Dunkerque
7.0
57,826
Bélico. Drama
Año 1940, en plena 2ª Guerra Mundial. En las playas de Dunkerque, cientos de miles de soldados de las tropas británicas y francesas se encuentran rodeados por el avance del ejército alemán, que ha invadido Francia. Atrapados en la playa, con el mar cortándoles el paso, las tropas se enfrentan a una situación angustiosa que empeora a medida que el enemigo se acerca. (FILMAFFINITY)
21 de julio de 2017
21 de julio de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de ver Dunkerke y he salido con mejor opinión que las expectativas que llevaba. Quizás Nolan tenga algo que ver en este asunto. Sin ser gran fan de la saga Batman, he de reconocer que sólo las dirigidas por él me parecen soberbias, el resto... puro entretenimiento facilón.
Nunca, evidentemente, he participado en una guerra. De hecho, ni he realizado el servicio militar, pero sé positivamente que los cementerios están llenos de valientes. O sea: la guerra no tiene nada de romántico, de valor, de héroes histriónicos que se abren la guerrera ofreciendo su pecho al plomo enemigo. En la guerra hay suciedad, desconfianza, miedo . Es el sitio perfecto para que la persona con dos dedos de frente quiera regresar al útero materno que le ofrece tranquilidad, calor, seguridad. Por supuesto que hay comportamientos más arrojados, pero no es por valentía, sino por destino, por lógica, por amor y más tarde en el spoiler lo explicaré.
¿Hay que ver Dunkerke? Sí. Indudablemente, sí. Obligatoriamente... SÍ.
Nunca, evidentemente, he participado en una guerra. De hecho, ni he realizado el servicio militar, pero sé positivamente que los cementerios están llenos de valientes. O sea: la guerra no tiene nada de romántico, de valor, de héroes histriónicos que se abren la guerrera ofreciendo su pecho al plomo enemigo. En la guerra hay suciedad, desconfianza, miedo . Es el sitio perfecto para que la persona con dos dedos de frente quiera regresar al útero materno que le ofrece tranquilidad, calor, seguridad. Por supuesto que hay comportamientos más arrojados, pero no es por valentía, sino por destino, por lógica, por amor y más tarde en el spoiler lo explicaré.
¿Hay que ver Dunkerke? Sí. Indudablemente, sí. Obligatoriamente... SÍ.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hay una cosa que no me cuadra en el relato: que un Spitfire planenando, sin combustible, sea capaz de derribar a un Stuka en picado es como matar a una mosca con un escupitajo ¿imposible? no, pero muy poco creíble. Pero es una de las pocas cosas que reprocho, junto a un par de escenas en las que me ha parecido ver al mismo actor en dos momentos diferentes en sitios dispares.
Vayamos a los héroes: el piloto (creo que es Tom Hardy) que se queda dudando entre marcharse a casa por falta de combustible o agotar el depósito para derribar al Heinkel duda. No es un gesto de valentía, sino de destino. En su fuero interno, se nota que quiere volver, pero -quizás- el remordimiento de que el avión alemán hunda el dragaminas es superior. Es un retrato difícil de pintar, ciertamente, y muy cercano al Capitán Smith de "Salvar al Soldado Ryan".
El patrón de la embarcación padre del hijo piloto derribado. No es un tipo arrojado, ni tan siquiera vengativo. Entiende que cuantos más soldados sean salvados, más difícil será perder la guerra. Eso es lógica pura y dura.
Vayamos a los héroes: el piloto (creo que es Tom Hardy) que se queda dudando entre marcharse a casa por falta de combustible o agotar el depósito para derribar al Heinkel duda. No es un gesto de valentía, sino de destino. En su fuero interno, se nota que quiere volver, pero -quizás- el remordimiento de que el avión alemán hunda el dragaminas es superior. Es un retrato difícil de pintar, ciertamente, y muy cercano al Capitán Smith de "Salvar al Soldado Ryan".
El patrón de la embarcación padre del hijo piloto derribado. No es un tipo arrojado, ni tan siquiera vengativo. Entiende que cuantos más soldados sean salvados, más difícil será perder la guerra. Eso es lógica pura y dura.
22 de julio de 2017
22 de julio de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llega un momento, en la carrera de todo realizador de prestigio, y de eso justamente, del prestigio, sabe algo el británico Christopher Nolan, en el que el paso al cine bélico resulta algo natural, como perfecto escenario sobre el que poder desplegar tan particular imaginario visual, sin por ello tener que descuidar, al menos en esta ocasión, el fondo de realidad que representa, uno de los episodios más conocidos de la II Guerra Mundial.
Instalado en la que, en otro tiempo no tan lejano, fuera la casa del maestro Stanley Kubrick, y con una progresión muy parecida, que contempla su obra más reciente, "Interstellar" , que bien puede ocupar su lugar junto al mejor cine de Ciencia Ficción, donde "2001, Una Odisea del Espacio", es la piedra angular del género, queda bastante claro que a Warner ya le sobran motivos para cuidar a su nuevo niño bonito, que al igual que ocurría entonces con Kubrick, comienza a generar un entusiasmo similar con cada nuevo estreno.
Reconocida por Nolan, como una de sus principales obsesiones desde su época más precoz, La Batalla de Dunquerke ve ahora la luz en el momento justo, disipadas sus dudas tras la cámara, e ignorando el miedo ante un proyecto tan ambicioso, que por primera vez le obliga a escribir un guión de carácter histórico, del que sale muy airoso gracias al perfil humano de unos personajes creíbles, superados por los acontecimientos, pero muy dispuestos a vencer el miedo, a sobrevivir a toda costa, y no rendirse pese a encontrase en constante peligro. Una amenaza expresada de una manera muy gráfica y veraz, como se exige siempre en los grandes realizadores.
En el reparto, actores fetiche del director, como Tom Hardy o Cillian Murphy, dan la bienvenida a Kenneth Branagh, mejor actor con los años, y a Mark Rylance, que siempre fue bueno, aunque nadie le conociera antes de que Spielberg le colocara en ese Puente de los Espías. Todos ellos dan forma a un grupo sólido de intérpretes, entregados a una causa que indudablemente, perciben ganadora.
Como principal hallazgo del film, se encuentra la habilidad con la que Nolan consigue encontrar épica en la evacuación, para la que ha usado miles de extras y verdaderos destructores navales, que más que una retirada, parece un paso hacia delante, en el devenir de un conflicto que bien podría haber terminado para los británicos en ese punto, seguramente obligados a capitular ante los alemanes, y cambiando así el destino de la guerra para los aliados.
Un argumento reforzado por una puesta en escena impecable, y el uso de un estilo narrativo muy extremo, que en palabras del propio realizador, ha perpetrado recurriendo a clásicos del cine mudo, como "Amanecer", de F.W. Murnau, de la que extrae la posición de las cámaras y el uso adecuado del espacio, así como un estilo para el suspense muy elaborado, que alude a la figura del maestro Alfred Hitchcock, por ese cuidado en los detalles, que siempre componen una perfecta base de sutileza, sobre la que desarrollar mejores escenarios para la máxima tensión.
Aspectos que llevan a ensalzar la figura de otros tres habituales de Christopher Nolan en los apartados técnicos, de la batuta de Hans Zimmer, minimalista y adecuada, para una historia que requería justamente de ese tono musical, pasando por un montaje impecable de Lee Smith, hasta llegar a la fotografía de Hoyte Van Hoytema, depurada y de exquisita belleza.
Finalmente, y con la facilidad con la que los cinéfilos solemos endiosar a los grandes cineastas, queda recomendar el film a todos aquellos seguidores de la Iglesia Nolanista, e incluso a los que no les convence ese halo de pretenciosidad inherente a todo gran autor, la sensación de estar ante otra gran película de nuestro tiempo, es innegable, y en eso, poco o nada tienen que ver los fanatismos.
<Leecesta crítica, y muchas más, en Fusion-Freak.com>
Instalado en la que, en otro tiempo no tan lejano, fuera la casa del maestro Stanley Kubrick, y con una progresión muy parecida, que contempla su obra más reciente, "Interstellar" , que bien puede ocupar su lugar junto al mejor cine de Ciencia Ficción, donde "2001, Una Odisea del Espacio", es la piedra angular del género, queda bastante claro que a Warner ya le sobran motivos para cuidar a su nuevo niño bonito, que al igual que ocurría entonces con Kubrick, comienza a generar un entusiasmo similar con cada nuevo estreno.
Reconocida por Nolan, como una de sus principales obsesiones desde su época más precoz, La Batalla de Dunquerke ve ahora la luz en el momento justo, disipadas sus dudas tras la cámara, e ignorando el miedo ante un proyecto tan ambicioso, que por primera vez le obliga a escribir un guión de carácter histórico, del que sale muy airoso gracias al perfil humano de unos personajes creíbles, superados por los acontecimientos, pero muy dispuestos a vencer el miedo, a sobrevivir a toda costa, y no rendirse pese a encontrase en constante peligro. Una amenaza expresada de una manera muy gráfica y veraz, como se exige siempre en los grandes realizadores.
En el reparto, actores fetiche del director, como Tom Hardy o Cillian Murphy, dan la bienvenida a Kenneth Branagh, mejor actor con los años, y a Mark Rylance, que siempre fue bueno, aunque nadie le conociera antes de que Spielberg le colocara en ese Puente de los Espías. Todos ellos dan forma a un grupo sólido de intérpretes, entregados a una causa que indudablemente, perciben ganadora.
Como principal hallazgo del film, se encuentra la habilidad con la que Nolan consigue encontrar épica en la evacuación, para la que ha usado miles de extras y verdaderos destructores navales, que más que una retirada, parece un paso hacia delante, en el devenir de un conflicto que bien podría haber terminado para los británicos en ese punto, seguramente obligados a capitular ante los alemanes, y cambiando así el destino de la guerra para los aliados.
Un argumento reforzado por una puesta en escena impecable, y el uso de un estilo narrativo muy extremo, que en palabras del propio realizador, ha perpetrado recurriendo a clásicos del cine mudo, como "Amanecer", de F.W. Murnau, de la que extrae la posición de las cámaras y el uso adecuado del espacio, así como un estilo para el suspense muy elaborado, que alude a la figura del maestro Alfred Hitchcock, por ese cuidado en los detalles, que siempre componen una perfecta base de sutileza, sobre la que desarrollar mejores escenarios para la máxima tensión.
Aspectos que llevan a ensalzar la figura de otros tres habituales de Christopher Nolan en los apartados técnicos, de la batuta de Hans Zimmer, minimalista y adecuada, para una historia que requería justamente de ese tono musical, pasando por un montaje impecable de Lee Smith, hasta llegar a la fotografía de Hoyte Van Hoytema, depurada y de exquisita belleza.
Finalmente, y con la facilidad con la que los cinéfilos solemos endiosar a los grandes cineastas, queda recomendar el film a todos aquellos seguidores de la Iglesia Nolanista, e incluso a los que no les convence ese halo de pretenciosidad inherente a todo gran autor, la sensación de estar ante otra gran película de nuestro tiempo, es innegable, y en eso, poco o nada tienen que ver los fanatismos.
<Leecesta crítica, y muchas más, en Fusion-Freak.com>
22 de julio de 2017
22 de julio de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un suave tic-tac empieza a oírse tan pronto como empieza esta historia.
Constante, preciso, a veces silenciado por la magnífica música, pero siempre omnipotente. El compás que marca es sinónimo de inmediatez y tensión.
Algo gigantesco y terrible se acerca, e inconscientemente nos encontramos huyendo a contrarreloj de ello.
'Dunkerque' no está interesada en la Guerra, con mayúsculas, tal como la hemos conocido otras tantas veces.
Para esta película, para Christopher Nolan, la Guerra es una maquinaria confusa y a la vez imponente, crisol de momentos clave y puntos de vista, conformada por miles de caras anónimas, que tratan de dar cuerda a sus pequeños engranajes, y evitan ser arrollados por los más grandes.
Una batalla no se gana o se pierde, sino que se sobrevive, a menudo contra toda certeza y demasiadas veces a pesar de todos los esfuerzos.
Los frentes abiertos son tres: Playa, Mar y Aire.
Cada uno de ellos con sus respectivos protagonistas, de diferentes convicciones y edades, pero sobre todo agradecidamente anónimos en su mayor parte, lo que evita buscar unos héroes o vencedores absolutos, que no habrían hecho justicia a todo el conjunto de osadías, cobardías y azares que se vivieron aquellos días.
Porque ahí está la clave de la cuestión: en estos diferentes relatos siempre hace falta un segundo más, siempre hay que pensarse las cosas un poquito menos, siempre hay que confiar en que uno no será el siguiente. Y, la gran mayoría de veces, no se puede tener ninguna de esas cosas.
Lo más interesante de todo, o quizás admirable, es que ninguno de sus protagonistas se deja vencer por esas circunstancias. Todos creen en que vale la pena recorrer ese último tramo del camino, y lo hacen a pesar de cualquier dificultad porque piensan que, por lo menos para alguien, su esfuerzo habrá merecido la pena.
Y probablemente ellos nunca llegaron a saberlo, pero nosotros si somos capaces de apreciar ese enorme entramado de decisiones tomadas, que más a menudo de lo que parece se han sincronizado en el último segundo para salvar a uno más, o dar tiempo a uno más.
Al final, suma tras suma, todos los millones de soldados en Dunkerque pueden encontrar su oportunidad, y por un breve momento también somos capaces de apreciar la cara más inspiradora de la guerra, que Christopher Nolan no ha querido dejar fuera del conjunto: a veces, esa gran máquina anónima que devora vidas sin compasión se transforma, de la misma manera, en otra enorme máquina de coraje y sacrificio, por muy extrema que sea la situación.
A veces, millones de pequeñas luchas pueden resistirse al tic-tac del reloj, y si no silenciarlo, al menos hacerlo trabajar en beneficio común.
Y a veces, el solo hecho de ver algo tan terrible acercándose es suficiente para intentar ir en sentido contrario.
Christopher Nolan no esquiva que las decisiones jodidas sirven muchas veces a causas injustas, o que una momentánea cobardía puede ser un alto precio a pagar por una vida (no necesariamente más importante que las demás, aunque cualquier muerte cercana se hace significativa).
Pero la verdadera victoria es que, otras tantas veces, alguien se elimina de la ecuación para que otros tengan una oportunidad.
Alguien decide seguir adelante y enfrentarse a la total falta de oportunidades, solo para que otros miles puedan sentir seguridad.
Y a veces solo hace falta una palabra amable en medio de la desolación, una que dé la tranquilidad que no hay en ninguna parte, para sentirse más cerca del hogar.
En la Historia, Dunkerque pareció una triste huida, de un enemigo anónimo que tenía todas las de ganar, y huir de algo nunca parece la opción más valiente.
Pero, en esta megalítica obra de arte, nos es posible apreciar que en el acto de huir, de sobrevivir, cabe más dignidad y grandeza de la que parecía.
Todo porque, por una vez, una nación entera se olvidó de lo conveniente, de las órdenes y los riesgos... para plantarse bravamente ante una máquina inmisericorde.
Valga este ejemplo para recordar que, en la colectividad, son esas decisiones que no merece la pena tomar las que acaban marcando una diferencia.
Constante, preciso, a veces silenciado por la magnífica música, pero siempre omnipotente. El compás que marca es sinónimo de inmediatez y tensión.
Algo gigantesco y terrible se acerca, e inconscientemente nos encontramos huyendo a contrarreloj de ello.
'Dunkerque' no está interesada en la Guerra, con mayúsculas, tal como la hemos conocido otras tantas veces.
Para esta película, para Christopher Nolan, la Guerra es una maquinaria confusa y a la vez imponente, crisol de momentos clave y puntos de vista, conformada por miles de caras anónimas, que tratan de dar cuerda a sus pequeños engranajes, y evitan ser arrollados por los más grandes.
Una batalla no se gana o se pierde, sino que se sobrevive, a menudo contra toda certeza y demasiadas veces a pesar de todos los esfuerzos.
Los frentes abiertos son tres: Playa, Mar y Aire.
Cada uno de ellos con sus respectivos protagonistas, de diferentes convicciones y edades, pero sobre todo agradecidamente anónimos en su mayor parte, lo que evita buscar unos héroes o vencedores absolutos, que no habrían hecho justicia a todo el conjunto de osadías, cobardías y azares que se vivieron aquellos días.
Porque ahí está la clave de la cuestión: en estos diferentes relatos siempre hace falta un segundo más, siempre hay que pensarse las cosas un poquito menos, siempre hay que confiar en que uno no será el siguiente. Y, la gran mayoría de veces, no se puede tener ninguna de esas cosas.
Lo más interesante de todo, o quizás admirable, es que ninguno de sus protagonistas se deja vencer por esas circunstancias. Todos creen en que vale la pena recorrer ese último tramo del camino, y lo hacen a pesar de cualquier dificultad porque piensan que, por lo menos para alguien, su esfuerzo habrá merecido la pena.
Y probablemente ellos nunca llegaron a saberlo, pero nosotros si somos capaces de apreciar ese enorme entramado de decisiones tomadas, que más a menudo de lo que parece se han sincronizado en el último segundo para salvar a uno más, o dar tiempo a uno más.
Al final, suma tras suma, todos los millones de soldados en Dunkerque pueden encontrar su oportunidad, y por un breve momento también somos capaces de apreciar la cara más inspiradora de la guerra, que Christopher Nolan no ha querido dejar fuera del conjunto: a veces, esa gran máquina anónima que devora vidas sin compasión se transforma, de la misma manera, en otra enorme máquina de coraje y sacrificio, por muy extrema que sea la situación.
A veces, millones de pequeñas luchas pueden resistirse al tic-tac del reloj, y si no silenciarlo, al menos hacerlo trabajar en beneficio común.
Y a veces, el solo hecho de ver algo tan terrible acercándose es suficiente para intentar ir en sentido contrario.
Christopher Nolan no esquiva que las decisiones jodidas sirven muchas veces a causas injustas, o que una momentánea cobardía puede ser un alto precio a pagar por una vida (no necesariamente más importante que las demás, aunque cualquier muerte cercana se hace significativa).
Pero la verdadera victoria es que, otras tantas veces, alguien se elimina de la ecuación para que otros tengan una oportunidad.
Alguien decide seguir adelante y enfrentarse a la total falta de oportunidades, solo para que otros miles puedan sentir seguridad.
Y a veces solo hace falta una palabra amable en medio de la desolación, una que dé la tranquilidad que no hay en ninguna parte, para sentirse más cerca del hogar.
En la Historia, Dunkerque pareció una triste huida, de un enemigo anónimo que tenía todas las de ganar, y huir de algo nunca parece la opción más valiente.
Pero, en esta megalítica obra de arte, nos es posible apreciar que en el acto de huir, de sobrevivir, cabe más dignidad y grandeza de la que parecía.
Todo porque, por una vez, una nación entera se olvidó de lo conveniente, de las órdenes y los riesgos... para plantarse bravamente ante una máquina inmisericorde.
Valga este ejemplo para recordar que, en la colectividad, son esas decisiones que no merece la pena tomar las que acaban marcando una diferencia.
23 de julio de 2017
23 de julio de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
7,5 tirando a 8, porque no tenemos decimales.
Un film muy diferente a los demás de Nolan, tan diferente que no parece ni del director. Sin duda la mejor de su filmografía. Elimina errores de su pasadas películas como el excesivo diálogo y la explicación de todo lo que sucede en la película, aquí apenas hay diálogos (en comparación con sus otras obras) y todos o casi todos están justificados y bien naturalizados. El resto es muy convencional, funciona y logra transmitir (Nolan lo ha hecho muy bien) pero los planos y escenas siguen siendo normales y corrientes, sobresalen algunos pero más por exigencias del guión y la situación que por la dirección; aunque se agradece el tratamiento diferente de las escenas de aviación. más cercanas y humanas más que épicas y bombásticas.
Compartir mi queja con ustedes sobre la música, queja que pocos de mis cercanos comparten: Nolan repite con Hans Zimmer, lo que nos asegura que la BSO va a ser buena, pero ese no es el problema, la calidad. El problema es su excesiva presencia (no creo que haya ni 5 minutos totales sin música) en todas partes. Como es típico la música sirve como acompañamiento o apoyo para la escena (¿música performativa?) y no logra pasar al campo de un recurso narrativo principal más aunque se acerca, cosa que se podría haber aprovechado por la poca presencia de diálogos. Personalmente hubiese preferido que hubiese más escenas silenciosas, sólo con sonido ambiente, y que Nolan consiguiese (o al menos intentase) transmitirnos lo que quiere a través de planos y secuencias, usando un lenguaje más cinematográfico, arriesgando; o al menos, como hemos dicho ya, dando a la banda sonora un papel narrativo preponderante.
En cuanto a la historia he de decir que la película me ha gustado más de lo que me esperaba. Tal vez deberíamos reconsiderar la categoría de "cine bélico" para esta obra, pues es obvio que se centra más en el drama humano de los sitiados en la playa de Dunkerque y los rescatadores de allende el Canal de la Mancha (personificados en un padre, un hijo y su amigo). Obvio que hay explosiones y tiros (sobre todo en cuanto aviones) pero su presencia es mucho menor que en otras famosas películas bélicas aunque se introducen en los momentos justos y hace que cada explosión, cada tiro, sean un trauma de verdad. No sé si es un error o no, pero el sufrimiento y la desesperación, la emotividad, se nos muestra más por lo que pasa en varios momentos puntuales mas que ser una presencia fantasmática a lo largo de toda la obra.
Los personajes principales son bastante planos y no me logran llegar, más lo consigue el grupo de soldados anónimos y aquel sin nombre que grita ante una inminente explosión. Claro que con los pocos aunque acertados diálogos no da tiempo a que los personajes hagan acto de presencia y se desarrollen, y menos aún si tenemos que la acción tiene lugar en un localización muy concreta y en un tiempo muy reducido, lo que dificulta una evolución natural y realista que incluso, tal vez, no pueda existir por las circunstancias. Por desgracia estos van a ser unos personajes que olvidaré tras terminar el visualizado de la película.
En resumen, "Dunkerque" es un gran título de cine bélico y uno de los mejores que se hayan hecho al menos en las últimas décadas. Pese a sus errores y su convencionalidad destaca en el cine, pues Nolan es un buen director comercial pero no un grande del cine; sus películas, dentro de las normas de lo comercial, funcionan muy bien y destacan, ésta no podría ser menos. Muy recomendable su visualización en el cine.
Un film muy diferente a los demás de Nolan, tan diferente que no parece ni del director. Sin duda la mejor de su filmografía. Elimina errores de su pasadas películas como el excesivo diálogo y la explicación de todo lo que sucede en la película, aquí apenas hay diálogos (en comparación con sus otras obras) y todos o casi todos están justificados y bien naturalizados. El resto es muy convencional, funciona y logra transmitir (Nolan lo ha hecho muy bien) pero los planos y escenas siguen siendo normales y corrientes, sobresalen algunos pero más por exigencias del guión y la situación que por la dirección; aunque se agradece el tratamiento diferente de las escenas de aviación. más cercanas y humanas más que épicas y bombásticas.
Compartir mi queja con ustedes sobre la música, queja que pocos de mis cercanos comparten: Nolan repite con Hans Zimmer, lo que nos asegura que la BSO va a ser buena, pero ese no es el problema, la calidad. El problema es su excesiva presencia (no creo que haya ni 5 minutos totales sin música) en todas partes. Como es típico la música sirve como acompañamiento o apoyo para la escena (¿música performativa?) y no logra pasar al campo de un recurso narrativo principal más aunque se acerca, cosa que se podría haber aprovechado por la poca presencia de diálogos. Personalmente hubiese preferido que hubiese más escenas silenciosas, sólo con sonido ambiente, y que Nolan consiguiese (o al menos intentase) transmitirnos lo que quiere a través de planos y secuencias, usando un lenguaje más cinematográfico, arriesgando; o al menos, como hemos dicho ya, dando a la banda sonora un papel narrativo preponderante.
En cuanto a la historia he de decir que la película me ha gustado más de lo que me esperaba. Tal vez deberíamos reconsiderar la categoría de "cine bélico" para esta obra, pues es obvio que se centra más en el drama humano de los sitiados en la playa de Dunkerque y los rescatadores de allende el Canal de la Mancha (personificados en un padre, un hijo y su amigo). Obvio que hay explosiones y tiros (sobre todo en cuanto aviones) pero su presencia es mucho menor que en otras famosas películas bélicas aunque se introducen en los momentos justos y hace que cada explosión, cada tiro, sean un trauma de verdad. No sé si es un error o no, pero el sufrimiento y la desesperación, la emotividad, se nos muestra más por lo que pasa en varios momentos puntuales mas que ser una presencia fantasmática a lo largo de toda la obra.
Los personajes principales son bastante planos y no me logran llegar, más lo consigue el grupo de soldados anónimos y aquel sin nombre que grita ante una inminente explosión. Claro que con los pocos aunque acertados diálogos no da tiempo a que los personajes hagan acto de presencia y se desarrollen, y menos aún si tenemos que la acción tiene lugar en un localización muy concreta y en un tiempo muy reducido, lo que dificulta una evolución natural y realista que incluso, tal vez, no pueda existir por las circunstancias. Por desgracia estos van a ser unos personajes que olvidaré tras terminar el visualizado de la película.
En resumen, "Dunkerque" es un gran título de cine bélico y uno de los mejores que se hayan hecho al menos en las últimas décadas. Pese a sus errores y su convencionalidad destaca en el cine, pues Nolan es un buen director comercial pero no un grande del cine; sus películas, dentro de las normas de lo comercial, funcionan muy bien y destacan, ésta no podría ser menos. Muy recomendable su visualización en el cine.
23 de julio de 2017
23 de julio de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que Christopher Nolan es uno de los mejores directores de la actualidad, es un hecho innegable: con una pericia mostrada de manera pura con su magnum opus: Memento y una reafirmacion con el cine de superheroes, pero es imperativo el mencionar, la unica cinta de su filmografia que alcanza a su primera obra dentro del cine (sin contar Following), Origen, ese monumento, que podria tener ciertas imperfecciones, pero es un mastodonte en terminos narrativos y con un climax (que curiosamente, comparte el impacto emocional con esta Dunkerque) de asombrosa pericia tecnica y narrativa.
Dunkerque es el hijo de ambas, una comulgacion entre lo visual y sonoro (arduamente a superior a la anterior cinta del britanico), que se fusiona hasta un punto de orgasmo emocional, tanto tecnico como narrativo que es imposible describirlo con palabras, las criticas negativas a Dunkerque hablan de una nula historia (recuerda al caso de Mad Max hace dos años, donde George Miller planificaba un blockbuster de tamaño titanico como un autor de primera, al igual que este Dunkerque), Nolan, con un pulso de hierro, a nivel visual y de montaje, se casca un entorno de tension pura, de una belleza desoladora y de un caos milimetrico, el uso de los efectos sonoros: disparos, explosiones, aviones (el perfido Stuka es convertido en el Bruce de Dunkerque, sus esporadicas apariciones son DESCOMUNALES), etc, se hacen tangentes, su uso es de autor absoluto, convirtiendo al ejercito aleman en un enemigo psicologico, incansable, tenaz e impacable a los ojos de los soldados aliados, a Nolan no le gusta el heroismo a lo Spielberg o Gibson (es tambien EXCELENTES Salvar al Soldado Ryan y Hasta el Ultimo Hombre), el heroismo no solo se ganaba con combates o rescates milagrosos, sino con supervivencia, porque al final, de lo que se trata en ese momento es sobrevivir, que ya es mucho.
Todo esto no solo se logra con la direccion (magnifica) y la fotografia (brillante Hoyte Van Hoytema), tambien con la musica, porque al igual que el montaje, es un personaje mas: Hans Zimmer (y Lorne Balfe & Benjamin Wallfisch), al igual que Nolan, quiere destruir al espectador, quiere hundirlo en este infierno, lo hace a traves de una musica electronica, arrasadora con leves atisbos de esperanza, es en esos momentos, donde Zimmer levanta su esperanza al espectador, donde el germano mira al espectador para darle esos breves respiros. Tambien con un reparto consagrado como la copa de un pino, como los ojos del espectador (solidisimos Fionn Whitehead y Harry Styles) y experiencia pura dentro del cine como Tom Hardy (diez frases y el hombre se come la pantalla), Cilian Murphy, Mark Rylance, Kenneth Branagh o James D'Arcy aportando una solidez pura, a la, posiblemente, segunda mejor pelicula de la filmografia del britanico.
Dunkerque es CINE
Dunkerque es el hijo de ambas, una comulgacion entre lo visual y sonoro (arduamente a superior a la anterior cinta del britanico), que se fusiona hasta un punto de orgasmo emocional, tanto tecnico como narrativo que es imposible describirlo con palabras, las criticas negativas a Dunkerque hablan de una nula historia (recuerda al caso de Mad Max hace dos años, donde George Miller planificaba un blockbuster de tamaño titanico como un autor de primera, al igual que este Dunkerque), Nolan, con un pulso de hierro, a nivel visual y de montaje, se casca un entorno de tension pura, de una belleza desoladora y de un caos milimetrico, el uso de los efectos sonoros: disparos, explosiones, aviones (el perfido Stuka es convertido en el Bruce de Dunkerque, sus esporadicas apariciones son DESCOMUNALES), etc, se hacen tangentes, su uso es de autor absoluto, convirtiendo al ejercito aleman en un enemigo psicologico, incansable, tenaz e impacable a los ojos de los soldados aliados, a Nolan no le gusta el heroismo a lo Spielberg o Gibson (es tambien EXCELENTES Salvar al Soldado Ryan y Hasta el Ultimo Hombre), el heroismo no solo se ganaba con combates o rescates milagrosos, sino con supervivencia, porque al final, de lo que se trata en ese momento es sobrevivir, que ya es mucho.
Todo esto no solo se logra con la direccion (magnifica) y la fotografia (brillante Hoyte Van Hoytema), tambien con la musica, porque al igual que el montaje, es un personaje mas: Hans Zimmer (y Lorne Balfe & Benjamin Wallfisch), al igual que Nolan, quiere destruir al espectador, quiere hundirlo en este infierno, lo hace a traves de una musica electronica, arrasadora con leves atisbos de esperanza, es en esos momentos, donde Zimmer levanta su esperanza al espectador, donde el germano mira al espectador para darle esos breves respiros. Tambien con un reparto consagrado como la copa de un pino, como los ojos del espectador (solidisimos Fionn Whitehead y Harry Styles) y experiencia pura dentro del cine como Tom Hardy (diez frases y el hombre se come la pantalla), Cilian Murphy, Mark Rylance, Kenneth Branagh o James D'Arcy aportando una solidez pura, a la, posiblemente, segunda mejor pelicula de la filmografia del britanico.
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