intelectual-