Habitación en Roma
Drama. Romance
Verano de 2008. Se inspira en el film 'En la cama', del chileno Matías Bize. En un hotel del centro de Roma se conocen una rusa y una española. Al día siguiente, Alba volverá a España y Natasha a Rusia. En la habitación del hotel se respira una atmósfera cargada de erotismo y sensualidad. Entre ellas nace un sentimiento nuevo que ambas aceptan. Durante doce horas, las dos mujeres se confían sus vidas, hablan de sus compromisos y del ... [+]
11 de mayo de 2010
11 de mayo de 2010
26 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un ejemplo de mala película que se debe de proyectar en la escuelas de cine.
Una buena música que no pega ni con cola con la historia. Una historia encorsetada, falsa, y con unos diálogos penosos.Unas actrices muy poco creíbles y naturales y unas escenas de amor casi de risa.La guinda la bañera llena de sangre y la flecha de cupido. Salvaría de la quema la fotografía y la risa que dan las escenas mas trágicas.
No merece la pena perder el tiempo en verla.
Una buena música que no pega ni con cola con la historia. Una historia encorsetada, falsa, y con unos diálogos penosos.Unas actrices muy poco creíbles y naturales y unas escenas de amor casi de risa.La guinda la bañera llena de sangre y la flecha de cupido. Salvaría de la quema la fotografía y la risa que dan las escenas mas trágicas.
No merece la pena perder el tiempo en verla.
4 de mayo de 2010
4 de mayo de 2010
22 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al principio fui escéptico cuando me enteré que Medem volvía con una suerte de remake de la Chilena "En la cama" obra pequeña pero interesante y arriesgada; peor fue cuando vi ese trailer que circulaba por internet y que presagiaba una pseudo porno.
Así las cosas, pudimos ver en la clausura del Festival de Málaga la esperada nueva película de Medem y que al acabar se llevó una cerrada ovación. Aunque con nubes y claros, la película deambula entre lo carnal y lo psicológico, un viaje que dura lo que dura la noche más corta del año. Dónde los orgasmos y la experiencia sexual de dos mujeres desconocidas sirven de pretexto para una historia de amor con mayúsculas. Sabe aprovechar el punto fuerte de "En la cama": las mentiras y verdades, los secretos y confesiones, entre dos personas que se desconocen. Es en ese juego dónde se desarrolla lo más interesante del film.
Luego Julio Medem, para dejar su huella de autor, desarrolla toda una simbología apoyado en todos los detalles que decoran la habitación. Una habitación que no es casual que esté en Roma, como no son casuales las obras de arte de las paredes, ni ese Cupido protagonista que se encuentra pintado en el techo. En resumen, Medem encuentra el equilibrio perfecto, que hace de su última película, una de las más accesibles al gran público (sexo explícito aparte), sin descuidar todo el poder de sus señas de identidad que se traduce en poética visual.
Así las cosas, pudimos ver en la clausura del Festival de Málaga la esperada nueva película de Medem y que al acabar se llevó una cerrada ovación. Aunque con nubes y claros, la película deambula entre lo carnal y lo psicológico, un viaje que dura lo que dura la noche más corta del año. Dónde los orgasmos y la experiencia sexual de dos mujeres desconocidas sirven de pretexto para una historia de amor con mayúsculas. Sabe aprovechar el punto fuerte de "En la cama": las mentiras y verdades, los secretos y confesiones, entre dos personas que se desconocen. Es en ese juego dónde se desarrolla lo más interesante del film.
Luego Julio Medem, para dejar su huella de autor, desarrolla toda una simbología apoyado en todos los detalles que decoran la habitación. Una habitación que no es casual que esté en Roma, como no son casuales las obras de arte de las paredes, ni ese Cupido protagonista que se encuentra pintado en el techo. En resumen, Medem encuentra el equilibrio perfecto, que hace de su última película, una de las más accesibles al gran público (sexo explícito aparte), sin descuidar todo el poder de sus señas de identidad que se traduce en poética visual.
7 de mayo de 2010
7 de mayo de 2010
18 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película me ha parecido, anodina, demasiado pretenciosa, caótica, sin ritmo, con un doblaje HORROROSO, con un guión desastroso lleno de anécdotas intrascendentes (las vidas exteriores pseudo-reales / pseudo-inventadas), fallos horrorosos y con pliegues de personalidad absolutamente increibles.
Además las interpretaciones me parecen flojitas (eso si, meritoras por hacer una película en pelotas y con la cámara pegada a la piel), y teniendo en cuenta que todo el peso de la película recae sobre los hombros de las actrices el resultado debe ser mas certero y afianzado.
Elena Anaya está sobreactuada por momentos (de la rusa ya ni hablemos...),. Interpretar no es poner caritas a cada momento con bella faz para su director (que eso ya lo vimos en I´l Amore de Roselinni.) Medem le saca partido, eso si, con una excelente fotografía, pero claro... con un guión que no ofrece credibilidad, difícil lo tendrán las actrices.
La planificación de escena es buena, correcta diría yo. Pero está demasiado marcada por la idea del "quiero demostrar" que sé hacer una película en un espacio pequeño. Que le da cierta artificialidad al aura que se quiere crear con la cámara. Me quedo con la naturalidad de aquella idea Azconiana del Anacoreta filmada con austeridad, pero con honestidad absoluta para con la idea.
Además, se pierde coherencia con el mensaje narrativo cuando se saca la cámara para mostrarnos la habitación desde fuera, ya que ese mundo interior.. esa implosión de "amor" que sucede en el film pierde fuerza con esa incoherencia narrativa al desinflar el globo para mostrarnos todo desde fuera. Para mi un error.
Si una de las cosas de dirigir es dominar los factores A)lo que quieres contar. B)como lo cuentas; Aqui no veo director por ningún sitio, creo que Medem se ha perdido.
Lo mejor sin duda, Las escenas del amanecer, donde el trabajo de fotografía es excelente. Y donde combinados con lo blanco del baño dan algo que recordar a nuestro ojo retiniano. Además de lo bien que se usa la música en algunos momentos.
También mención especial a los dos planos secuencia (sobre todo el del principio) con el que se abre y cierra la película.
Le doy un 3 por la buena iluminación y el trabajo de fotografía. Medem ha hecho un largometraje con material que da solo para un corto y lo que sobra... se nota.
Un saludo.
Además las interpretaciones me parecen flojitas (eso si, meritoras por hacer una película en pelotas y con la cámara pegada a la piel), y teniendo en cuenta que todo el peso de la película recae sobre los hombros de las actrices el resultado debe ser mas certero y afianzado.
Elena Anaya está sobreactuada por momentos (de la rusa ya ni hablemos...),. Interpretar no es poner caritas a cada momento con bella faz para su director (que eso ya lo vimos en I´l Amore de Roselinni.) Medem le saca partido, eso si, con una excelente fotografía, pero claro... con un guión que no ofrece credibilidad, difícil lo tendrán las actrices.
La planificación de escena es buena, correcta diría yo. Pero está demasiado marcada por la idea del "quiero demostrar" que sé hacer una película en un espacio pequeño. Que le da cierta artificialidad al aura que se quiere crear con la cámara. Me quedo con la naturalidad de aquella idea Azconiana del Anacoreta filmada con austeridad, pero con honestidad absoluta para con la idea.
Además, se pierde coherencia con el mensaje narrativo cuando se saca la cámara para mostrarnos la habitación desde fuera, ya que ese mundo interior.. esa implosión de "amor" que sucede en el film pierde fuerza con esa incoherencia narrativa al desinflar el globo para mostrarnos todo desde fuera. Para mi un error.
Si una de las cosas de dirigir es dominar los factores A)lo que quieres contar. B)como lo cuentas; Aqui no veo director por ningún sitio, creo que Medem se ha perdido.
Lo mejor sin duda, Las escenas del amanecer, donde el trabajo de fotografía es excelente. Y donde combinados con lo blanco del baño dan algo que recordar a nuestro ojo retiniano. Además de lo bien que se usa la música en algunos momentos.
También mención especial a los dos planos secuencia (sobre todo el del principio) con el que se abre y cierra la película.
Le doy un 3 por la buena iluminación y el trabajo de fotografía. Medem ha hecho un largometraje con material que da solo para un corto y lo que sobra... se nota.
Un saludo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Fallos de guión como que una ingeniera-inventora que no sepa que en Rusia hay verano....
20 de septiembre de 2010
20 de septiembre de 2010
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es evidente el componente poético en el cine de Julio Medem y con “Habitación en Roma” ha aislado a dos personajes en un espacio cerrado para poder dejar fluir a través de la imagen y la palabra todo ese universo que trata de plasmar en su cine.
La idea sería buena si funcionara, pero acaba en desastre, ya que para tamaña empresa se necesitaba un guion sólido, con diálogos que fueran llevando al espectador hacia la historia que pretendía contar.
Dos desconocidas se conocen una noche y acaban en una habitación de hotel. Una es lesbiana y siente atracción por la otra que no lo es, y la película se encarga de exponer a lo largo de su metraje si los mundos de ambas se pueden llegar a acercar a través de sus cuerpos y sus sensibilidades.
El primer error es la interpretación de las protagonistas, una esforzada Elena Anaya que intenta dotar de fuerza a su personaje a través de la expresión facial y del movimiento corporal, pero que no siempre acierta con ello, y una vulgar y pésima Natasha Yarovenko, incapaz de mostrar ninguna emoción con su rostro y limitándose a lucir su buen cuerpo. Las historias que se cuentan sobre sus vidas, las mentiras, anécdotas, tragedias, a lo largo de la noche avanzan de manera artificiosa sin transmitir el mínimo de empatía al espectador y Medem filma todo ello dando mucho valor a la relación física, que en el fondo es la que hace funcionar esta historia, y haciendo de la relación emocional un pestiño cargado de impostura.
La cámara enlaza imágenes de pinturas que quiere relacionar con las vivencias que ambas van compartiendo, pero que no suele conseguir integrar en la historia. Para colmo, en un momento de la película, nos muestra una pintura que sí sirve para describir el momento emocional de una de ellas, pero Medem, ansioso de crear poesía visual, acaba haciendo el ridículo materializando esa metáfora, que todos habíamos entendido, y creando una pretendida escena onírica como un pegote visual recargado, vulgar y falto de encanto.
Los cánticos y las cancioncillas que se van repitiendo a lo largo del metraje, pretenden, aparte de llenar momentos de poesía, tener el efecto de remarcar cuando hay un instante de explosión emocional entre ellas, y eso, aparte de subrayar lo evidente, se acaba volviendo cansino.
Me quedo con los cuerpos entrelazados de las actrices, filmados con delicado gusto y la suave dirección de Medem, lástima que sea para filmar una insípida y cargante historia, que ni emociona ni acaba siendo creíble. Ellas se van acercando a través de la pasión física y emocional, y sus “grandes” orgasmos se producen a través de rápidas y suaves caricias exentas de autentica entrega y pasión, así como el acercamiento emocional llega a través de un conocimiento basado en las vivencias relatadas, cargadas de artificio y faltas de intensidad.
Cuando Medem vuelva a intentarlo espero que escriba un buen guión y se busque mejores actrices, aunque ni estén tan buenas ni se desnuden tanto como éstas.
La idea sería buena si funcionara, pero acaba en desastre, ya que para tamaña empresa se necesitaba un guion sólido, con diálogos que fueran llevando al espectador hacia la historia que pretendía contar.
Dos desconocidas se conocen una noche y acaban en una habitación de hotel. Una es lesbiana y siente atracción por la otra que no lo es, y la película se encarga de exponer a lo largo de su metraje si los mundos de ambas se pueden llegar a acercar a través de sus cuerpos y sus sensibilidades.
El primer error es la interpretación de las protagonistas, una esforzada Elena Anaya que intenta dotar de fuerza a su personaje a través de la expresión facial y del movimiento corporal, pero que no siempre acierta con ello, y una vulgar y pésima Natasha Yarovenko, incapaz de mostrar ninguna emoción con su rostro y limitándose a lucir su buen cuerpo. Las historias que se cuentan sobre sus vidas, las mentiras, anécdotas, tragedias, a lo largo de la noche avanzan de manera artificiosa sin transmitir el mínimo de empatía al espectador y Medem filma todo ello dando mucho valor a la relación física, que en el fondo es la que hace funcionar esta historia, y haciendo de la relación emocional un pestiño cargado de impostura.
La cámara enlaza imágenes de pinturas que quiere relacionar con las vivencias que ambas van compartiendo, pero que no suele conseguir integrar en la historia. Para colmo, en un momento de la película, nos muestra una pintura que sí sirve para describir el momento emocional de una de ellas, pero Medem, ansioso de crear poesía visual, acaba haciendo el ridículo materializando esa metáfora, que todos habíamos entendido, y creando una pretendida escena onírica como un pegote visual recargado, vulgar y falto de encanto.
Los cánticos y las cancioncillas que se van repitiendo a lo largo del metraje, pretenden, aparte de llenar momentos de poesía, tener el efecto de remarcar cuando hay un instante de explosión emocional entre ellas, y eso, aparte de subrayar lo evidente, se acaba volviendo cansino.
Me quedo con los cuerpos entrelazados de las actrices, filmados con delicado gusto y la suave dirección de Medem, lástima que sea para filmar una insípida y cargante historia, que ni emociona ni acaba siendo creíble. Ellas se van acercando a través de la pasión física y emocional, y sus “grandes” orgasmos se producen a través de rápidas y suaves caricias exentas de autentica entrega y pasión, así como el acercamiento emocional llega a través de un conocimiento basado en las vivencias relatadas, cargadas de artificio y faltas de intensidad.
Cuando Medem vuelva a intentarlo espero que escriba un buen guión y se busque mejores actrices, aunque ni estén tan buenas ni se desnuden tanto como éstas.
27 de enero de 2011
27 de enero de 2011
16 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película es muy bonita ¿?, pero a Medem se le olvida ponerle argumento. Dos chicas se conocen durante la última noche de estancia de ambas en Roma. Se gustan y pasan la noche juntas en la habitación de una de ellas. ¿Y qué? Y nada. Ya está.
Obsérvese la palabra ROMA. Désele la vuelta. Medem, como su propio nombre indica, no sólo es fan de los palíndromos, si no que, además, no piensa en otra cosa. Es cursi, a la par que cansino. (Roma no es exactamente un palíndromo, pero dudo que la elección de dicha ciudad sea casual) Que sí, es una historia de amor, pero rarita, de las tuyas Julio, ya lo sabemos.
La cosa es bastante aburridilla, básicamente porque no pasa nada. Las chicas muy bien, la Anaya con una delgadez preocupante, eso sí. Me quedé hasta el final por curiosidad, a ver si conseguía verla desayunando… y parece que sí, pero no, es un truco. Así que se confirman mis sospechas: esta chica no come. Muy mal Elena, así no das buen ejemplo a la juventud. O sí, quién sabe, tal vez después de ver la peli las adolescentes se pongan a zampar como gorrinas con tal de no tener tu clavícula punzante.
Como decía, la cosa es aburridilla. Pero Julio nos regala momentitos absurdos para que nos echamos unas risas, qué majo: Aquí está, viene ya, tan feliz, con sus flechas de amor para ti. Quizá también para mí. Si también para mí. Esas flechas van contigo donde quiera que tú vas… nonaino nainonaino nainonaino nainoná…
Obsérvese la palabra ROMA. Désele la vuelta. Medem, como su propio nombre indica, no sólo es fan de los palíndromos, si no que, además, no piensa en otra cosa. Es cursi, a la par que cansino. (Roma no es exactamente un palíndromo, pero dudo que la elección de dicha ciudad sea casual) Que sí, es una historia de amor, pero rarita, de las tuyas Julio, ya lo sabemos.
La cosa es bastante aburridilla, básicamente porque no pasa nada. Las chicas muy bien, la Anaya con una delgadez preocupante, eso sí. Me quedé hasta el final por curiosidad, a ver si conseguía verla desayunando… y parece que sí, pero no, es un truco. Así que se confirman mis sospechas: esta chica no come. Muy mal Elena, así no das buen ejemplo a la juventud. O sí, quién sabe, tal vez después de ver la peli las adolescentes se pongan a zampar como gorrinas con tal de no tener tu clavícula punzante.
Como decía, la cosa es aburridilla. Pero Julio nos regala momentitos absurdos para que nos echamos unas risas, qué majo: Aquí está, viene ya, tan feliz, con sus flechas de amor para ti. Quizá también para mí. Si también para mí. Esas flechas van contigo donde quiera que tú vas… nonaino nainonaino nainonaino nainoná…
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