Una obra maestra de los Coen en todos los sentidos, la música que sonaba mientras comenzaba la película me causaba buenas sensaciones y me bastó ver a un genial Gabriel Byrne para acabar de convencerme.

Nunca antes había visto tantos giros de guión; tanta imaginación y tantas ideas les deben brotar a los Coen como las flores en primavera. Ellos han conseguido que me acabe enamorando del cine negro, y como bien dicen algunas críticas han reinventado de nuevo el cine negro.

Reinvenciones aparte, este film rebosa de talento en las interpretaciones, en las que como no destaca John Turturro. Aunque si es cierto que he tenido que retroceder unas cuantes veces el dvd, es un guión muy complejo, este no ha sido un impedimento para seguir el hilo. Y el hecho de que no llegue a las 2 horas hace que sea una película muy fácil de ver y muy entretenida. Sin duda uno de mis films favoritos.

Si queréis disfrutar viendo una peli, haceos un favor y miradla.

Me enfrenté a la película con buena disposición, con ganas de disfrutar de lo que se dice una de las mejores cintas de corte gangsteril. Mi decepción es tremenda. Desde el principio, cuesta conectar con la película, su argumento es enreversado a más no poder, resulta difícil seguir el hilo, pero quizás lo peor es que sientas que eso no te importe. Porque la película, cómo decirlo es como... ridícula. Sí, ridícula, insustancial, poco seria para tan lioso desarrollo. Tiene momentos en los que lo que dicen o como se comportan los personajes no se corresponde con la gravedad de la situación. Y eso un par de veces puede quedar bien, -de hecho he sonreído en algunas ocasiones,- algún chascarrillo, alguna salida de tono, alguna torpeza pero no es algo que pueda estar pasando todo el rato porque entonces da la sensación de ser una chorrada que observas con una mezcla de indiferencia y resignación. Y es que ni siquiera esas momentos, esos 'recursos' a los que me estoy refiriendo son cosas graciosas como tal, sino que son pues eso, chorradas.

Su interminable hilo de alianzas (que pretende desembocar en ese final) deja muchísimas cosas al azar, hasta el punto de que cuando me entero de la 'estrategia' del protagonista simplemente no me la puedo tomar en serio de lo aparatosa que resulta. Es inconcebible. A lo largo de llevar a cabo su 'plan' ha tenido mil ocasiones de morir, pero nunca le ha pasado nada, tiene más vidas que un gato. Lo de que su complejidad no la logre convertir en una película interesante es otra historia, pero el caso es que tiene un ritmo soporífero pero de decir basta. Gabriel Byrne está ridículo; su pose de galán decadente y siempre atormentado que se granjea las amistades de todos los mafiosos con tretas que un niño con un mínimo de lógica podría desmentir, es un descalabro creativo. Y eso que desde siempre me ha gustado el actor. En general todos los personajes dejan mucho que desear, incluso la joven y guapa debutante Marcia Gay Harden (estremecedor su cambio de registro para su espeluznante personaje en 'La Niebla' [2007]) no es una femme fatale de ensueño como dicen por aquí algunos, porque muchos de sus encuentros con el personaje de Byrne, Tom Reagan son tópicos, aderezados con reacciones desproporciondas lo cual las convierte en risibles, poco creíbles de puro absurdo. Y tampoco puedo decir que haya tenido muchos más matices impresionantes. Del personaje de Jon Polito, poco que decir, salvo que es más tonto que un lápiz. A ningún otro jefe de una mafia del cine un listillo como Tom Reagan le podría haber engañado con unas tretas tan infumables.

¿Pero y qué me dicen de ese tiroteo en la casa de Finney? Sus perseguidores disparandole con esas gigantes metralletas Thompson, y el otro tan tranquilo dispara con la suya como quien ve llover, como si esto fuera un tiroteo de niños, con balas y pistolas invisibles, sin moverse ni tratar de esconderse ni nada de nada. Y todas las balas rozándole. Si fuera una escena de 15 segundos se entendería, pero es que la secuencia dura cerca de un minuto y medio. Delirante. Será que yo no entiendo el humor de los Coen, como ya me han dicho. Pues será cierto, porque otra cosa que me molesta de película es su rara avis de resaltar escenas extrañas o darles esa entonación. Son escenas en su mayoría, infladas de una hipérbole mayúscula, sin conciencia, razón ni coherencia. Y eso es, por lo visto, la patente que se entiende por la denominación 'humor Coen'. Está claro que no pillo su humor. Y en general sí, es una película bastante aburrida. Tampoco es que me haya costado demasiado terminármela, pero después se tilda de 'aburridas' a películas que desde luego que son mucho más interesantes que este tostón, como la incompresiblemente vilipendiada 'Hoffa, un pulso al poder' (1992), con sendas nominaciones al Razzie para sus dos protagonistas, Jack Nicholson y Danny DeVitto.

Corte clásico,para una película actual que bebe de aquellas viejas cintas del cine negro. La diferencia entre ambas, es que las de antes te enamoraban sus personajes, Durante dos horas creías en lo que allí se contaba. Hoy, tal vez porque el cine que nos llega es demasiado abundante, cuesta entrar, y cuando ya casi lo consigues, la película se acaba.

Un proyecto muy bien aprovechado, con diálogos y actuaciones sobrias, que podrían habernos llegado desde la década de los cuarenta, presentándose en color, para restar credibilidad.

Buenos principales y secundarios, guión, ambientación, elección de vestuario. Una buena película de gansters a la antigua usanza.

Un 7

Más allá de su perfecto guión (todo un trabajo de relojería), mas allá de las bordadas interpretaciones de todos los actores (inmenso Albert Finney, como siempre) más allá de la fotografía preciosista y preciosa, más allá de los detalles argumentales que sorprenden pero no distraen y le dan un aire actualizado al género, más allá de esa maravillosa banda sonora de raices irlandesas que nos habla de una inocencia y de una forma de vida que conocieron los protagonistas pero que nunca recuperarán. Mas allá de todo eso, lo que destaca en esta película es la capacidad de la historia por hacernos ver esa terrible costumbre del ser humano de no querer hacer caso de su sentido común y de no querer aprender de esos errores que, en el fondo, quizás sean los que den sentido a nuestera vida y que no dejamos de repetir casi a diario.

Admito que ésta es mi película favorita. No por que sea mejor que otras muchas, sino por que cuando la vi entendí que el cine era algo mucho más grande que ver a gente moviéndose en una pantalla.

El guión es complicado, enrevesado, divertido, rápido... y negro al 100%. La interpretación es magnífica, tanto Gabriel Byrne, Como John Tuturro ("mi lema es... que nunca tienes suficientes amigos"), Albert Finney, ése histérico Jon Polito("estamos hablando de ética...!") ... Y por supuesto Marcia Gay Harden, tan dura y patética.

La dirección, a mi entender, es perfecta. No sobra ni falta nada, y si a eso le añades el evidente entusiasmo y esfuerzo que se desprende por parte de los hermanos Coen a la hora de realizarla, crees que formas parte de esa trama tan complicada, que eres uno más en el juego de Tom Reagan (Gabriel Byrne). La fotografía me parece maravillosa: Sonnenfeld se entiende a la perfección con los dos realizadores. Los Coen tienen una habilidad innata para ambientar sus películas, y al mismo tiempo envolverlas en un aura onírica y perturbadora, algo que convina a la perfección con la sensiblidad de Sonnenfeld.

Todo un excelente trabajo para hablar de personas y sentimientos, decisiones y desengaños. Dura, inesperada y divertida, como la vida misma, como el buen cine. Por que "Muerte entre las Flores", además de profundizar en el lado oscuro de todos nosotros, es un homenaje al cine negro, y al buen cine en general.... Ésa secuencia prácticamente calcada a "El Tercer Hombre" es un claro ejemplo, que no por evidente deja de ser exquisito y entrañable.

Cuando veo esta película, me siento como si la hubieran hecho para mí... narcisismos afuera.