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Scarface, el terror del Hampa

Cine negro. Thriller Tony Camonte (Paul Muni), un pistolero de origen italiano, ignorante y sin escrúpulos, es el lugarteniente de Johnny Lovo (Osgood Perkins), el hampón más poderoso del South End de Chicago. Ambicioso y cruel, Camonte, que por una cicatriz que le cruza el rostro recibe el apelativo de Cara cortada, elimina poco a poco a los rivales de su jefe hasta que, con la ayuda de su amigo Gino Rinaldo (George Raft), le arrebata el poder también a él ... [+]
Críticas 79
Críticas ordenadas por utilidad
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10
27 de noviembre de 2008
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Escelente visión y retrato de lo que la sociedad norteamericana vivió durante las décadas de 1920 y 1930: el surgimiento, auge y dominio de las mafias como consecuencia de las prohibiciones y restricciones estatales (en el de la película el trasiego de la cerveza).

Describe y demuestra la forma como Tony Camonte se abre espacio y al final llega a ser el amo y señor de la mafia, a base de acciones muchas veces temerarias, frías y sanguinarias, pero que le resultaron ser muy efectivas y le ayudaron a conseguir lo que buscaba, aunque al final, resulta perdiéndolo todo: mata a su principal aliado, Gino (por sostener una relación con su hermana), y a su queridísima hermana, Cesca (quien muere durante el ataque policial).

Es de resaltar que en esa época, los esfuerzos de las fuerzas de seguridad pública eran insuficientes y hasta insignificantes, comparados con el gran poder que las mafias llegaron a tomar y alncanzar en muchas esferas, incluso políticas y gubernamentales (la acción de Habeas Corpus, que supuso la liberación inmediata de Camonte, por ejemplo).

Me parece que, ya desde la década de 1930 se demostró que la razón de ser y existir de las mafias es la restricción gubernamental, las prohibiciones, que lejos de alejar a las personas de determinada actividad, las atrae más por el incentivo perverso que ellas mismas suponen: ganar dinero fácil y rápido, no importándoles arriesgar hasta la vida con tal de obtener dinero.
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Me parece interesante la parte en la que se reúne un grupo de ciudadanos con el director de uno de los diarios, reclamándo el por qué de tanta publicidad y seguimiento a los actos de las mafias en los titulares. La respuesta, bastante fuerte y reflexiva, pero ingenua a la vez: "Sólo uniendo fuerzas y exigiendo al Gobierno que cumpla, podemos detener a la mafia y expulsar a los extranjeros que tanto daño han traído a nuestra nación".

Al final, cuando el Oficial de Policía le dice: "Qué te dije Camonte, que solo y sin tu arma, chillarías como una rata". Y demuestra ese final, que, lejos de alcanzar el mundo, termina siendo asesinado como una rata, porque lo que mal inicia, mal acaba.
9
10 de junio de 2009
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Universal de los años treinta no se limitó a manufacturar películas de terror horneadas de los clásicos "Frankenstein", "Drácula", o "La Momia". También la lidió con el cine negro y en buena época; estamos en 1931, en plena Gran Depresión provocada por la crisis financiera del 29, con unas leyes sobre restricción del alcohol que no finalizarían hasta bien entrada la intervención de Estados Unidos en la II Guerra Mundial. Si Al Capone era amo y señor de Chicago, su alter ego Tony Camonte lo era en la ficción. Y como un monstruo más de la galeria que la Universal se embolsilló para entretener a millones de espectadores.

"Scarface" da título al apelativo "Cara Cortada" singular, y en forma de cruz, en el pómulo izquierdo de Tony Camonte (Paul Muni) un hombre de la calle que asciende meteóricamente hacia las altas esferas del Crimen Organizado, dispuesto a controlar los sectores Norte y Sur de un ciudad como Chicago. Y por eso cuenta con el apoyo de sus inseparables Guino Rinaldo (George Raft) que se siente atraído por la protegida hermana de Tony, Cesca (Ann Dvorak) y su secretario, el payasesco y algo corto de mollea Angelo (Vince Barnett) que nunca atiende las llamadas telefónicas y que juntos emprenderán una cruzada para hacerse con el control de alcohol ilegal, acabando incluso con la supremacia de sus superiores. Tony seduce a Poppy (Karen Moley) la novia de su jefe Johnny Lovo (Osgood Perkins) en su camino para hacerse suyo el mundo. Pero también tendrá que vérselas con Gaffney (Boris Karloff) que ha intentado matarle enviando a sus hombres, metralleta en mano, para acribillarle.

El argumento fue idea de Ben Hecht, todo un cronista de la época que ya se había hecho con un Óscar por dicha tarea en "La Ley del Hampa" (1927) y que su nombre figuraría en obras maestras como "Lo que el Viento se Llevó" (1939) y "Recuerda" (1944) de Alfred Hitchcock. La aparición de Boris Karloff como actor secundario en este festival en blanco y negro de fuego y balas puede resultar algo anécdotico porque el actor ya había triunfado en su papel de la criatura de Frankenstein en el film de James Whale un año antes.

Howard Hawks (El Dorado) no se dejó detalle alguno en recrear las escenas a base de luces y sombras; los siniestros silbidos de Tony antes de cometer sus crimenes; los malabarismos con con las monedas aludiendo la paciente actitud de Guino; la presencia fantasmal de Cesca en el desenlace; la persecución automovilística de Tony por sus enemigos en las calles de la ciudad; las secuencias en las que el mismo protagonista extorsiona por los bares vaciando sin parar los barriles de cerveza o la recreación de la masacre del Día de San Valentín, puntal de la crónica negra gangsteril de esos años. Otros directores como Roger Corman se rendirían más tarde con sus particulares versiones. Especialmente Brian de Palma con la célebre y ochentera "El Precio del Poder".
9
12 de diciembre de 2011
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que aquí nos encontramos con este tipo de películas, que independientemente de lo que te pueda gustar, o de que se le pueda achacar algún defecto, constituye una acto fundacional, un punto de inflexión, y el nacimiento del cine negro, de gangsters, como lo entendemos hoy en día.

No deja de ser curioso que al inicio, el film se presente más como una denuncia y crítica social por lo que estaba pasando en las calles de EEUU en ese momento, que como una crónica de violencia, muerte y accción a manos de protagonistas tan malvados como atractivos, que finalmente es lo que se impone, y lo que incluso el propio espectador pude considerar glamuroso y digno de admiración.

Sin esta película no existiría Scorsese, ni Robert de Niro o Joe Pesci, o Pacino hubieran tenido un espejo en el que mirarse, aquí Howard Hawks y Paul Muni, hacen algo más que cine, hacen historia del cine.

La película está muy bien, tiene gran ritmo, una violencia exagerada, y unos personajes radicalmente duros y pendencieros, en una historia de auge y caída de un personaje excesivo y malvado magistralmente interpretado por Muni
9
12 de diciembre de 2012
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conocí esta película (como muchas otras) gracias a un ex-compañero de trabajo que se llama Raúl (Ettetcap en FA). Como medio mundo yo conocía la versión de Brian de Palma protagonizada por Al Pacino. Insistía en que la viera porque decía que era una Obra Maestra. No le hice caso, más tarde me despidieron y desde entonces no le he vuelto a ver.

Sin embargo, el destino me guardaba otra oportunidad. Fue hace tres meses gracias a un guiño que Bertolucci usa en su película "Soñadores". Entonces me dije a mi mismo "Mañana la veo" pero tampoco lo hice. El destino era cabezón, por alguna razón quería que viera esta película y el otro día por casualidad vi que emitían "El Aviador" en lasexta (cuenta la vida de Hughes, productor de Scarface). Me acordé de ella (y de él) y decidí que no podía esperar más. Hoy 12/12/12 (curiosa fecha) la he visto.

Y la conclusión es clara. Brian de Palma hace un remake fantástico, cambia detalles como la ciudad, nacionalidad del personaje, la época, el alcohol por las drogas etc... Su versión es bastante más larga, quizás más entretenida, con una B.S.O maravillosa y un Al Pacino absolutamente soberbio. Digamos que es más espectacular, a lo grande, como Hollywood nos tiene acostumbrados. Después de ver esta, la pregunta es ineludible:


¿Cuál elegir?


Ambas. Ambas son maravillosas. La moderna me encanta por Al Pacino, no sabes si Tony Montana le da la personalidad o es Al Pacino quien se la da a él. ¿Qué decir de ese final en la mansión?.

Paul Muni (que por cierto fisicamente me ha recordado a una mezcla de Josh Hartnett y Heath Ledger en su papel del joker) he de decir que también está magnífico pero la original destaca por otros detalles que la hacen única. Y son los siguientes:


Para empezar porque es del año 1932. El cine sonoro llevaba pocos años y los dos Howards (Hughes y Hawks) consiguen la madre de todas las películas de Cine negro.
Películas como "Los violentos años 20", "Al rojo vivo", "La jungla de Asfalto", "Los sobornados", "El Halcón Maltés", "Perversidad", “Atrapado por su pasado”, “Uno de los nuestros” por citar algunos ejemplos, no hubieran sido lo mismo (o tan siquiera hubieran existido) sin Scarface. Una referencia absoluta durante décadas, hasta el mismísimo Coppola debería dar gracias a este film.

Las persecuciones, la ambientación o las escenas de acción son sobresalientes. Sirva como ejemplo el ataque al restaurante, un verdadero espectáculo de realismo. Repito, estamos hablando del año 1932, y a pesar de que el señor Hughes estaba forrado, grabar eso suponía todo un hito.

Pero esta película es única por su ejecución. Fritz Lang en 1931 con "M" fue uno de los primeros en usar la técnica de "Leitmotiv". Es decir: "Usar un motivo central recurrente de una obra literaria o cinematográfica". Como motivo se entiende, colores, composiciones, SÍMBOLOS, personas, melodías o frases.

En su caso fue con su famoso silbido, aquí Hawks va mas allá y aparte de usar el silbido como advertencia de que un personaje va a morir también recurre a la "X" para marcar el lugar del crimen. Con el tiempo es más directo, basta con un calendario pasando los días a ritmo de metralleta. ¡Que grande era el tio!

La X la vemos por primera vez cuando un cuerpo es arrojado de un coche y cae en una cruz formada por la sombra de una farola y un cartel (este es el guiño de Bertolucci en "Soñadores").

Poco después lo vemos multiplicado por 7 (con una viga formada por 7 "X" de madera) pero en esta ocasión previamente nos maravilla con un plano de sombras.

Lo repite en la bolera con la X como marca de un "pleno" o en el apartamento, siendo la X la habitación numero 10. ¿Por que la X?, porque la X siempre ha sido el símbolo del misterio y el que la policía usaba para marcar el lugar del crimen.


La escena del apartamento por cierto merece ser comentada porque resume la maestría en la dirección que tiene esta película. Desde ya forma parte de mis escenas favoritas. Habíamos asistido a asesinatos con la víctima como protagonista, a asesinatos con el ejecutor en el plano o asesinatos "camuflados" usando sombras en una pared. Aquí Hawks hace otro giro de tuerca.

La cuento en el spoiler:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Toni llega al hotel silbando (ya sabemos lo que va a pasar) y toca el timbre. Rinaldo se levanta y el plano muestra como no coge el arma (ya sabemos cómo va a pasar). Camina hacia la puerta jugando con la moneda y vemos la X (ya sabemos dónde va a pasar). La abre (la X se refleja en la pared), Tony mira a su hermana y vemos el terror en los ojos de esta, suena el disparo pero no lo vemos (ya tenemos el cuando). De repente la cámara cambia a Rinaldo y vemos en un plano cortado como deja de jugar con la moneda. Cesca llora con el cadáver en el suelo (Ya tenemos la prueba, ya tenemos la X).


Y la cuenta casi sin palabras. Sin palabras me quedo yo.

Bueno si, con dos: Gracias Raúl.
8
4 de febrero de 2020
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
22/22(29/01/20) Clásico imperecedero del género gangsteril, dirección de Howard Hawks tocado por las musas, expone con virulencia la violencia, con persecuciones, tiroteos, masacres, explosiones, tommy guns, y muchos muertos (hasta 28 ), todo filmado con elegancia, matices esplendidos (como la constante X ya vista en los créditos iniciales [signo relacionado con la marca aparecía en las fotografías de los periódicos para mostrar el espacio en que se había hallado un cadáver], o el brillante plano-secuencia del inicio, los fueras de campo, las sombras, el silbido de Tony Camonte premonición de muerte, la moneda con que juega Guino, las vidrieras con nombres inscritos que se rompen como preludio de la desaparición del ínclito, ese grifo de cerveza desbocado, esa transición de elipsis viendo pasar el tiempo con un calendario al que le pasan las hojas con balaceras de la Tommygun, o elalegórico luminoso de ‘El mundo es tuyo’), ayudado en gran medida por la formidable cinematografía con claros referentes en el expresionismo alemán por sus juegos de iluminación y sombras. Ello en clásica narración de auge y caída, en lo que se puede entender como una retorcida visión del Sueño Americano, esto ejemplificado con el lema de Camonte: "Hazlo primero, hazlo tú mismo y sigue haciéndolo", también está el simbolismo aparece tres veces cruciales en la película del luminoso de "El mundo es tuyo", el apartamento de Camonte da a un letrero de neón. El gangster lucha por el mismo sueño americano que cualquier otra persona, pero a través de la violencia y la actividad ilícita, aderezado con el escabroso tema del sugerido incesto, ello en clara analogía decadente al Emperador Calígula, en este caso el Capo de Chicago. Relata hechos cuasi coetáneos, pues la película se rodó en el 1930, y aun quedaban 3 años (1933) para terminar la Ley Volstead (Ley Seca 1929-1930).

Hawks dota de ritmo trepidante el metraje, demostrando gran inspiración, delineando personajes con carácter que se mueve. Este ingenio desde un inicio cautivador, con un plano secuencia de más de 3 minutos, donde la cámara presenta a Scarface cual sombra de la muerte que tiene su propio silbido que anticipa la muerte. Supongo que uno de los puntos que más molestó a los censores del tiempo fue que no hay atisbo de dilemas morales en estos gangsters. Siendo el epítome Tony Camonte, un amoral que disfruta matando, de mentalidad primaria, no tiene más estrategia que ir eliminando cual pirámide a todo el que le molesta para intentar llegar a la cima, (“Hazlo primero, hazlo tú mismo y sigue haciéndolo”, es su lema que le espeta a Guino Rinaldo). Se mueve en un submundo criminal donde Hawks compone a su alrededor uno de sus temas preferidos, como es el sentido del deber testosrenil, profesionales haciendo lo que mejor saben, solo que aquí es medrar en el negocio del tráfico del alcohol. Pareciendo que el director intenta que empaticemos con el protagonista, pues en este mundillo de tiroteos en tsunami, nunca veremos morir a alguien inocente, solo caen los ‘soldados’ de estas mafias, no hay daños colaterales, esto hace que Tony nos cree más simpatías.

La violencia fue novedosa y rompedora en su momento, yendo increscendo, mucha de ella fuera de plano, anticipada con recursos ya mencionados (el silbido, la moneda de Guino, la X,…), pero también veremos torturas a dueños de bar, y en su tramo final esta comienza a ser explicita en tiroteos salvajes, con muertes explícitas, desembocando en un rush final abrasador.

Llama la atención como Hawks inserta notas de humor en la película, mayoría a cargo de Vince Barnett encarnando a uno de los hombres de Tony, ejemplo de esto el ‘gag’ haciendo de secretario que no se entera de nada de lo que le dicen por teléfono, par a mí un tipo de humor que no encaja en el tono de la película, parece Stan Laurel (El Flaco) haciendo payasadas. Se siente mejor el estilo cínico de Tomy, como en la escena en que descubre la Tommy Gun mientras le disparan en un restaurante y hace que su lugarteniente Rinaldo salga a la calle a por uno durante la refriega.

Tema escabroso-malsano pasó la censura el del incesto entre dos hermanos como Tony y Cesca (Ann Dovrak), inspirándose esta relación patológica en la de los la singular familia Borgia, Lucrecia y su hermano César. Hawks explicó le planteó a Ben Hecht este tema cuando le encargó el guión: “Se me ha ocurrido la idea de que la familia Borgia está viviendo hoy en Chicago. Mira, nuestro Borgia es Al Capone, y su hermana comete el mismo incesto que Lucrecia Borgia” (otras fuentes afirman fue Hecht quien propuso esta idea a Hawks). Esta relación termina siendo la kriptonita de Tony, es donde pierde el control, y sobrepasa la línea que termina propiciando su caída cual Emperador romano.

Hay subyacente crítica a los pocos medios de que disponía la policía para cazar a estos delincuentes, pero esto en en algún caso se siente impostado, me refiero al modo en que lo tratan los periodistas, que parecen nos den clases de moralidad rompiendo la cuarta pared. Pero además Hawks de modo mordaz y con ironía pone en boca del protagonista una de las armas legales con las que se las apañaban los potenciales gánsteres para escapar a la justicia era Habeas Corpus, tanto que Tony hace ‘coña’ de esto ("un Habeas Corpus de esos").

Destaca el gran manejo de la cámara de Lee Garmes (“El expreso de Shanghai”), y L. William O’Connell (“El retorno del vampiro”), labor ya enaltecida en mis comentarios anteriores en sus juegos de expresionismo y más recursos estéticos. Con fuertes contrastes de b/n en la fotografía, habitaciones foscas, siluetas de cuerpos contra sombras dibujadas y charcos de luz afinadamente ubicada; esto potenciado por electrizante edición de Edward Curtiss (“Winchester 73”), jugando hábilmente con elipsis y fundidos, destacaré el modo en que se escenifica el final de la Masacre de San Valentín, con una ráfaga de humo y desaparecen las sombras de los cuerpos;… (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
… En la música prima la diegética (extradiegética solo presente durante los créditos), hay temas de jazz y propios de clubs de fiestas, se escucha ‘Wreck of the Old 97’ entonada por Ann Dvorak mientras toca el piano para George Raf. Así como significativo el silbido de Tony Camonte del Sexteto de la popular ópera de Gaetano Donizetti, 'Lucia di Lammermoor' en los asesinatos de Costillo y Lovo. Gus Arnheim y su Orquesta Cocoanut Grove interpretan "Saint Louis Blues" de WC Handy y "Some of These Days" de Shelton Brooks en el club nocturno.

Paul Muni encarna a Tony Camonte con vis de mordacidad estupenda, el emulo de Al Capone posee una sonrisa guasona aterradora con una gestualidad inquietante, una mirada de hielo, ser primario que siempre va hacia adelante en busca de llegar a la cima, un tipo con el motor de sus instintos básicos, un hedonista que desea lo que tiene el de la cima, poder, dinero, lujos y su amante. Pero en su modo primario de comportamiento tiene la grieta del amor por su hermana, teniendo con ella algunas escenas perturbadoras. Homérico el toque del leit-motive del silbido cual preludio de muerte; George Raft como Guino Rinaldi, el mejor amigo y lugarteniente de Tony, se nota razonable, leal, hierático, muy bueno, la es cena que debe soportar flemático la danza de Cesca resulta turbador. Excelente su juego con la moneda cual otro preludio de muerte; Ann Dvorak como Cesca, hermana de Tony, tiene un papel sensacional que borda, clásico rol hawksiano de mujer autosuficiente, con iniciativa, de fuerte carácter, que no se encorseta, desea la libertad, liberada sexual, posee escenas de un vigor vibrante, sobre todo en los ententes con Muni, siendo emocionantes los últimos tramos con él en su ‘castillo’ acorazado. Actuación arrolladora; Osgood Perkins como Johnny Lovo es alter ego de Johnny Torrio (el mentor de Al Capone en Chicago), realiza una interpretación buena, imprime carisma y elegancia a su mafioso que no se mancha las manos; Vince Barnett como Angelo es el alivio cómico, rol fuera de lugar, chirriante, rompe con el estilo de narración; Karen Morley encarna a Poppy, la mujer-trofeo de Johnny Lovo, que es codiciada cual premio gordo por Tony Camonte, me resulta un rol a medio hacer, esquemático, en el remake de 1983 (su personaje era encarnado por Michelle Pfeiffer) está mejor delineada su personalidad nihilista; Llama la atención la presencia del actor londinense Boris Karloff, habitual el género de terror. Aquí da vida al gangster Tom Gaffney, enemigo de Camonte, cumple.

Por justificar que no le doy más nota, encuentro el humor de Vince Barnett no encaja (ya he mencionado); tampoco su tramo final me es satisfactorio. El modo grimante en que hieren mortalmente a Cesca, con Tony alardeando fanfarronamente de sus ventanas blindadas, pero que no termina nunca de cerrar, y siendo por donde balean a su hermana. Pewro es que esta es la hermana tonta de Forrest Gump al quedarse en la línea de tiro de la poli, un absurdo (aunque la muerte en brazos de Tony resulta neurálgica). Y como Tony nunca cierra la puñetera ventana, la poli lanza bombas de humo, que hacen que el gangster tenga que salir de su habitación-fortaleza. Fuera la poli intenta entrar de un modo bastante troglodita, a hachazos, pensé que en algún momento un poli asomaría u agente por las grietas de la puerta y diría, “Who’s Tony”, cual Jack Nicholson en “El resplandor”. Asimismo me hubiera faltado alguna referencia de Tony a que no quería ir a la cárcel, entonces se habría entendido por qué se ‘suicida’ lanzándose contra la poli. Y por cierto, donde están todos los mercenarios de Tony que lo llevan a su ‘Fortaleza’, y de buenas a primeras desaparecen, no se sabe por qué?; Todas estas lagunas quedan pulidas en la versión de Brian De Palma.

Notable film, de los que recuerdas con agrado. Fuerza y honor!!!

Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2020/02/scarface.html
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