El monstruo de la Laguna Negra
1954 

6.5
3,994
Terror. Aventuras. Ciencia ficción
La típica historia de terror de serie B -una expedición científica de exploración en el Amazonas que se encuentran con un ser monstruoso- le sirve a Jack Arnold, gracias a su acertada atmósfera y ambientación, para conseguir un clásico del género.
3 de octubre de 2017
3 de octubre de 2017
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno queda sorprendido de cómo una mediocre película como esta, que más que roza el ridículo en alguna que otra ocasión, pueda haber tenido tanto impacto. Las razones son varias; una de ellas conecta con el fenómeno friqui, un instrumento más de la industria para seguir vendiendo bodrios a un público cada vez más frívolo. Otra dispara directamente a los instintos ocultos del individuo, tanto del masculino como del femenino.
Tras un relato de segunda categoría y un trabajo artístico y técnico que no pasa de la eficacia, en “La mujer y el monstruo” se trasluce la pulsión de la relación primitiva (no por extinta, sino por remota) sexual del género humano, aún presente aunque oculta. Por un lado el impulso del macho estructurado como animal reproductor y por otro el miedo de la hembra receptora ante los instintos sexuales y la fuerza física de su congénere varón. Pulsión que queda no sólo negada en las sociedades desarrolladas, oculta en el fondo de la laguna negra de la película, sino brutalmente reprimida, aunque digna de estudio, si bien perturbador.
El juego de identificaciones es aquí, por tanto, para el espectador masculino al menos, múltiple, puesto que pueden proyectarse en el propio monstruo a la vez que en los dos galanes que buscan, atrapan y vencen al primitivo hombre anfibio. Finalmente, el amor civilizado vence sobre el mero acto reproductivo animal, para sosiego del orden social y moral.
A recordar que este filme sirve de referencia para otro mucho más digno y divertido, “La tentación vive arriba”, de Billy Wilder que, al fin y al cabo, trata más o menos de lo mismo, aunque con "ligeras" variantes y con un humor, esta vez sí, conscientemente elaborado.
Tras un relato de segunda categoría y un trabajo artístico y técnico que no pasa de la eficacia, en “La mujer y el monstruo” se trasluce la pulsión de la relación primitiva (no por extinta, sino por remota) sexual del género humano, aún presente aunque oculta. Por un lado el impulso del macho estructurado como animal reproductor y por otro el miedo de la hembra receptora ante los instintos sexuales y la fuerza física de su congénere varón. Pulsión que queda no sólo negada en las sociedades desarrolladas, oculta en el fondo de la laguna negra de la película, sino brutalmente reprimida, aunque digna de estudio, si bien perturbador.
El juego de identificaciones es aquí, por tanto, para el espectador masculino al menos, múltiple, puesto que pueden proyectarse en el propio monstruo a la vez que en los dos galanes que buscan, atrapan y vencen al primitivo hombre anfibio. Finalmente, el amor civilizado vence sobre el mero acto reproductivo animal, para sosiego del orden social y moral.
A recordar que este filme sirve de referencia para otro mucho más digno y divertido, “La tentación vive arriba”, de Billy Wilder que, al fin y al cabo, trata más o menos de lo mismo, aunque con "ligeras" variantes y con un humor, esta vez sí, conscientemente elaborado.
1 de septiembre de 2014
1 de septiembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta peli la vi yo en los 80, en el penúltimo programa del mítico programa de TVE "Mis terrores favoritos" presentado por Chicho Ibáñez Serrador, donde cada semana el ingenioso director nos deleitaba con una peli de terror clásico seleccionada por él.
Sin duda, y tratándose de una producción netamente de serie B, hay que reconocerle al director Jack Arnold, artesano del género, el mérito de haber ingresado a su Monstruo de la Laguna Negra en el panteón de monstruos clásicos. El imaginario colectivo siempre tendrá una deuda con él. Para que os hagáis una idea comentar que en el juego de mesa de los años 80 "La Mansión de los Fantasmas", de Feber, aparecía el monstruo de la laguna junto a otros monstruos clásicos como Drácula, Frankenstein, el Hombre Lobo, la Momia o el Hombre Invisible.
Imprescindible, por lo tanto, la revisión de esta obra, aceptando sus evidentes carencias, no tanto en efectos especiales como en la pésima actuación de algunos actores y de cierta actriz.
Sin duda, y tratándose de una producción netamente de serie B, hay que reconocerle al director Jack Arnold, artesano del género, el mérito de haber ingresado a su Monstruo de la Laguna Negra en el panteón de monstruos clásicos. El imaginario colectivo siempre tendrá una deuda con él. Para que os hagáis una idea comentar que en el juego de mesa de los años 80 "La Mansión de los Fantasmas", de Feber, aparecía el monstruo de la laguna junto a otros monstruos clásicos como Drácula, Frankenstein, el Hombre Lobo, la Momia o el Hombre Invisible.
Imprescindible, por lo tanto, la revisión de esta obra, aceptando sus evidentes carencias, no tanto en efectos especiales como en la pésima actuación de algunos actores y de cierta actriz.
19 de marzo de 2018
19 de marzo de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata de una nueva -en su época- versión del tema de la bella y la bestia, dignificada por la tensión creada por el guión, por un competente reparto, en el que destaca la bella Julia Adams -la cual, es curioso, grita poco-, y por los interesantes apuntes ecologistas del relato. El monstruo anfibio da más risa que miedo, pero resulta entrañable y simpático: es su humanidad, marcada por la atracción que siente por el personaje de Julia Adams, la que hace simpático al personaje del monstruo anfibio.
10 de agosto de 2019
10 de agosto de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se quien tenia el trabajo de poner los títulos de las películas en los años 50, pero La mujer y el monstruo ¿en serio?. Con lo fácil que hubiera sido traducir literalmente, La criatura del lago negro.
Es curioso nuestro idioma, criatura sirve lo mismo para referirse a un monstruo o a un niño.
Unas actuaciones creíbles y una trama interesante para unos efectos especiales tan precarios, la criatura con una garra que no da ningún miedo. Una música de película de terror, unas imágenes acuáticas, algunas buenas y otras metidas con calzador como en la que sale haciendo natación sincronizada Julia Adams.
Ella es lo mejor y lo peor de la película, su belleza se convierte en objeto de deseo de un hombre/pez al que se le han revolucionado las hormonas viendo a la muchacha. La interpretación de ella es horrible, grititos y diálogos absurdos.
Pero bueno, la película tiene un pase y merece la pena verla como curiosidad. Es todo un clásico, igual que el chiste de Chiquito lago negro, lago blanco.
Es curioso nuestro idioma, criatura sirve lo mismo para referirse a un monstruo o a un niño.
Unas actuaciones creíbles y una trama interesante para unos efectos especiales tan precarios, la criatura con una garra que no da ningún miedo. Una música de película de terror, unas imágenes acuáticas, algunas buenas y otras metidas con calzador como en la que sale haciendo natación sincronizada Julia Adams.
Ella es lo mejor y lo peor de la película, su belleza se convierte en objeto de deseo de un hombre/pez al que se le han revolucionado las hormonas viendo a la muchacha. La interpretación de ella es horrible, grititos y diálogos absurdos.
Pero bueno, la película tiene un pase y merece la pena verla como curiosidad. Es todo un clásico, igual que el chiste de Chiquito lago negro, lago blanco.
17 de enero de 2022
17 de enero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otro de los emblemáticos títulos producidos por la Universal ya en los cincuenta, que triunfó en taquilla y se ha convertido por derecho propio en uno de los grandes clásicos del género.
Uno de sus mayores logros fueron sus espectaculares escenas subacuáticas y sobre todo, el diseño de la criatura cuya influencia perdura hasta nuestros días en películas como Depredador o la más reciente La forma del agua.
Argumentalmente guarda similitudes con King Kong cuando el monstruo se enamora de la bella joven protagonista a la que pretende raptar para llevársela consigo. También encontramos la codicia del responsable financiero de la expedición que pretende a toda costa lucrarse con el descubrimiento.
El tiempo la ha tratado bastante bien y todavía hoy se deja ver con agrado. Una película con mucho encanto.
Uno de sus mayores logros fueron sus espectaculares escenas subacuáticas y sobre todo, el diseño de la criatura cuya influencia perdura hasta nuestros días en películas como Depredador o la más reciente La forma del agua.
Argumentalmente guarda similitudes con King Kong cuando el monstruo se enamora de la bella joven protagonista a la que pretende raptar para llevársela consigo. También encontramos la codicia del responsable financiero de la expedición que pretende a toda costa lucrarse con el descubrimiento.
El tiempo la ha tratado bastante bien y todavía hoy se deja ver con agrado. Una película con mucho encanto.
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