De dioses y hombres
Drama
A finales del siglo pasado, en un monasterio situado en las montañas del Magreb, ocho monjes cistercienses viven en perfecta armonía con sus hermanos musulmanes. Pero una ola de violencia y terror se apodera lentamente de la región. A pesar del creciente peligro que los rodea y de las amenazas de los terroristas, los monjes deciden quedarse y resistir. (FILMAFFINITY)
18 de enero de 2011
18 de enero de 2011
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Des homes el Dieux" (De dioses y hombres) de Xavier Beauvois se basa en la historia real a principios de los 90 de una pequeña comunidad de monjes cistercienses (de la orden trapense) que residen en el monasterio de Nôtre-Dame de l´Atlas, en la pequeña región montañosa argelina de Tibhirine. El film narra la vida diaria de estos monjes católicos que conviven en perfecta armonía e integridad con sus vecinos musulmanes, hasta el punto de curar a sus enfermos y de participar en sus ritos de iniciación. Los nativos les consideran la "rama sobre la que se posan los pájaros".
Su circunstancia va a cambiar radicalmente cuando un grupo de extremistas islámicos les amenaza -toda Argelia está amenazada por una guerra civil- y les obliga a tener que decidir entre quedarse en la que consideran su tierra o volver a Francia, su país de origen.
El propósito de Beauvois no es realizar una película religiosa ni tampoco dar una mirada laica que le distancie de la vida monacal que cuenta. El director describe en la primera parte del film la realidad de la entrega de los monjes desde el punto de vista de éstos, el mensaje de paz que transmiten, cómo rezan, cantan, meditan, pasean o trabajan.
Con la llegada de la amenaza terrorista la película cambia de registro y se centra fundamentalmente en las dudas y temores que asaltan a los monjes tanto individual como colectivamente ante la tesitura de huir o quedarse con la amenaza que ello supone. Beauvois templa la cámara y la sitúa en primeros planos para que podamos ver los motivos, impulsos, miedos, dudas y decisiones que impulsan a cada monje a decidir su futuro, centrando la tensión fuera de la violencia imperante.
El reparto es excelente, con una interpretación basada en la introspección. Los actores dan forma física a los miedos y dudas en la que se debaten los monjes ante su decisión moral. Destaca Lambert Wilson (hermano Christian, prior del monasterio), que vive su responsabilidad con angustia sin poder exteriorizarla y el veterano Michael Lonsdale (hermano Luc), el monje médico y más liberado, acompañados por unos excelentes secundarios.
Aunque el film se basa en unos hechos históricos no es intención del director recrear de manera minuciosa la crónica de una época aunque deja bastantes pinceladas sobre el tema de fondo de la guerra argelina. El mérito de “De dioses y hombres” no radica tanto en su valor histórico como en su equilibrio entre el fondo real sobre el que se sustenta el relato y la capacidad de abstracción que nos hace reflexionar sobre la realidad de la entrega de los monjes, su sencillez , sus temores y el mensaje de paz que trasmiten ante la posibilidad de una convivencia fraternal entre cristianos y musulmanes.
Pero el mérito del film no es exclusivamente del guión; también destaca una sobria puesta en escena alejada de efectismos innecesarios, una hermosa fotografía y una excelente dirección de actores.
Su circunstancia va a cambiar radicalmente cuando un grupo de extremistas islámicos les amenaza -toda Argelia está amenazada por una guerra civil- y les obliga a tener que decidir entre quedarse en la que consideran su tierra o volver a Francia, su país de origen.
El propósito de Beauvois no es realizar una película religiosa ni tampoco dar una mirada laica que le distancie de la vida monacal que cuenta. El director describe en la primera parte del film la realidad de la entrega de los monjes desde el punto de vista de éstos, el mensaje de paz que transmiten, cómo rezan, cantan, meditan, pasean o trabajan.
Con la llegada de la amenaza terrorista la película cambia de registro y se centra fundamentalmente en las dudas y temores que asaltan a los monjes tanto individual como colectivamente ante la tesitura de huir o quedarse con la amenaza que ello supone. Beauvois templa la cámara y la sitúa en primeros planos para que podamos ver los motivos, impulsos, miedos, dudas y decisiones que impulsan a cada monje a decidir su futuro, centrando la tensión fuera de la violencia imperante.
El reparto es excelente, con una interpretación basada en la introspección. Los actores dan forma física a los miedos y dudas en la que se debaten los monjes ante su decisión moral. Destaca Lambert Wilson (hermano Christian, prior del monasterio), que vive su responsabilidad con angustia sin poder exteriorizarla y el veterano Michael Lonsdale (hermano Luc), el monje médico y más liberado, acompañados por unos excelentes secundarios.
Aunque el film se basa en unos hechos históricos no es intención del director recrear de manera minuciosa la crónica de una época aunque deja bastantes pinceladas sobre el tema de fondo de la guerra argelina. El mérito de “De dioses y hombres” no radica tanto en su valor histórico como en su equilibrio entre el fondo real sobre el que se sustenta el relato y la capacidad de abstracción que nos hace reflexionar sobre la realidad de la entrega de los monjes, su sencillez , sus temores y el mensaje de paz que trasmiten ante la posibilidad de una convivencia fraternal entre cristianos y musulmanes.
Pero el mérito del film no es exclusivamente del guión; también destaca una sobria puesta en escena alejada de efectismos innecesarios, una hermosa fotografía y una excelente dirección de actores.
15 de enero de 2011
15 de enero de 2011
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buena película tanto para religiosos como para laicos como para agnósticos, por lo que es aconsejable ir a verla sin perjuicios religiosos de ningún tipo para poder disfrutarla en toda su extensión.
La historia se desarrolla de una manera clara y sencilla, con tres partes bien separadas en la que se muestra una gran presentación tanto de los personajes como del entorno que les rodea y el papel que realizan, las cuales permiten al espectador obervar la cotidianidad en las vidas de la gente del pueblo y el fuerte papel altruista que realizan los protagonistas. El nudo encaja a la perfección, mostrándose gradualmente la mayor peligrosidad que se va generando, y el desarrollo de los acontecimientos te permite estar atento en todo momento.
Las interpretaciones son excelentes, todos los monjes muestran a la perfección sus sentimientos, pensamientos y desasosiegos, especialmente un Lambert Wilson situado en el eje de todos y que realiza su papel de tal manera que al final te crees que es un verdadero monje.
El entorno y fotografía es también bastante bueno en la mayoría de las partes retratando de forma correcta como es la vida en un pequeño poblado argelino donde la pobreza invade el lugar.
A mi parecer, lo más destacable del film aparte de las sensaciones de perseverancia, altruismo y lucha de los protagonistas, son los ricos diálogos que se mantienen a lo largo de toda la película, algunos de ellos destacados abajo en el spoiler al igual que he hecho con un par de escenas que me han parecido realmente emocionantes.
La única pega que le pongo esque quizás podrían haber evitado algún rezo de más que en momentos de la película pueden llegar a cansar.
Como conclusión, creo que uno debe apartarse de los arquetipos religiosos que se tenga y ver esta obra porque seguro que no le defraudará.
La historia se desarrolla de una manera clara y sencilla, con tres partes bien separadas en la que se muestra una gran presentación tanto de los personajes como del entorno que les rodea y el papel que realizan, las cuales permiten al espectador obervar la cotidianidad en las vidas de la gente del pueblo y el fuerte papel altruista que realizan los protagonistas. El nudo encaja a la perfección, mostrándose gradualmente la mayor peligrosidad que se va generando, y el desarrollo de los acontecimientos te permite estar atento en todo momento.
Las interpretaciones son excelentes, todos los monjes muestran a la perfección sus sentimientos, pensamientos y desasosiegos, especialmente un Lambert Wilson situado en el eje de todos y que realiza su papel de tal manera que al final te crees que es un verdadero monje.
El entorno y fotografía es también bastante bueno en la mayoría de las partes retratando de forma correcta como es la vida en un pequeño poblado argelino donde la pobreza invade el lugar.
A mi parecer, lo más destacable del film aparte de las sensaciones de perseverancia, altruismo y lucha de los protagonistas, son los ricos diálogos que se mantienen a lo largo de toda la película, algunos de ellos destacados abajo en el spoiler al igual que he hecho con un par de escenas que me han parecido realmente emocionantes.
La única pega que le pongo esque quizás podrían haber evitado algún rezo de más que en momentos de la película pueden llegar a cansar.
Como conclusión, creo que uno debe apartarse de los arquetipos religiosos que se tenga y ver esta obra porque seguro que no le defraudará.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Los diálogos creo que son la mayor fuente de riqueza de la película ya que ayudan a mostrar tanto el papel que realizan los monjes como la evolución que muestran estos personajes a lo largo de la película.
Así, diálogos sobre el amor, la ayuda, la muerte se escalan a lo largo del film.
Me gustó especialmente el diálogo que comparten con la mujer musulmana cuando todavía están sopesando la posibilidad de marcharse, cuando ésta les dice
-"Nosotros somos los pájaros y vosotros las ramas sobre las que nos posamos; ¿qué nos ocurrirá si marcháis?"
Especialmente emotivas también en la parte final me parecieron dos escenas, primeramente la reunión que mantienen en la que deciden quedarse, donde hasta el monje que no podía dormir por el miedo termina afirmando:
-"No le temo a la muerte; soy un hombre libre"
Otra escena también digna de destacar es aquella en la que sobrevuela el convento el helicóptero y los monjes se abrazan para rezar de cara al ventanal, entregándose a su destino
Finalmente no puedo terminar mi crítica sin nombrar la que para mí es la escena cumbre del film, la evolución definitiva de los personajes, aquel momento en el que ya han tomado la decisión definitiva de quedarse y luchar por su causa, y se disponen en una cena donde el espectador ya puede apreciar que esta será su última cena juntos, y que ellos ya están al corriente de ello, consiguiendo el autor empatizar a todo el público con esos pobres monjes y el calvario que están pasando. Mientras empieza la cena con la pieza músical del lago de los cisnes, llegas a sentir las mismas fases que los personajes, riendo con ellos, disfrutando con ellos, llorando con ellos...
Así, diálogos sobre el amor, la ayuda, la muerte se escalan a lo largo del film.
Me gustó especialmente el diálogo que comparten con la mujer musulmana cuando todavía están sopesando la posibilidad de marcharse, cuando ésta les dice
-"Nosotros somos los pájaros y vosotros las ramas sobre las que nos posamos; ¿qué nos ocurrirá si marcháis?"
Especialmente emotivas también en la parte final me parecieron dos escenas, primeramente la reunión que mantienen en la que deciden quedarse, donde hasta el monje que no podía dormir por el miedo termina afirmando:
-"No le temo a la muerte; soy un hombre libre"
Otra escena también digna de destacar es aquella en la que sobrevuela el convento el helicóptero y los monjes se abrazan para rezar de cara al ventanal, entregándose a su destino
Finalmente no puedo terminar mi crítica sin nombrar la que para mí es la escena cumbre del film, la evolución definitiva de los personajes, aquel momento en el que ya han tomado la decisión definitiva de quedarse y luchar por su causa, y se disponen en una cena donde el espectador ya puede apreciar que esta será su última cena juntos, y que ellos ya están al corriente de ello, consiguiendo el autor empatizar a todo el público con esos pobres monjes y el calvario que están pasando. Mientras empieza la cena con la pieza músical del lago de los cisnes, llegas a sentir las mismas fases que los personajes, riendo con ellos, disfrutando con ellos, llorando con ellos...
17 de septiembre de 2011
17 de septiembre de 2011
15 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
De antemano, disponemos de tres datos:
DATO 1: Es francesa.
DATO 2: Versa sobre la vida monacal de unos monjes franceses en el Magreb.
DATO 3: Galardonada en Cannes.
Estos tres datos hacen que, aunque no lo quieras, tu cerebro se monte por sí mismo una idea preconcebida: “seguro que es una película aburridísima”. Pues… EFECTIVAMENTE.
Los franceses siempre han sido célebres por su resistencia (y por jodernos los camiones de fruta). Estos monjes con la fruta no se meten, pero resistir sí, como campeones. Aún así, yo prefiero a los monjes de Silos, que, al igual que los protas, se pasan la vida cantando, pero al menos los de Burgos al gregoriano le cascan un pachún-pachún la mar de entretenido, no como éstos, que son unos plastas.
Ciertamente, la película posee una belleza que no sólo se limita a las imágenes, pero exige del espectador bastante más de lo que le ofrece.
DATO 1: Es francesa.
DATO 2: Versa sobre la vida monacal de unos monjes franceses en el Magreb.
DATO 3: Galardonada en Cannes.
Estos tres datos hacen que, aunque no lo quieras, tu cerebro se monte por sí mismo una idea preconcebida: “seguro que es una película aburridísima”. Pues… EFECTIVAMENTE.
Los franceses siempre han sido célebres por su resistencia (y por jodernos los camiones de fruta). Estos monjes con la fruta no se meten, pero resistir sí, como campeones. Aún así, yo prefiero a los monjes de Silos, que, al igual que los protas, se pasan la vida cantando, pero al menos los de Burgos al gregoriano le cascan un pachún-pachún la mar de entretenido, no como éstos, que son unos plastas.
Ciertamente, la película posee una belleza que no sólo se limita a las imágenes, pero exige del espectador bastante más de lo que le ofrece.
14 de enero de 2011
14 de enero de 2011
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
'De dioses y hombres' (Gran Premio otorgado por el jurado del pasado Festival de Cannes y la película seleccionada por Francia para competir por el Oscar a la Mejor película de habla no inglesa) se acerca a la experiencia real del grupo de monjes cistercienses que residieron en el monasterio argelino del Tibhirine y tras años de pacífica convivencia con el pueblo musulmán de la zona, tuvieron que enfrentarse al alzamiento violento del fundamentalismo islámico.
El actor y director francés Xavier Beauvois logra proyectar un trazado de observación de la vida rica en monotonía ritual, contemplación interior y comunión mística diaria para poder bosquejar en el siguiente paso narrativo el encontronazo con el integrismo terrorista que no obedece a la convivencia pacífica y mutua (uno de los monjes –católicos- ejerce de médico para las familias musulmanas de alrededor) entre dos religiones contrarias.
Sin que la película francesa haga apología religiosa, limitándose a contemplar, observar y mostrar dos modos de entender la fe pero sin puntualizaciones incómodas ni alabanzas panegíricas al respecto, si que habla de la idea de sacrificio y el miedo que surge cuando se duda entre la salvación individual o el aguante psicológico por el bien de una causa común; entre huir de un territorio hostil que empieza a levantar sus anhelos de guerra y violencia, o el quedarse para defender un modo de vida pacífico donde no asustan las ideas de tortura violenta.
Su estructura va encaminada hacia un final bien marcado tanto por la tragedia como por la asunción de una muerte terrible. Su lírico final se halla bajo la omnipresencia de la música para el ballet de 'El lago de los cisnes' y nos plantea la asunción de tal tragedia por parte de los protagonistas con halo formal a lo Sergio Leone (montaje ligado a través de planos cortos) para hacer surgir resonancias no sólo hacia 'La última cena' sino hacia toda la esencia de western contemplativo que guarda la película.
'De dioses y hombres' resulta ser una película más que interesante, cautivadora y fascinante dentro de una cartelera repleta de demasiado ruido y furia. Un relato silencioso y contemplativo ordenado subjetivamente por su autor para mostrar la inquietud del alma humana sea cual sea la religión que se practica o la cultura a la que se pertenece.
El actor y director francés Xavier Beauvois logra proyectar un trazado de observación de la vida rica en monotonía ritual, contemplación interior y comunión mística diaria para poder bosquejar en el siguiente paso narrativo el encontronazo con el integrismo terrorista que no obedece a la convivencia pacífica y mutua (uno de los monjes –católicos- ejerce de médico para las familias musulmanas de alrededor) entre dos religiones contrarias.
Sin que la película francesa haga apología religiosa, limitándose a contemplar, observar y mostrar dos modos de entender la fe pero sin puntualizaciones incómodas ni alabanzas panegíricas al respecto, si que habla de la idea de sacrificio y el miedo que surge cuando se duda entre la salvación individual o el aguante psicológico por el bien de una causa común; entre huir de un territorio hostil que empieza a levantar sus anhelos de guerra y violencia, o el quedarse para defender un modo de vida pacífico donde no asustan las ideas de tortura violenta.
Su estructura va encaminada hacia un final bien marcado tanto por la tragedia como por la asunción de una muerte terrible. Su lírico final se halla bajo la omnipresencia de la música para el ballet de 'El lago de los cisnes' y nos plantea la asunción de tal tragedia por parte de los protagonistas con halo formal a lo Sergio Leone (montaje ligado a través de planos cortos) para hacer surgir resonancias no sólo hacia 'La última cena' sino hacia toda la esencia de western contemplativo que guarda la película.
'De dioses y hombres' resulta ser una película más que interesante, cautivadora y fascinante dentro de una cartelera repleta de demasiado ruido y furia. Un relato silencioso y contemplativo ordenado subjetivamente por su autor para mostrar la inquietud del alma humana sea cual sea la religión que se practica o la cultura a la que se pertenece.
1 de abril de 2011
1 de abril de 2011
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay canto, ya que los hermanos cistercienses basan sus rituales en el canto de los salmos, pero además, en el proceso peculiar que viven inmersos en una comunidad musulmana, hay un canto no expresado, profundo, conmovedor a la amistad verdadera: la que surge de una tarea en común, una colaboración con el medio y con la fe de cada uno, pues aunque son religiosos pertenecientes a una comunidad, esto no les obliga a ser iguales, a pensar del mismo modo, a combatir el miedo ante la posible violencia física, del mismo modo.
Tiene una carga sentimental muy grande, es muy hermoso ver a estos monjes «servir» con generosidad a gente que no pertenece a su fe, sin intentar convencerlas de un dios verdadero; ellos mismo leen El Corán para comprenderlo y hay, además, una escena muy interesante en que el Abad del Monasterio conversa con el más temible de los musulmanes rebeldes, y ambos concuerdan: El Corán menciona: «a sacerdotes y religiosos cristianos que no se enorgullecen de ellos mismos».
Puede adolecer la película de una excesiva lentitud en la que a mí me hubiera gustado más información de contexto, pero aun así es tan interesante y emocionante el planteamiento, basado en una solidaridad a prueba de balas, que no queda más que aplaudirla y emocionarla.
Tiene una carga sentimental muy grande, es muy hermoso ver a estos monjes «servir» con generosidad a gente que no pertenece a su fe, sin intentar convencerlas de un dios verdadero; ellos mismo leen El Corán para comprenderlo y hay, además, una escena muy interesante en que el Abad del Monasterio conversa con el más temible de los musulmanes rebeldes, y ambos concuerdan: El Corán menciona: «a sacerdotes y religiosos cristianos que no se enorgullecen de ellos mismos».
Puede adolecer la película de una excesiva lentitud en la que a mí me hubiera gustado más información de contexto, pero aun así es tan interesante y emocionante el planteamiento, basado en una solidaridad a prueba de balas, que no queda más que aplaudirla y emocionarla.
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