Habitación en Roma
Drama. Romance
Verano de 2008. Se inspira en el film 'En la cama', del chileno Matías Bize. En un hotel del centro de Roma se conocen una rusa y una española. Al día siguiente, Alba volverá a España y Natasha a Rusia. En la habitación del hotel se respira una atmósfera cargada de erotismo y sensualidad. Entre ellas nace un sentimiento nuevo que ambas aceptan. Durante doce horas, las dos mujeres se confían sus vidas, hablan de sus compromisos y del ... [+]
7 de mayo de 2010
7 de mayo de 2010
43 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
Toda la grandiosidad, desmesura y desproporción de la anterior película de Julio Medem (Caótica Ana, donde todo parecía querer hacer historia) queda reducida en Room in Rome (imprescindible verla en VOS) en un ejercicio donde Julio Medem parece querer decirnos que aún tiene muchas cosas que contarnos, a pesar de "adaptar" una historia, en principio ajena; o ya sea con reducidos recursos como 2 únicas actrices en el centro de 4 únicas paredes (y un gran ventanal).
Entre tales paredes, Julio Medem nos cuenta las 12 horas de 2 mujeres que, en apariencia son opuestas, pero que descubrirán que, al fin y al cabo, son más afines de lo que parece: 2 seres humanos desnudos con miedos, dudas, deseos y emociones.
Elena Anaya y Natasha Yarovenko son las dos amantes anónimas (he salido del cine sin saber sus nombres auténticos) al servicio de Julio Medem. Se percibe que lo han dado absolutamente todo. Se nota. Desde que las he visto aparecer en escena, al fondo de la calle y al comienzo de un precioso plano secuencia, me he creído "lo suyo". Es magnífico el trabajo que ambas han hecho. Y más si se tiene en cuenta que están presentes en pantalla el 99% del metraje.
Me ha sorprendido la sencillez extrema del guión armado por Medem. Un guionista muy acostumbrado a recurrir a flashbacks y tramas secundarias, se ciñe en esta ocasión a una historia contada de manera cronológica, aunque salpicada por ensoñaciones de las protagonistas. Quizás se echa en falta un climax narrativo, un punto álgido al final de la película. Pero Medem inunda las 2 horas de película de preciosas imágenes, planos, secuencias, entre las que destaca la del ángel/cupido (aunque en mi sala hubiese gente que carcaqueó al verla). La cámara de Medem, en este y otros planos, nunca fue más impertinente y atrevida. Se trata de mucho más que primerísimos primeros planos, que por sí sólos, parecen querer crear arte.
Por poner un pero a tal "orgasmo" artístico, creo que la música de Jocelyn Pook y la inserción de esta a lo largo de la película, no está a la altura del resto. En algún momento me pareció incluso música de verbena.
En fin. Maravillosa película de sexo, pasión y amor, Medem en estado puro, le guste a quien le guste.
Entre tales paredes, Julio Medem nos cuenta las 12 horas de 2 mujeres que, en apariencia son opuestas, pero que descubrirán que, al fin y al cabo, son más afines de lo que parece: 2 seres humanos desnudos con miedos, dudas, deseos y emociones.
Elena Anaya y Natasha Yarovenko son las dos amantes anónimas (he salido del cine sin saber sus nombres auténticos) al servicio de Julio Medem. Se percibe que lo han dado absolutamente todo. Se nota. Desde que las he visto aparecer en escena, al fondo de la calle y al comienzo de un precioso plano secuencia, me he creído "lo suyo". Es magnífico el trabajo que ambas han hecho. Y más si se tiene en cuenta que están presentes en pantalla el 99% del metraje.
Me ha sorprendido la sencillez extrema del guión armado por Medem. Un guionista muy acostumbrado a recurrir a flashbacks y tramas secundarias, se ciñe en esta ocasión a una historia contada de manera cronológica, aunque salpicada por ensoñaciones de las protagonistas. Quizás se echa en falta un climax narrativo, un punto álgido al final de la película. Pero Medem inunda las 2 horas de película de preciosas imágenes, planos, secuencias, entre las que destaca la del ángel/cupido (aunque en mi sala hubiese gente que carcaqueó al verla). La cámara de Medem, en este y otros planos, nunca fue más impertinente y atrevida. Se trata de mucho más que primerísimos primeros planos, que por sí sólos, parecen querer crear arte.
Por poner un pero a tal "orgasmo" artístico, creo que la música de Jocelyn Pook y la inserción de esta a lo largo de la película, no está a la altura del resto. En algún momento me pareció incluso música de verbena.
En fin. Maravillosa película de sexo, pasión y amor, Medem en estado puro, le guste a quien le guste.
12 de mayo de 2010
12 de mayo de 2010
25 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fue en el año 1993 cuando descubrí el cine de Julio Medem. Han transcurrido 17 años y aquella Ardilla Roja sigue estando en el podium de honor de la filmografía del donostiarra,
el cual completarían Los Amantes del Circulo Polar y desde ayer, la notable Habitación en Roma.
Empezaré diciendo que Habitación en Roma es la fantasía de una noche de verano.
Un afortunado y milagroso encuentro entre dos seres aparentemente opuestos
que tras ir quitándose todas las capas de miedo, nostalgia y recelo que las cubre, acaban descubriendo que son verdaderas almas gemelas.
Alba es pasional, también temperamental, soñadora, imaginativa y sobre todo, Alba es una romántica empedernida.
Natasha es más compleja de describir, es reservada, racional, prudente aunque puede llegar a ser más impulsiva y loca que Alba.
Es una historia de amor breve, intensa, limpia, pura, perfectamente adaptada a las circunstancias, y que no contiene ni un solo instante, escena o imagen grotesca.
Entiendo que tuvo que ser un rodaje complicado pero de ahí a tachar a Medem como un lúdico mirón dista un universo de distancia.
En esa maravillosa habitación que rezuma arte en cada uno de sus rincones y que por supuesto actúa como un personaje más, Julio ha intentado crear su propia obra de arte y a fé que lo ha conseguido.
Excelentes encuadres, perfectos movimientos de cámara, bellísima dirección artística, todo ello, recordemos, en una unidad de espacio y tiempo muy reducida.
Creo que el mayor acierto de la cinta es contagiar la magia de esas ultimas horas en el hotel y pretender querer que nunca acaben, al menos esa fue mi sensación, la noche transcurre, aparecen los primeros rayos de sol en Roma y no queda otra que resignarte a sabiendas que el final se aproxima.
En el ultimo tramo de la película, esa resignación es compartida por las protagonistas, saben que su historia se quedará en esas cuatro paredes y es ahí donde radica la magia
y cobran auténtico sentido todas las confesiones, sueños, caricias y juegos de Alba y Natasha.
Elena Anaya está enorme, no la vamos a descubrir ahora, pero la sorpresa con la Yarovenko es de grandes dimensiones (como toda ella).
Habitación en Roma es mucho menos densa que obras anteriores de Medem, creo que la densidad es un adjetivo implícito en la filmografía de Julio pero ésta última se aleja
de ese estereotipo. Esta es una historia ligera, de perfecta complicidad que pide a gritos “dejarse llevar” desde el comienzo de la misma.
Si a esta idílica y romántica historia, con mucho fondo y repleta de detalles, la acompañamos con el estratosférico temazo que Medem se ha sacado de la manga,
ese “Loving Strangers” que quince horas después se resiste a salir de mi cabeza, pues tenemos lo que tenemos, una notable película que sigue engrandeciendo el buen momento
por el que atraviesa el cine español.
Medem es Medem.... y que dure muchos años.
Un pedazo de 8.
el cual completarían Los Amantes del Circulo Polar y desde ayer, la notable Habitación en Roma.
Empezaré diciendo que Habitación en Roma es la fantasía de una noche de verano.
Un afortunado y milagroso encuentro entre dos seres aparentemente opuestos
que tras ir quitándose todas las capas de miedo, nostalgia y recelo que las cubre, acaban descubriendo que son verdaderas almas gemelas.
Alba es pasional, también temperamental, soñadora, imaginativa y sobre todo, Alba es una romántica empedernida.
Natasha es más compleja de describir, es reservada, racional, prudente aunque puede llegar a ser más impulsiva y loca que Alba.
Es una historia de amor breve, intensa, limpia, pura, perfectamente adaptada a las circunstancias, y que no contiene ni un solo instante, escena o imagen grotesca.
Entiendo que tuvo que ser un rodaje complicado pero de ahí a tachar a Medem como un lúdico mirón dista un universo de distancia.
En esa maravillosa habitación que rezuma arte en cada uno de sus rincones y que por supuesto actúa como un personaje más, Julio ha intentado crear su propia obra de arte y a fé que lo ha conseguido.
Excelentes encuadres, perfectos movimientos de cámara, bellísima dirección artística, todo ello, recordemos, en una unidad de espacio y tiempo muy reducida.
Creo que el mayor acierto de la cinta es contagiar la magia de esas ultimas horas en el hotel y pretender querer que nunca acaben, al menos esa fue mi sensación, la noche transcurre, aparecen los primeros rayos de sol en Roma y no queda otra que resignarte a sabiendas que el final se aproxima.
En el ultimo tramo de la película, esa resignación es compartida por las protagonistas, saben que su historia se quedará en esas cuatro paredes y es ahí donde radica la magia
y cobran auténtico sentido todas las confesiones, sueños, caricias y juegos de Alba y Natasha.
Elena Anaya está enorme, no la vamos a descubrir ahora, pero la sorpresa con la Yarovenko es de grandes dimensiones (como toda ella).
Habitación en Roma es mucho menos densa que obras anteriores de Medem, creo que la densidad es un adjetivo implícito en la filmografía de Julio pero ésta última se aleja
de ese estereotipo. Esta es una historia ligera, de perfecta complicidad que pide a gritos “dejarse llevar” desde el comienzo de la misma.
Si a esta idílica y romántica historia, con mucho fondo y repleta de detalles, la acompañamos con el estratosférico temazo que Medem se ha sacado de la manga,
ese “Loving Strangers” que quince horas después se resiste a salir de mi cabeza, pues tenemos lo que tenemos, una notable película que sigue engrandeciendo el buen momento
por el que atraviesa el cine español.
Medem es Medem.... y que dure muchos años.
Un pedazo de 8.
9 de mayo de 2010
9 de mayo de 2010
35 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que me he abierto cuenta cm terapia para sacar de dentro lo poco q me ha gustado esta película. Cosas que han hecho que no me haya gustado nada habitación en Roma:
1- El doblaje.
2- Topicazos sobre el lesbianismo. Parece que no, pero si q hay.
3- ¿Dónde está ese momento en el que ambas se miran por primera vez en el supuesto bar? Esa escena era imprescindible.
4- Ese estilo de Elena Anaya a lo masculino en la forma de vestir del principio y en sus movimientos. Estoy cansada de que se asocie masculino a lesbiana.
5- Llamar a Natasha rusita, suena muy despectivo.
6- Guión sin fundamento. Conforme se va desarrollando la historia más fuerza va perdiendo.
7- La poca credibilidad del supuesto enamoramiento que se crea en ambas. No se ve una evolución en sentimientos.
8- Las preguntas tontas de Natasha sobre ¿y tu madre tb es lesbiana?. Por dios q la gente ya no es tan ignorante joder.
9- Y que decir del sexo, simplemente no me transmite nada. Me quedo más con la escena de la peli de Aimée y Jaguar, en la que Lilly tiembla sin parar cuando está con Felice en la cama, para mi esa escena de cama es una de las mejores de cine lésbico que he visto y que más me han transmitido.
10- Y seguiría seguiría , pero para que.
PD: Hay una peli francesa que el título en español es Una relación privada, que le veo similitud con esta peli, xq trata tb de eso dos desconocidos que quedan,..etc la recomiendo para los que no le hayan gustado esta peli.
1- El doblaje.
2- Topicazos sobre el lesbianismo. Parece que no, pero si q hay.
3- ¿Dónde está ese momento en el que ambas se miran por primera vez en el supuesto bar? Esa escena era imprescindible.
4- Ese estilo de Elena Anaya a lo masculino en la forma de vestir del principio y en sus movimientos. Estoy cansada de que se asocie masculino a lesbiana.
5- Llamar a Natasha rusita, suena muy despectivo.
6- Guión sin fundamento. Conforme se va desarrollando la historia más fuerza va perdiendo.
7- La poca credibilidad del supuesto enamoramiento que se crea en ambas. No se ve una evolución en sentimientos.
8- Las preguntas tontas de Natasha sobre ¿y tu madre tb es lesbiana?. Por dios q la gente ya no es tan ignorante joder.
9- Y que decir del sexo, simplemente no me transmite nada. Me quedo más con la escena de la peli de Aimée y Jaguar, en la que Lilly tiembla sin parar cuando está con Felice en la cama, para mi esa escena de cama es una de las mejores de cine lésbico que he visto y que más me han transmitido.
10- Y seguiría seguiría , pero para que.
PD: Hay una peli francesa que el título en español es Una relación privada, que le veo similitud con esta peli, xq trata tb de eso dos desconocidos que quedan,..etc la recomiendo para los que no le hayan gustado esta peli.
7 de mayo de 2010
7 de mayo de 2010
32 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
Indignada me hallo con las críticas leídas en esta página que solamente hablan de lo mismo, que es que si deja mucho que desear, que solo hay sexo, que si se quiere llamar la atención con los cuerpos, que si las chicas desnudas y las escenas sexuales, bla bla bla.
Pues como siempre digo: si no te gustan las manzanas, ¿Para qué te las comes?, Es decir, se sabe de sobra que en esta película se van a ver 3 cosas: una habitación y dos cuerpos femeninos desnudos. ¿Qué esperabas? ¿Acción? ¿Efectos especiales? ¿Seres mágicos de un mundo de fantasía? ¿O una persecución de policías y ladrones? Pues NO! Mujeres, cuerpos, conversaciones, complicidad, amor...y sexo.
De eso va la película y de eso "trata la gracia" y lo consigue con creces.
Es una película cargada de simbolismos, de metáforas visuales y verbales, de conversaciones intensas y diálogos muy buenos en su mayoría. Intenta transmitir más allá de lo que se puede ver simplemente, es decir, todo va con intenciones, todo tiene un sentido y un por qué. Nada sucede o está colocado por casualidad. Además, no sólo quiere transmitir lo más bello, sano e improvisado que puede ser el amor, o una forma determinada de amor, el flechazo, o la atracción, sino que va más allá, ya que te hace pensar en la vida, en que todo es posible, en que puede ser genial...pero que el ser humano, no siempre toma el camino que le dicta el corazón, sino que por el contrario, muchas veces elegimos lo fácil, lo predestinado y lo previsto, o lo "moralmente correcto".
Por otro lado, para todos aquellos que digan que no hay historia o argumento, yo sí he sabido encontrárselo, y la película consigue ir más allá de los cuerpos bonitos de las actrices y que en muchos momentos, a través de lo que decían y contaban, te olvidaras por completo que estaban desnudas para fijarte únicamente en sus caras, en sus labios, en sus gestos...
Para mí, es un peliculón, y si no llega a ser calificada de excelente, es tal vez, por lo exagerado de las interpretaciones sexuales, para mi gusto, un poco forzadas a veces, aunque no dejan de ser buenas y de ser palpable la complicidad de ambas actrices.
Un aplauso, una vez más, para Medem.
Pues como siempre digo: si no te gustan las manzanas, ¿Para qué te las comes?, Es decir, se sabe de sobra que en esta película se van a ver 3 cosas: una habitación y dos cuerpos femeninos desnudos. ¿Qué esperabas? ¿Acción? ¿Efectos especiales? ¿Seres mágicos de un mundo de fantasía? ¿O una persecución de policías y ladrones? Pues NO! Mujeres, cuerpos, conversaciones, complicidad, amor...y sexo.
De eso va la película y de eso "trata la gracia" y lo consigue con creces.
Es una película cargada de simbolismos, de metáforas visuales y verbales, de conversaciones intensas y diálogos muy buenos en su mayoría. Intenta transmitir más allá de lo que se puede ver simplemente, es decir, todo va con intenciones, todo tiene un sentido y un por qué. Nada sucede o está colocado por casualidad. Además, no sólo quiere transmitir lo más bello, sano e improvisado que puede ser el amor, o una forma determinada de amor, el flechazo, o la atracción, sino que va más allá, ya que te hace pensar en la vida, en que todo es posible, en que puede ser genial...pero que el ser humano, no siempre toma el camino que le dicta el corazón, sino que por el contrario, muchas veces elegimos lo fácil, lo predestinado y lo previsto, o lo "moralmente correcto".
Por otro lado, para todos aquellos que digan que no hay historia o argumento, yo sí he sabido encontrárselo, y la película consigue ir más allá de los cuerpos bonitos de las actrices y que en muchos momentos, a través de lo que decían y contaban, te olvidaras por completo que estaban desnudas para fijarte únicamente en sus caras, en sus labios, en sus gestos...
Para mí, es un peliculón, y si no llega a ser calificada de excelente, es tal vez, por lo exagerado de las interpretaciones sexuales, para mi gusto, un poco forzadas a veces, aunque no dejan de ser buenas y de ser palpable la complicidad de ambas actrices.
Un aplauso, una vez más, para Medem.
7 de mayo de 2010
7 de mayo de 2010
17 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque no pueda evitar por momentos su tendencia a cierto tipo de pretenciosidad y diálogos pomposos, Julio Medem realiza en esta "Room in Rome" (título que dicho así en su versión anglófona suena divertidamente redundante) un canto al desnudo y erotismo femenino, y ofrece un trabajo superior a la más bien discreta peliculita chilena en que se inspira muy libremente: "En la cama".
Y es que claro, en esta última su director, aunque contaba con una buena idea, era un novato y en verdad se le notaba, mientras que Medem posee un mucho más rico y extenso universo visual y una mayor variedad de recursos narrativos y visuales para poder plantear en casi dos horas una película con tan solo dos protagonistas (bellas y entregadas Elena Anaya y Natasha Yarovenko -aunque mejor la española que la rusa en todos los sentidos-, y ambigüas en sus personajes: gemelas rusas, esposa/hija huyendo de Arabia...), una habitación de hotel, dos cuadros y una terraza con tres mástiles en el que en uno de ellos no hay bandera...
Bueno, todo esto, y el Google Earth...
Y es que claro, en esta última su director, aunque contaba con una buena idea, era un novato y en verdad se le notaba, mientras que Medem posee un mucho más rico y extenso universo visual y una mayor variedad de recursos narrativos y visuales para poder plantear en casi dos horas una película con tan solo dos protagonistas (bellas y entregadas Elena Anaya y Natasha Yarovenko -aunque mejor la española que la rusa en todos los sentidos-, y ambigüas en sus personajes: gemelas rusas, esposa/hija huyendo de Arabia...), una habitación de hotel, dos cuadros y una terraza con tres mástiles en el que en uno de ellos no hay bandera...
Bueno, todo esto, y el Google Earth...
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