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Plan diabólico

Ciencia ficción. Intriga. Drama El banquero Arthur Hamilton (John Randolph) lleva una vida monótona y sin sentido junto a su esposa. Un día recibe una llamada de un amigo a quien creía muerto, que le anima a que visite La Compañía. Allí le ofrecerán algo aparentemente imposible: empezar su vida de cero. (FILMAFFINITY)
Críticas 40
Críticas ordenadas por utilidad
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8
6 de julio de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se olvidan de decir que esta película es una adaptación cinematográfica de una novela de David Ely titulada "Substitutos". La película sabe reproducir la frialdad emocional y el desconcierto del protagonista ante el resultado de lo que él mismo ha pagado y contratado. ¿Se puede cambiar de vida -y de cuerpo- sin dejar de ser uno mismo? Ésa es la gran pregunta que plantea esta historia y cuya respuesta, a pesar de todas las apariencias, está implícita desde el primer minuto. Tenemos la vida que tenemos porque somos quienes somos y, puesto que eso no podemos cambiarlo, es inútil intentar cambiar lo demás. Si lo intentamos, las consecuencias son las que se muestran en esta película.

Por descontado, no es una película policíaca, pero no por eso es menos inquietante. Un Rock Hudson en el papel más extraño de su carrera sabe conducir una historia fascinante y desoladoramente lógica. La fotografía deliberadamente impersonal de Frankenheimer, que en ocasiones se aproxima al documental o al reportaje periodístico, acentúan la angustia de una cinta desconcertante e inolvidable.
7
27 de mayo de 2015 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Plan diabólico de John Frankenheimer es un thriller psicológico surrealista y drama de ciencia ficción en el que un hombre que está harto de la vida que lleva, decide operarse para ser alguien distinto y simular su muerte para cambiar su vida. Dirigida con un ritmo asfixiante y con un estilo desconcertante en su historia e imágenes, es una obra confusa y valiente para la época por varios aspectos técnicos, visuales y narrativos que sirvió como base a futuros y conocidos films por algunas escenas del mismo, concluyendo una singular pero atractiva película que ofrece algo nuevo y deja absorto al público con su incitadora historia que no gustará al público más comercial pero si a los cinéfilos seguidores del género.
La fotografía en blanco y negro es bastante incomprensible al mostrar unas imágenes tétricas y sombrías que añaden enigma y estímulo a una trama ya de por sí bastante liosa. La música es hipnótica y turbadora al ofrecer imágenes inquietantes e intensas que mantienen la intriga y el misterio con bastante profundidad gracias a la labor de Jerry Goldsmith. Los planos y movimientos de cámara consuman una informal e inesperada labor técnica a través del uso de los plano-contraplanos, ojo de pez, subjetivos, cámara en mano, avanti, primeros y primerísimos planos, seguimiento y detalles inteligentes para mantener al público en constante desconcierto.
Las actuaciones son creíbles y con oscuridad psicológica. Como protagonistas Rock Hudson está profundo en un remarcable papel y John Randolph está impecable y señalado en su labor, siendo adecuados los acompañamientos de Salome Jens, Will Geer, Jeff Corey y Richard Anderson entre otros. Para estos emplea la dirección artística unos vestuarios y caracterizaciones formales y elegantes en una notable labor que junto con los surrealistas decorados descolocan al espectador en las escenas oportunas.
El guion, escrito por Lewis John Carlino, es intrincado y extraño en su trama surrealista pero desde luego es atrayente en su inusitada historia que mantiene al público atento a un impredecible desenlace, turbando al público con un film abstracto que no pasa desapercibido para los que busquen este tipo de películas de difícil comprensión por su enigmática historia. Esto se lleva a cabo con una narrativa paranoica y misteriosa que con tono sombrío añade maquinación al film. Cabe destacar también, el montaje singular e innovador en lo que expone, logrando un embrollado pero creativo trabajo.
Para finalizar, la considero una obra imprescindible dentro del cine surrealista y dramas psicológicos por tener una trama original e inaudita que de forma inesperada penetran en el público y lo hipnotiza, finalizando una cinta profunda y desconcertante que dejará buen recuerdo a los seguidores del género. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, montaje, planos, movimientos de cámara, caracterizaciones, decorados y narrativa que hacen de Un plan diabólico, un film absorbente para todos aquellos que siempre piden una vuelta de tuerca más, a los films ya enrevesados de por sí.
6
14 de noviembre de 2016 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La idea es de sobresaliente, pero el desarrollo es algo insuficiente y alguno de los giros argumentales previsibles. Pero sea como sea, es una película interesante, con una premisa muy innovadora, estamos hablando de 1966, y merecedora de ser vista al menos una vez.

La película no trata tanto de ser una oda al conformismo, sino una crítica al no dar importancia a los pequeños detalles y valorar lo que ya tenemos (que no es lo mismo), y sobretodo al buscar con avidez una suerte de "nueva vida" mediante un cambio radical, porque no es realista, no es posible. Esto lo representa el protagonista, Hamilton, el cual es un tipo con una vida rutinaria -con todas las distracciones y convenciones sociales que ello acarrea-, y que está extremadamente sumergido en su trabajo de ejecutivo y en lo que le enseñaron que era lo importante (llegar a ser algo). Y el pobre va y se lo cree.

A través de una llamada de un viejo amigo que lo suponía muerto, acaba en una compañía que le ofrece un "renacimiento"; una nueva vida, con un nuevo cuerpo y con la aparente libertad de proporcionarle la vida que él ansiaba.

Las interpretaciones son todas más que decentes, con mención especial a Rock Hudson, y las conversaciones y la fotografía un mero reflejo de lo que intenta decir y representar la película.

Sigo en spoiler desvelándo cosas importantes de la trama.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El protagonista, en su "segunda vida" intenta centrarse en una vida menos material y buscar la felicidad mediante el impulso creativo y el relieve estético, pero eso no arregla la monotonía de la vida, así como el hecho de irse a otro lugar no deja atrás tu antigua vida o pasado, ni tener una nueva cara tu antiguo yo. Frankenhaimer, durante el desarrollo de la historia nos dice que ni siquiera se puede aspirar a vivir una vida en que la totalidad de las decisiones que aparentemente toma uno mismo sean realmente propias.

Y el final del filme representa, con su pesimismo evidente, que la única escapatoria de la vida y la única manera de ser totalmente libre es la muerte.
En ese momento, por medio de la agonía del protagonista cuando van a darle matarile, también nos dice que por mucho que odiemos la vida, siempre (o casi siempre) abogaremos por intentar cambiarla, es decir, poner algunos parches y seguir adelante, porque triste y presumiblemente nunca se está del todo preparado para morir, por muy miserable que sea nuestra vida. Porque como organismos vivos -por puro instinto de supervivencia- haremos todo por sobrevivir. Una especie del conato sobre el que teorizó Schopenhauer.
9
9 de marzo de 2018 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El gran John Frankenheimer se vuelca en esta cinta poniendo en ella sus mayores cualidades, al punto que avanza un paso más en sus temáticas habituales, siendo ésta una de las películas más admiradas en décadas, todo un icono. Este cineasta neoyorquino (1930-2002) de origen germano-judío hace un cine plenamente ideológico y progresista, y este film no es una excepción. Su cine es pesimista y se lanza como un buldócer contra el denominado “sueño americano”.
Esta obra es un claro ejemplo del dislate moral y social yanqui, que Frankenheimer encarna en el desconcierto de una planificación distorsionada de sus rodajes, con el subrayado de unas imágenes a veces turbulentas, más que diálogos, y de unos personajes que parecen haber perdido el rumbo. Frankenheimer se deleita colocando la cámara en los lugares más inesperados, permitiendo así al espectador vivir de cerca las emociones de unos individuos descontentos, furiosos y perturbados. Justamente esta película, avanzada para su época, plantea un concepto sobre el terror y la intriga diferente a los cánones clásicos. Su director representa al “mal” como una parte más de la vida cotidiana, en el aquí y en el ahora, amparado por una “sociedad enferma” y alienada.
Gran guión de Lewis John Carlino que plantea en la historia preguntas sobre la desilusión frente a la llamada vida del progreso y el confort, la repudiable opulencia, la riqueza, la acumulación sin límite, la insatisfacción existencial, la decadencia física, social y moral.
Jerry Goldsmith hace una banda sonora espléndida, inquietante y muy acorde al film. Excelente fotografía en blanco y negro de James Wong Howe, uno de los directores de fotografía más importantes de la historia del cine.
La película tiene muchos silencios, hay un delicado tratamiento de los silencios con un protagonista abstraído y retraído, enfocado por innumerables primeros planos, mientras la acción se desarrolla de fondo con unas personas nerviosas que intentan desesperadamente rellenar los vacíos incómodos.
Del reparto sobresalen dos actores para un mismo personaje en dos estados diferentes el prestigioso John Randolph y la estrella Rock Hudson inmenso. Destacan igualmente en sus breves apariciones Wesley Addy como el pulcro e impecable John, o Murray Hamilton, en su conmovedora interpretación de Charlie.
Sobrecogedora, turbadora, esta película es una obra de gran profundidad, de enorme interés por su contenido y la soberbia realización de John Frankenheimer. Sin duda este film se adelantó a su tiempo dibujando con crudeza un brutal descenso a los misterios y anhelos del psiquismo humano. La conclusión es desoladora, pues apunta a la imposibilidad de huir de esa inadaptación al mundo, incluso cuando para lograrlo hemos tratado de manipular la realidad a nuestro antojo.
3
25 de octubre de 2009
17 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una pena. Elige un tema muy interesante y sugerente, pero lo adereza con tal exceso de excentricidades e incoherencias que no me lo creo. Psicológicamente no hay un personaje que esté bien resuelto, ni una motivación que esté estudiada hasta sus últimas consecuencias. La película entera se queda en un aparataje externo pretendidamente profundo e inquietante, igual que su banda sonora. En mi opinión, es una película con un buen tema y una gran interpretación personal de Rock Hudson, pero que se reduce a escenas gratuitamente largas y absurdas, como la de la bacanal, y a una recreación innecesaria en detalles y planos que no aportan nada. En definitiva, pretenciosa.
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