No respires
6.4
28,480
Thriller. Terror
Unos jóvenes ladrones creen haber encontrado la oportunidad de cometer el robo perfecto. Su objetivo será un ciego solitario, poseedor de miles de dólares ocultos. Pero tan pronto como entran en su casa serán conscientes de su error, pues se encontrarán atrapados y luchando por sobrevivir contra un psicópata con sus propios y temibles secretos. (FILMAFFINITY)
7 de septiembre de 2016
7 de septiembre de 2016
17 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Chic@s, es cuestión de tener un mínimo de gusto.
Por más que sea un género que no produce más que desechos constantes, hacerte respirar despacio no lo convierte en una buena película, ni mucho menos. Y es que el punto es este: no es una buena película.
Por más que sea un género que no produce más que desechos constantes, hacerte respirar despacio no lo convierte en una buena película, ni mucho menos. Y es que el punto es este: no es una buena película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Tan solo hablando de los personajes, son un absoluto estereotipo al estilo Harry Potter o Pokemon, pero con la suerte que el segundón muere al principio.
Motivos y acciones traídas por los pelos, giros de guión absolutamente innecesarios, y lo más importante de todo:
ya que vas a tenerme mirando una misma escena continua, que menos que sentirme identificado con los personajes. Pero no, no te dan ni motivos, ni tiempo para saber si prefieres a Daredevil o a Hermione.
Lo siento, algo "no tan malo" no lo hace bueno.
Motivos y acciones traídas por los pelos, giros de guión absolutamente innecesarios, y lo más importante de todo:
ya que vas a tenerme mirando una misma escena continua, que menos que sentirme identificado con los personajes. Pero no, no te dan ni motivos, ni tiempo para saber si prefieres a Daredevil o a Hermione.
Lo siento, algo "no tan malo" no lo hace bueno.
26 de noviembre de 2016
26 de noviembre de 2016
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de terror lleva un ejercicio notable durante este 2016, gracias entre otros a la última película del maestro James Wan o a las últimas obras de Mike Flanagan, sin olvidar las perlas retrasadas del Sitges del año pasado o las que vayan llegando del más reciente. Y la nueva película del uruguayo Fede Álvarez tampoco había escapado a ese entusiasmo, siendo recibida con un extenso aplauso público y crítico. Se me escapó en primera instancia, pero finalmente llegó el momento de poder visionarla, afrontando el mismo con algunas dudas. Dudas que, pese a algunas flaquezas, fueron disipadas, y mis expectativas, tras unos minutos iniciales en los que forjé una impresión meridiana, fueron gratamente superadas. Dado que si bien nos hallamos ante una propuesta sencilla de planteamiento y exposición algo obvia, la potencia audiovisual de su dispositivo narrativo la hacen una de las películas imprescindibles del género de los últimos tiempos. Un ejercicio de pura atención en la realización para obtener meritorios resultados.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Rocky, Alex y Money son tres jóvenes de Detroit que forman una banda callejera de asaltantes de casas de lujo. Procuran integrar su botín a base tan sólo de objetos valiosos que en su conjunto no excedan los 10.000 dólares. A pesar de su éxito, no abandonan la precariedad, y fantasean con huir a California. Hasta que un día descubren una casa destinada a ser el robo perfecto. Una mansión antigua situada en un barrio residencial destartalado y abandonado, donde un anciano solitario e invidente, veterano de la guerra de Irak, esconde una amplia fortuna en dinero. Saltarse el modus operanti entraña un riesgo, pero la recompensa que se prevé bien lo merece. Pero su error será mayúsculo, pues una vez logren adentrarse en ese búnker atrincherado los roles se intercambiarán, y nuestros maleantes se descubrirán presas de un temible depredador con sentidos afinados y conocimiento al dedillo de su ratonera, que hará lo que de él dependa para que no abandonen la guarida con vida. Ya no serán más que jóvenes indefensos que precisarán de su astucia para escapar de su encierro con esta máquina de matar. Un ejercicio de tensión y asfixia, de supervivencia en espacios reducidos, una persecución entre el gato y el ratón. Una propuesta muy concreta y modesta que apela toda su fuerza a la potencia audiovisual que se logre en su ejecución. Y la ejecución técnica, una vez nos adentramos en esa casa, es soberbia. Stephen Lang borda al inquietante y perturbado villano, y su ceguera dota a la cacería de una tensión sonora y un juego visual riquísimo, dotando de una importancia extrema sus seguros y certeros movimientos. La coreografía de los intérpretes en el medido y limitado espacio y la baza de aquello que se ve y no se ve y, sobre todo, la importancia de no hacer ruido, tejen una intriga que funciona como un mecanismo de relojería. La cámara de Álvarez baila con sus actores en una coreografía endiablada, recorriendo el escenario con travellings de gran tensión narrativa, panorámicas digitales y un uso de la steady cam que antecede a los personajes y pone al espectador unos metros por delante para lograr los efectos terroríficos adecuados. La fotografía de Pedro Luque y la atmosférica banda sonora de Roque Baños contribuyen a entramar el ambiente malsano de esta señera morada.
Si bien es cierto que la danza dentro de la casa es excelente, el prólogo que lo antecede peca de ser una introducción narrativa a la premisa y a los personajes demasiado evidente y poco natural. Y aunque corto, el filme no sabe bien como acabar, y se estira en un demorado clímax, en el que se añaden elementos escabrosos a la personalidad del hombre ciego que, aunque espeluznantes, podrían haber sido prescindibles. Pero bien es cierto que a pesar de todos la magnitud de la amenaza transpira y cala, perturbando como lo más turbio de lo real. Y gracias al cielo, los creadores tienen el gusto de presentarnos a unos protagonistas con dos dedos de frente, algo que lamentablemente escasea en este tipo de propuestas.
Si bien todo aquel cineasta que no tenga ningún interés en el terror no hallará aquí elementos para su interés, el cinéfilo abierto a todo tipo de experiencias audiovisuales no debe dejar pasar estos 90 minutos de agobio y persecución por la propia vida, dónde la excelencia de la realización logra que experimentemos un torrente sensorial.
Si bien es cierto que la danza dentro de la casa es excelente, el prólogo que lo antecede peca de ser una introducción narrativa a la premisa y a los personajes demasiado evidente y poco natural. Y aunque corto, el filme no sabe bien como acabar, y se estira en un demorado clímax, en el que se añaden elementos escabrosos a la personalidad del hombre ciego que, aunque espeluznantes, podrían haber sido prescindibles. Pero bien es cierto que a pesar de todos la magnitud de la amenaza transpira y cala, perturbando como lo más turbio de lo real. Y gracias al cielo, los creadores tienen el gusto de presentarnos a unos protagonistas con dos dedos de frente, algo que lamentablemente escasea en este tipo de propuestas.
Si bien todo aquel cineasta que no tenga ningún interés en el terror no hallará aquí elementos para su interés, el cinéfilo abierto a todo tipo de experiencias audiovisuales no debe dejar pasar estos 90 minutos de agobio y persecución por la propia vida, dónde la excelencia de la realización logra que experimentemos un torrente sensorial.
25 de octubre de 2016
25 de octubre de 2016
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Destaco los momentos sin luz en el cual la supuesta víctima, esta en su salsa, en su hábitat y se mueve como pez en el agua, esta realizada de una forma excepcional. La tensión no decaé en ningún momento, en la pelìcula el suspense, el silencio y la oscuridad estan muy por encima de la media. Película que intriga y se sufre, la recomiendo. Un placer.
8 de septiembre de 2016
8 de septiembre de 2016
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fede Álvarez sólo ha hecho 2 películas, y parece que lleva toda una vida dirigiendo largometrajes. La precisión de cada toma y de cada suspiro hace estremecerte.
Ya pudimos ver su comienzo en la industria en una película, que a mi parecer, es uno de los mejores remakes que se han hecho en mucho tiempo. En 'Posesión Infernal' se podía oler la sangre. Y en esta cinta, se puede tocar el suspense, la tensión en su estado más puro.
La interpretaciones de los dos protagonistas, sobresalientes. El terror que se apodera de Jane Levy se traslada hasta nuestros cuerpos. El director se ha consagrado y con este film ha conseguido revelarse como uno de los directores de terror más prometedores.
Ya pudimos ver su comienzo en la industria en una película, que a mi parecer, es uno de los mejores remakes que se han hecho en mucho tiempo. En 'Posesión Infernal' se podía oler la sangre. Y en esta cinta, se puede tocar el suspense, la tensión en su estado más puro.
La interpretaciones de los dos protagonistas, sobresalientes. El terror que se apodera de Jane Levy se traslada hasta nuestros cuerpos. El director se ha consagrado y con este film ha conseguido revelarse como uno de los directores de terror más prometedores.
3 de septiembre de 2016
3 de septiembre de 2016
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El planteamiento inicial de este film es bastante típico de las películas de terror. Unos jóvenes son acosados de forma terrorífica en una casa con aspecto casi de abandono. No falta la chica mona del grupo para pasarlas canutas. Pocas coincidencias hay más, aparte de la manía que tienen los directores de este género de hacer que las personas atacadas o atacantes tengan siete vidas, como los gatos.
Las novedades son bastantes y están bien tratadas. El grupo de jóvenes son tres ladronzuelos que asalta casas por un escaso botín, gracias a que el padre de uno de ellos trabaja en una compañía de seguridad y que el hijo, sin conocimiento de su padre, se aprovecha de esta circunstancia. La víctima del asalto, -esta vez por un botín cuantioso-, es un veterano de guerra ciego, dueño de un perro muy peligroso. Esta circunstancia de su ceguera le da un aire de vulnerabilidad, pero su fortaleza y coraje, además de que el metraje se desarrolla básicamente en su casa de un barrio casi despoblado y abandonado de Detroit, compensa con mucho su discapacidad y da a todo el conjunto un aire inquietante.
No se recurre con exceso, a diferencia de otras películas de género, a constantes planos sorpresas para sobresalto del espectador. Los personajes son de carne y hueso, es decir, reales; actúan en todo momento con coherencia argumental y aunque toda la película tiene un aire sobrenatural no acaba, por fortuna, de despegar de la realidad.
En definitiva, un buen film de terror que cuenta con la participación del casi legendario Sam Raimi , que no asusta más de lo debido, pero que tampoco evita las escenas cercanas al gore. Inolvidables, ya para acabar, las escenas en las que interviene la mascota, por llamarla de alguna manera, de ese veterano de guerra con más aristas de las que ahora puedo decir.
Las novedades son bastantes y están bien tratadas. El grupo de jóvenes son tres ladronzuelos que asalta casas por un escaso botín, gracias a que el padre de uno de ellos trabaja en una compañía de seguridad y que el hijo, sin conocimiento de su padre, se aprovecha de esta circunstancia. La víctima del asalto, -esta vez por un botín cuantioso-, es un veterano de guerra ciego, dueño de un perro muy peligroso. Esta circunstancia de su ceguera le da un aire de vulnerabilidad, pero su fortaleza y coraje, además de que el metraje se desarrolla básicamente en su casa de un barrio casi despoblado y abandonado de Detroit, compensa con mucho su discapacidad y da a todo el conjunto un aire inquietante.
No se recurre con exceso, a diferencia de otras películas de género, a constantes planos sorpresas para sobresalto del espectador. Los personajes son de carne y hueso, es decir, reales; actúan en todo momento con coherencia argumental y aunque toda la película tiene un aire sobrenatural no acaba, por fortuna, de despegar de la realidad.
En definitiva, un buen film de terror que cuenta con la participación del casi legendario Sam Raimi , que no asusta más de lo debido, pero que tampoco evita las escenas cercanas al gore. Inolvidables, ya para acabar, las escenas en las que interviene la mascota, por llamarla de alguna manera, de ese veterano de guerra con más aristas de las que ahora puedo decir.
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