Caracortada
1983 

8.2
94,577
Drama
Tony Montana es un emigrante cubano frío e implacable que se instala en Miami con el propósito de convertirse en un gángster importante, y poder así ganar dinero y posición. Con la colaboración de su amigo Manny Rivera inicia una fulgurante carrera delictiva, como traficante de cocaína, con el objetivo de acceder a la cúpula de una organización de narcos. (FILMAFFINITY)
10 de septiembre de 2008
10 de septiembre de 2008
52 de 93 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo siento muchísimo, pero no me ha gustado nada. Realmente esperaba mucho de esta cinta, me la han recomendado en grande, la vi con la mejor voluntad, y me llevé una terrible desilusión.
Lo único que destaco, y destaco mucho, es la actuación de Al Pacino, que es muy creíble, realmente parece un troglodita. Pero es lo único. Sin embargo, el personaje que interpreta es absolutamente despreciable, lo cual lleva a odiar cada diálogo suyo. Lamentablemante, es el protagonista.
El comienzo es muy precipitado, Tony Montana (Al Pacino) pasa de ser un delincuente callejero, a capo mafia en pocos minutos. Falta mucho desarrollo y es completamente inverosímil que un tipo tan corto de mente, tan cutre, tan hortera y tan primitivo como es Tony Montana llegue a convertirse en capo.
Me pareció absurdo que en las escenas familiares hablen en inglés entre ellos (son cubanos).
Me pareció absurda una escena en la que le dan un tiro en la pierna a un tio, y luego éste salga corriendo como si nada.
Me pareció absurdo el verdugo mezcla de Tom Jones y Terminator.
Me pareció absurda la inclusión del posible juicio hacia Tony Montana, tema que queda inconcluso.
Me pareció de carton Michelle Pfeiffer, aunque no terminé de darme cuenta de si es ella que actúa mal o si es el personaje que se lo demanda. De todos modos, es un punto negativo.
Me parecio extremadamente excesivo el uso de la palabra fuck.
Les juro que intenté encontrarle algo positivo pero no pude. Lo siento si es esta vuestra película favorita, pero es mi opinión.
Lo único que destaco, y destaco mucho, es la actuación de Al Pacino, que es muy creíble, realmente parece un troglodita. Pero es lo único. Sin embargo, el personaje que interpreta es absolutamente despreciable, lo cual lleva a odiar cada diálogo suyo. Lamentablemante, es el protagonista.
El comienzo es muy precipitado, Tony Montana (Al Pacino) pasa de ser un delincuente callejero, a capo mafia en pocos minutos. Falta mucho desarrollo y es completamente inverosímil que un tipo tan corto de mente, tan cutre, tan hortera y tan primitivo como es Tony Montana llegue a convertirse en capo.
Me pareció absurdo que en las escenas familiares hablen en inglés entre ellos (son cubanos).
Me pareció absurda una escena en la que le dan un tiro en la pierna a un tio, y luego éste salga corriendo como si nada.
Me pareció absurdo el verdugo mezcla de Tom Jones y Terminator.
Me pareció absurda la inclusión del posible juicio hacia Tony Montana, tema que queda inconcluso.
Me pareció de carton Michelle Pfeiffer, aunque no terminé de darme cuenta de si es ella que actúa mal o si es el personaje que se lo demanda. De todos modos, es un punto negativo.
Me parecio extremadamente excesivo el uso de la palabra fuck.
Les juro que intenté encontrarle algo positivo pero no pude. Lo siento si es esta vuestra película favorita, pero es mi opinión.
5 de febrero de 2015
5 de febrero de 2015
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Posiblemente la película más poderosa de la historia, pura adrenalina, casi tres horas enormes, brutales, geniales.
“Scarface” es una tragedia griega, Tony Montana llega a convertirse en un semidios intocable, un solo hombre que construye un enorme imperio de la cocaina y del crimen, un hombre que incumple todas las normas que le fueron contando a lo largo de su ascensión, la más importante la de no meterse lo que vende lo cual siendo cocaína le hace creerse por encima del bien y del mal, y realmente lo está, su único fallo, lo que propicia su caida es precisamente la primera vez en la que obra bien, lo cual es considerado una traición a Sosa, la antítesis de Montana, un hombre que formó su imperio a través de los contactos y no de su propio poder, uno que dice que lo importante es ser astuto, no los cojones.
Obra maestra del cine criminal, una película colosal y un Al Pacino extraordinario.
Una maravilla que crece a cada minuto que pasa, igual que su protagonista, puro exceso.
“Scarface” es una tragedia griega, Tony Montana llega a convertirse en un semidios intocable, un solo hombre que construye un enorme imperio de la cocaina y del crimen, un hombre que incumple todas las normas que le fueron contando a lo largo de su ascensión, la más importante la de no meterse lo que vende lo cual siendo cocaína le hace creerse por encima del bien y del mal, y realmente lo está, su único fallo, lo que propicia su caida es precisamente la primera vez en la que obra bien, lo cual es considerado una traición a Sosa, la antítesis de Montana, un hombre que formó su imperio a través de los contactos y no de su propio poder, uno que dice que lo importante es ser astuto, no los cojones.
Obra maestra del cine criminal, una película colosal y un Al Pacino extraordinario.
Una maravilla que crece a cada minuto que pasa, igual que su protagonista, puro exceso.
19 de junio de 2006
19 de junio de 2006
30 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Genial. Una de las mejores películas de los 80, de Pacino y de De Palma, aunque un tanto inferior a la posterior colaboración entre ambos: "Carlito´s Way", obra cumbre del cine contemporáneo y una de las grandes obras maestras del cine mundial.
Pero centrándonos en "Scarface" es una peli de 10. Todo o casi todo en ellas es magnífico. Desde un excelente guión de Oliver Stone, a la magníficia actuación de Pacino y Pfeiffer, pasando por la dirección de De Palma o la música de Moroder.
La historia es muy buena y tiene bastantes partes verídicas. La violencia no escasea y la escenas finales son buenísima.
Después de "El padrino" está es seguramente una de las mejores películas de mafias de la historia. Super recomendable.
Pero centrándonos en "Scarface" es una peli de 10. Todo o casi todo en ellas es magnífico. Desde un excelente guión de Oliver Stone, a la magníficia actuación de Pacino y Pfeiffer, pasando por la dirección de De Palma o la música de Moroder.
La historia es muy buena y tiene bastantes partes verídicas. La violencia no escasea y la escenas finales son buenísima.
Después de "El padrino" está es seguramente una de las mejores películas de mafias de la historia. Super recomendable.
7 de enero de 2010
7 de enero de 2010
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Brian De Palma dirige su, quizás, mejor película: una historia apasionante y maestra que junta realmente lo mejor del realizador con lo mejor de su actor principal, el grandioso Al Pacino, aquí en una interpretación magistral e inolvidable.
El estilo visual de De Palma, que es siempre de lo mejor en sus películas, aquí está más acertado que nunca y el realizador despliega todo su talento en todos los planos, escenas y secuencias de la película.
La interpretación de Pacino es insuperable. Sin él interpretando al protagonista Tony Montana en la película es imposible que ésta sea tan maestra como llega a ser.
Y el guión imprime una historia impactante, todo el rato en un nivel superior y con momentos famosísimos, intensos y emblemáticos.
Desde su inicio hasta final, destacando siempre a Pacino, "El precio del poder" es una película maestra, emblemática e imprescindible.
El estilo visual de De Palma, que es siempre de lo mejor en sus películas, aquí está más acertado que nunca y el realizador despliega todo su talento en todos los planos, escenas y secuencias de la película.
La interpretación de Pacino es insuperable. Sin él interpretando al protagonista Tony Montana en la película es imposible que ésta sea tan maestra como llega a ser.
Y el guión imprime una historia impactante, todo el rato en un nivel superior y con momentos famosísimos, intensos y emblemáticos.
Desde su inicio hasta final, destacando siempre a Pacino, "El precio del poder" es una película maestra, emblemática e imprescindible.
5 de mayo de 2015
5 de mayo de 2015
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un remake de "Scarface" trasladado a los años 80, un extrapolación estética lógica a la recreación del lugar, el Miami de esa época, una superproducción visualmente brillante, aunque conceptualmente muy discutible, pues me parece un tanto maniquea. Brian De Palma es un cineasta tan brillante como controvertido, un artista de la imagen para unos, entre los que me encuentro, un realizador efectista y manipulador para otros, no es mi caso. Se le ha acusado a veces con motivo, en otras injustificadamente de exhibicionismo técnico, de volátil liturgia estética, de exacerbar su gramática visual para recubrir cierta trivialidad temática. Lo esencial reside, en mi opinión, en que se adecúen al trazado narrativo de la historia, que no sean simples chispazos del genio. Anoche en un canal temático volví a ver el film, tras muchos años transcurridos, aunque la memoria suele jugar malas pasadas, creo que se mantiene bien, gracias también al guión de Oliver Stone, el libreto está a la altura del brío narrativo.
En este remake de la vieja película de Howard Hawks, al que el cineasta le dedica el film, rindiéndole tributo, así como al guionista Ben Hecht, se narra la vida de Tony Montana (un Al Pacino, un tanto histriónico), uno de los 125.000 cubanos expulsados de la isla por Fidel Castro en 1980 (conocidos popularmente como “marielitos”, a consecuencia de haber embarcado en el puerto cubano de Mariel). El film que comienza precisamente con unas imágenes documentales del obligado exilio, muestra al dictador comunista Castro pronunciando unas palabras significativas: “La Revolución no los necesita”. De esta forma, Castro le metió un gol al estúpido de Carter, mandándole, no sólo disidentes políticos sino que aprovechó para limpiar sus cloacas de delincuentes indeseables.
Si Cuba durante el régimen de Batista fue un prostíbulo yanqui, Miami se convierte aquí en una réplica cubana de esa situación anterior. La ciudad, que será definida en un momento del film como “un enorme coño esperando que lo jodan” es otro burdel de lujo controlado por los cubanos anticastristas, donde conviven los millonarios con los asesinos a sueldo, los traficantes de cocaína con los policías corruptos, las busconas con los anticomunistas viscerales. Tony Montana es, así, el espejo en el que se refleja la corrupción social, pues todos los tipos descritos entran en relación con él. Una vez elegidos el marco social y las circunstancias personales del nuevo "Scarface", sólo quedaba por trabajar la estructura del film.
Y por aquí, cineasta y guionista, eligen el camino más fácil y seguro – de probada eficacia en el cine negro – la llegada, ascensión y caída de un gánster, pues lo hemos visto muchas veces. No en vano, Tony presume ante la policía de admirar a Humphrey bogart y a James Cagney. Revelando la desmedida ambición de un emigrante pobre y desahuciado que ante el panorama que se le presenta no dudará – gracias a sus “cojones”, como el propio Tony sentencia – en trepar hasta lo más alto sin importarle el precio que ha de pagar. Por muy fuerte que parece como todo hombre tiene sus debilidades, alguna de ellas muy nobles, como es no asesinar a seres inocentes, o la obsesión protectora hacia su hermana. Otro punto destacable es el papel de Elvira (Michelle Pfeiffer), como amante y esposa de Tony, su gusto por el lujo y su debilidad por la droga, de lo más explícito.
En este remake de la vieja película de Howard Hawks, al que el cineasta le dedica el film, rindiéndole tributo, así como al guionista Ben Hecht, se narra la vida de Tony Montana (un Al Pacino, un tanto histriónico), uno de los 125.000 cubanos expulsados de la isla por Fidel Castro en 1980 (conocidos popularmente como “marielitos”, a consecuencia de haber embarcado en el puerto cubano de Mariel). El film que comienza precisamente con unas imágenes documentales del obligado exilio, muestra al dictador comunista Castro pronunciando unas palabras significativas: “La Revolución no los necesita”. De esta forma, Castro le metió un gol al estúpido de Carter, mandándole, no sólo disidentes políticos sino que aprovechó para limpiar sus cloacas de delincuentes indeseables.
Si Cuba durante el régimen de Batista fue un prostíbulo yanqui, Miami se convierte aquí en una réplica cubana de esa situación anterior. La ciudad, que será definida en un momento del film como “un enorme coño esperando que lo jodan” es otro burdel de lujo controlado por los cubanos anticastristas, donde conviven los millonarios con los asesinos a sueldo, los traficantes de cocaína con los policías corruptos, las busconas con los anticomunistas viscerales. Tony Montana es, así, el espejo en el que se refleja la corrupción social, pues todos los tipos descritos entran en relación con él. Una vez elegidos el marco social y las circunstancias personales del nuevo "Scarface", sólo quedaba por trabajar la estructura del film.
Y por aquí, cineasta y guionista, eligen el camino más fácil y seguro – de probada eficacia en el cine negro – la llegada, ascensión y caída de un gánster, pues lo hemos visto muchas veces. No en vano, Tony presume ante la policía de admirar a Humphrey bogart y a James Cagney. Revelando la desmedida ambición de un emigrante pobre y desahuciado que ante el panorama que se le presenta no dudará – gracias a sus “cojones”, como el propio Tony sentencia – en trepar hasta lo más alto sin importarle el precio que ha de pagar. Por muy fuerte que parece como todo hombre tiene sus debilidades, alguna de ellas muy nobles, como es no asesinar a seres inocentes, o la obsesión protectora hacia su hermana. Otro punto destacable es el papel de Elvira (Michelle Pfeiffer), como amante y esposa de Tony, su gusto por el lujo y su debilidad por la droga, de lo más explícito.
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