La alta sociedad
2016 

5.0
1,115
Comedia. Drama
Verano de 1910. Varios turistas han desaparecido en las playas de Costa Canal, y los inspectores Machin y Malfoy descubren que el epicentro de estas misteriosas desapariciones es la Bahía Slack, lugar donde el río Slack y el mar se unen sólo durante la marea alta. Es en esa zona donde vive una pequeña comunidad de pescadores como la familia Bréfort, liderada por el padre al que apodan “El Eterno”, quién hace lo que puede con sus ... [+]
20 de noviembre de 2017
20 de noviembre de 2017
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lenta y pesada, con ciertos toques de humor. En definitiva, tenia grandes expectativas y se fueron al traste. No me ha gustado nada.
23 de abril de 2017
23 de abril de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una ensalada surrealistas de ideas del mundo...la lucha de clases, la maldad, la frivolidad, el amor, la muerte...todo en un tono de comic y de caricatura que no logra resultar cómico.
A su favor una fotografía excelente y que no aburre del todo.
En su contra la falta de humor y un caos que no logra convencer, han tenido una buena idea que no han sabido desarrollar con ingenio y sentido del humor que son para algo así imprescindible.
A su favor una fotografía excelente y que no aburre del todo.
En su contra la falta de humor y un caos que no logra convencer, han tenido una buena idea que no han sabido desarrollar con ingenio y sentido del humor que son para algo así imprescindible.
22 de mayo de 2018
22 de mayo de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si, son imágenes en movimiento, así que se podría denominar a esta "película" cine, pero nada más lo asemeja. Nada que contar, carente de guión, interpretaciones que no lo son y el montador y el director deben estar muy contentos de haberse conocido. En fin, no voy a perder más tiempo. Ya lo perdí viéndola.
20 de mayo de 2018
20 de mayo de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Ma Loute" o "La Bahía" o "La Alta Sociedad" es una comedia original, por momentos disparatada, en otros cruel y con algunas escenas de rara poesía y ternura. Bruno Dumont ha hecho una película que sorprende rompiendo tonos y estilos. La vida en las primeras décadas del siglo pasado en una localidad del norte francés durante el verano es presentada con dos grupos sociales bien definidos: una alta burguesía que pasa sus vacaciones en una especie de "palacio" y una comunidad de pescadores locales que viven recogiendo mejillones en la costa y haciéndose de unos centavos cruzando a los "burgueses" de un lado a otro de un pequeño río o llevándolos a pasear en bote. Pronto veremos que además tienen hábitos muy macabros. Dumond presenta un mundo de seres anormales, muchos de ellos decididamente hilarantes mostrando una clase alta formada por tontos extravagantes y deformes inofensivos, mientras los pescadores serán seres herméticos y brutales contra quienes esa burguesía acomodada pareceria incapaz de entender, enfrentar o tomar conciencia. Las sistemáticas desapariciones de turistas en la zona harán aparecer una dupla de policías disparatados e ineptos que nada podrán hacer para solucionar el problema. La película está llena de escenas cómicas, particularmente las que retratan a esa burguesía freak y endogámica, así como cada aparición de la dupla policial. No faltarán humor decididamente negro y hacia el final escenas literalmente absurdas. Sin embargo, habrá lugar para ciertas miradas poéticas al retratar el amor entre el joven y rústico pescador y el niño-niña adolescente burgués. La mirada burlona y ácida de Dumont parecerá abstenerse con los más jóvenes, o con la mayoría de ellos. Como si el director considerara que ellos merecieran un trato más humano. En la originalidad de la historia y los personajes, los sucesivos cambios de tonos y los momentos hilarantes está el fuerte de esta comedia singular. Habrá algunos baches y por momentos una sobreutilización de algunos tics, pero si uno se deja llevar sin prejuicios es muy disfrutable. Un soplo de aire fresco y muy divertido
8 de agosto de 2018
8 de agosto de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película se proyectó en España bajo el título “La Alta Sociedad”, cuando su título era el nombre de uno de los personajes principales. Si el director hubiera querido que se titulase “la alta sociedad” la hubiera intitulado “La Haute Societé”, pero no, la tituló de otra manera. Pues en España pasando. En fin.
Algunas películas se están convirtiendo en propuestas artísticas en la que lo que menos importa son las normas o reglas estéticas, argumentales al uso del cine o por lo menos tienen un papel secundario.
El director busca una creación personal, lo más personal posible, en la que lo que prima es la satisfacción creativa de la artista. En la que se busca no ser nada complaciente con el espectador, en la que se plantean juegos de adivinanzas, extrañezas varias, se manifiestan influencias nada enmascaradas de otros directores, invitando al que contempla la historia a disfrutar de otros sabores además del esperado. Como en platos tradicionales en los que el cocinero introduce ingredientes inesperados, sabores asonantes, y en los que la estética juega un papel muy importante.
En este film se narra la historia de amor entre dos jóvenes pertenecientes a clases sociales diferentes y sucede al lado de la desembocadura de un río. Una historia que discurre paralela con la extraña desaparición de turistas.
Si les digo que hay incestos, transexualismo, canibalismo y les añado que hay una cierta estética impresionista en la fotografía, que hay referencias al mundo pictórico de Chagall y que un par de policías son el gordo y el flaco, además de ofrecer todos los personajes unos comportamientos grotescos (Amelie y su estética al canto), tendrán ustedes los ingredientes de un plato que no se imaginan como puede saber.
Olvídense del guión, de las interpretaciones, fotografía como se olvidan del sabor dulce, amargo, agrio, salado en la nueva cocina.
Vayan a este cine con el mismo espíritu que van a un menú degustación. No se emocionaran ni se divertirán y desde luego no se aburrirán en ningún momento, la película no da tregua.
Se reirán pero no es una comedia y habrá escenas trágicas y casi “gores” pero no es una tragedia.
Un universo absurdo contado como si fuese neorrealismo o algo así. Merece mucho la pena verla.
Algunas películas se están convirtiendo en propuestas artísticas en la que lo que menos importa son las normas o reglas estéticas, argumentales al uso del cine o por lo menos tienen un papel secundario.
El director busca una creación personal, lo más personal posible, en la que lo que prima es la satisfacción creativa de la artista. En la que se busca no ser nada complaciente con el espectador, en la que se plantean juegos de adivinanzas, extrañezas varias, se manifiestan influencias nada enmascaradas de otros directores, invitando al que contempla la historia a disfrutar de otros sabores además del esperado. Como en platos tradicionales en los que el cocinero introduce ingredientes inesperados, sabores asonantes, y en los que la estética juega un papel muy importante.
En este film se narra la historia de amor entre dos jóvenes pertenecientes a clases sociales diferentes y sucede al lado de la desembocadura de un río. Una historia que discurre paralela con la extraña desaparición de turistas.
Si les digo que hay incestos, transexualismo, canibalismo y les añado que hay una cierta estética impresionista en la fotografía, que hay referencias al mundo pictórico de Chagall y que un par de policías son el gordo y el flaco, además de ofrecer todos los personajes unos comportamientos grotescos (Amelie y su estética al canto), tendrán ustedes los ingredientes de un plato que no se imaginan como puede saber.
Olvídense del guión, de las interpretaciones, fotografía como se olvidan del sabor dulce, amargo, agrio, salado en la nueva cocina.
Vayan a este cine con el mismo espíritu que van a un menú degustación. No se emocionaran ni se divertirán y desde luego no se aburrirán en ningún momento, la película no da tregua.
Se reirán pero no es una comedia y habrá escenas trágicas y casi “gores” pero no es una tragedia.
Un universo absurdo contado como si fuese neorrealismo o algo así. Merece mucho la pena verla.
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