La muerte de Stalin
2017 

6.3
9,080
Comedia
La noche del 2 de marzo de 1953 murió un hombre. Ese hombre es Josef Stalin, dictador, tirano, carnicero y Secretario General de la URSS. Y si juegas tus cartas bien, el puesto ahora puede ser tuyo. Una sátira sobre los días previos al funeral del padre de la nación. Dos jornadas de duras peleas por el poder absoluto a través de manipulaciones, lujurias y traiciones.
13 de marzo de 2018
13 de marzo de 2018
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La idea es buena, contar los últimos momentos de Stalin y su sangriento "reinado", de sus sanguinarios colaboradores y todo eso en tono de humor.
El problema es que el guión es malo y no tiene gracia. Se queda en un intento fallido.
Los actores sobreactúan y resultan poco creíbles.
Una pena
El problema es que el guión es malo y no tiene gracia. Se queda en un intento fallido.
Los actores sobreactúan y resultan poco creíbles.
Una pena
15 de abril de 2018
15 de abril de 2018
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me he reído. Al conocer tanta verdad en lo que se cuenta, que la crueldad de Stalin y Beria era esperpéntica en si misma, no he podido poner en marcha la suspensión de la incredulidad. Eso sí, entiendo que así, la denuncia que contiene la obra llegará a más público que una sesuda película histórica, que no sé si hay sobre este tema.
Otro asunto es que considero que el guión está muy deslavazado y a situaciones de sátira brillante y bien transmitida, sigue una serie de gags que aportan poco. Con las muy ilustrativas 'desapariciones' en las fotos finales se diluye la poca sensación de comedia que había acumulado viendo la peli. Bueno, merece la pena.
Otro asunto es que considero que el guión está muy deslavazado y a situaciones de sátira brillante y bien transmitida, sigue una serie de gags que aportan poco. Con las muy ilustrativas 'desapariciones' en las fotos finales se diluye la poca sensación de comedia que había acumulado viendo la peli. Bueno, merece la pena.
17 de febrero de 2021
17 de febrero de 2021
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por el título creí que iba a ser una película seria que nos contaría la transición de la URSS tras la muerte de Stalin y nada mas lejos de la realidad.
Se trata de una comedia, que seguramente con ese toque de humor cuente muy bien la historia, pero es un humor muy a la inglesa.
Al que le guste este tipo de humor fantástico, pero yo no lo concibo, por lo tanto a mi no me ha gustado, aunque entiendo perfectamente que a otra gente le haya encantado.
Se trata de una comedia, que seguramente con ese toque de humor cuente muy bien la historia, pero es un humor muy a la inglesa.
Al que le guste este tipo de humor fantástico, pero yo no lo concibo, por lo tanto a mi no me ha gustado, aunque entiendo perfectamente que a otra gente le haya encantado.
24 de marzo de 2018
24 de marzo de 2018
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca he puesto un pie en Rusia. Mi contacto con rusos se ha limitado al trato con señoras maduras cuidadoras de dependientes españolas. Sin embargo reconozco que ese país tiene algo fascinante. Además de la ensaladilla rusa y los filetes rusos, su literatura, especialmente Turgueniev y Dostoievski, y sus músicos, Scriabin y Rachmaninov a la cabeza, han templado nuestros espíritus. Podemos sumergirnos algo más con el Curso de literatura rusa de Nabokov y los aparatos críticos del profesor Eduardo San Vicente a sus traducciones de la obra de Dostoievski, Chejov y otros autores. Últimamente podemos disfrutar en Mezzo de la integral de las 15 sinfonías de Shostakovich y los 5 conciertos para piano de Prokofiev con Valeri Gergiev a la batuta mondadientes. Todos estos datos nos van convenciendo que estamos ante una enorme cultura y sensibilidad. A estas referencias podemos añadir que en Málaga contamos con una entrada directa a las almas rusas en la Colección del museo ruso de San Petersburgo que con las distintas exposiciones nos permite adentrarnos en su historia y arte esclareciendo algunos de sus misterios. Ahora nos llega una visión británica con ácida ironía sobre los manejos del poder soviético a la muerte de Stalin y otra proveniente de los Estados Unidos, un thriller de espías hermosas conversas a la bondad americana que quieren convencernos que los rusos tienen la exclusividad de la mala leche. Hannah Arendt afirma que para trocar la dictadura revolucionaria de Lenin en una dominación completamente totalitaria, Stalin tuvo que crear artificialmente una sociedad atomizada en la que las clases fueron sustituidas por masas de individuos aislados con una lealtad total e inalterable sin contenidos concretos. Las decisiones del dictador suponían cambios impredecibles cuya única opción era la obediencia o el gulag. El terror se situaba dentro de los sujetos imposibilitando su colaboración para cualquier evolución. La muerte de Stalin extrae, mediante el humor, el absurdo que reposa bajo esos comportamientos. La sociedad rusa parece hoy tal que ayer estancada en un estadío medieval donde los ciudadanos son tratados como siervos de la gleba. Observamos el comportamiento del poder de forma similar durante el largo período de dominio de los Romanov, la era soviética y el estado actual dominado por Putin. ¿Dónde están tus músicos, poetas y pintores?
11 de enero de 2019
11 de enero de 2019
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Sobre qué no se puede hacer humor? Con la fría estadística en la mano, las purgas estalinistas duraron bastante más que las nazis y, si se suman las hambrunas del Holodomor (el «Holocausto ucraniano») o la represión a polacos, alemanes del Volga y otras nacionalidades de la esfera soviética, probablemente superan el número de victimas. No recuerdo ninguna película humorística ambientada en lo más oscuro de la época nazi, por mucho que nos riamos con la magnífica «Ser o no ser», o con «El gran dictador», o incluso con el corto animado «El rostro del Führer». Vale, son películas contemporáneas a Hitler, pero incluso las posteriores, cuando ya se era consciente de la magnitud del Holocausto y de la represión nazi, han pasado de puntillas por los hechos más escabrosos si se trataba de hacer humor. «La muerte de Stalin» es enorme porque no esconde nada, y acabas riéndote mientras algo en tu interior te susurra que no está bien que lo hagas. En esta incomodidad, que yo no sentía desde que vi «Cuatro leones», divertidísima sátira sobre el terrorismo islamista, y en el acierto de no haber caído en una caracterización esperpéntica de los personajes, residen el principal acierto de esta obra. 8/10
#thedeathofStalin #lamuertedeStalin #stevebuscemi
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