Making a MurdererSerieDocumental
7.9
7,653
Serie de TV. Documental
Serie de TV (2015-2018). 2 Temporadas. 20 episodios. El documental de dos temporadas (2015 y 2018) de Moira Demos y Laura Ricciardi narra el caso de Steven Avery, un hombre condenado por agresión sexual, que fue exonerado por las pruebas de ADN 18 años después. Unos años más tarde, es acusado del asesinato de otra mujer. (FILMAFFINITY)
13 de abril de 2017
13 de abril de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fascinante, extraordinaria, escalofriante. En diez capítulos, se entremezclan temas tan diversos como la exclusión social, el clasismo, la corrupción, la estupidez, pero también otros como la fortaleza humana, la fuerza de la familia, el amor. Ingredientes todos para conseguir un resultado excepcional. Sólo al final uno descubre si es una serie de TV con actores desconocidos, o un documental.
6 de marzo de 2017
6 de marzo de 2017
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La serie mas adictiva que he visto. La que nunca esperas lo siguiente que sucede. La única en que percibes que lo que cuenta es verdad, porque... es verdad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y lo peor es que continua.... Con ambos en la cárcel.
24 de marzo de 2022
24 de marzo de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Usted tiene derecho a guardar silencio" es una frase que hemos escuchado innumerables veces en películas o series provenientes de EEUU pero que los protagonistas de este documental, Steven Avery y Bredan Dassey, parece que jamás conocieron.
Es escalofriante ver cómo se van tejiendo las redes de la acusación sin pruebas contundentes. Esto produce angustia y frustración en el espectador porque obviamente es inevitable imaginarse a uno mismo en el banquillo de los acusados, por el sólo hecho de que a un grupo de fiscales, policías y opinión pública se les ocurrió que de pronto tú podrías ser el culpable de un crimen.
Por lo mismo en un momento dado pensé que todo esto se trataba de un reality o de una broma, sobre todo durante el segundo juicio a Steven Avery, en donde la fiscalía presentaba testigos, pruebas y argumentos absurdos y la defensa no lograba aprovechar esos vacíos.
Pero al final resultó que todo el documental era verídico, un extenso ejemplo de cómo opera el sistema judicial estadounidense, en donde la lucha de poderes internos es a veces mucho más importante que las personas que se ven afectadas por sus resoluciones.
A ratos el documental resulta algo soporífero al tener que escuchar los detalles del juicio, sobre todo cuando desfilan una serie de personajes que no sabes bien que importancia tendrán en lo general, quizás pudieron haberse ahorrado unos capítulos, pero vale la pena verlo hasta el final de todos modos.
Es escalofriante ver cómo se van tejiendo las redes de la acusación sin pruebas contundentes. Esto produce angustia y frustración en el espectador porque obviamente es inevitable imaginarse a uno mismo en el banquillo de los acusados, por el sólo hecho de que a un grupo de fiscales, policías y opinión pública se les ocurrió que de pronto tú podrías ser el culpable de un crimen.
Por lo mismo en un momento dado pensé que todo esto se trataba de un reality o de una broma, sobre todo durante el segundo juicio a Steven Avery, en donde la fiscalía presentaba testigos, pruebas y argumentos absurdos y la defensa no lograba aprovechar esos vacíos.
Pero al final resultó que todo el documental era verídico, un extenso ejemplo de cómo opera el sistema judicial estadounidense, en donde la lucha de poderes internos es a veces mucho más importante que las personas que se ven afectadas por sus resoluciones.
A ratos el documental resulta algo soporífero al tener que escuchar los detalles del juicio, sobre todo cuando desfilan una serie de personajes que no sabes bien que importancia tendrán en lo general, quizás pudieron haberse ahorrado unos capítulos, pero vale la pena verlo hasta el final de todos modos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Por hablar de más, por no guardar silencio, Steven Avery y Brendan Dassey cavaron su propia tumba. El primero fue tachado de conspiracionista por afirmar que los policías le habían plantado la evidencia en su casa; el segundo confesó un crimen que jamás cometió. No acudieron a esta especie de mantra que cualquier inocente debería conocer para ganar tiempo hasta que se presente un abogado.
Algunas inconsistencias del juicio:
1) Me resulta curioso que jamás se abriera una arista investigativa en contra del ex-novio y del compañero de cuarto de Teresa Halbach. Para la defensa la mejor manera de demostrar la inocencia de Avery era justamente buscando al verdadero culpable, como ya había ocurrido con la pasada condena. El ex-novio sólo acudió al tribunal en calidad de testigo y nunca se le vio afectado durante sus intervenciones. Es más, incluso a veces hasta esbozaba unas sonrisas, inapropiadas para lo que relataba. La misma Teresa Halbach escribió en su diario que detestaba a este individuo, se preguntaba cómo pudo haber estado tantos años con él. Recordar además de que el tipo la acosaba telefónicamente y tenía libre acceso a su casa. Realmente extraño.
2) Resulta algo desopilante que tanto Bobby Dassey como Scott Tadych se dirigieran a cazar, el mismo día, a la misma hora, por la misma carretera pero en distintas direcciones, al punto de que ambos se "reconocieran" mientras conducían, y curiosamente era el mismo minuto en que Teresa Halbach "desaparecía"...
3) Brendan Dassey fue interrogado 4 veces en menos de 48 horas ¿Cómo es posible que su madre o algún otro adulto no se diera cuenta de que el chico corría peligro de ser inculpado o involucrado en los hechos?
4) Me parece decepcionante que la familia Halbach no se interesara por descubrir realmente la verdad y sólo se dejasen llevar por las pruebas de la fiscalía. Hay que considerar de que tienes a dos inculpados que dicen ser inocentes aun hoy en día. Se supone que Teresa fue amarrada, violada, degollada y mutilada sobre la cama de Avery, pero jamás se encontró ADN o sangre u otro indicio de que ahí hubo una carnicería. Sólo se encontraron unas pocas muestras de sangre y cabello en la camioneta. Esa era una prueba de que algo extraño sucedía con el caso y que quizás era el momento de contratar los servicios de un investigador privado para que analizara a otros posibles sospechosos. Parecen ser una familia tradicional, apegada al sistema estadounidense, en el fondo se conformaron con una investigación y condena mediocres.
5) Me resulta indigerible y un insulto a la inteligencia de que la Toyota Rav4 apareciera en el predio de Avery, como si el tipo hubiera estado pensando seriamente hacer negocios con ella a futuro luego de haber asesinado a su dueña. Y claro, por ese motivo cubrió el vehículo con algunas ramas que encontró por ahí, para "disimular" su presencia. Hasta la disposición de esas ramas me parece tan pero tan ridículo.
6) Steven Avery no es tampoco un santo. Antes de su primera condena ya había visitado la cárcel en un par de ocasiones, por robo en un bar y maltrato animal, y se disponía seguramente a pasar otra temporada tras las rejas por haber amenazado con una escopeta a una prima, esposa de un sheriff. O sea el tipo era un busca pleitos que seguramente, de no haber existido la falsa condena de 18 años por agresión sexual e intento de homicidio, se las hubiese arreglado igual para ser un visitante frecuente de la cárcel de Manitowoc. No podía esperarse mucho de un tipo que a sus 20 años lanzó a su propio gato a una hoguera como broma entre amigos. Durante la primera condena le escribía cartas a su esposa de ese entonces amenazándola de muerte. Todo lo anterior lleva a la idea consoladora de que quizás la cárcel es un buen lugar para Steve Avery.
Yo sólo lamento el injusto encarcelamiento del chico Brendan Dassey, quien claramente fue victima de un interrogatorio coercitivo.
Algunas inconsistencias del juicio:
1) Me resulta curioso que jamás se abriera una arista investigativa en contra del ex-novio y del compañero de cuarto de Teresa Halbach. Para la defensa la mejor manera de demostrar la inocencia de Avery era justamente buscando al verdadero culpable, como ya había ocurrido con la pasada condena. El ex-novio sólo acudió al tribunal en calidad de testigo y nunca se le vio afectado durante sus intervenciones. Es más, incluso a veces hasta esbozaba unas sonrisas, inapropiadas para lo que relataba. La misma Teresa Halbach escribió en su diario que detestaba a este individuo, se preguntaba cómo pudo haber estado tantos años con él. Recordar además de que el tipo la acosaba telefónicamente y tenía libre acceso a su casa. Realmente extraño.
2) Resulta algo desopilante que tanto Bobby Dassey como Scott Tadych se dirigieran a cazar, el mismo día, a la misma hora, por la misma carretera pero en distintas direcciones, al punto de que ambos se "reconocieran" mientras conducían, y curiosamente era el mismo minuto en que Teresa Halbach "desaparecía"...
3) Brendan Dassey fue interrogado 4 veces en menos de 48 horas ¿Cómo es posible que su madre o algún otro adulto no se diera cuenta de que el chico corría peligro de ser inculpado o involucrado en los hechos?
4) Me parece decepcionante que la familia Halbach no se interesara por descubrir realmente la verdad y sólo se dejasen llevar por las pruebas de la fiscalía. Hay que considerar de que tienes a dos inculpados que dicen ser inocentes aun hoy en día. Se supone que Teresa fue amarrada, violada, degollada y mutilada sobre la cama de Avery, pero jamás se encontró ADN o sangre u otro indicio de que ahí hubo una carnicería. Sólo se encontraron unas pocas muestras de sangre y cabello en la camioneta. Esa era una prueba de que algo extraño sucedía con el caso y que quizás era el momento de contratar los servicios de un investigador privado para que analizara a otros posibles sospechosos. Parecen ser una familia tradicional, apegada al sistema estadounidense, en el fondo se conformaron con una investigación y condena mediocres.
5) Me resulta indigerible y un insulto a la inteligencia de que la Toyota Rav4 apareciera en el predio de Avery, como si el tipo hubiera estado pensando seriamente hacer negocios con ella a futuro luego de haber asesinado a su dueña. Y claro, por ese motivo cubrió el vehículo con algunas ramas que encontró por ahí, para "disimular" su presencia. Hasta la disposición de esas ramas me parece tan pero tan ridículo.
6) Steven Avery no es tampoco un santo. Antes de su primera condena ya había visitado la cárcel en un par de ocasiones, por robo en un bar y maltrato animal, y se disponía seguramente a pasar otra temporada tras las rejas por haber amenazado con una escopeta a una prima, esposa de un sheriff. O sea el tipo era un busca pleitos que seguramente, de no haber existido la falsa condena de 18 años por agresión sexual e intento de homicidio, se las hubiese arreglado igual para ser un visitante frecuente de la cárcel de Manitowoc. No podía esperarse mucho de un tipo que a sus 20 años lanzó a su propio gato a una hoguera como broma entre amigos. Durante la primera condena le escribía cartas a su esposa de ese entonces amenazándola de muerte. Todo lo anterior lleva a la idea consoladora de que quizás la cárcel es un buen lugar para Steve Avery.
Yo sólo lamento el injusto encarcelamiento del chico Brendan Dassey, quien claramente fue victima de un interrogatorio coercitivo.
28 de marzo de 2024
28 de marzo de 2024
Sé el primero en valorar esta crítica
"Making of Murdered" es un documental que no se contenta con seguir las reglas del juego establecido; en cambio, desafía las convenciones y se sumerge de cabeza en el turbio mundo de la justicia penal con un enfoque fresco y provocativo.
Desde el momento en que comienza, este documental nos sumerge en un laberinto de intrigas legales, manipulaciones políticas y luchas de poder, ofreciendo una visión descarnada de un sistema que a menudo se muestra indiferente ante la verdad. Pero lo que realmente distingue a "Making of Murdered" es su perspectiva rebelde y sin miedo, dispuesta a cuestionar las narrativas oficiales y a desafiar el status quo.
En el centro de este documental se encuentra la historia de un presunto asesino, cuya vida y destino se ven entrelazados con el funcionamiento interno del sistema judicial. A través de entrevistas con testigos clave, abogados, y expertos en derecho, "Making of Murdered" nos lleva en un viaje emocionante y a menudo desgarrador hacia la verdad detrás de un caso aparentemente resuelto.
Lo que hace que este documental sea verdaderamente impactante es su dedicación a explorar todas las facetas de la historia, incluso las más incómodas y perturbadoras. Los realizadores no se conforman con respuestas fáciles o soluciones rápidas; en cambio, se adentran en las profundidades del sistema judicial, exponiendo sus fallas y desafíos de frente.
En resumen, "Making of Murdered" es un documental valiente y provocativo que desafía las percepciones convencionales y nos invita a cuestionar nuestras creencias sobre la justicia y la verdad. Con un toque rebelde y una pasión por la honestidad, esta obra cinematográfica nos recuerda que la lucha por la justicia no siempre es fácil, pero siempre merece la pena.
Desde el momento en que comienza, este documental nos sumerge en un laberinto de intrigas legales, manipulaciones políticas y luchas de poder, ofreciendo una visión descarnada de un sistema que a menudo se muestra indiferente ante la verdad. Pero lo que realmente distingue a "Making of Murdered" es su perspectiva rebelde y sin miedo, dispuesta a cuestionar las narrativas oficiales y a desafiar el status quo.
En el centro de este documental se encuentra la historia de un presunto asesino, cuya vida y destino se ven entrelazados con el funcionamiento interno del sistema judicial. A través de entrevistas con testigos clave, abogados, y expertos en derecho, "Making of Murdered" nos lleva en un viaje emocionante y a menudo desgarrador hacia la verdad detrás de un caso aparentemente resuelto.
Lo que hace que este documental sea verdaderamente impactante es su dedicación a explorar todas las facetas de la historia, incluso las más incómodas y perturbadoras. Los realizadores no se conforman con respuestas fáciles o soluciones rápidas; en cambio, se adentran en las profundidades del sistema judicial, exponiendo sus fallas y desafíos de frente.
En resumen, "Making of Murdered" es un documental valiente y provocativo que desafía las percepciones convencionales y nos invita a cuestionar nuestras creencias sobre la justicia y la verdad. Con un toque rebelde y una pasión por la honestidad, esta obra cinematográfica nos recuerda que la lucha por la justicia no siempre es fácil, pero siempre merece la pena.
16 de abril de 2024
16 de abril de 2024
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Os propongo que le deis una oportunidad a este concienzudo y extenso documental que, debido a su duración (tanto por la cantidad de material mostrado como por el largo proceso de los acontecimientos que van sucediéndose), se extiende a más de 10 horas de proyección divididas en 10 capítulos, y se titula con acierto "Making a murderer"
La historia nos la presentan dos jóvenes estudiantes de cinematografía: Moira Demos y Laura Ricciardi descubren por casualidad un artículo en el New York Times sobre el caso de Steven Avery titulado ‘Freed by DNA, Now Charged in New Crime’ que les fascinó tanto que alquilaron un coche y, con una sola cámara, se dirigieron a Manitowoc (Wisconsin, EEUU) para empezar a rodar lo que hoy conocemos como Making a murderer.
A partir de aquí poco os puedo contar, os recomiendo que comencéis a ver el documental sin haber buscado información del «caso Avery»; cuanto menos conocimiento del asunto tengáis mejor, porque las directoras ya se van a encargar de ese tema desde el primer momento. Pero no temáis, tanta información no os va a hacer perder el hilo de esta historia, que os enganchará desde el primer capítulo y no os soltará hasta el último segundo del capítulo final.
"Making a murderer" nos cuenta la desoladora, cruda y real historia de Steven Avery, un joven habitante de la América profunda de nuestros días, concretamente del condado de Manitowoc, perteneciente al estado de Wisconsin, que entró en prisión a los 23 años y permaneció en ella 18 años (de 1985 a 2003).
Y hasta aquí puedo leer… Lo demás os lo dejamos a vosotros para que os sumerjáis en esta tremebunda historia, que no parece real, y que tristemente supera con creces a la realidad. Surrealismo puro y duro en la América más paleta, donde podremos observar desde dentro y con todo lujo de detalles a todos los actores reales de este sainete, todo un estudio psico-sociológico de los diferentes comportamientos del ser humano ante situaciones tan abrumadoras como las que van a sentir todos ellos, y vosotros también una vez que entréis en ese enrarecido ambiente de esos parajes lúgubres y fantasmagóricos de Manitowoc.
"Making a murderer" ya es un documental que ha pasado a la historia, y no solo por la ardua e inmensa labor de las dos directoras. La forma de contarnos la historia, en nuestra humilde opinión, da en el clavo y, aunque en los capítulos finales se repita alguna información que ya conoces, logra mantenerte con atención (presumiblemente con las manos echadas a la cabeza) durante la mayor parte de sus más de 10 horas de duración, e incluso ha conseguido levantar ampollas en parte de la población americana…. Avisados quedáis.
Accattone
www.abretedeorejas.com
Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura
La historia nos la presentan dos jóvenes estudiantes de cinematografía: Moira Demos y Laura Ricciardi descubren por casualidad un artículo en el New York Times sobre el caso de Steven Avery titulado ‘Freed by DNA, Now Charged in New Crime’ que les fascinó tanto que alquilaron un coche y, con una sola cámara, se dirigieron a Manitowoc (Wisconsin, EEUU) para empezar a rodar lo que hoy conocemos como Making a murderer.
A partir de aquí poco os puedo contar, os recomiendo que comencéis a ver el documental sin haber buscado información del «caso Avery»; cuanto menos conocimiento del asunto tengáis mejor, porque las directoras ya se van a encargar de ese tema desde el primer momento. Pero no temáis, tanta información no os va a hacer perder el hilo de esta historia, que os enganchará desde el primer capítulo y no os soltará hasta el último segundo del capítulo final.
"Making a murderer" nos cuenta la desoladora, cruda y real historia de Steven Avery, un joven habitante de la América profunda de nuestros días, concretamente del condado de Manitowoc, perteneciente al estado de Wisconsin, que entró en prisión a los 23 años y permaneció en ella 18 años (de 1985 a 2003).
Y hasta aquí puedo leer… Lo demás os lo dejamos a vosotros para que os sumerjáis en esta tremebunda historia, que no parece real, y que tristemente supera con creces a la realidad. Surrealismo puro y duro en la América más paleta, donde podremos observar desde dentro y con todo lujo de detalles a todos los actores reales de este sainete, todo un estudio psico-sociológico de los diferentes comportamientos del ser humano ante situaciones tan abrumadoras como las que van a sentir todos ellos, y vosotros también una vez que entréis en ese enrarecido ambiente de esos parajes lúgubres y fantasmagóricos de Manitowoc.
"Making a murderer" ya es un documental que ha pasado a la historia, y no solo por la ardua e inmensa labor de las dos directoras. La forma de contarnos la historia, en nuestra humilde opinión, da en el clavo y, aunque en los capítulos finales se repita alguna información que ya conoces, logra mantenerte con atención (presumiblemente con las manos echadas a la cabeza) durante la mayor parte de sus más de 10 horas de duración, e incluso ha conseguido levantar ampollas en parte de la población americana…. Avisados quedáis.
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