Truñar, jiñar, cagar, visitar al señor Roca, plantar un pino, liberar a Willy, obrar, ensuciar, hacer de vientre, recibir un fax, crujir la porcelana, echar el kilo, soltar el lastre, sentarse en el trono, irse por las patas abajo, echar un cerote, defecar, ir al cagódromo, empolvarse el ojo ciego, mear sólido, soltar un zurullo, dejar caer la estalactita, irse por las trancas...



Todo lo anterior sólo son formas de decir la misma cosa. ¡Ah, no! ¡Se me olvidaba una! RATATOUILLE.



Y es que todo el mundo caga, aunque se vista de fiesta; y Brad Bird ha cagado un mojón muy bonito. Porque aunque se nos quiera engatusar con unos gráficos acojonantes; ni las putas ratas tienen gancho, ni la historia, ni nada. Que los ordenadores de hoy en día son muy potentes, vale; pero a ver si los humanos se currais un poco mejor las historias y dejais de hacerme películas con un molde de arroz a la cubana que luego os salen todas iguales.



EL FUSILADOR HA DICHO.

A pesar de la textura y expresión de sus protagonistas, daba por sentado que esta "película" admitía también público adulto. Nada más lejos de la verdad. No es más que una sucesión constante de bromas tontas y situaciones ridículas y del todo ilógicas y surrealistas, que sin duda harán la delicia de los más pequeños ( o estúpidos) pero que a alguien maduro e inteligente nada aportan.

Si no son niños, pueden prescindir de esta anodina e irrisoria película.


-El intelectual-