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Cielo negro

Drama A Emilia, una modesta empleada de una casa de modas, la invita a ir a la verbena un compañero de trabajo del que está enamorada. Como no tiene ningún vestido adecuado, toma prestado uno de la tienda, pero nada saldrá como ella espera. (FILMAFFINITY)
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Críticas 31
Críticas ordenadas por utilidad
26 de agosto de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la historia del cine, hay multitud de casos de directores a los que el tiempo ha olvidado de manera injusta o cuya memoria ha quedado sepultada. Os hablaba hace poco, por ejemplo, de esa gran obra maestra que es Wanda de Barbara Loden. Recientemente y gracias a su restauración por parte de la plataforma española FlixOlé, el cine de Manuel Mur Oti y más en particular su obra maestra de 1951 Cielo Negro están viviendo una segunda juventud. Revisitando esta película, cuesta creer que su cine no ocupe el mismo lugar en la historia del cine español que el de otros autores contemporáneos suyos como Juan Antonio Bardem o Luis Buñuel.

Aunque tampoco quiero enredarme en la narrativa de que Manuel Mur Oti es un autor maldito ni nada por el estilo. Lo cierto es que es un director que sí que ha recibido reconocimiento por parte del mundo del cine español. De hecho, es unos aún todavía jóvenes premios Goya (en la edición de 1993), Manuel Mur Oti recibió el Goya de Honor a toda su carrera. Y no, no había muchas coincidencias en este reconocimiento, en aquel entonces el presidente de la Academia era Fernando Rey, que tiene un papel estelar en esta Cielo negro que nos ocupa. Quizá haya sido otro cantar su reconocimiento a nivel de público. Por ponernos a comparar, otra película de 1951 española (que no es de las más conocidas) como podría ser Surcos de José Antonio Nieves Conde, tiene cuatro veces más votos en Filmaffinity que Cielo negro a día de hoy.

¿Y a qué se ha debido este olvido por parte del gran público? No pienso que haya una única razón para esta dejadez para con la obra de Mur Oti. El difícil acceso a la obra del mismo, que no ha corrido la misma suerte que otros directores de esa generación que han visto su obra editada sucesivamente en VHS, DVD y otros formatos físicos, es la primera que me viene a la cabeza. Pero hay más, en 1951, el Neorrealismo era la corriente cinematográfica predilecta para la crítica (sin ir más lejos, la anteriormente mencionada Surcos es una de las grandes obras de esta corriente en nuestro país). Cielo negro fue a contracorriente, es un melodrama intenso que incluso coquetea con la fe religiosa, algo que no fue muy del gusto de los círculos intelectuales de la época. Por último, los caminos de la historia del cine son azarosos y, del mismo modo que a algunos directores se les ha prestado una atención constante a lo largo de la historia, la obra de otros ha recabado menos atención por parte de la crítica y de las instituciones. Para que nos entendamos, es más sencillo ver en tu filmoteca local un ciclo de Berlanga que uno de Mur Oti.

Pero volviendo a lo que nos ocupa, ¿qué es lo que hace de Cielo negro una película que merece ser recuperada por el gran público? Aquí os doy unas cuantas claves que espero que os animen a verla.

La España podrida

Pese a un envoltorio formal que podría hacer parecer que Cielo negro pretende presentar un Madrid más idílico que el Madrid que aún estaba sacudiéndose el polvo de la posguerra a principios de los 50, Cielo negro habla de la miseria económica y moral de la época con acierto. Lo hace a través de un elenco de personajes que se mueven entre la inocencia de su personaje principal, Emilia, interpretada magistralmente por una joven Susana Canales y la miseria moral de una panda de carroñeros dispuestos a aprovecharse de su desgracia. Puede que esto sea una lectura personal y a toro pasado, pero durante el transcurso de la película se muestra como el mundo de Emilia se derrumba, y yo creo que el mundo de Emilia ya son unas ruinas desde que comienza la película. El peso de la tradición y del atraso de la España de la época sometiéndola a una vida en la sombra, el lugar que ocupó la mujer española durante el franquismo.

Unas actuaciones colosales

La construcción del personaje de Emilia a cargo de una colosal (y no nos olvidemos, muy joven) Susana Canales bien merece la pena ser estudiada en las escuelas de interpretación. Un viaje que la lleva de ser una chica extremadamente naive y con aires infantilizados a una mujer traicionada y que acaba en un callejón sin salida. Los planos cerrados del rostro de Canales no engañan, Emilia cobró vida en su interpretación y, para cuando acaba la película, es casi imposible separar a la actriz del personaje. La otra actuación impecable dentro de esta película es del siempre inmenso Fernando Rey (para el que escribe, uno de los mejores actores de la historia). Aquí, haciendo el papel de poeta hambriento que acepta el encargo de hacerse pasar por el hombre del que se enamora Emilia, para divertimento de la novia de ese hombre y sus amigas.

Más humor del que pueda parecer

Pese a que se trata de un melodrama cuyo tono va oscureciéndose a lo largo del metraje, Mur Oti no renunció al humor castizo y a la ironía para darle relieve a este film. Fernando Rey consigue estupendos resultados con su interpretación del poeta que no para de pedir y de hablar de ensaimadas (algo que encontré muy azconiano) o con la jefa de Emilia que se dedica a hablar con falso acento francés y hace que la llamen “madame” en la casa de modas. Puede que de manera algo más involuntaria, la cursilería de Emilia durante la primera mitad del metraje también tiene momentos bastante risibles. El humor en Cielo negro no pretende distraer de lo que en ella se cuenta, le da un barniz de realidad que hace aún más dura la caída en desgracia de su protagonista.

El mejor travelling de la historia del cine español

El trabajo de cámara de la época en España solía tirar al estatismo. Planos abiertos o cortos, pero con poco o ningún movimiento de cámara. El trabajo de cámara de Cielo negro es exquisito durante todo su metraje, pero si algo quedó para la historia del cine es su travelling final, que aún a día de hoy sigue sorprendiendo y pone el mejor broche posible a la película.

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loquearde
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16 de marzo de 2016
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que Manuel Mur Oti disfrutaba viendo sobreactuar de vez en cuando a sus actrices protagonistas. Aurora Bautista en "Condenados", y en esta Susana Canales. Pos a mí no me gusta nada, como tampoco la frase "¡Esta maravilla sobre su carne sucia!" que le endilgan decir a la directora de la casa de modas. Ya estaba bien claro que la tía era todo un bicho, hombre, no hacía falta requetesubrayarlo. Del final hablo en el spoiler.

La película es interesante, pero no apropiada para verla un día en que se tenga la moral baja (la protagonista es el rigor de las desdichas). Y es una buena denuncia de la crueldad al estilo de "Calle mayor", y una bonita y esperanzadora muestra de la capacidad de arrepentimiento que tenemos los humanos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
IzaNezzie
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5 de agosto de 2017
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es que tenga nada contra Marisol, Joselito y demás nombres asociados al cine español. Cada cual ocupa un género. Pero es que hubo un tiempo en que en España se rodaban películas críticas con, al menos, la posición de la mujer en la sociedad.
En la década de los cincuenta se filmaron películas muy interesantes. Demasiado sobreinterpretadas para los gustos del algunos, pero también podría decirse del algunas yankis y seguimos arrodillándonos ante su "estilo".
Salvo el final, condicionado por el régimen franquista, apoyado por la sacrosanta Iglesia, es una película que va ganando según avanza el metraje. Emilia (Susana Canales) es una "Madame Bovary" pobre e hispánica. Educada para ser sirvienta del hombre y madre de la nueva generación de machistas y mujeres dóciles y abnegadas, Emilia ve en esta vida un sueño. Sólo busca a un hombre cariñoso y trabajador con el que sacar adelante una vida convencional. Quiere sentirse como la Blancanieves de Disney (porque a "Madame Bovary" ni se la conocía mucho, ni menos se la respetaba en aquella época), una princesa dispuesta a ponerse a limpiar la casa de los enanitos, a cambio de la protección y amparo varonil. Pero vive en una constante pelea con otras mujeres más avispadas que ella y más tentadoras. Y encima no sabe distinguir al buen "candidato" del "vampiro común". Y lo que es peor, de hacerlo aún así intentaría salvarle, soportando una carga que no merece.
De esta forma, nuestra sufrida protagonista caerá en la tentación "del mal", de "un pequeño desliz" con tal de intentar lograr su meta. Y para colmo, para nada. Su destino se irá ennegreciendo hasta llevarla a un punto sin retorno. Blancanieves ha muerto.
Una película digna de ser vista, incluso pese al final.
Ildefonso González Sarmiento
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23 de enero de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Últimamente, estoy disfrutando de una corriente de fortuna, ya que estoy descubriendo auténticas joyas del séptimo arte que hasta ahora permanecían ocultas para mí. Y, lo que es más difícil, con el conllevado descubrimiento de directores y actrices absolutamente sublimes.

En este caso, he quedado prendado de una joven Susana Canales (solo contaba con 18 años), que defiende un papel inmensamente complejo: chica desequilibrada por culpa, seguramente, de las secuelas de la guerra y la postguerra, que dejaron viuda a su madre y a ella para vestir santos.

El argumento de la película es bastante parecido al de “Calle Mayor”, siendo películas diferentes. También es la primera película que veo de Manuel Mur Oti, al que tampoco había oído hablar nunca. Siento que, con estos logros, cada vez voy empequeñeciendo un poco más a mi ignorancia. Aún me queda para la comprensión absoluta.

El papel de Fernando Rey es brutal. A parte de tener un buen guión, él llena la pantalla y consigue interpretar un papel que le viene como anillo al dedo. Me encanta este hombre en cualquier papel que le veo. Es, dicho sea de paso, la primera vez que le contemplo sin barba. Con barba mejor, Don Fernando.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
CHIRU
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5 de julio de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Películas como esta hace pensar qué le ha ocurrido al cine español (salvo excepciones) en la democracia, cuando en plena dictadura, teniendo que lidiar con la censura, se podía obrar esta maravilla.
Pienso que la explicación es que estos directores no iban de nada, sino que iban al grano, a contar una historia y a contarla bien, sin tonterías pseudo experimentales ni mensajes explícitos.
Y los actores lo mismo. Susana Canales, aquí, nada tiene que envidiar a las mejores actrices de cualquier país. Lo mismo Fernando Rey. Y siempre da gusto ver a Julia Caba Alba, que borda todo lo que toca.
Muchos de estos actores y actrices se había hecho en el teatro y de ahí su calidad. Muchos de ahora se hacen, si es que se hacen, en las series.
Esta película permite además ver Madrid como era hace setenta años, con ese Viaducto aun sin las vallas de plástico para que la gente no se suicidara.
yoparam
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