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Poder absoluto

Intriga. Thriller. Drama Luther Whitney, un especialista en grandes robos, planea desvalijar la mansión de un magnate que se encuentra de vacaciones en el Caribe. Sin embargo, una vez dentro, es testigo involuntario de un asesinato que involucra al Presidente de Estados Unidos, a su jefe de gabinete y a dos agentes del Servicio Secreto. Pero, ¿a quién puede recurrir un criminal para acusar de asesinato a alguien relacionado con la Casa Blanca? (FILMAFFINITY)
Críticas 81
Críticas ordenadas por utilidad
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7
3 de agosto de 2009 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Poder absoluto" es un atrapante thriller de Clint Eastwood, aunque menor dentro de su filmografía como director. Probablemente no cumple las expectativas que se esperan de él por culpa de algunos patinazos en el guión de William Goldman (ver spoiler), impropios del Eastwood más completo o de sus colaboraciones con Paul Haggis.
De todas formas posee la virtud de convertir una película bastante sosa hasta los primeros 15 minutos, en un buen ejemplo del género de intriga. Eastwood se rodea de un reparto muy solvente (a excepción de la actriz que interpreta a la Jefa de Gabinete, que no me gustó tanto), destacando a Gene Hackman como Presidente de los E.E.U.U y a los dos guardaespaldas (Scott Glenn y Dennis Haysbert). Tampoco Ed Harris ni Laura Linney desentonan, siendo además un complemento perfecto para la banda sonora el tema pianístico que Lennie Niehaus le dedica a ella.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Fallos a mi parecer graves:
- No vemos en ningún momento que el asesino contratado por Walter Sullivan siga el rastro de Luther. Sin embargo, sabe perfectamente dónde y cuándo éste se reunirá con su hija.
- Kate podría haberse lanzado del coche en marcha cuando los guardaespaldas la empujan hacia el acantilado.
- Para que a Luther le dé tiempo a escapar de la mansión, parece que sus perseguidores suban muchas más plantas de las que la casa tiene en realidad.
5
14 de febrero de 2012 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hombre, quizá sea de lo peor de Clint Eastwood, pero aún así me mantiene pegado a la tele cada vez que la reponen. Y eso ya es decir mucho.

Vale que la manera en que se nos presenta al Presidente de los Estados Unidos y a su servicio de seguridad parecen de chirigota. Vale que lo del protagonista escapándose de los peligros de la manera más insospechada e introduciéndose en cualquier sitio como Pedro por su casa, sin que nadie le vea, termina por asquear un poquito. Vale que la subtrama consistente en la relación padre-hija resulta un pelín edulcorada y empalaga. Vale que el final resulta poco creíble, por no decir otra cosa...

No obstante, la peli atrapa. Supongo que la razón es que el principio es verdaderamente bueno, sin duda vale por sí solo el visionado del film. La historia engancha desde el principio y a partir de ahí el ritmo no decae. Todo es puro entretenimiento, y en la medida en que nos tiene cogidos acabamos por ser condescendientes con los "errores". Eso sí, el regusto que nos queda al final no es ni parecido al de otras películas del mismo director...

En resumen, a mi entender, Eastwood salva con oficio una peli que en otras manos podría haber sido infumable...
7
27 de diciembre de 2014 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No obstante su avanzada edad y siendo un excelente dibujante, Luther Whitney sigue dedicado a tareas de copiado en los museos, lo que le sirve como fachada para ocultar su verdadera profesión: la de ladrón de lujosas residencias, en lo cual se ha convertido en un Hombre de Respeto, pues lleva 30 años sin poder ser atrapado con las manos en la masa. Tampoco ha matado a nadie, y para la policía, su nombre inspira más admiración que detracción.

Pero ahora, en su último golpe llevado a cabo en la ostentosa residencia de Walter Sullivan, un empresario capaz de poner a un hombre en el solio de La Casa Blanca, Whitney va a convertirse en testigo presencial de un asesinato que involucrará a las más altas esferas del gobierno de los EEUU… pero él va a ser el primer incriminado como ejecutor del hecho
.
La historia, una adaptación realizada por William Goldman, del bestseller homónimo que, el virginiano David Baldacci, publicara en 1996, resulta bastante osada sin ser original, pues, el tema de un presidente estadounidense involucrado en un gran escándalo, ya lo había tratado, el año anterior, Fletcher Knebel (el mismo de “Siete días de mayo”), en su novela “Night on Camp David”.

Eastwood, quien de nuevo hará las veces de productor, actor y director, al tiempo que interviene en la composición de dos de los temas incluidos en la banda sonora, tiene aquí un simpático rol como ese hombre que se encontrará en una gran disyuntiva: Huir lo más lejos posible o enfrentarse a una situación que para él es de altísimo riesgo.

Un reparto de primera línea acompaña a Eastwood, con nombres como Gene Hackman, quien se pondrá en la cabeza de aquel hombre eminente que dejará abierto el tema de la corrupción en las más altas esferas. Ed Harris será el sabueso que, mientras va tras la huella del escurridizo ladrón, también hará lo suyo para conquistar el corazón de su linda hija, Kate (Laura Linney). Y entre otros, E. G. Marshall será el patético "mecenas", añorando inútilmente sus años de juventud, al tiempo que verá suceder cosas que, quizás le demuestren que, todo lo hecho, no ha sido más que un completo fracaso.

Necesaria mención para la sugerente y emotiva banda sonora de Lennie Niehaus y para Melora Hardin, una belleza sensual de esas que son capaces de enardecernos en cosa de segundos.

¿Y quién será el que tiene el poder absoluto? ¿El presidente Richmond? ¿El influyente Walter Sullivan? ¿El astuto Luther Whitney?... ¿O será, acaso, alguien más?
5
11 de mayo de 2019 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
73/03(05/05/19) Pretencioso y fallido film de Clint Eastwood (produce, dirige y protagoniza), contiene elementos para haber esperar mucho más de lo insípida propuesta que queda, y es que el mostrar que podría pasar si el POTUS (President of the United States), fuera una sesina da para muchas posibilidades, y más con el maravilloso elenco, y estando en el guión William Goldman (“Dos hombres y un destino” o “La princesa prometida”), pero mi gozo en un pozo. Es un thriller de intriga con artificiosos toques políticos, el guión adapta una novela homónima de 1996 de David Baldacci, tiene entre su excelente elenco actoral al mencionado Clint, Gene Hackman, Ed Harris, Laura Linney, Judy Davis, o Scott Glenn, toda una pléyade, lástima que estén al servicio de un relato tan soso, superficial, donde todo sucede de modo inverosímil, donde las implicaciones políticas terminan sin ser aprovechadas lo más mínimo, donde las escenas de tensión son resuelta de modo simplón, derivando en un final atropellado que te lo dan en cucharadas soperas para no pienses. Clinton Eastwood demostró que solo fue un bache, pues se vendría arriba en la primera década del 2000, con varias obras maestras, esta sin embargo debe estyar en un cajón del fondo, en el que pone trabajos olvidables.

La historia detrás del asesinato se desarrolla enérgicamente. El viejo Walter Sullivan (EG Marshall) es un patrocinador principal del presidente (Gene Hackman). Estuvo felizmente casado por 48 años, pero después de la muerte de su esposa, tomó una esposa más joven. Los hombres que irrumpieron en el dormitorio de la mansión y le dispararon eran agentes del Servicio Secreto (Dennis Haysbert y Scott Glenn). El encubrimiento está siendo orquestado por una jefa de personal de la Casa Blanca (Judy Davis).Seth Frank (Ed Harris), el policía del caso, advierte inmediatamente todo tipo de cabos sueltos sospechosos: se dispararon dos tiros, pero solo se recuperó una bala, por ejemplo, y las trayectorias de los disparos no coinciden. Sospecha que esto fue más que un simple asesinato.

El realizador de San Francisco intenta combinar el thriller con una subtrama paterno-filial muy sobada, algo muy manido en la filmografía del director, de hecho en la última “The Mule” hay otra vez este recurso facilón para intentar conmover sentimentalmente al público con un padre que intenta por todos los medios recuperar el amor de su hija, en este caso con Kate (Laura Linney), pero no se nos dice el porque del abandono que sufrió durante años ella, se corre un tupido velo sobre esto, para mostrarnos a un padre rechazado por su ya adulta hija, con lo que la empatía del rechazado es de cajón para el público voluble, siendo la catarsis cuando Kate ve que su padre cual sombra lejana siempre estuvo ahí a distancia (a la graduación, cumpleaños,…), pero porque leche no se hizo presente junto a ella?

Lo de que el poli Seth Frank (Ed Harris) de con la retorcida clave de lo que sucedió (que un ladrón fue testigo de un crimen) me resulta que ni Sherlock Holmes, pero es que en el colmo de lo sobrenatural da con el ladrón en apenas unos segundos, y da con él cual cuasi-policía de Minority Report (puaj!). Y es que todo es llevado de un modo tan ligero y perezoso que parece tuvieran prisas por acabar sin pensar demasiado en los agujeros de argumento. Ejemplo es que lo sobrenatural no se circunscribe al agente Seth Frank, también posee poderes el propio protagonista Luther, y es que se materializa y desmaterializa porque sí en todos los lugares que quiere, en casas vigiladas, plazas sitiadas por decenas de polis, hospitales, autos de millonarios, residencias de polis, nada se le resiste, e un fantasma (puaj!) maestro del disfraz cual Mortadelo. Está el sugerido romance entre la hija del protagonista y el policía Seth, que resulta un pegote. La forma de manejar el caudal que da que el POTUS esté implicado en un asesinato me queda relativizado a un mafiosillo de tres al cuarto con sicarios a sus órdenes, perfectamente intercambiables, y es que no se ahonda lo más mínimo en cómo podría afectar a intrigas políticas esto, es todo reducido al cliché.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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Menudo modo de actuar chusco de los sicarios con la jefa de gabinete, en vez de amenazar-secuestrar a la hija para no denuncie y entregue las pruebas lo que hacen es intentar matar a la hija. Incluso en eso son unos tarugos, pues no se aseguran esté muerta, y deben volver a la carga en el hospital. Y como su plan parece hecho por el enemigo lo único que consiguen es cabrear a Luther, dejarle sin más opción; Luego está lo de que un anciano que apenas puede andar con su bastón pueda asesinar con un abrecartas a un tipo mucho más joven como el encarnado por Gene Hackman, nada menos además que el POTUS, y nos quieran hacer pasar que todo ha quedado sustanciado como un suicidio, pero es que el CSI estaba de vacaciones? Menudo insulto a la inteligencia del espectador!; Y mirando un poco más atrás en la trama, porque Clint no da las pruebas a la policía y juega de ese modo tan burdo al gato y al ratón. Y a todo esto, el presidente no mató a la mujer fueron el servicio secreto, por que ella intentaba matar al POTUS.

En conjunto me queda un decepcionante film, ordinario, que parece hecho con el piloto automático, donde los grandes intérpretes no tiene cancha para demostrar lo buenos que son y a la vez elevar el resultado final tan vulgar. Fuerza y honor!!!
6
4 de mayo de 2020 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un veterano ladrón (Clint Eastwood) es testigo accidental de un asesinato en el que está involucrado el presidente de los Estados Unidos.

Eastwood rueda con clasicismo un argumento de novela barata, sin asomo de credibilidad, que concluye con un desenlace increíble por inverosímil. Le acompaña un grupo de grandes actores. Hackman encarna a uno de esos personajes odiosos que interpretaba como nadie, un presidente borracho de poder aficionado a las mujeres. Ed Harris es un policía honesto enamorado de Laura Linney, quien da vida a la hija del prota, mientras que una sobreactuada Judy Davis hace de jefa de gabinete. Lo más interesante se encuentra en el retrato del viejo ladrón, de la clase de caracteres que solía interesar a Eastwood, un tipo de vuelta de todo, profesional de lo suyo, solitario, con mucho pasado a sus espaldas, poseedor de un código ético, que abraza la última oportunidad de redimirse y estrechar lazos con su hija. El resultado es una película entretenida, efectiva, trepidante, pero difícil de tomar en serio.
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