Poder absoluto
6.8
19,540
Intriga. Thriller. Drama
Luther Whitney, un especialista en grandes robos, planea desvalijar la mansión de un magnate que se encuentra de vacaciones en el Caribe. Sin embargo, una vez dentro, es testigo involuntario de un asesinato que involucra al Presidente de Estados Unidos, a su jefe de gabinete y a dos agentes del Servicio Secreto. Pero, ¿a quién puede recurrir un criminal para acusar de asesinato a alguien relacionado con la Casa Blanca? (FILMAFFINITY)
29 de mayo de 2007
29 de mayo de 2007
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Clint Eastwood ha hecho muchas grandes películas en su carrera, especialmente en las dos últimas décadas. Y entre ellas siempre ha dejado caer alguna historia bastante más convencional, como es el caso de Poder absoluto.
Cuenta la historia de un ladrón de guante blanco, mezclado involuntariamente en una intriga criminal protagonizada ni más ni menos que por el mismísimo presidente de Estados Unidos.
Por más que algunos se empeñen en ver aquí otra de las obras maestras del director, lo cierto es que la historia que narra Poder absoluto resulta de lo más convencional, tirando hacia lo inverosímil. Y aunque en algun momento engancha, pierde fuerza a medida que se acerca el final.
La dirección de Clint Eastwood es clásica, como siempre, pero sin la brillantez de otras películas suyas, en las que te atrapa no solo por la fuerza del guión, sino también por la belleza de sus imágenes. este no es el caso, todo resulta mucho más gris.
Lo que está claro es que independientemente de la película que haga, Clint Eastwood puede conseguir el reparto que se proponga. Y no hay más que ver el de Poder absoluto. Gene Hackman, Laura Linney, Ed Harris, Judy Davis, nombres que por sí solos justifican la visión de una película.
En poder Absoluto Clint Eastwood se mantiene fiel a su estilo pero sin la brillantez de sus mejores películas.
Cuenta la historia de un ladrón de guante blanco, mezclado involuntariamente en una intriga criminal protagonizada ni más ni menos que por el mismísimo presidente de Estados Unidos.
Por más que algunos se empeñen en ver aquí otra de las obras maestras del director, lo cierto es que la historia que narra Poder absoluto resulta de lo más convencional, tirando hacia lo inverosímil. Y aunque en algun momento engancha, pierde fuerza a medida que se acerca el final.
La dirección de Clint Eastwood es clásica, como siempre, pero sin la brillantez de otras películas suyas, en las que te atrapa no solo por la fuerza del guión, sino también por la belleza de sus imágenes. este no es el caso, todo resulta mucho más gris.
Lo que está claro es que independientemente de la película que haga, Clint Eastwood puede conseguir el reparto que se proponga. Y no hay más que ver el de Poder absoluto. Gene Hackman, Laura Linney, Ed Harris, Judy Davis, nombres que por sí solos justifican la visión de una película.
En poder Absoluto Clint Eastwood se mantiene fiel a su estilo pero sin la brillantez de sus mejores películas.
29 de agosto de 2009
29 de agosto de 2009
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Quién nos lo iba a decir?
Nació en San Francisco, en una familia que precisaba más de sus trabajos que de sus estudios. Llegó a ser profesor de natación en el ejército, y cuando concentró todos sus esfuerzos en abrirse camino en esto del cine, consiguió un contrato de 75 $ por semana en la Universal y un pequeño papel en “La Mula Francis en la Marina”, con Donald O´Connor.
Su primer éxito lo consiguió para la televisión, interpretando a Rowdy Yates en la serie “Rawhide”, durante más de siete años, en los que dirigió algunos de los más de 200 episodios que se llegaron a rodar.
“...el elemento básico para aprender a actuar consiste en conocerse a uno mismo, en saber lo que uno es capaz de hacer. Trabajar en una serie televisiva tiene grandes ventajas. Se ve uno mismo un montón, y se comprueba lo que es capaz de hacer bien y lo que no”.
Pero él no quería ser tan solo una estrella de la televisión, y en 1.964 aceptó rodar en España “Por un puñado de dolares”, 15.000 para ser exactos, a las ordenes de un director italiano...un tal Sergio Leone. Esto, en el Hollywood de entonces, era tanto como abrir el cubo de la basura y rebuscar en ella. Pero encontró un filón. La película fue un gran éxito internacional y Clint creó, con su “Hombre sin Nombre”, un estereotipo que sigue hoy vigente.
Sergio Leone apenas hablaba inglés, y Eastwood apenas italiano, pero se entendieron a las mil maravillas desde el primer momento. Juntos escribieron “La muerte tenía un precio” y “El bueno, el feo y el malo”. Los problemas de idioma los suplían con eternas pausas de diálogo que estimulaban la creatividad visual de Leone, y cincelaban a ese tipo de gatillo fácil, pocas palabras y sobrado de mescalina, que miraba al sol a la cara, a través de sus ojos semicerrados, mientras un cigarro apagado oscilaba entre sus labios.
Ya en Estados Unidos continuó en la misma línea con “Cometieron dos errores”, y rápidamente inició el otro tandem con el que todos identificamos a Clint Eastwood: el formado con Don Siegel:
“...núnca he trabajado con un actor que se preocupara menos por ofrecer una imagen de bueno...”
(sigo abajo sin desvelar nada de la trama)
Nació en San Francisco, en una familia que precisaba más de sus trabajos que de sus estudios. Llegó a ser profesor de natación en el ejército, y cuando concentró todos sus esfuerzos en abrirse camino en esto del cine, consiguió un contrato de 75 $ por semana en la Universal y un pequeño papel en “La Mula Francis en la Marina”, con Donald O´Connor.
Su primer éxito lo consiguió para la televisión, interpretando a Rowdy Yates en la serie “Rawhide”, durante más de siete años, en los que dirigió algunos de los más de 200 episodios que se llegaron a rodar.
“...el elemento básico para aprender a actuar consiste en conocerse a uno mismo, en saber lo que uno es capaz de hacer. Trabajar en una serie televisiva tiene grandes ventajas. Se ve uno mismo un montón, y se comprueba lo que es capaz de hacer bien y lo que no”.
Pero él no quería ser tan solo una estrella de la televisión, y en 1.964 aceptó rodar en España “Por un puñado de dolares”, 15.000 para ser exactos, a las ordenes de un director italiano...un tal Sergio Leone. Esto, en el Hollywood de entonces, era tanto como abrir el cubo de la basura y rebuscar en ella. Pero encontró un filón. La película fue un gran éxito internacional y Clint creó, con su “Hombre sin Nombre”, un estereotipo que sigue hoy vigente.
Sergio Leone apenas hablaba inglés, y Eastwood apenas italiano, pero se entendieron a las mil maravillas desde el primer momento. Juntos escribieron “La muerte tenía un precio” y “El bueno, el feo y el malo”. Los problemas de idioma los suplían con eternas pausas de diálogo que estimulaban la creatividad visual de Leone, y cincelaban a ese tipo de gatillo fácil, pocas palabras y sobrado de mescalina, que miraba al sol a la cara, a través de sus ojos semicerrados, mientras un cigarro apagado oscilaba entre sus labios.
Ya en Estados Unidos continuó en la misma línea con “Cometieron dos errores”, y rápidamente inició el otro tandem con el que todos identificamos a Clint Eastwood: el formado con Don Siegel:
“...núnca he trabajado con un actor que se preocupara menos por ofrecer una imagen de bueno...”
(sigo abajo sin desvelar nada de la trama)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
No tarda más de cuatro o cinco películas en crear su propia productora Malpaso, y se lanza a dirigir. Las hace malas, buenas y regulares hasta que inicia una serie de películas sin altibajos. Las de Eastwood comienzan a ser buenas o mejores: “Bird”,“Cazador blanco, corazón negro”, “Sin perdón”, “Un mundo perfecto” y “Los Puentes de Madison County”.
Aquél Hombre sin Nombre se ha convertido en uno de los más importantes nombres del panorama cinematográfico mundial, capaz de encontrar el ritmo y el tono, la credibilidad y la sencillez que requiere el bien contar una historia, en cada nuevo proyecto.
Así lo demuestra una vez más en “Poder Absoluto”, donde vuelve a componer la banda sonora, esta vez repleta de sus gustos jazzísticos, y donde cuenta, de nuevo, como en “Sin perdón”, con la inestimable interpretación, llena de matices, de Gene Hackman. Aquí, Eastwood se atreve con un argumento a contracorriente, y aborda la película como si no le preocupara lo más mínimo lo alto que tiene el listón. No muestra recelos ni complejos, y la resuelve con una dirección eficaz y madura, como ya irreversiblemente parecen haberse convertido todas sus obras.
Clint Eastwood se nos impone independiente, imaginativo, capaz, crítico con su tiempo y su sociedad, dueño de la situación, productor, director, compositor, actor,... en definitiva...Autor... de calidad, y además, de éxito.
Clint “Poder Absoluto” Eastwood
¿Alguien da más?
Aquél Hombre sin Nombre se ha convertido en uno de los más importantes nombres del panorama cinematográfico mundial, capaz de encontrar el ritmo y el tono, la credibilidad y la sencillez que requiere el bien contar una historia, en cada nuevo proyecto.
Así lo demuestra una vez más en “Poder Absoluto”, donde vuelve a componer la banda sonora, esta vez repleta de sus gustos jazzísticos, y donde cuenta, de nuevo, como en “Sin perdón”, con la inestimable interpretación, llena de matices, de Gene Hackman. Aquí, Eastwood se atreve con un argumento a contracorriente, y aborda la película como si no le preocupara lo más mínimo lo alto que tiene el listón. No muestra recelos ni complejos, y la resuelve con una dirección eficaz y madura, como ya irreversiblemente parecen haberse convertido todas sus obras.
Clint Eastwood se nos impone independiente, imaginativo, capaz, crítico con su tiempo y su sociedad, dueño de la situación, productor, director, compositor, actor,... en definitiva...Autor... de calidad, y además, de éxito.
Clint “Poder Absoluto” Eastwood
¿Alguien da más?
11 de abril de 2012
11 de abril de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede que carezca de la relevancia de otras películas de su director, pero no deja de ser indiscutible, las muestras de maestría y elegancia que derrocha el viejo Clint, haciendo una historia digna del propio Hitchcock, con la sombra del poder de fondo. Con un ladrón que será testigo de un asesinato perpetrado por un político importante, que pondrá al ladrón ante el dilema de denunciar al criminal, exponiéndose o dejarlo pasar.
La historia comienza con fuerza y, en ningún momento, pierde el pulso ni afloja, con dignos momentos de suspense y tensión, acompañados por un buen desarrollo del personaje principal, prestando atención a la forma de vida que ha llevado, alejándolo de su hija, y cómo intenta encontrar la redención de alguna manera, concluyendo de una manera magistral y elegante, como un exquisito ladrón de guante blanco, un placer.
La historia comienza con fuerza y, en ningún momento, pierde el pulso ni afloja, con dignos momentos de suspense y tensión, acompañados por un buen desarrollo del personaje principal, prestando atención a la forma de vida que ha llevado, alejándolo de su hija, y cómo intenta encontrar la redención de alguna manera, concluyendo de una manera magistral y elegante, como un exquisito ladrón de guante blanco, un placer.
13 de abril de 2009
13 de abril de 2009
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchos dicen que el guión hace aguas. Y es cierto que el líquido elemento tiene bastantes agujeros por los que colarse en el guión de ésta cinta. Sin embargo, no tiene tantos como para condenarla al hundimiento. Es más: el hilo conductor resulta tan entretenido que transporta al espectador casi por inercia, de forma que las intermitentes ausencias de realismo a) le importan un comino ó b)no repara en ellas.
Eastwood ha hecho éste papel cuatrocientas mil veces. Y ésta película, también. El tipo no se reinventa precisamente a sí mismo con ésta cinta, para qué nos vamos a engañar. Pero engancha, divierte y mantiene la tensión. En definitiva, sacia.
No es la quintaesencia del cine ni merecedora de que se gesten sus glorias, pero se deja ver la mar de a gusto. Y por eso, la recomiendo.
Eastwood ha hecho éste papel cuatrocientas mil veces. Y ésta película, también. El tipo no se reinventa precisamente a sí mismo con ésta cinta, para qué nos vamos a engañar. Pero engancha, divierte y mantiene la tensión. En definitiva, sacia.
No es la quintaesencia del cine ni merecedora de que se gesten sus glorias, pero se deja ver la mar de a gusto. Y por eso, la recomiendo.
30 de julio de 2008
30 de julio de 2008
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Está más que claro, que Clint deja a su personaje en un gran lugar, y ese personaje és él mismo.
Una muy buena trama, que mantiene el suspense en cada una de sus escenas,..poco se puede criticar al reparto, ya que cada personaje interpreta su papel como debe.
El sombrero de Clint no tiene que fallar tampoco en esta película, és su personalidad.
Y hablando del protagonista un poco más, y viendo como mueve todos los hilos tanto para demostrar su inocencia como para culpabilizar a los malos, me quedo asombrado ante un personaje que permanecerá en mi recuerdo.
Una muy buena trama, que mantiene el suspense en cada una de sus escenas,..poco se puede criticar al reparto, ya que cada personaje interpreta su papel como debe.
El sombrero de Clint no tiene que fallar tampoco en esta película, és su personalidad.
Y hablando del protagonista un poco más, y viendo como mueve todos los hilos tanto para demostrar su inocencia como para culpabilizar a los malos, me quedo asombrado ante un personaje que permanecerá en mi recuerdo.
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