Habitación en Roma
Drama. Romance
Verano de 2008. Se inspira en el film 'En la cama', del chileno Matías Bize. En un hotel del centro de Roma se conocen una rusa y una española. Al día siguiente, Alba volverá a España y Natasha a Rusia. En la habitación del hotel se respira una atmósfera cargada de erotismo y sensualidad. Entre ellas nace un sentimiento nuevo que ambas aceptan. Durante doce horas, las dos mujeres se confían sus vidas, hablan de sus compromisos y del ... [+]
7 de mayo de 2010
7 de mayo de 2010
15 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Julio Medem es España:
España, reflejada en Alba, una mujer española en su físico: bajita, morena...pero sobre todo, una española en su fondo. Alba es pasional, enamoradiza, dicharachera, feliz. Alba es una mujer con las ideas claras, que siente la necesidad de guardarse las cosas para sí misma pero que su sangre le obliga a estallar, a contar su verdad, su historia a una completa desconocida pero con la seguridad de esa persona que conoces de toda la vida. Una muchacha inocente que poco le importa su pasado y menos aún su futuro, que vive el día a día, y que necesita buscarse a sí misma en otra persona. Alba es el amor fugaz que se hace eterno, es la chispa que enciende una llama que no se apaga aun cuando llueve. Es un impulso del viento que no para hasta que consigue su objetivo, arrasar con aquello que ve. Es una enfermedad que se te mete dentro para no salir jamás.
Julio Medem es Rusia:
Rusia, representada aquí por Natasha, también una mujer rusa en su físico: alta, rubia... pero, indudablemente es una rusa en su fondo. Natasha es fría, misteriosa, nostálgica. Natasha es la antítesis de Alba, una mujer seria, con las ideas claras, completamente racional, con la inminente necesidad de contar todo aquello que la corroe y la oscurece por dentro pero su cerebro le impide actuar, la lógica puede a su corazón y le obliga a ser cauta. No se sabe del todo hasta que punto lo que Natasha te cuenta es verdad, mentira, o acaso una media verdad. Ni siquiera sabes si Natasha es realmente su nombre. Natasha es el amor duradero, el de toda la vida, aun cuando se apaga la llama de la pasión. Es esa brisa suave que tanto gusto da en un día caluroso, pero que levanta una terrible jaqueca.
(sigo en spoiler, sin "spoilear")
España, reflejada en Alba, una mujer española en su físico: bajita, morena...pero sobre todo, una española en su fondo. Alba es pasional, enamoradiza, dicharachera, feliz. Alba es una mujer con las ideas claras, que siente la necesidad de guardarse las cosas para sí misma pero que su sangre le obliga a estallar, a contar su verdad, su historia a una completa desconocida pero con la seguridad de esa persona que conoces de toda la vida. Una muchacha inocente que poco le importa su pasado y menos aún su futuro, que vive el día a día, y que necesita buscarse a sí misma en otra persona. Alba es el amor fugaz que se hace eterno, es la chispa que enciende una llama que no se apaga aun cuando llueve. Es un impulso del viento que no para hasta que consigue su objetivo, arrasar con aquello que ve. Es una enfermedad que se te mete dentro para no salir jamás.
Julio Medem es Rusia:
Rusia, representada aquí por Natasha, también una mujer rusa en su físico: alta, rubia... pero, indudablemente es una rusa en su fondo. Natasha es fría, misteriosa, nostálgica. Natasha es la antítesis de Alba, una mujer seria, con las ideas claras, completamente racional, con la inminente necesidad de contar todo aquello que la corroe y la oscurece por dentro pero su cerebro le impide actuar, la lógica puede a su corazón y le obliga a ser cauta. No se sabe del todo hasta que punto lo que Natasha te cuenta es verdad, mentira, o acaso una media verdad. Ni siquiera sabes si Natasha es realmente su nombre. Natasha es el amor duradero, el de toda la vida, aun cuando se apaga la llama de la pasión. Es esa brisa suave que tanto gusto da en un día caluroso, pero que levanta una terrible jaqueca.
(sigo en spoiler, sin "spoilear")
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Julio Medem es Roma (o al menos, una habitación):
Roma (un lugar que tengo pendiente visitar, espero que pronto) es un laberinto donde perderse, donde, si te atrapa, y es fácil que te atrape, es difícil escapar de sus garras. Roma es un lugar mágico que desprende amor por todos sus rincones y la habitación donde ocurre todo no iba a ser menos. Una habitación de hotel con tres salas. La más lejana es un baño, blanco puro, un lugar donde limpiar el alma, donde volver a ser quién realmente eres, un lugar donde te ves reflejado en un espejo que te dice a la cara quién o qué eres en ese momento y cómo debes actuar en los siguientes. La segunda sala es una sala roja, presidida por un cuadro donde aparece el Ágora de Atenas. Es el lugar donde Alba elige desnudar su alma, una sala con un color que la representa completamente, con un cuadro que intenta pararla los píes pero que sabe que es misión imposible. La sala más cercana a la puerta es el dormitorio donde se funden el ocre de Alba y el blanco (esta vez misterioso y frío) de Natasha. Un dormitorio presidido por la imagen de Luis Battista Alberti, el humanista del Renacimiento favorito de Natasha. Un hombre completamente lógico. Hay una sala más, una terraza, aquí es donde Natasha se descubre tal y como es, en una sala donde pueda escapar, donde sus palabras y sus actos se las lleve el viento y no queden en secretos escuchados por Alberti o por los políticos del Ágora. La puerta de la habitación se abre dos veces para mostrarnos el pasillo del hotel de color amarillo un color que habla de la energía de la española y de la inteligencia de la rusa, pero sobre todo, habla de la alegría de ambas. El pasillo busca que las amantes se den cuenta de su felicidad e intenta que ninguna de las dos consigan salir de esa habitación que les ha devuelto a la vida.
Julio Medem es Ouka Leele:
La prestigiosa fotógrafa se ha empapado del aroma de Medem y nos muestra en su sugerente póster, a dos sirenas, una que viene del sur y otra del este, que se encuentran en un centro mágico que les hará cambiar sus vidas para siempre. Una mira con seguridad, sonriente, como sabiendo qué es lo que ocurrirá y sabiendo que le gustará. La otra mira cómplice, pero enigmática, buscando sugerir sin mostrar nada de lo que realmente va ver.
Julio Medem es Russian Red:
Durante todo el metraje se puede disfrutar de Loving Stranger, apenas unos versos, que bastan para contar toda la película. Una canción que muestra sentimientos encontrados, que te hace llorar de felicidad y de tristeza dependiendo a la imagen que acompañe.
Julio Medem es Julio Medem:
Medem, vuelve a mostrarnos con su poesía visual una historia de amor sin trabas. Capaz de hacer que lo cursi y empalagoso sea sencillo y artístico. Yo solo puedo aplaudirte por todo lo que has hecho en esta película, o casi, no debiste excederte tanto con el Google Earth. Aun así, muchas, muchísimas gracias por tu valentía... y hasta que nos veamos en otra sala.
Un 9.
Roma (un lugar que tengo pendiente visitar, espero que pronto) es un laberinto donde perderse, donde, si te atrapa, y es fácil que te atrape, es difícil escapar de sus garras. Roma es un lugar mágico que desprende amor por todos sus rincones y la habitación donde ocurre todo no iba a ser menos. Una habitación de hotel con tres salas. La más lejana es un baño, blanco puro, un lugar donde limpiar el alma, donde volver a ser quién realmente eres, un lugar donde te ves reflejado en un espejo que te dice a la cara quién o qué eres en ese momento y cómo debes actuar en los siguientes. La segunda sala es una sala roja, presidida por un cuadro donde aparece el Ágora de Atenas. Es el lugar donde Alba elige desnudar su alma, una sala con un color que la representa completamente, con un cuadro que intenta pararla los píes pero que sabe que es misión imposible. La sala más cercana a la puerta es el dormitorio donde se funden el ocre de Alba y el blanco (esta vez misterioso y frío) de Natasha. Un dormitorio presidido por la imagen de Luis Battista Alberti, el humanista del Renacimiento favorito de Natasha. Un hombre completamente lógico. Hay una sala más, una terraza, aquí es donde Natasha se descubre tal y como es, en una sala donde pueda escapar, donde sus palabras y sus actos se las lleve el viento y no queden en secretos escuchados por Alberti o por los políticos del Ágora. La puerta de la habitación se abre dos veces para mostrarnos el pasillo del hotel de color amarillo un color que habla de la energía de la española y de la inteligencia de la rusa, pero sobre todo, habla de la alegría de ambas. El pasillo busca que las amantes se den cuenta de su felicidad e intenta que ninguna de las dos consigan salir de esa habitación que les ha devuelto a la vida.
Julio Medem es Ouka Leele:
La prestigiosa fotógrafa se ha empapado del aroma de Medem y nos muestra en su sugerente póster, a dos sirenas, una que viene del sur y otra del este, que se encuentran en un centro mágico que les hará cambiar sus vidas para siempre. Una mira con seguridad, sonriente, como sabiendo qué es lo que ocurrirá y sabiendo que le gustará. La otra mira cómplice, pero enigmática, buscando sugerir sin mostrar nada de lo que realmente va ver.
Julio Medem es Russian Red:
Durante todo el metraje se puede disfrutar de Loving Stranger, apenas unos versos, que bastan para contar toda la película. Una canción que muestra sentimientos encontrados, que te hace llorar de felicidad y de tristeza dependiendo a la imagen que acompañe.
Julio Medem es Julio Medem:
Medem, vuelve a mostrarnos con su poesía visual una historia de amor sin trabas. Capaz de hacer que lo cursi y empalagoso sea sencillo y artístico. Yo solo puedo aplaudirte por todo lo que has hecho en esta película, o casi, no debiste excederte tanto con el Google Earth. Aun así, muchas, muchísimas gracias por tu valentía... y hasta que nos veamos en otra sala.
Un 9.
10 de febrero de 2012
10 de febrero de 2012
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es la primera vez que me aburro viendo dos mujeres desnudas.
No se si hubo impericia a la hora de armar las escenas eróticas, si la duración del filme es excesiva, o el argumento no fue lo suficientemente envolvente como para evitar el fastidio.
Rescato la música, existen escasos chispazos de calidad en la dirección, las actuaciones son muy regulares y los detalles técnicos son apenas pasables.
Lo que en otra época habría sido motivo de polémica, hoy solo provoca bostezos.
Dr.Juventus
No se si hubo impericia a la hora de armar las escenas eróticas, si la duración del filme es excesiva, o el argumento no fue lo suficientemente envolvente como para evitar el fastidio.
Rescato la música, existen escasos chispazos de calidad en la dirección, las actuaciones son muy regulares y los detalles técnicos son apenas pasables.
Lo que en otra época habría sido motivo de polémica, hoy solo provoca bostezos.
Dr.Juventus
21 de mayo de 2014
21 de mayo de 2014
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque la premisa es interesante, solamente un escenario muy reducido y con dos personajes omnipresentes y desnudos, la idea de que todo lo que se desencadena pueda ocurrir en el lapso de una noche escasa suena a intento fallido de verosimilitud.
Una atracción física puede derivar en afecto y amor, por supuesto, pero no en un par de horas tras conocerse, y menos abrirse en canal emocionalmente con pasados varios a la palestra. En mi opinión, eso chirría y hace que todo sea poco creíble.
Las escenas tienen tanta belleza en algún momento como las protagonistas, pero hay secuencias que pretender emocionar y rozan la risotada - flecha, por ejemplo-. A mi modo de ver es una falta de valentía, o de valentía impostada, tener a dos hermosas mujeres desnudas durante dos horas de historia...valiente sería que fueran más "normales", corrientes. Las escenas de sexo son muy poco sexuales, ligeramente sensuales pero nada sexuales, y choca porque se supone que hay una atracción irrefrenable entre ellas...
Se puede ver, pero para mi falla en cosas que no debe, empezando con la verosimilitud: me encanta el cine y estoy dispuesto a ser engañado como un niño de cuatro años, pero si la premisa es el retrato de un amor verdadero...espero reciprocidad por parte del que la cuenta.
Nota: 4,40.
Una atracción física puede derivar en afecto y amor, por supuesto, pero no en un par de horas tras conocerse, y menos abrirse en canal emocionalmente con pasados varios a la palestra. En mi opinión, eso chirría y hace que todo sea poco creíble.
Las escenas tienen tanta belleza en algún momento como las protagonistas, pero hay secuencias que pretender emocionar y rozan la risotada - flecha, por ejemplo-. A mi modo de ver es una falta de valentía, o de valentía impostada, tener a dos hermosas mujeres desnudas durante dos horas de historia...valiente sería que fueran más "normales", corrientes. Las escenas de sexo son muy poco sexuales, ligeramente sensuales pero nada sexuales, y choca porque se supone que hay una atracción irrefrenable entre ellas...
Se puede ver, pero para mi falla en cosas que no debe, empezando con la verosimilitud: me encanta el cine y estoy dispuesto a ser engañado como un niño de cuatro años, pero si la premisa es el retrato de un amor verdadero...espero reciprocidad por parte del que la cuenta.
Nota: 4,40.
16 de mayo de 2010
16 de mayo de 2010
18 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Incluí la película en "Mis listas/Pelis que quiero ver", no sólo porque fuera LGTB, sino porque el trailer me atrajo.
Russian Red, planos intensos, Elena Anaya (desnuda)... Sí me atraía...
Al final de la película, he acabado de Russian Red, la otra cantante, Elena Anaya y los puñeteros planos del pedante Medem hasta el moño.
Castañas:
Medem, si tu concepto de hacer una película es el de recorrer rincones de una habitación, encuadrando carpintería y pinturas, estas equivocado, hay que contar una historia (y si crees que lo que has contado ha sido una historia, revísate la definción en el diccionario).
Medem, si tu concepto del amor es este, estas muuuuy equivocado. No hay sentimiento, no hay ternura, no hay complicidad y sobretodo, no hay puñetero AMOR.
Medem, si tu concepto del sexo fabuloso es este... A mí al menos no me ha convencido, me han parecido las escenas lésbicas menos pasionales que he visto...
Medem, si tu concepto de erotismo es 100 de los 109 minutos de desnudos, para mi gusto, también estás equivocado: he visto más erótica a Elena Anaya con albornoz, que desnuda, sin querer menospreciar su trabajo, que no creo que haya sido precisamente fácil...
[Sigo en spoiler]
Russian Red, planos intensos, Elena Anaya (desnuda)... Sí me atraía...
Al final de la película, he acabado de Russian Red, la otra cantante, Elena Anaya y los puñeteros planos del pedante Medem hasta el moño.
Castañas:
Medem, si tu concepto de hacer una película es el de recorrer rincones de una habitación, encuadrando carpintería y pinturas, estas equivocado, hay que contar una historia (y si crees que lo que has contado ha sido una historia, revísate la definción en el diccionario).
Medem, si tu concepto del amor es este, estas muuuuy equivocado. No hay sentimiento, no hay ternura, no hay complicidad y sobretodo, no hay puñetero AMOR.
Medem, si tu concepto del sexo fabuloso es este... A mí al menos no me ha convencido, me han parecido las escenas lésbicas menos pasionales que he visto...
Medem, si tu concepto de erotismo es 100 de los 109 minutos de desnudos, para mi gusto, también estás equivocado: he visto más erótica a Elena Anaya con albornoz, que desnuda, sin querer menospreciar su trabajo, que no creo que haya sido precisamente fácil...
[Sigo en spoiler]
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Tópicos:
- Camisa de cuadros y pelo corto (pero este aún lo acepto xD)
- Una lesbiana "de verdad" y otra "de mentira".
- "¿Cómo te hiciste lesbiana?" (Me dan ganas de vomitar cuando escucho este tipo de frases)
- Abusos sexuales.
- "¡Yo quiero algo fálico!" (Me ha dado vergüenza ajena la escena botella)
- Llamémos a Máaaaaaaaaaximo!! Y él evidentemente se ofrece para hacer un trío... (Lo único bueno es que no se ha consumado, gracias Dios mío por darnos la idea, pero no llevarla a cabo)
- El pepino caliente también ha sido desproporcionado.
- Bollera tenista.
- "¡Vámonos a vivir juntas!" Oye, ya ni en la segunda cita. Lesbianas del mundo, prepárense, que el famoso camión de mudanzas bolleril ahora viene más pronto...
- Bollera loca. No sé si me perdí que se metiese crystal o algo así, pero vamos, en realidad desde el principio ninguna de las dos era muy cuerda... Ya sabemos, las mujeres están idas de olla y tienen esos cambios de humor como si se les hubiesen juntado mil menopausias a la vez habitualmente.
- Camisa de cuadros y pelo corto (pero este aún lo acepto xD)
- Una lesbiana "de verdad" y otra "de mentira".
- "¿Cómo te hiciste lesbiana?" (Me dan ganas de vomitar cuando escucho este tipo de frases)
- Abusos sexuales.
- "¡Yo quiero algo fálico!" (Me ha dado vergüenza ajena la escena botella)
- Llamémos a Máaaaaaaaaaximo!! Y él evidentemente se ofrece para hacer un trío... (Lo único bueno es que no se ha consumado, gracias Dios mío por darnos la idea, pero no llevarla a cabo)
- El pepino caliente también ha sido desproporcionado.
- Bollera tenista.
- "¡Vámonos a vivir juntas!" Oye, ya ni en la segunda cita. Lesbianas del mundo, prepárense, que el famoso camión de mudanzas bolleril ahora viene más pronto...
- Bollera loca. No sé si me perdí que se metiese crystal o algo así, pero vamos, en realidad desde el principio ninguna de las dos era muy cuerda... Ya sabemos, las mujeres están idas de olla y tienen esos cambios de humor como si se les hubiesen juntado mil menopausias a la vez habitualmente.
7 de mayo de 2010
7 de mayo de 2010
12 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Del sentimiento de culpabilidad, del miedo al reconocimiento de una entidad sexual, del amor más arrebatador. Cuatro paredes de una habitación romana dan cabida a esto y más, porque si algo tiene el último trabajo del cineasta donostiarra es que resulta más cercano al espectador que viajar con Ana o Lucía a pasajes de ensueño a la vez que irracionales. El abanico de temas que nos brinda Medem es amplio pero cuanto más datos nos aporta del pasado de las protagonistas más reducida se hace esa habitación y mayor la complicidad con el público. Estamos ante una cinta intimista en la que su director nos propone una situación cotidiana que puede convertirse en algo trascendental. El encuentro casual entre dos mujeres que se atraen físicamente pasa a ser el deseo desenfrenado de amar, para una de ellas, y el descubrimiento de una nueva realidad, para la otra.
Pocos reproches se pueden hacer al trabajo interpretativo de las valientes actrices. Es indiscutible que Medem sabe dirigir como nadie a Anaya y es palpable que la actriz se siente como pez en el agua con el polémico director. La ucraniana Natasha Yarovenko no queda eclipsada por el talento de la española, de hecho, se pone a su altura logrando una complicidad que hace no perder el interés en ningún momento salvo en la recta final dónde la flecha de Cupido aporta ese toque surrealista tan característico del cine de Medem.
Aún siendo un remake de la chilena En la Cama , hay que reconocer que esta Habitación en Roma está más lograda. La cámara de Medem imprime personalidad a dicha estancia. La hermosa fotografía y la delicada banda sonora destierran al olvido a su predecesora. Aquí la habitación con sus sábanas blancas, sus frescos en el techo y el agua derramada de la bañera hacen de la misma una protagonista más.
Lo mejor: la complicidad entre Anaya y Yarovenko está por encima de un guión con un dramatismo exagerado.
Lo peor: el reclamo sexual
Pocos reproches se pueden hacer al trabajo interpretativo de las valientes actrices. Es indiscutible que Medem sabe dirigir como nadie a Anaya y es palpable que la actriz se siente como pez en el agua con el polémico director. La ucraniana Natasha Yarovenko no queda eclipsada por el talento de la española, de hecho, se pone a su altura logrando una complicidad que hace no perder el interés en ningún momento salvo en la recta final dónde la flecha de Cupido aporta ese toque surrealista tan característico del cine de Medem.
Aún siendo un remake de la chilena En la Cama , hay que reconocer que esta Habitación en Roma está más lograda. La cámara de Medem imprime personalidad a dicha estancia. La hermosa fotografía y la delicada banda sonora destierran al olvido a su predecesora. Aquí la habitación con sus sábanas blancas, sus frescos en el techo y el agua derramada de la bañera hacen de la misma una protagonista más.
Lo mejor: la complicidad entre Anaya y Yarovenko está por encima de un guión con un dramatismo exagerado.
Lo peor: el reclamo sexual
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