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Cielo negro

Drama A Emilia, una modesta empleada de una casa de modas, la invita a ir a la verbena un compañero de trabajo del que está enamorada. Como no tiene ningún vestido adecuado, toma prestado uno de la tienda, pero nada saldrá como ella espera. (FILMAFFINITY)
Críticas 32
Críticas ordenadas por utilidad
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8
16 de agosto de 2010
15 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fue una sorpresa para mí encontrar esta película tan absorbente, pese a sus muchos defectos y una banda sonora muy deteriorada (en la versión que vi).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Susana Canales comienza mediocremente, cayendo en casi todos los tópicos de los melodramas de la época (chica guapa, costurera soñadora, sin padre que la ampare, con madre enferma y que va a quedarse ciega, ¡por favor!), pero termina con una interpretación genial. No me convenció ni cuando se sentía feliz ni cuando se comportaba como mujer dura con el pobre de Fernando Rey (otra interpretación que mejora enormemente una vez que consume esas ensaimadas, al contrario de Luis Prendes, cuyo viaje a Valencia y desaparición de la película merecen ser celebradas). En las escenas finales, Susana Canales logra comunicar una amargura, una desesperación tan profunda que consigue subvertir ese final impuesto por la censura franquista. Su entrada en la iglesia no soluciona nada; al contrario, ese Aleluya del Mesías de Handel, esa señora bien vestida que le dice con un gesto que se cubra la cabeza, y esos curas vestidos con casullas bordadas de oro y seda, están proclamando a gritos la indiferencia de una sociedad que de cristiana no tenía más que el nombre.
8
16 de marzo de 2016
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de tantos años, sólo guardaba de ella un vago recuerdo que, al revisarla me ha sorprendido agradablemente, en esta nueva proyección televisiva de TVE-2. La materia prima de este conmovedor melodrama, se localiza en un relato corto titulado “Miopita” que por aquel tiempo, principios de los 50, estaba totalmente olvidado, pues había sido escrito por Antonio Zozaya en 1927. Aquel relato lo adaptó Mur Oti, cineasta singular y autodidacta para filmar su segunda película, muy ajena a las modas de la época. De esta conjunción emerge un melodrama ribeteado con pespuntes folletinescos, capaz de desplegar un paisaje que reflejaba el estado de ánimo y las esperanzas vitales de las clases modestas de la capital, y al mismo tiempo, articular un discurso complejo sobre el imaginario romántico y los espejismos emocionales.

“Cielo negro” se articula a través del infortunio acumulado sobre la figura de Emilia, víctima de una miopía acusada y progresiva, enamorada sin ser correspondida y empeñada en cultivar una esperanza vana, aferrándose a la ilusión de cualquier chica de su edad, vivir por primera vez un romance que pronto se desvela imaginario; una mera tabla de salvación para una vida que transcurre monótona y sin perspectivas, entre cuatro paredes donde convive con su madre viuda, y un estrecho círculo social de modistillas. El cineasta construye una historia rápidamente desbordada por una intensidad dramática deudora de una excelente puesta en escena: un trabajo meticuloso y profundo, lleno de detalles, con una precisión y complejidad que son inusuales para el cine de la época.

Una trama configurada como una sucesión de infortunios padecidos por Emilia – orfandad, soledad, el amor frustrado de Fortún (correcto Luis Prendes), la pérdida del trabajo, la burla epistolar amorosa del “poeta” López Veiga (excelente Fernando Rey) y otras desgracias – todos estos factores se presentan como la fatalidad del destino, una concatenación de sucesos negativos. Pero al mismo tiempo Emilia, siendo una mujer humillada, se nos muestra como una chica activa y extrovertida, femenina y coqueta, con tanta fortaleza interior como inusitada capacidad para vivir sus sentimientos en permanente estado de excitación y de apasionamiento. Todo ello unido a las constantes del melodrama: Deber, conformismo, pasión, pecado, felicidad, culpa, abnegación, altruismo, enfermedad y bondad. “Cielo negro” es un genuino melodrama urbano que forma parte ya, de mis películas españolas favoritas.

Continúa en spoiler.
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Se podrían seguir desglosando los hallazgos visuales del film, de un virtuosismo absoluto, La muñeca a la que Emilia quita las gafas, le recuerda su minusvalía. La humillación del escribidor y su arrepentimiento ante tal escarnio en el café con las ensaimadas, desde la inocencia de esas cartas de amor, llenas de esperanza e ilusión hasta el despertar de ese sueño irreal que le hace reforzar su carácter y sus agallas para luchar contra todo. Todo ello además, con ese largo y famoso travelling que nos conduce a un desenlace perfecto.
8
8 de marzo de 2012
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desgraciadamente muchos jóvenes en este país desconocen que existe un cine muy bueno y digno que se hizo en los años 50, un cine con pocos medios pero lo más importante con grandes primeros actores y grandes secundarios con años de experiencia en teatros de todo el país.
Permítanme que hoy haga un pequeño homenaje sólo un recuerdo y haga mención a grandes maestros de la interpretación como: Julia Caba Alba, Luis Prendes, en representación de todos los que en la década de los 50 hicieron que cuando nuestros padres ocupaban una butaca en cualquier cine en cualquier lugar sintieran volar su imaginación, sus sentimientos y se sintieran un poco más libres y verdaderos.
Cielo negro es una película nuestra pero bien podría ser también del mejor estudio de Hollywood o Roma de la época.
La historia que narra es el propio retrato de la sociedad en este caso madrileña que en el personaje de Emilia nos enseña la inocencia y la bondad en la condición humana, el amor verdadero y sincero de la mujer antes que cualquier interés accesorio, finalmente la dignidad y el espíritu de supervivencia podrá con todo.
Susana Canales actriz poco valorada hoy en día hace un excelente retrato de la mujer enamorada y después despechada. Luis Prendes galán seductor sin mala conciencia hace un trabajo corto pero convincente y enfrente un jóven y prometedor Fernando Rey en un papel tragicómico que lo hace impecable.
Cuando vean esta película piensen que pertenece al cine universal.
jrm
6
7 de noviembre de 2014
13 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cielo Negro (Cielo Negro, 1951) se trata de una película dirigida por Manuel Mur Orti a inicios de los años cincuenta. Manuel Mur orti , un cineasta del que por cierto prácticamente se ha hablado muy poco, realiza una película que mantiene paralelismos con otras películas de los años cincuenta, como sería Calle Mayor (Calle Mayor, 1956) de Juan Antonio Bardem. En ambas películas nos encontramos con un protagonismo femenino sobre el que recae todo el peso argumental de la película. Y en ambas películas, las dos chicas se encuentran aisladas en un mundo opresivo. Ambas ven el amor como una salida, pero son engañadas por una ceguera y finalmente no son correspondidas.

Tanto la película de Bardem como la Mur Orti reflexionan sobre la condición femenina y la mujer en la sociedad española de los años cincuenta para retratar un mundo gris y aislado. Nuestra protagonista no está totalmente acoplada en la sociedad, sino que vive aislada en su mundo personal del que no sale más que en momentos contados (por ejemplo la feria, de la cual la chica habla como si fuera una oportunidad irrepetible en su vida). La protagonista que interpreta Susana Canales vive reclusa en el piso de su madre y en el lugar donde trabaja, un mundo particular en el que Cielo Negro se entretiene en retratar.

Interesante el artículo que escribe Mabel Richart sobre la película[1]. Se nos pone al corriente de la metáfora con la que juega Manuel Mur Orti durante toda la película, y con la que se desarrolla argumentalmente Cielo Negro. La clave es sin duda alguna la Ceguera (en clave metáforica).Físicamente, nuestra protagonista sufre una miopía importante, que le provoca dolores de cabeza. De hecho, la película se abre con una secuencia en la que la vemos mal, debido a que ha forzado la vista al traducir unas cartas( que en realidad las ha traducido para el personaje al que ama). La primera parte de la película, en la que paradójicamente nuestra protagonista siempre lleva las gafas encima, nos muestra la ceguera metafórica de nuestra protagonista. Ella no ve la realidad, sino que la interpreta como le conviene. Por este motivo no es capaz de ver que el personaje que interpreta Luis Prendes nunca la ha amado. Esta primera parte termina con la lluvia que invade la feria y deja a nuestra protagonista totalmente manchada de barro. Durante el ajetreo de la lluvia además pierde las gafas.

En la segunda parte de la película, nuestra protagonista que ya no lleva las gafas, empieza a darse cuenta de la realidad que le rodea. Y esa realidad, se convierte en inexorable para ella. Poco a poco el mundo va imponiendo su crueldad. El clímax de este avance amargo tiene lugar con la visita que realiza el personaje al médico, en el que el ciclo se termina de completar, y el médico avisa a nuestra protagonista que inevitablemente va a perder la vista. A pesar de este hecho, hemos presenciado una triste evolución en la que el personaje de Susana Canales ha empezado realmente a abrir su visión hacía el mundo. Esta visión de hecho le llevará a intentar cometer suicidio. La salida que propone Cielo Negro es evidentemente trágica.

Seguramente lo que más molesta en Cielo Negro lo debemos a la visión contemporánea con la que nos enfrentamos al verla. No tanto un problema de la película sino del propio espectador. Me refiero a lo que podríamos denominar como tono folletinesco, un drama que puede parecer excesivo a primera vista. La película gira argumentalmente en ir colocándole trabas a nuestra protagonista, que poco a poco llega a pensar en el suicidio como única opción. Hay sin duda un catastrofismo inherente en la película. Es cierto como decía, que puede molestar a más de un espectador que ve semejante concatenación de acontecimientos como un giro totalmente tendencioso del guión para provocar la sensibilidad del espectador, pero en realidad debemos aproximarnos al contexto histórico para poder apreciar correctamente Cielo Negro. En el año 1951, en el que se rueda la película, es evidente que toda esta carga de pesimismo va directamente dirigido como una potente crítica hacia gran parte de la sociedad, desde los empresarios que se dedican a extorsionar como quieren a sus trabajadores (el despido de nuestra protagonista) hasta el Poeta que interpreta Fernando Rey, un hombre que juega como quiere con la voluntad de la mujeres (es cierto que finalmente se arrepiente).

El final comentado no deja de ser una imposición de la Censura que no podía permitir que el mensaje tan pesimista del final acabará imponiéndose. Por eso Manuel Mur Orti acaba firmando una pantomima de Travelling (técnicamente perfecto, eso sí) que nos muestra a nuestra protagonista entrar en una iglesia después de haber oído unas campanas. En el recinto sagrado, nuestra protagonista acaba realizando un monólogo bochornoso en el que la oímos auto convencerse para finalmente no suicidarse. Un atentado artístico que va en contra del propio discurso que estaba realizando la película.

[1] Mabel Richart, Estudios de Filología, historia y cultura hispánicas, Ed.Universitat de València, Valencia 2000

http://neokunst.wordpress.com/2014/11/08/cielo-negro-1951/
9
9 de mayo de 2014
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando terminé de ver Cielo Negro, me quedó una sensación buenísima. Pensé y sentí que había acabado de ver una excelente película. Sin embargo, los primeros minutos, me pareció un poco sosa,costumbrista, demasiado sencilla; después,poco a poco fue a mejor, mucho mejor. Las interpretaciones, el guión, la trama se fue enriqueciendo según pasaban los minutos y finalmente, un excelente final.
Creo que la película no contó con demasiados recursos materiales, es decir, terminada con poco dinero y materiales pobres, pero aún así ,el resultado fue magnífico .El estilo realista en el que está realizada logró retratar magistralmente los sentimientos y la soledad de una mujer con graves problemas personales, sobre todo una minusvalía.
Los actores secundarios hacen una labor excelente, sobre todo Fernando Rey cuyo personaje sostiene la trama para resaltar la situación crítica existencial de la protagonista( Susana Canales). Destacaría en esta película, en gran logro estético, a pesar de los pocos recursos con los que contaban en esa época.
También me gustaría señalar que el director, Mur Oti, se consideraba él mismo uno de los mejores , pero creo que esta película es la mejor que hizo con diferencia, y es una de las mejores del cine español.
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