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Spun

Drama Ross es un drogadicto cuyo principal camello se queda sin existencias, teniendo que realizar algunas tareas para un hombre que sí las tiene. Delirante comedia alrededor del mundo de las drogas, un título de cine independiente (fue rodada en 22 días) por el antiguo director de videos musicales Jonas Akerlund (realizó videoclips para Madonna, U2 o Moby, entre otros) con un reparto lleno de caras conocidas. (FILMAFFINITY)
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Críticas 30
Críticas ordenadas por utilidad
22 de julio de 2010
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ni fu ni fa. Cuatro palabras de describen lo que he sentido al ver esta película. Si a esto añadimos alivio al ver los créditos finales, mi 5 es más que generoso.

No solo con imágenes explícitas de consumo de droga dura se consigue llegar al espectador de una película de este género. Puedes adornarlo con mucha caña, como es el caso de Spun, y puedes rodearlo de esperpento, dramatismo, efectos visuales y sonoros extraños que, si la historia no engancha, no hay nada que hacer. Y es lo que pasa en Spun: no tiene historia. Empieza en nigún sitio y acaba en ninguna parte.

¿De que va exactamente esta película? ¿De las aventuras y desventuras de un grupo de drogadictos? ¿Entonces porqué dar tantas vueltas a una historia que desde la primera media hora ya te das cuenta de que no va a tener un final relevante (o simplemente digno)? Spun es un videoclip de hora y cuarto donde se junta a un montón de frikis en las situaciones mas extremas posibles y donde siempre adivinas lo que va a ocurrir aún a sabiendas de que, si finalmente ocurre lo que se te está pasando por la cabeza es que la película no sorprende, es llana como una mesa de ping pong.

Especialmente malo me ha parecido Jason Schwartzman, plano y simple a pesar de ser teóricamente el protagonista principal. Y digo teóricamente porque en cuanto aparece Mickey Rourke (o lo que anteriormente era conocido como Mickey Rourke y que ahora es una mixtura de botox y dientes hiperblancos), Jason pasa a un plano secundario. Dos razones para ello: que la historia de Ross es soporífera, insustancial, y que The Cook llena la pantalla a pesar de su apariencia freak, su aspecto estrambótico y que no es el mejor actor del mundo. Aún con todo destaca en esta película por méritos propios. La desaparecida Brittany Murphy nos deleita con una sonrisa maravillosa y, porqué no decirlo, con un culo magnífico. Un beso.

Mención especial para la banda sonora. Bien escogida (todas son lentas como la propia peli) y alguna sorpresa (The number of the Beast the Iron Maiden en modo semi-chil out al empezar la cinta). Este Billy Corgan (Smashing Pumpkins?) es un fenómeno. A su manera.

Lo mejor, el desaparecido cuerpo de Brittany Murphys y el papel de Rourke, que le viene al pelo y se nota.
Lo peor, la lentitud, que es demasiado "recargada", demasiados efectos de "consumo" y una historia sin historia. ¿Estaré sindo generoso con el 5?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
kurcio
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17 de octubre de 2011
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia-drama. Se mezclan dos géneros que no me logran convencer como espectador. Película de argumento flojo e irregular que gira en torno al mundo de la anfetamina y muestra cómo afecta a la personalidad de sus jóvenes consumidores.

Gran final, con un excelente banda sonora.
Te resultara familiar si has visto "Requiem por un sueño"; es una copia barata.
44messi44
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10 de mayo de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película transcurre en un mundo lleno de monotonía, drogas, sexo y un constante accionar errático. Sólo en el final la película alcanza el choque con su mensaje. Expongo en spoiler:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Bitov
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27 de noviembre de 2012
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"Spun" es una película que da la sensación de no estar viendo mas que la imaginación enferma de un director que intenta dar el paso al cine, pero detrás de todos esos sonidos irritantes , movimientos rápidos y comportamientos psicóticos se esconde una película que aunque no sea una maravilla, es digna de ver, es una película curiosa e innovadora, intenta contarte una historia dándote la sensación de que no te esta contando nada, los personajes son entrañables, sus locuras y extraños comportamientos hacen que el espectador les coja algo de cariño aun siendo bastante planos. "Spun" es una película que intenta enfocar el tema de las drogas desde otro punto de vista mezclando la tristeza de réquiem por un sueño con la alegría y la diversión de trainspotting. esta película impacta en el espectador y aunque carece de una historia lógica que enganche el final de la película compensa las deficiencias del resto de la película.
CMG
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16 de febrero de 2017
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La pupila de un ojo contraída en plano-detalle. ¿De quién?, no importa, es un plano que lo explica todo: subidón, éxtasis, un estado mental distinto que es mejor no conocer.
No cabe ninguna duda de que la persona que ideó "Spun" se encontraba bajo sus efectos.

William de los Santos provoca auténtica inquietud si se le observa un par de segundos, ya desde su aspecto estrafalario a lo Alan Moore, y eso que asistió a la universidad como cualquier chaval...pero se metió en el mundo de las drogas de una forma espantosa, ejerciendo de chófer para un fabricante de metanfetaminas a lo largo y ancho de Oregon. Aquellas experiencias le convierten a mediados de los '90 en un adicto a esa droga, le trastocan la cabeza y le marcan de por vida, y ello lo irá a reflejar en un guión psicotrópico, ininteligible y basado en todo lo que ha vivido.
Es asombroso hasta donde puede llegar el ahínco humano cuando se cree en algo, y este chiflado lo demostró marchando a Los Angeles y acosando a una gran cantidad de individuos que de algún modo u otro estaban en el negocio del cine. Su empeño resultó en cruzarse con Hans Jonas Åkerlund, un sueco de mucho prestigio relacionado con el universo musical y los videoclips (Madonna, Ozzy Osbourne, Metallica, Smashing Pumpkins e incluso McCartney han estado a su servicio...) que sin embargo trató de evitar lo posible hasta el momento en que accedió a leer su alucinada historia. La producción, totalmente independiente, tardó en ponerse en marcha y sufrió varios periodos de estancamiento.

El concepto de "Spun" es curioso: la historia ni empieza ni termina, simplemente sigue, al igual que la vida de los personajes implicados en ella. Y entramos con la naturalidad de un documental, una vida colapsada por la locura, la miseria, la pobreza, la ruina humana de frente y sin paliativos, en un lugar perdido que perfectamente puede ser la Eugene de Ontario; y Akerlund nos empuja a ella, a esa atmósfera malsana con la fuerza de un ciclón, gracias a su urgencia visual y montaje tan "ritchiano" de ritmo taquicárdico y experimental, que comparte junto a Johan Söderberg.
Jason Schwartzman como una versión perversa, desagradable y no tan simpática del Nicky de Adam Sandler, más o menos con la misma capacidad neuronal, es el álter-ego del guionista y casi todo lo que le sucede en el transcurso de varios días se relaciona con la realidad. Y somos obligados a saborear, contemplar y escuchar el universo pútrido y consumido en metanfetamina en el que él está ya metido hasta el cuello, y que lo simboliza el interior de la casa de "Spider" Mike, primera de muchas referencias cinematográficas (donde un John Leguizamo haciendo lo que mejor sabe (el loco) suplanta al Eric Stoltz de "Pulp Fiction" mientras Mena Suvari podría ser la cara más fea, grasienta y lánguida de Rosanna Arquette).

Bien integrados todos ellos en el vértigo técnico-visual servido sin pensar en los nervios del espectador; es el efecto que desea el cineasta: la condición física y mental de alguien que ha sido forzado a probar esta droga y empieza a sufrir las consecuencias de una subida de la presión arterial, agitación psicomotriz, esquizofrenia paranoide y alucinaciones, y antes de llegar los créditos iniciales ya nos sentimos así. Por ello no es tanto el énfasis que se le da a la trama como a la forma del film y al carácter de su troupe, todos trastornados, inocentes a su modo, algunos malvados...
Aun así no se ofrecen moralejas absurdas acerca de la drogodependencia, ni se profundiza mucho en los anteriores, al contrario de Boyle en su "Trainspotting". Esto es un día a día de colocón y efectos, lógica de reiteración y delirio como la de "Miedo y Asco en las Vegas" sin alcanzar las dimensiones del fascinante imaginario de Gilliam, y sin plantear las oscuras reflexiones ni la caída en desgracia (ni nada mínimamente trascendente) de "Réquiem por un Sueño", a la cual Akerlund ha echado el ojo y pretende imitar en estilo, forma y riesgo, pero quedando su sinsentido más cerca de la horrible "Cookers", realizada un año antes.

Sin embargo Brittany Murphy, quien traslada sus propias adicciones (la cocaína y la (terapéutica) metanfetamina, culpables de llevarla a la tumba unos años después) a Nikki (clásica zorra con el corazón de oro, versión drogadicta de Vivian Ward), destaca entre los imbéciles adictos, clubs de striptease, terribles suburbios, policías corruptos y el "villano" "The Cook" (ese Rourke en un mundo muy acorde a su vida en aquel momento, sin importarle el guión ni el reparto, a su aire, de cowboy arrogante, como de costumbre...), en definitiva: una luz de esperanza en mitad de tanta negrura de la que para todos es imposible escapar.
Es quien representa el cambio frente a la debilidad de Ross, la paranoia de "Spider" Mike, la irritación constante de Cookie, la falta de compasión de "The Cook" o la asquerosa existencia de "Frisbee" (¿quién iba a pensar que encontraría al tierno Patrick Fugit de "Casi Famosos" en semejante papel?). Tal vez el primero desea reunirse con su ex-novia, pero se ve incapaz de afrontar un cambio vital; Nikki, por suerte, es una criatura de puro candor y afecto, la única bocanada de aire en este agujero ahogado con el humo de los químicos de las anfetas, la única que, aun atrapada en él, intenta huir hacia un destino mejor. Un puro sustitutivo femenino de Mark Renton.

Más allá de este increíble personaje sólo queda: frenesí desde todos los ángulos, estridencia, humor escatológico, violencia cruda, experimentación bizarra, absurdo basado en el cómic y la animación grotesca, imitación barata de otras obras, una trama sin principio ni final.
Pero también hay un asombroso desfile de caras conocidas: de Eric Roberts, Ron Jeremy y los artistas Billy Corgan, Deborah Harry y Rob Halford, símbolo de la influencia musical de Akerlund, a Peter Stormare y Alexis Arquette de pareja policial "exploit" (y enormes en las, de lejos, mejores escenas de la película, homenaje absoluto a Tarantino).
Chris Jiménez
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