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El año que vivimos peligrosamente

Drama. Romance Yakarta, año 1965. Al inexperto reportero australiano Guy Hamilton (Mel Gibson) se le presenta la oportunidad de su vida cuando lo mandan como enviado especial a Indonesia. En el turbulento escenario de la insurrección comunista contra el presidente Sukarno, conoce a Billy Kwan (Linda Hunt), un enigmático fotógrafo, y a Jill Bryant (Sigourney Weaver), una atractiva mujer que trabaja en la embajada inglesa. (FILMAFFINITY)
Críticas 41
Críticas ordenadas por utilidad
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10
16 de octubre de 2015
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
A ver. Puntualicemos algunas cosas reflejadas en otras críticas:
1.- "La secuencia de la huida de la recepción saltándose un control militar no es creíble." Claro, esto es cine con mayúsculas, no la vida. No estamos asomados a una ventana de Yakarta. Con el criterio de la credibilidad deberíamos arrojar a la hoguera toda la saga de Indiana Jones, por ejemplo.
2.- "No estamos en Indonesia, sino en Filipinas." Apocalypse Now está plagada de paisajes y figurantes filipinos no resultando extravagante para nadie. El cine es recrear una historia, preferentemente desde otro lugar y contando con extras de Arizona, de China o de Porriño.
3.- "Se fuma mucho en la peli." SÍ, y en Casablanca. El cine de aventuras nos presenta todo aquello que no podemos hacer, como fumar.
4.- "El escaso atractivo de la Weaver, su aspecto hombruno, no será la chica de tus sueños." ¿PERDOOOÓN? Sus miradas y sus movimientos justifican nuestra más rendida admiración. Por cierto que no sé de donde sacan algunos que es una americana o una agente de la CIA. ¡Es más londinense y más estilizada que el Big Ben!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Sólo por cuatro secuencias románticas merece ser una obra maestra:

a) La lluvia tropical sorprende a los protagonistas tomando un mejunje verde. Bautismo de un amor neófito que ya no tendrá vuelta atrás. Pamela 0 - Amor eterno 1.
b) La Weaver sentada, fumando, rechaza la sugerencia de su compañera para atender la llamada telefónica de Gibson. ¡Qué gesto! ¿Estás segura? Está derrotada, lo sabemos.
c) Huida de la recepción bajo el toque de queda. Sublime Weir, sublime Vangelis. Qué achuchón automovilístico tan contundente como delicado; aunque todo ha empezado antes con el juego de miradas en la fiesta. Con esos prolegómenos me salto yo cincuenta controles militares.
d) El teletipo anuncia el desastre, la chica en caminata silente bajo la lluvia de Yakarta, el encuentro angustiado sin palabras y la culminación traicionada. Todo con Vangelis.
Veis que del demiurgo, el armonizador universal, ni hablo.

Absoluta obra maestra para los que conocéis el amor.
9
26 de junio de 2010 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente. Fantástica. Impresionante. Narra un momento histórico en Indonesia. El Partido Comunista de Indonesia tiene mucha fuerza en las calles. Hay una gran tensión contra el gobierno actual. El protagonista (Mel Gibson) es un reportero de Australia que viaja a Indonesia a informar. Su ayudante Billy le sirve de ayuda. Así se puede ver una Indonesia de contrastes, dónde mucha parte de la población vive en miseria, con hambre y enfermedades, mientras que a la embajada británica, al gobierno de esos momentos en Indonesia o los propios periodistas no les falta de nada.
El protagonista se enamora de una chica, que le da información muy útil pero no quiere que se publique. Así Mel Gibson se ve en la papeleta de publicar un reportaje histórico y traicionar a sus compañeros, o no hacerlo y perder dicha oportunidad.
7
22 de mayo de 2015 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un periodista australiano (Mel Gibson) y una funcionaria de la embajada británica (Sigourney Weaver) se enamoran en la convulsa Indonesia de 1965.

Un título directamente inspirado en reconocibles fuentes clásicas (la historia del romance en un país exótico a punto de desmoronarse), cuyo éxito procuró a Peter Weir su pasaporte a Hollywood. La actriz Linda Hunt interpreta un inolvidable personaje masculino, que hace del wayang kulit una curiosa alegoría de la vida.



"¿Qué debemos hacer?"
6
19 de diciembre de 2009
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Exótica, poco convencional, con una historia de amor entre un joven periodista corresponsal australiano en Indonesia (Yakarta), con una integrante de la Embajada Americana y con el exótico condimento de un personaje llamado Billy Kwan que me enteré antes de escribir esto, que es una mujer y su nombre artístico es Linda Hunt, actuación que le valió el premio Oscar a mejor actriz secundaria. Son esas excentricidades que nos regala el mundo del cine, porque el desempeño de su rol en la película tanto en lo referente a su actuación como al personaje que le toca interpretar lo hacen un personaje muy particular no sólo por su condición de “hombrecito extraño” como en algún momento lo definen sino que este hombre lo único que desparramaba era buenas intenciones, aunque a veces alguno piense que va a traicionar a alguien en algún momento. Y su interpretación de la vida con un toque filosófico poco usual para una persona de un país tan castigado
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película aborda un hecho puntual en ese país exótico. Todos los occidentales sabemos de las Guerras mundiales, de la invasión a Vietnam por los Estadounidenses, pero este conflicto específico tal vez pasa desapercibido para el que no es un estudioso de la historia mundial, de hecho trata el gobierno del primer presidente de Indonesia Sukarno y los golpes de estado comunistas duramente sofocados por este gobernante.
Para mí no es una gran película pero paradójicamente “ la quiero”, recuerdo haberla visto el lluvioso domingo 1 de octubre de 1995 que marcó en mi historia personal un “antes y un después”, la recordaba por partes, y ahora que la volví a ver, uní las piezas del rompecabezas.
Mel Gibson, muy joven..a mi parecer con los años empezó a actuar mejor, Sigourney Weaver, fue lindo verla como una mujer normal, y no rodeada de Alliens y otros mounstruos babosos, esta actriz es multifacética. En Secretaria Ejecutiva hace un papel odioso.
Linda Hunt ( Billy Kwan) evidentemente emanó un aura enigmática, de hecho yo lo ví como un personaje ambiguo, con el que terminé empatizando, y al buscar más información de esta película supe que era una mujer interpretando a un hombre.
La música muy buena, Peter Weir le da mucha importancia a las bandas sonoras, pero la música de Vangelis uno la escucha y la asocia inmediatamente con esta película, era otra de las cosas que recordaba.
8
3 de diciembre de 2011 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas carreras habrá tan sólidas, inteligentes y honestas como la del director australiano Peter Weir. Durante la década de los setenta dirigió en su pais un cine muy independiente y original que en algún caso ha alcanzado categoría de culto. Gallipoli supuso el punto de inflexión a partir del cual su cine adquirió mayor embergadura, no solo en los presupuestos, sino también en su alcance. A partir de ahí Peter Weir se convirtió en uno de los mejores directores de un tipo de cine accesible, comercial, adulto y profundamente humano. Al margen de que sus películas puedan ser excelentes o irregulares, el talento de Weir lo situa en la misma onda que algunos de los mas grandes directores del Hollywood dorado.
El año que vivimos peligrosamente fue su primera película tras el cambio de registro que supuso en su carrera Gallipoli. Y en ella se decidió a incluir todos los ingredientes que pueden hacer de una película algo realmente grande. Un pais exótico, conflictos políticos, violencia, aventura y romance hacen que El año que vivimos peligrosamente se acerque, sin llegar a serlo, a lo que una gran película épica debe ser.
Guy Hamilton es un joven periodista australiano que llega a Indonesia justo cuando el presidente Sukarno está siendo cuestionado por grupos comunistas que están dispuestos a llegar a la violencia con tal de arrebatarle el poder. La situación se vuelve muy tensa y la labor de los periodistas y diplomáticos extranjeros se vuelve muy peligrosa. En todo este entorno Hamilton establece dos relaciónes importantes. Una, que va más allá de lo laboral, con un cámara local, Billy Kwan, un personaje misterioso e inquietante que desprende un magnetismo especial entre la gente que le rodea, y que se convierte en su principal apoyo. La otra con Jill Bryant, una mujer inglesa independiente, apasionada y muy elegante, que trabaja para la embajada. Entre los dos se establece una conexión especial que les llevará a vivir un amor imposible en una situación al límite.
La película de Peter Weir responde a unos cánones narrativos muy clásicos, que algunos pueden confundir con convencionales o previsibles. Pero esta es una tónica habitual en el director, que tiene, eso si, la virtud de no resultar nunca académico o aburrido. Y en cualquier caso esta vez Peter Weir consigue dotar a la historia de una fascinación especial. Para ello cuenta con uno de los personajes más atractivos que se pueden encontrar. El cámara Billy Kwan hace que el espectador se enfrente a la historia con una óptica diferente, mucho más sugerente y enigmática de lo que podía parecer a primera vista. Aunque a veces su actitud nos pueda resultar igual de hermética que al protagonista, es uno de esos personajes que, sin duda, enriquece cualquier historia. A ello hay que añadir la sorprendente interpretación de la actriz Linda Hunt, que ganó merecidamente un Oscar por este trabajo.
(sigue sin spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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Pero aunque la presencia de este personaje sea uno de los principales valores de la película, no es el único. Algunas de las secuencias románticas de la película desprenden un magnetismo notable, a lo que no resultan ajenas ni las jóvenes presencias de Mel Gibson y Sigourney Weaver, en el comienzo de sus fulgurantes carreras, ni el tema musical que las acompaña, obra del genial Maurice Jarre
Tal vez la película resulte algo más esquemática en la forma de acercarse al complejo conflicto político que sirve de marco a la historia, pero eso algo que sucede con casi todas las películas occidentales que pretenden dar una visión del asuntos de este tipo desde fuera. Tienen los medios para hacerlo, pero les falta la perspectiva. Aun asi, El año que vivimos peligrosamente mantiene un tono equilibrado y muy honesto con todo aquello que está narrando, y eso se transmite a la sensación final que la película deja en el espectador. Algo que sucede con la mayoría de las películas dirigidas por el excelente Peter Weir.
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