Vulgar, anodina, mal ejecutada...
“Stargate”, en sus diferentes formatos y entregas, siempre contó con sentido del humor, pero sabía que había una línea entre el humor y la burla. Esta película rompe la norma.
El guión es malo, así como los actores y actrices lo son (o están mal dirigidos). Los escenarios artificiales lo resultan aún más por su mala iluminación y fotografía. La música es un refrito insultante. Pero los especialmente irritante es que con el cachondeo se pierde la magia desde el comienzo. No hay misterio, fascinación. Y no se puede achacar a falta de presupuesto, sino a falta de ganas o capacidad.
Lamento ser tan negativo. Pero es que lo que hay.

En serio. Y era mucho mejor que las continuaciones fílmicas del “Los Inmortales” original, aunque rompiese la continuidad de las mismas. Las actuaciones eran buenas, los personajes interesantes, los guiones supieron aguantar tanta exigencia y la fotografía era buena. Quizás pecó de exceso en su duración total. Pero yo lo pasé bien contemplándola.

Hay una cierta tendencia a criticar los “biopics” o los documentales biográficos con demasiado rigor. Parece existir una necesidad insana en lamentar que una biografía no destripe a una persona hasta destrozarla. Parece que olvidamos que todos somos humanos, y no escondemos necesariamente a un santo o a un asesino en serie.
Este documental cuenta con “buenismos”. Pero también saca ciertas “sombras” de la vida de un hombre llamado Robin Williams sin torturar su imagen. Es un documental equilibrado, que te ayuda a conocer mejor al hombre y el actor. Ofrece reflexiones y observaciones que definen mejor a un hombre cuya existencia fue esencial incluso para quienes más podían criticarle.

No conocía el trabajo de este director. Llegué a ellos por azar. ¡Y he flipado!
Todo encaja perfectamente en esta historia que a mí, personalmente, me recuerda a ciertos videojuegos de hace unas décadas. Comparte con ello una originalidad que requiere pasión, creatividad y un gran, gran valor.
La fotografía y el color son exquisitos. El acompañamiento musical es el adecuado. Los efectos sonoros, maestros. Y el guión una joya, con sus giros, guiños... Un trabajo meticuloso que merece toda la fortuna del mundo. Por cierto, los actores y actrices, geniales. Y el montaje, colosal.

Últimamente es fácil encontrarse con personas de todas las edades que rechazan las películas de antaño, por tener unos efectos especiales desfasados con respecto a los actuales. Son gente sin perspectiva.
Esto por un lado, y un argumento no muy bien elaborado por otro, hacen que esta película no sea una gloria. Y se le pueden buscar más defectos e incluso comparaciones ingratas. ¡Pero sigue teniendo ese "algo" especial con la que la vi de niño! ¡Y eso es algo que no ocurre a menudo con los recuerdos de la infancia que son revisitados!