Pandorum
5.7
13,984
Ciencia ficción. Terror. Acción
Dos miembros de la tripulación de una nave espacial, el Teniente Payton (Dennis Quaid) y el Cabo Bower (Ben Foster), se despiertan en sus cámaras de hibernación sin recordar nada de lo que ha sucedido: ni quiénes son, ni cuál era su misión o por qué, aparentemente, son los únicos supervivientes. Conforme se adentren en las zonas más profundas de la nave, descubrirán que no están solos, y desvelarán el terrible misterio que rodea la ... [+]
11 de junio de 2010
11 de junio de 2010
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad, me esperaba una bazofia de película. De hecho, la visioné de casualidad pues de la que se estrenó ni me llamó la atención.
Pero comienzas a verla y engancha un poco. Sigues viéndola y te la acabas tragando.
Es básicamente un thriller claustrofóbico entretenido, que mezcla una atmósfera la verdad muy conseguida y en la que te encuentras tan perdido y aterrorizado como los protagonistas, con una mezcla de argumentos y detalles de películas ochenteras de ciencia ficción.
Pero, por suerte, su propio argumento se impone conforme avanza.
Los actores están para cumplir. Puede que disguste un poco que el personaje de Dennis Quaid (el nombre más comercial del plantel) no sirva casi de nada en la primera mitad del filme, pero no os dejeís engañar y sed pacientes. El resto del plantel, tal y como dije, sólo y expresamente cumplen.
La música, lo mismo. Los efectos especiales: bastante logrados. Y las escenas aceleradísimas de acción: resultonas.
Lo que probablemente más llama la atención es la fuerza que el guión adquiere hacia la recta final para acabar desembocando en un final sorprendente y totalmente inesperado que te clava a la butaca.
Un desenlace con el gancho que le faltaba a la película desde su inicio, que logra posicionar el metraje en una posición en la cual te llame la atención e incluso te guste.
Con todo un entretenimiento bueno, inicialmente muy pasable y flojo, pero que se recupera bastante en su final. Puede ser medio recomendable, incluso.
Pero comienzas a verla y engancha un poco. Sigues viéndola y te la acabas tragando.
Es básicamente un thriller claustrofóbico entretenido, que mezcla una atmósfera la verdad muy conseguida y en la que te encuentras tan perdido y aterrorizado como los protagonistas, con una mezcla de argumentos y detalles de películas ochenteras de ciencia ficción.
Pero, por suerte, su propio argumento se impone conforme avanza.
Los actores están para cumplir. Puede que disguste un poco que el personaje de Dennis Quaid (el nombre más comercial del plantel) no sirva casi de nada en la primera mitad del filme, pero no os dejeís engañar y sed pacientes. El resto del plantel, tal y como dije, sólo y expresamente cumplen.
La música, lo mismo. Los efectos especiales: bastante logrados. Y las escenas aceleradísimas de acción: resultonas.
Lo que probablemente más llama la atención es la fuerza que el guión adquiere hacia la recta final para acabar desembocando en un final sorprendente y totalmente inesperado que te clava a la butaca.
Un desenlace con el gancho que le faltaba a la película desde su inicio, que logra posicionar el metraje en una posición en la cual te llame la atención e incluso te guste.
Con todo un entretenimiento bueno, inicialmente muy pasable y flojo, pero que se recupera bastante en su final. Puede ser medio recomendable, incluso.
27 de enero de 2011
27 de enero de 2011
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Salvo honrosas excepciones, el cine europeo de las últimas décadas no ha sido muy pródigo en lo que a ciencia-ficción se refiere. Eso no significa que no haya en el viejo continente directores interesados en el género, pero si conlleva que tiendan a emigrar al otro lado del Atlántico para poder hacer realidad sus proyectos. Evidentemente, este tránsito suele suponer ceder a la inocua espectacularidad de Holywood. Es el caso del alemán Christian Alvart, que después de la polémica Antikörper y una descafeinada Expediente 39 se desplaza al espacio con Pandorum de la mano de la industria norteamericana.
El inicio de la película plantea muchas incógnitas. Bower (Ben Foster) despierta de su prolongada hibernación en un entorno extraño, amnésico y completamente desorientado. Poco después se le une el Teniente Payton (Dennis Quaid). Los dos hombres irán atando cabos hasta descubrir que forman parte de la tripulación del Elysium, una futurista Arca de Noé destinada a colonizar Tanis, un lejano planeta en el que la raza humana busca empezar de nuevo. Por desgracia, algo ha salido mal durante la travesía. La nave se cae a pedazos y unas voraces criaturas la han invadido. Y sobre todo ello pesa la amenaza del Pandorum, un síndrome espacial que afecta a la delicada salud mental de los pasajeros.
La película toma prestados numerosos elementos de otras predecesoras como Aliens, Sunshine, Pitch Black, Horizonte Final -su director ejerce aquí de productor- o The Descent, así como del survival horror Dead Space y la televisiva Battlestar Galactica. No es una queja: Los cimientos de la ciencia-ficción espacial forman parte de un imaginario demasiado arraigado en la mente del cinéfilo como para sorprendernos. A estas alturas nos hemos acostumbrados a los diseños de naves espaciales decadentes y a los alienígenas. Aunque producciones como la reciente Moon nos permitan albergar esperanzas al respecto, Pandorum evidencia lo difícil que resulta aportar algo nuevo al género. Ello no desmerece un buen trabajo artístico y de efectos especiales.
Dejando a un lado las comparaciones, aún atrapada entre las palomitas y el cine de autor, la película de Christian Alvart es innegablemente entretenida. Podría considerarse un trabajo fallido si se tiene en cuenta su potencial desperdiciado, pero no se puede negar que compensa sus irregularidades. No sobran ideas pero quizás Europa debiera recordar su propio pasado para imaginar el futuro, volver la vista hacia Lang, Kubrick o Tarkovski para darse cuenta de que una vez supo explorar el espacio a su manera.
Keichi
El inicio de la película plantea muchas incógnitas. Bower (Ben Foster) despierta de su prolongada hibernación en un entorno extraño, amnésico y completamente desorientado. Poco después se le une el Teniente Payton (Dennis Quaid). Los dos hombres irán atando cabos hasta descubrir que forman parte de la tripulación del Elysium, una futurista Arca de Noé destinada a colonizar Tanis, un lejano planeta en el que la raza humana busca empezar de nuevo. Por desgracia, algo ha salido mal durante la travesía. La nave se cae a pedazos y unas voraces criaturas la han invadido. Y sobre todo ello pesa la amenaza del Pandorum, un síndrome espacial que afecta a la delicada salud mental de los pasajeros.
La película toma prestados numerosos elementos de otras predecesoras como Aliens, Sunshine, Pitch Black, Horizonte Final -su director ejerce aquí de productor- o The Descent, así como del survival horror Dead Space y la televisiva Battlestar Galactica. No es una queja: Los cimientos de la ciencia-ficción espacial forman parte de un imaginario demasiado arraigado en la mente del cinéfilo como para sorprendernos. A estas alturas nos hemos acostumbrados a los diseños de naves espaciales decadentes y a los alienígenas. Aunque producciones como la reciente Moon nos permitan albergar esperanzas al respecto, Pandorum evidencia lo difícil que resulta aportar algo nuevo al género. Ello no desmerece un buen trabajo artístico y de efectos especiales.
Dejando a un lado las comparaciones, aún atrapada entre las palomitas y el cine de autor, la película de Christian Alvart es innegablemente entretenida. Podría considerarse un trabajo fallido si se tiene en cuenta su potencial desperdiciado, pero no se puede negar que compensa sus irregularidades. No sobran ideas pero quizás Europa debiera recordar su propio pasado para imaginar el futuro, volver la vista hacia Lang, Kubrick o Tarkovski para darse cuenta de que una vez supo explorar el espacio a su manera.
Keichi
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hay aquí dos historias diferentes y perfectamente discernibles. Una es un thriller psicológico sobre el aislamiento, la locura alojada en la psique del enfermo. La otra un videojuego de terror plagado de monstruos y peleas. La explicación es sencilla si reseñamos que al guión de esta película de encargo firmado por Travis Milloy se acopló otro que el propio Alvart estaba escribiendo. El problema irresoluble es que los mecanismos de uno y otro no son extrapolables y el resultado termina por convertirse en un pastiche de ideas que, lejos de aportar diversidad a la trama, le sienta como una patada en la cara. A pesar de este desorden, Alvart se las ingenia para rodar un tramo final verdaderamente frenético culminado en un desenlace sorprendente.
Lo cierto es que Pandorum se desenvuelve mejor en el plano del suspense que en el de la acción-terror. Siguiendo la moda imperante, las persecuciones y combates de la película se convierten en un vaivén epiléptico en el que la cámara se mueve sin orden ni concierto aparente. Aunque estupendamente recreada, la opresiva y claustrofóbica fotografía de Wedigo von Schultzendorff no es la adecuada para estos menesteres. Una mala elección, al igual que la inclusión de personajes secundarios (Antje Traue, Cam Gigandet) completamente prescindibles. En cuanto a los actores protagonistas, es Foster quien aguanta todo el peso de la historia con un notable trabajo mientras que Dennis Quaid se limita a quedarse quieto y aportar su nombre al cartel.
Lo cierto es que Pandorum se desenvuelve mejor en el plano del suspense que en el de la acción-terror. Siguiendo la moda imperante, las persecuciones y combates de la película se convierten en un vaivén epiléptico en el que la cámara se mueve sin orden ni concierto aparente. Aunque estupendamente recreada, la opresiva y claustrofóbica fotografía de Wedigo von Schultzendorff no es la adecuada para estos menesteres. Una mala elección, al igual que la inclusión de personajes secundarios (Antje Traue, Cam Gigandet) completamente prescindibles. En cuanto a los actores protagonistas, es Foster quien aguanta todo el peso de la historia con un notable trabajo mientras que Dennis Quaid se limita a quedarse quieto y aportar su nombre al cartel.
20 de agosto de 2011
20 de agosto de 2011
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Te puedes fiar de los alemanes para hacer frigoríficos y para hacer cine sobrio. Aunque al principio pueda parecer que es una producción americana con ese pedazo de ambientación espacial, ese Dennis Quaid y ese Ben Foster, “Pandorum” es un ejemplo de ingenio y buen hacer alemán para suplir su carencia de medios económicos y técnicos para retocar digitalmente cada fotograma (casi imprescindible hoy día en el cine comercial de acción cósmica) con rayos láser y explosiones por doquier con imaginación y esfuerzo.
De este modo, en lugar del clásico e infalible arcade matamarcianos lo que tenemos es una aventura interespacial que tiende al thriller claustrofóbico y propone como foco de interés sorpresas argumentales más que peleas con razas alienígenas hostiles. Como consecuencia, el desarrollo de la película provoca un interés (elevado en mi opinión, aunque comprendo que se le quede escaso a otros espectadores) por desentrañar los misterios de la trama que navega entre el misterio, la psicología y el terror, pero que quizá necesitase más acción paras potenciarlo.
No es que no haya acción, pero tanta escenografía galáctica y tanta ambientación espacial parecen pedir a gritos más peleas, más disparos y más venganza. A ver como lo digo… “Pandorum” es buena, pero si le hubiesen metido la acción de “Starship Troopers” (por poner un ejemplo) estaríamos ante una película de 9 o 10.
Inmersita y sumamente recomendable, con un final de los que merecen la pena, made in Germany, no me esperaba menos.
De este modo, en lugar del clásico e infalible arcade matamarcianos lo que tenemos es una aventura interespacial que tiende al thriller claustrofóbico y propone como foco de interés sorpresas argumentales más que peleas con razas alienígenas hostiles. Como consecuencia, el desarrollo de la película provoca un interés (elevado en mi opinión, aunque comprendo que se le quede escaso a otros espectadores) por desentrañar los misterios de la trama que navega entre el misterio, la psicología y el terror, pero que quizá necesitase más acción paras potenciarlo.
No es que no haya acción, pero tanta escenografía galáctica y tanta ambientación espacial parecen pedir a gritos más peleas, más disparos y más venganza. A ver como lo digo… “Pandorum” es buena, pero si le hubiesen metido la acción de “Starship Troopers” (por poner un ejemplo) estaríamos ante una película de 9 o 10.
Inmersita y sumamente recomendable, con un final de los que merecen la pena, made in Germany, no me esperaba menos.
23 de enero de 2010
23 de enero de 2010
34 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
En exclusiva para FilmAffinity:
Director: ¿Qué tal Dennis? ¿Qué tal tu mujer e hijos?
DQ: Aquí andamos jefe. Mi familia va tirando. Tendrías que ver qué alto se ha puesto ya el pequeño.
Director: Bien me alegro los míos también están ya... Verás, te llamaba para ofrecerte ser el prota de una de ciencia-ficción futurista.
DQ: ¿Y en qué consiste?
Director: Nada, será otra mierda más de bichos espaciales que se van cargando de uno a uno a la tripulación de una nave. El objetivo de esta peli será más que nada hacer caja fácil entre el público joven pero descuida, que el equipo de producción te va a untar bien por decir las dos frases de turno y pondrá tu nombre como protagonista.
DQ: Bueno... quizá sirva para limpiar un poco mi nombre después de 'G.I. Joe'.
Director: Perfecto. Tú sueltas las dos frases de turno, enseñas un poco de cacha para las féminas y te llevas el cheque a tu casa. Es que entre tú y yo, necesitamos maquillar un poco esta basura con algún actor de medio pelo o si no, ni Dios iría a verla.
DQ: Porque te debo un favor y necesito la pasta ¿eh? De todos modos, gracias a ti por confiar en mí, que llevo una racha últimamente... Fíjate, que mi mujer me ha insinuado que una retirada a tiempo es una victoria...
Director: Que sepas que eres al primero que he llamado.
(2 segundos de silencio)
DQ: Bueno, te dejo que estarás ocupado en el guión.
Director: No te preocupes Dennis, si el guión ya me lo ha terminado mi hijo de trece años. Por eso te dije antes que era una mierda la peli. Si sale mal pues oye, a tomar por el culo. ¿Quién va a recordar 'Pandorum' en un par de años?
DQ: Concretando. Ya me dirás que me pase por el estudio cuando acabe el rodaje para soltar mis dos frases de turno.
Director: Ok, perfecto Dennis, siempre es un placer hablar y contar contigo.
DQ: De nada hombre, ya sabes que a mí un puñado de dólares me gusta más que la mierda a los cerdos.
Director: Y a quién no tío hahaha.
DQ: Te tengo que ir dejando que se me queman los garbanzos.
Director: Hasta luego Dennis. Cuídate.
DQ: Hasta luego Christian.
Pues eso, otra vez una historia espacial futurista con bichos asesinos dentro de la nave. Un final frío, unas interpretaciones que no destacan nada y sobre todo, un aburrimiento increíble dentro de esa oscuridad que impera en todo momento. Mala hasta la saciedad.
Director: ¿Qué tal Dennis? ¿Qué tal tu mujer e hijos?
DQ: Aquí andamos jefe. Mi familia va tirando. Tendrías que ver qué alto se ha puesto ya el pequeño.
Director: Bien me alegro los míos también están ya... Verás, te llamaba para ofrecerte ser el prota de una de ciencia-ficción futurista.
DQ: ¿Y en qué consiste?
Director: Nada, será otra mierda más de bichos espaciales que se van cargando de uno a uno a la tripulación de una nave. El objetivo de esta peli será más que nada hacer caja fácil entre el público joven pero descuida, que el equipo de producción te va a untar bien por decir las dos frases de turno y pondrá tu nombre como protagonista.
DQ: Bueno... quizá sirva para limpiar un poco mi nombre después de 'G.I. Joe'.
Director: Perfecto. Tú sueltas las dos frases de turno, enseñas un poco de cacha para las féminas y te llevas el cheque a tu casa. Es que entre tú y yo, necesitamos maquillar un poco esta basura con algún actor de medio pelo o si no, ni Dios iría a verla.
DQ: Porque te debo un favor y necesito la pasta ¿eh? De todos modos, gracias a ti por confiar en mí, que llevo una racha últimamente... Fíjate, que mi mujer me ha insinuado que una retirada a tiempo es una victoria...
Director: Que sepas que eres al primero que he llamado.
(2 segundos de silencio)
DQ: Bueno, te dejo que estarás ocupado en el guión.
Director: No te preocupes Dennis, si el guión ya me lo ha terminado mi hijo de trece años. Por eso te dije antes que era una mierda la peli. Si sale mal pues oye, a tomar por el culo. ¿Quién va a recordar 'Pandorum' en un par de años?
DQ: Concretando. Ya me dirás que me pase por el estudio cuando acabe el rodaje para soltar mis dos frases de turno.
Director: Ok, perfecto Dennis, siempre es un placer hablar y contar contigo.
DQ: De nada hombre, ya sabes que a mí un puñado de dólares me gusta más que la mierda a los cerdos.
Director: Y a quién no tío hahaha.
DQ: Te tengo que ir dejando que se me queman los garbanzos.
Director: Hasta luego Dennis. Cuídate.
DQ: Hasta luego Christian.
Pues eso, otra vez una historia espacial futurista con bichos asesinos dentro de la nave. Un final frío, unas interpretaciones que no destacan nada y sobre todo, un aburrimiento increíble dentro de esa oscuridad que impera en todo momento. Mala hasta la saciedad.
11 de noviembre de 2009
11 de noviembre de 2009
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película nos muestra las aventuras de unos náufragos en su propia nave espacial.
La información nos es suministrada a los pocos bajo la cubierta de la amnesia provocada por la hibernación. El realismo o cagada, según opiniones, de que la información parcial y que posteriormente puede desembocar en algo útil o no, entregada a base de flashbacks, es algo a favor o en contra según el gusto.
No pretende ser una obra excesivamente 'realista', por lo que se debe dar cierta cuerda para tragarnos la historia en todos sus facetas sin demasiados miramientos.
El nivel de los efectos especiales, que supone el centro de esta producción es aceptable, ofreciendo un entorno y unas escenas de acción aceptables, dando por hecho, claro, que repetidas veces el efecto 'caos' o 'terror' se consigue quitando casi por completo la iluminación o realizando planos tan oscuros y rápidos que apenas se distinguen unas luces y caras que saltan por salas y pasillos.
Destaca de manera particular que es uno de los peores montajes de sonido que he tenido la desgracia de oír. Han hecho especial hincapié en la moda de poner los diálogos 1000 veces mas bajos que los sonidos ambiente y música, eso sin tener en cuenta que, por supuesto, 2 segundos después de una larga escena susurrando te sueltan un grito o la música a todo meter sin que tenga nada que ver con la situación anterior.
Detalle importante, que los señores del cine son tan amables de arreglar elevando el volumen de todo el film para que no te pierdas nada, claro que alguien debería decirles que por encima de 140 Db se le llama el umbral del dolor por algo.
El final parte de una premisa bastante original, aunque en mi opinión resuelta de una manera bastante pobre.
En definitiva una película regulera, con un mediocre Dennis Quaid, que con el potencial disponible se podía haber retocado para conseguir algo mejor.
La información nos es suministrada a los pocos bajo la cubierta de la amnesia provocada por la hibernación. El realismo o cagada, según opiniones, de que la información parcial y que posteriormente puede desembocar en algo útil o no, entregada a base de flashbacks, es algo a favor o en contra según el gusto.
No pretende ser una obra excesivamente 'realista', por lo que se debe dar cierta cuerda para tragarnos la historia en todos sus facetas sin demasiados miramientos.
El nivel de los efectos especiales, que supone el centro de esta producción es aceptable, ofreciendo un entorno y unas escenas de acción aceptables, dando por hecho, claro, que repetidas veces el efecto 'caos' o 'terror' se consigue quitando casi por completo la iluminación o realizando planos tan oscuros y rápidos que apenas se distinguen unas luces y caras que saltan por salas y pasillos.
Destaca de manera particular que es uno de los peores montajes de sonido que he tenido la desgracia de oír. Han hecho especial hincapié en la moda de poner los diálogos 1000 veces mas bajos que los sonidos ambiente y música, eso sin tener en cuenta que, por supuesto, 2 segundos después de una larga escena susurrando te sueltan un grito o la música a todo meter sin que tenga nada que ver con la situación anterior.
Detalle importante, que los señores del cine son tan amables de arreglar elevando el volumen de todo el film para que no te pierdas nada, claro que alguien debería decirles que por encima de 140 Db se le llama el umbral del dolor por algo.
El final parte de una premisa bastante original, aunque en mi opinión resuelta de una manera bastante pobre.
En definitiva una película regulera, con un mediocre Dennis Quaid, que con el potencial disponible se podía haber retocado para conseguir algo mejor.
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