You must be a loged user to know your affinity with Seori
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

7.1
3,856
6
14 de noviembre de 2016
14 de noviembre de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La idea es de sobresaliente, pero el desarrollo es algo insuficiente y alguno de los giros argumentales previsibles. Pero sea como sea, es una película interesante, con una premisa muy innovadora, estamos hablando de 1966, y merecedora de ser vista al menos una vez.
La película no trata tanto de ser una oda al conformismo, sino una crítica al no dar importancia a los pequeños detalles y valorar lo que ya tenemos (que no es lo mismo), y sobretodo al buscar con avidez una suerte de "nueva vida" mediante un cambio radical, porque no es realista, no es posible. Esto lo representa el protagonista, Hamilton, el cual es un tipo con una vida rutinaria -con todas las distracciones y convenciones sociales que ello acarrea-, y que está extremadamente sumergido en su trabajo de ejecutivo y en lo que le enseñaron que era lo importante (llegar a ser algo). Y el pobre va y se lo cree.
A través de una llamada de un viejo amigo que lo suponía muerto, acaba en una compañía que le ofrece un "renacimiento"; una nueva vida, con un nuevo cuerpo y con la aparente libertad de proporcionarle la vida que él ansiaba.
Las interpretaciones son todas más que decentes, con mención especial a Rock Hudson, y las conversaciones y la fotografía un mero reflejo de lo que intenta decir y representar la película.
Sigo en spoiler desvelándo cosas importantes de la trama.
La película no trata tanto de ser una oda al conformismo, sino una crítica al no dar importancia a los pequeños detalles y valorar lo que ya tenemos (que no es lo mismo), y sobretodo al buscar con avidez una suerte de "nueva vida" mediante un cambio radical, porque no es realista, no es posible. Esto lo representa el protagonista, Hamilton, el cual es un tipo con una vida rutinaria -con todas las distracciones y convenciones sociales que ello acarrea-, y que está extremadamente sumergido en su trabajo de ejecutivo y en lo que le enseñaron que era lo importante (llegar a ser algo). Y el pobre va y se lo cree.
A través de una llamada de un viejo amigo que lo suponía muerto, acaba en una compañía que le ofrece un "renacimiento"; una nueva vida, con un nuevo cuerpo y con la aparente libertad de proporcionarle la vida que él ansiaba.
Las interpretaciones son todas más que decentes, con mención especial a Rock Hudson, y las conversaciones y la fotografía un mero reflejo de lo que intenta decir y representar la película.
Sigo en spoiler desvelándo cosas importantes de la trama.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El protagonista, en su "segunda vida" intenta centrarse en una vida menos material y buscar la felicidad mediante el impulso creativo y el relieve estético, pero eso no arregla la monotonía de la vida, así como el hecho de irse a otro lugar no deja atrás tu antigua vida o pasado, ni tener una nueva cara tu antiguo yo. Frankenhaimer, durante el desarrollo de la historia nos dice que ni siquiera se puede aspirar a vivir una vida en que la totalidad de las decisiones que aparentemente toma uno mismo sean realmente propias.
Y el final del filme representa, con su pesimismo evidente, que la única escapatoria de la vida y la única manera de ser totalmente libre es la muerte.
En ese momento, por medio de la agonía del protagonista cuando van a darle matarile, también nos dice que por mucho que odiemos la vida, siempre (o casi siempre) abogaremos por intentar cambiarla, es decir, poner algunos parches y seguir adelante, porque triste y presumiblemente nunca se está del todo preparado para morir, por muy miserable que sea nuestra vida. Porque como organismos vivos -por puro instinto de supervivencia- haremos todo por sobrevivir. Una especie del conato sobre el que teorizó Schopenhauer.
Y el final del filme representa, con su pesimismo evidente, que la única escapatoria de la vida y la única manera de ser totalmente libre es la muerte.
En ese momento, por medio de la agonía del protagonista cuando van a darle matarile, también nos dice que por mucho que odiemos la vida, siempre (o casi siempre) abogaremos por intentar cambiarla, es decir, poner algunos parches y seguir adelante, porque triste y presumiblemente nunca se está del todo preparado para morir, por muy miserable que sea nuestra vida. Porque como organismos vivos -por puro instinto de supervivencia- haremos todo por sobrevivir. Una especie del conato sobre el que teorizó Schopenhauer.
10
29 de octubre de 2022
29 de octubre de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vi antaño y, si bien siempre dejó huella, me ha tocado con más profundidad esta última vez.
Por lo tanto, más que una crítica en sí, lo escrito a continuación van a ser unas líneas derivadas del revisionado de la serie.
Una ciudad sin cielo, subterránea.
Atmósfera asfixiante y miembros corporales que se sustituyen por implantes de acero.
Humanos que sirven como armas de guerra.
Gritos de rabia sostenidos contra aquellos que dominan la existencia.
Silencio resignado por humanos que entienden la vida con menor intensidad.
Individuos divisibles unidos por el sentimiento indivisible de la impotencia.
Tal y como ocurre con Nietzsche a menudo, se la malinterpreta como nihilista pero, como muchos sabemos, de una visión sombría que la propia realidad del mundo termina por imponer, el filósofo alemán extrae esencialmente una palabra de vida: un canto a la vida.
Lukuss es el nombre de la ciudad que encarna dicha verdad. Y la verdad es el Todo: desde la gobernanza de la vida humana con el fin de poseer los cuerpos hasta el terrorismo, las atrocidades, las sonrisas, las manos amigas, las experiencias místicas, la soledad, la muerte, los experimentos humanos o, sin duda, el amor. Todo esto presente en Texhnolyze a través del mundo más allá de la superficie, Organ, La Alianza, Rakan, los habitantes de Gobe, el Pueblo o aquellos que son menos que personas, habitantes de la Colina, y de los cuales se cuenta que han perdido toda humanidad. Y, por supuesto, ligado a esta terrible y hermosa verdad a partes iguales, se halla el ser humano, tan parecido como diferente, actor que da forma a estos hechos.
El nihilismo, en definitiva, solo puede estar preso de una vida a la que nunca le ha ocurrido nada por lo que merezca la pena vivir. Sin embargo, más allá siempre se mantendrá en pie una noción, un instinto o un impulso del deseo de vivir. Es más, solo se puede pensar de tal forma cuando se tiene de algún modo presente, por difuso o mínimo que sea, el horizonte de una posibilidad mejor. El nihilismo, así como el suicidio, siempre se verá preso del anhelo de vida, en muchas ocasiones y tal vez de forma paradójica como su máxima expresión. incluso
algunos podrían afirmar -como sería el caso de Ciorán con la idea del suicidio- que estos dos conceptos pueden llegar a servir para ir tirando o para abrirse paso por la vida: con sus momentos de belleza y amistad y sus momentos de pena y sufrimiento.
En consecuencia, Texhnolyze, es esencialmente esto:
Por lo tanto, más que una crítica en sí, lo escrito a continuación van a ser unas líneas derivadas del revisionado de la serie.
Una ciudad sin cielo, subterránea.
Atmósfera asfixiante y miembros corporales que se sustituyen por implantes de acero.
Humanos que sirven como armas de guerra.
Gritos de rabia sostenidos contra aquellos que dominan la existencia.
Silencio resignado por humanos que entienden la vida con menor intensidad.
Individuos divisibles unidos por el sentimiento indivisible de la impotencia.
Tal y como ocurre con Nietzsche a menudo, se la malinterpreta como nihilista pero, como muchos sabemos, de una visión sombría que la propia realidad del mundo termina por imponer, el filósofo alemán extrae esencialmente una palabra de vida: un canto a la vida.
Lukuss es el nombre de la ciudad que encarna dicha verdad. Y la verdad es el Todo: desde la gobernanza de la vida humana con el fin de poseer los cuerpos hasta el terrorismo, las atrocidades, las sonrisas, las manos amigas, las experiencias místicas, la soledad, la muerte, los experimentos humanos o, sin duda, el amor. Todo esto presente en Texhnolyze a través del mundo más allá de la superficie, Organ, La Alianza, Rakan, los habitantes de Gobe, el Pueblo o aquellos que son menos que personas, habitantes de la Colina, y de los cuales se cuenta que han perdido toda humanidad. Y, por supuesto, ligado a esta terrible y hermosa verdad a partes iguales, se halla el ser humano, tan parecido como diferente, actor que da forma a estos hechos.
El nihilismo, en definitiva, solo puede estar preso de una vida a la que nunca le ha ocurrido nada por lo que merezca la pena vivir. Sin embargo, más allá siempre se mantendrá en pie una noción, un instinto o un impulso del deseo de vivir. Es más, solo se puede pensar de tal forma cuando se tiene de algún modo presente, por difuso o mínimo que sea, el horizonte de una posibilidad mejor. El nihilismo, así como el suicidio, siempre se verá preso del anhelo de vida, en muchas ocasiones y tal vez de forma paradójica como su máxima expresión. incluso
algunos podrían afirmar -como sería el caso de Ciorán con la idea del suicidio- que estos dos conceptos pueden llegar a servir para ir tirando o para abrirse paso por la vida: con sus momentos de belleza y amistad y sus momentos de pena y sufrimiento.
En consecuencia, Texhnolyze, es esencialmente esto:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Volver a empezar. Volver a fracasar. ¿Conformarse con aquello que ya conoces? ¿Jugártela para hallar respuestas? Valorar la libertad y las verdades de la sangre.
Y, sobre todo: ¿qué queda cuando ya no queda nada?
Quizá un arma con la que equilibrar tanta superflua crueldad o tedio asesino, tratando de arrasar con todo.
Quizá la religión, para abrazar el distante anhelo de algo perdido.
Quizá la unión con una institución que pretenda mantener el poco orden que queda.
Quizá la traición con la esperanza de recoger algunas migajas que caigan desde arriba.
Quizá la presencia de un extraño, agitador de conciencias, mitad arma mitad humano, proveniente de un lugar desconocido y cuyos múltiples enigmas solo obtendrán respuesta demasiado tarde.
Quizá hasta el reencuentro con una flor recibida antaño por una existencia que jamás habrías pensado que sería la más importante de tu vida.
Atreverse a amar, atreverse a ser herido.
Y hacer preguntas cuando ya nadie las hace, y buscar respuestas cuando ya nadie se pierde lo suficiente como para hacerlo.
Y vivir, vivir. E imaginar de vez en cuando las estrellas para seguir pisando la tierra.
Y, sobre todo: ¿qué queda cuando ya no queda nada?
Quizá un arma con la que equilibrar tanta superflua crueldad o tedio asesino, tratando de arrasar con todo.
Quizá la religión, para abrazar el distante anhelo de algo perdido.
Quizá la unión con una institución que pretenda mantener el poco orden que queda.
Quizá la traición con la esperanza de recoger algunas migajas que caigan desde arriba.
Quizá la presencia de un extraño, agitador de conciencias, mitad arma mitad humano, proveniente de un lugar desconocido y cuyos múltiples enigmas solo obtendrán respuesta demasiado tarde.
Quizá hasta el reencuentro con una flor recibida antaño por una existencia que jamás habrías pensado que sería la más importante de tu vida.
Atreverse a amar, atreverse a ser herido.
Y hacer preguntas cuando ya nadie las hace, y buscar respuestas cuando ya nadie se pierde lo suficiente como para hacerlo.
Y vivir, vivir. E imaginar de vez en cuando las estrellas para seguir pisando la tierra.

7.8
10,933
8
12 de junio de 2019
12 de junio de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película que, teniendo toda la intención o tal vez no tanta, revela la ficción de la soberanía moderna y arroja luz sobre el nuevo sujeto político, que es el mero cuerpo al que se le puede dar muerte impunemente pero al mismo tiempo es insacrificable.
La película está condensada prácticamente al cien por cien en el joven protagonísta, que Zain Al Rafeea encarna con una actuación soberbia. El chico se encuentra abierto al sometimiento de la política (como decisión sobre lo impolítico) a través de una relación de excepción con la misma (le incluye excluyéndole). Como tal, vive en un guetto, un espacio en que cada vez se hace más indiscernible la vida y la norma, "conviviendo" con todo tipo de personas que también pertenecen al mismo pueblo de los excluídos. En cierto modo es más consciente que los adultos de su condición, y se revela contra ella, sobretodo por medio de la ética y también por cierta inocencia juvenil que aún le queda. Zain no entiende completamente nada pero al mismo tiempo percibe todo lo que está detrás de lo que le oprime por todos lados. No comprende la violencia, quiere que "seamos buenos", se queja contra la falta de "corazón", no entiende a su país y cree que hay algo mejor allá... en lugares que no conoce. Y es precisamente aquí donde hay otro punto clave, a mi parecer, pues el sujeto político por excelencia de hoy en día está completamente desarraigado de su lugar de nacimiento y, en la mayoría de casos, de sus propios padres ciudadanos y familia; ambos requisitos indispensables para tener derechos de ciudadanía en el mundo antigüo... a diferencia de la modernidad, pues la simple vida natural es ya inmediátamente política. Y aquí es donde parece importante cuando Nadine Lubaki roza el tema de los refugiados, poniendo de relieve también cómo se rompe la continuidad entre ciudadano y hombre o mujer, entre nacimiento y nacionalidad... pues un refugiado no es más que un concepto-límite que pone en crisis las categorías fundamentales del Estado-nación.
A todo esto también puede sumarse a la lista de puntos positivos la denuncia contra la religión por medio del cuerpo de las mujeres, y cómo el hombre puede tomar ventaja.
Otro aspecto positivo de la película es cómo la directora pretende entender las decisiones de los demás personajes sin necesidad tampoco de justificarlos: Rahil, incluso Aspro..., y por último los padres de Zain. Al fin y al cabo solo intentan sobrevivir en un mundo superior a ellos y de lo que más se les puede culpar es, extrañamente, de tener hijos, pues las decisiones que luego toman -más acertadas o menos-, tratan de basarse en la supervivencia de los suyos y de ellos mismos, por los medios que sean...
En definitiva, la película va directa a la garganta y pienso, a diferencia de algunos, que sin abusar de sentimentalismos. Hay momentos para la lágrima y para sonrisas acongojadas, para la simpatía y la repulsión... pero nunca nada resulta forzado. Por su parte, la banda sonora cumple con creces, imbuyéndole a uno en la tensión narrativa.
Para terminar, no puedo evitar pensar que lo más esencial que quiere transmitir la película es que valoremos la empatía y sobrepongamos a veces los sentimientos por encima de una razón (acaso muy poco racional) en cuyo nombre se han cometido las mayores catástrofes de la modernidad -y, por tanto, de la humanidad-.
La película está condensada prácticamente al cien por cien en el joven protagonísta, que Zain Al Rafeea encarna con una actuación soberbia. El chico se encuentra abierto al sometimiento de la política (como decisión sobre lo impolítico) a través de una relación de excepción con la misma (le incluye excluyéndole). Como tal, vive en un guetto, un espacio en que cada vez se hace más indiscernible la vida y la norma, "conviviendo" con todo tipo de personas que también pertenecen al mismo pueblo de los excluídos. En cierto modo es más consciente que los adultos de su condición, y se revela contra ella, sobretodo por medio de la ética y también por cierta inocencia juvenil que aún le queda. Zain no entiende completamente nada pero al mismo tiempo percibe todo lo que está detrás de lo que le oprime por todos lados. No comprende la violencia, quiere que "seamos buenos", se queja contra la falta de "corazón", no entiende a su país y cree que hay algo mejor allá... en lugares que no conoce. Y es precisamente aquí donde hay otro punto clave, a mi parecer, pues el sujeto político por excelencia de hoy en día está completamente desarraigado de su lugar de nacimiento y, en la mayoría de casos, de sus propios padres ciudadanos y familia; ambos requisitos indispensables para tener derechos de ciudadanía en el mundo antigüo... a diferencia de la modernidad, pues la simple vida natural es ya inmediátamente política. Y aquí es donde parece importante cuando Nadine Lubaki roza el tema de los refugiados, poniendo de relieve también cómo se rompe la continuidad entre ciudadano y hombre o mujer, entre nacimiento y nacionalidad... pues un refugiado no es más que un concepto-límite que pone en crisis las categorías fundamentales del Estado-nación.
A todo esto también puede sumarse a la lista de puntos positivos la denuncia contra la religión por medio del cuerpo de las mujeres, y cómo el hombre puede tomar ventaja.
Otro aspecto positivo de la película es cómo la directora pretende entender las decisiones de los demás personajes sin necesidad tampoco de justificarlos: Rahil, incluso Aspro..., y por último los padres de Zain. Al fin y al cabo solo intentan sobrevivir en un mundo superior a ellos y de lo que más se les puede culpar es, extrañamente, de tener hijos, pues las decisiones que luego toman -más acertadas o menos-, tratan de basarse en la supervivencia de los suyos y de ellos mismos, por los medios que sean...
En definitiva, la película va directa a la garganta y pienso, a diferencia de algunos, que sin abusar de sentimentalismos. Hay momentos para la lágrima y para sonrisas acongojadas, para la simpatía y la repulsión... pero nunca nada resulta forzado. Por su parte, la banda sonora cumple con creces, imbuyéndole a uno en la tensión narrativa.
Para terminar, no puedo evitar pensar que lo más esencial que quiere transmitir la película es que valoremos la empatía y sobrepongamos a veces los sentimientos por encima de una razón (acaso muy poco racional) en cuyo nombre se han cometido las mayores catástrofes de la modernidad -y, por tanto, de la humanidad-.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lamentablemente, la última imagen, que revela cierta esperanza, si queda sometida a los mismos intentos que hasta ahora de acabar con el pueblo de los excluídos y de encerrar el exterior nunca será posible, pues la biopolítica, con la extrema vigilancia que acarrea, trata de fundar la felicidad de la vida sobre la misma condición que la hace miserable: su nuda vida.
«Somos menos que nada: los parásitos». Las últimas palabras que le dirige el padre de Zain a su martirizado hijo.
«Somos menos que nada: los parásitos». Las últimas palabras que le dirige el padre de Zain a su martirizado hijo.

7.5
1,965
8
5 de septiembre de 2022
5 de septiembre de 2022
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para hacer la reseña a continuación han tenido que pasar un par de días, simplemente porque es una obra difícil de calificar y, como toda obra profunda, nunca se sabe el calado de la misma hasta transcurrido cierto tiempo, a veces más a veces menos. Aun así, uno nunca puede estar seguro de si lo que ha visto tiene valor universal o es una tomadura de pelo. Empezaré entonces exponiendo que me parece un gran retrato de la sociedad actual: de la cara menos sonriente que vemos día a día. Plasma con creces la idea de que el hombre moderno nace listo para ser enterrado, no porque no tengamos miedo a morir, al contrario, sino porque nuestras vidas se mueven a toda velocidad sobre la nada. De ahí que me parezca un gran acierto la narración y el temple pausado de la película (sin ser yo muy partidario de planos inusualmente largos que parecen carecer de tal necesidad). Ejemplo de esto son los dos jóvenes, Wei Bu y Huang Lin, los cuales, no obstante, piensan que debería haber "algo mejor" y de cierto modo se rebelan contra lo que les ha tocado en suerte: me refiero a cuando la mera supervivencia es la única brújula sobre la que orientar la existencia, como en nuestro tiempo, que no hay aventura que valga la pena y en cambio proliferan los muertos en vida. No tanto porque nos importe más o menos morir, como decía arriba, sino porque nos da igual no vivir. (Continúo en el spoiler).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Wang Jin, más mayor, tiene diferente opinión, la cual, de hecho, no se privará de compartir. Nos queda entonces Yu Cheng, que simplemente se ha "rendido", aceptado la basura en toda su radicalidad o, visto desde diferente prisma, ha tenido los arrestos suficientes de no querer ser "otro más" diluído entre la masa silenciosa e intenta quedarse con su parte del pastel mediante actividades ilícitas.
Tan vacío de significado en medio de tanta opción de consumo. Tan carente de símbolos entre tanto bombardeo publicitario. Tan falto de sentido alrededor de tanta consigna política hueca. Tan miserable cuanto más dinero se acumula en manos de unos pocos... Tan, tan nihilista cuanto más apela a la vida. Creo que esto es lo que intenta transmitirnos de forma tan claustrofóbica Hu Bo y, sin embargo, nada de ello se muestra explícitamente en la película, sino de forma implícita. ¿Para qué? Se nos muestra un ambiente gris, donde impera el "sálvese quien pueda", sin hacer alusión directa a una forma de vida que ya vive tan dentro de nosotros como fuera. El director no individualiza, nuestro trío protagonista -dejando al margen a Yu Chen, quien ya ha adoptado un papel definitivo- sufre por cosas nada extraordinarias, sino que se han convertido en cotidianas; mientras las personas que les ejercen dolor se encuentran tan perdidas como ellas e incluso les profesan amor, tal como se ama ahora. No es, pues, tanto el dolor particular como el sufrimiento que acarrea en sus espaldas el ser humano como tal. Únicamente la niña pequeña, la nieta de Wang Jin, tiene espacio para el amor incondicional, debido a que aún conserva la pureza que el viejo mundo no tiene por más que destruir para que podamos hacer frente a la existencia real. Hay, por último, una cosa que todos perciben en mayor o menor grado, y es que el amor, aunque sólo existiese dentro de nuestras cabezas o en el interior de nuestros corazones, no sería nada menos real, sino sólo menos tangible. Sólo si fuera de verdad inexistente ni siquiera sentiríamos ese anhelo de lo que incluso nunca ha existido; ese impulso de búsqueda que nos hace pensar que sí hay algo detrás de la apariencia cuando ya no hay nada; que aun así continuamos errando como nómadas y seguimos buscando.
En conclusión, la obra, acaso como toda obra, es subjetiva, pero hay que decir que en este aspecto se eleva muy por encima de la gran mayoría, ya que el que no tenga la sensibilidad (no sé qué término escoger exactamente para no sonar pedante) de percibir y casi tocar con los dedos el derrumbe absoluto aunque superfluo sobre el que se cierne el mundo, esta película le parecerá una castaña, pero si, por el contrario, aquel que la visiona -ya no sólo si le ha ocurrido un suceso similar al de los protagonistas-, sino que está capacitado para mirar cara a cara a la vida y al prójimo con seriedad y sin apartar la mirada, le habrá llegado al alma. Prueba más irrefutable de esto no es otra que el suicidio del creador de la obra antes de su estreno.
El alarido final del elefante, ¿será prometedor canto a favor de la esperanza en la vida, o funesto designio de que la vida nunca cambia a pesar de nuestra esperanza cada vez más desesperanzada? Quizá que la gran criatura se mantenga sentada, como a la espera, pueda darnos una pista.
Tan vacío de significado en medio de tanta opción de consumo. Tan carente de símbolos entre tanto bombardeo publicitario. Tan falto de sentido alrededor de tanta consigna política hueca. Tan miserable cuanto más dinero se acumula en manos de unos pocos... Tan, tan nihilista cuanto más apela a la vida. Creo que esto es lo que intenta transmitirnos de forma tan claustrofóbica Hu Bo y, sin embargo, nada de ello se muestra explícitamente en la película, sino de forma implícita. ¿Para qué? Se nos muestra un ambiente gris, donde impera el "sálvese quien pueda", sin hacer alusión directa a una forma de vida que ya vive tan dentro de nosotros como fuera. El director no individualiza, nuestro trío protagonista -dejando al margen a Yu Chen, quien ya ha adoptado un papel definitivo- sufre por cosas nada extraordinarias, sino que se han convertido en cotidianas; mientras las personas que les ejercen dolor se encuentran tan perdidas como ellas e incluso les profesan amor, tal como se ama ahora. No es, pues, tanto el dolor particular como el sufrimiento que acarrea en sus espaldas el ser humano como tal. Únicamente la niña pequeña, la nieta de Wang Jin, tiene espacio para el amor incondicional, debido a que aún conserva la pureza que el viejo mundo no tiene por más que destruir para que podamos hacer frente a la existencia real. Hay, por último, una cosa que todos perciben en mayor o menor grado, y es que el amor, aunque sólo existiese dentro de nuestras cabezas o en el interior de nuestros corazones, no sería nada menos real, sino sólo menos tangible. Sólo si fuera de verdad inexistente ni siquiera sentiríamos ese anhelo de lo que incluso nunca ha existido; ese impulso de búsqueda que nos hace pensar que sí hay algo detrás de la apariencia cuando ya no hay nada; que aun así continuamos errando como nómadas y seguimos buscando.
En conclusión, la obra, acaso como toda obra, es subjetiva, pero hay que decir que en este aspecto se eleva muy por encima de la gran mayoría, ya que el que no tenga la sensibilidad (no sé qué término escoger exactamente para no sonar pedante) de percibir y casi tocar con los dedos el derrumbe absoluto aunque superfluo sobre el que se cierne el mundo, esta película le parecerá una castaña, pero si, por el contrario, aquel que la visiona -ya no sólo si le ha ocurrido un suceso similar al de los protagonistas-, sino que está capacitado para mirar cara a cara a la vida y al prójimo con seriedad y sin apartar la mirada, le habrá llegado al alma. Prueba más irrefutable de esto no es otra que el suicidio del creador de la obra antes de su estreno.
El alarido final del elefante, ¿será prometedor canto a favor de la esperanza en la vida, o funesto designio de que la vida nunca cambia a pesar de nuestra esperanza cada vez más desesperanzada? Quizá que la gran criatura se mantenga sentada, como a la espera, pueda darnos una pista.
Más sobre Seori
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here