Caracortada
1983 

8.2
94,589
Drama
Tony Montana es un emigrante cubano frío e implacable que se instala en Miami con el propósito de convertirse en un gángster importante, y poder así ganar dinero y posición. Con la colaboración de su amigo Manny Rivera inicia una fulgurante carrera delictiva, como traficante de cocaína, con el objetivo de acceder a la cúpula de una organización de narcos. (FILMAFFINITY)
7 de enero de 2010
7 de enero de 2010
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Brian De Palma dirige su, quizás, mejor película: una historia apasionante y maestra que junta realmente lo mejor del realizador con lo mejor de su actor principal, el grandioso Al Pacino, aquí en una interpretación magistral e inolvidable.
El estilo visual de De Palma, que es siempre de lo mejor en sus películas, aquí está más acertado que nunca y el realizador despliega todo su talento en todos los planos, escenas y secuencias de la película.
La interpretación de Pacino es insuperable. Sin él interpretando al protagonista Tony Montana en la película es imposible que ésta sea tan maestra como llega a ser.
Y el guión imprime una historia impactante, todo el rato en un nivel superior y con momentos famosísimos, intensos y emblemáticos.
Desde su inicio hasta final, destacando siempre a Pacino, "El precio del poder" es una película maestra, emblemática e imprescindible.
El estilo visual de De Palma, que es siempre de lo mejor en sus películas, aquí está más acertado que nunca y el realizador despliega todo su talento en todos los planos, escenas y secuencias de la película.
La interpretación de Pacino es insuperable. Sin él interpretando al protagonista Tony Montana en la película es imposible que ésta sea tan maestra como llega a ser.
Y el guión imprime una historia impactante, todo el rato en un nivel superior y con momentos famosísimos, intensos y emblemáticos.
Desde su inicio hasta final, destacando siempre a Pacino, "El precio del poder" es una película maestra, emblemática e imprescindible.
5 de mayo de 2015
5 de mayo de 2015
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un remake de "Scarface" trasladado a los años 80, un extrapolación estética lógica a la recreación del lugar, el Miami de esa época, una superproducción visualmente brillante, aunque conceptualmente muy discutible, pues me parece un tanto maniquea. Brian De Palma es un cineasta tan brillante como controvertido, un artista de la imagen para unos, entre los que me encuentro, un realizador efectista y manipulador para otros, no es mi caso. Se le ha acusado a veces con motivo, en otras injustificadamente de exhibicionismo técnico, de volátil liturgia estética, de exacerbar su gramática visual para recubrir cierta trivialidad temática. Lo esencial reside, en mi opinión, en que se adecúen al trazado narrativo de la historia, que no sean simples chispazos del genio. Anoche en un canal temático volví a ver el film, tras muchos años transcurridos, aunque la memoria suele jugar malas pasadas, creo que se mantiene bien, gracias también al guión de Oliver Stone, el libreto está a la altura del brío narrativo.
En este remake de la vieja película de Howard Hawks, al que el cineasta le dedica el film, rindiéndole tributo, así como al guionista Ben Hecht, se narra la vida de Tony Montana (un Al Pacino, un tanto histriónico), uno de los 125.000 cubanos expulsados de la isla por Fidel Castro en 1980 (conocidos popularmente como “marielitos”, a consecuencia de haber embarcado en el puerto cubano de Mariel). El film que comienza precisamente con unas imágenes documentales del obligado exilio, muestra al dictador comunista Castro pronunciando unas palabras significativas: “La Revolución no los necesita”. De esta forma, Castro le metió un gol al estúpido de Carter, mandándole, no sólo disidentes políticos sino que aprovechó para limpiar sus cloacas de delincuentes indeseables.
Si Cuba durante el régimen de Batista fue un prostíbulo yanqui, Miami se convierte aquí en una réplica cubana de esa situación anterior. La ciudad, que será definida en un momento del film como “un enorme coño esperando que lo jodan” es otro burdel de lujo controlado por los cubanos anticastristas, donde conviven los millonarios con los asesinos a sueldo, los traficantes de cocaína con los policías corruptos, las busconas con los anticomunistas viscerales. Tony Montana es, así, el espejo en el que se refleja la corrupción social, pues todos los tipos descritos entran en relación con él. Una vez elegidos el marco social y las circunstancias personales del nuevo "Scarface", sólo quedaba por trabajar la estructura del film.
Y por aquí, cineasta y guionista, eligen el camino más fácil y seguro – de probada eficacia en el cine negro – la llegada, ascensión y caída de un gánster, pues lo hemos visto muchas veces. No en vano, Tony presume ante la policía de admirar a Humphrey bogart y a James Cagney. Revelando la desmedida ambición de un emigrante pobre y desahuciado que ante el panorama que se le presenta no dudará – gracias a sus “cojones”, como el propio Tony sentencia – en trepar hasta lo más alto sin importarle el precio que ha de pagar. Por muy fuerte que parece como todo hombre tiene sus debilidades, alguna de ellas muy nobles, como es no asesinar a seres inocentes, o la obsesión protectora hacia su hermana. Otro punto destacable es el papel de Elvira (Michelle Pfeiffer), como amante y esposa de Tony, su gusto por el lujo y su debilidad por la droga, de lo más explícito.
En este remake de la vieja película de Howard Hawks, al que el cineasta le dedica el film, rindiéndole tributo, así como al guionista Ben Hecht, se narra la vida de Tony Montana (un Al Pacino, un tanto histriónico), uno de los 125.000 cubanos expulsados de la isla por Fidel Castro en 1980 (conocidos popularmente como “marielitos”, a consecuencia de haber embarcado en el puerto cubano de Mariel). El film que comienza precisamente con unas imágenes documentales del obligado exilio, muestra al dictador comunista Castro pronunciando unas palabras significativas: “La Revolución no los necesita”. De esta forma, Castro le metió un gol al estúpido de Carter, mandándole, no sólo disidentes políticos sino que aprovechó para limpiar sus cloacas de delincuentes indeseables.
Si Cuba durante el régimen de Batista fue un prostíbulo yanqui, Miami se convierte aquí en una réplica cubana de esa situación anterior. La ciudad, que será definida en un momento del film como “un enorme coño esperando que lo jodan” es otro burdel de lujo controlado por los cubanos anticastristas, donde conviven los millonarios con los asesinos a sueldo, los traficantes de cocaína con los policías corruptos, las busconas con los anticomunistas viscerales. Tony Montana es, así, el espejo en el que se refleja la corrupción social, pues todos los tipos descritos entran en relación con él. Una vez elegidos el marco social y las circunstancias personales del nuevo "Scarface", sólo quedaba por trabajar la estructura del film.
Y por aquí, cineasta y guionista, eligen el camino más fácil y seguro – de probada eficacia en el cine negro – la llegada, ascensión y caída de un gánster, pues lo hemos visto muchas veces. No en vano, Tony presume ante la policía de admirar a Humphrey bogart y a James Cagney. Revelando la desmedida ambición de un emigrante pobre y desahuciado que ante el panorama que se le presenta no dudará – gracias a sus “cojones”, como el propio Tony sentencia – en trepar hasta lo más alto sin importarle el precio que ha de pagar. Por muy fuerte que parece como todo hombre tiene sus debilidades, alguna de ellas muy nobles, como es no asesinar a seres inocentes, o la obsesión protectora hacia su hermana. Otro punto destacable es el papel de Elvira (Michelle Pfeiffer), como amante y esposa de Tony, su gusto por el lujo y su debilidad por la droga, de lo más explícito.
22 de junio de 2011
22 de junio de 2011
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay algo que enseña esta película son dos cosas: la primera y la mas importante es la consagración de Al Pacino como un actor de esos que pasarán a la historia como uno de los mejores y la otra, la mas importante es que la ambición sin limites acaba muy mal, sobre todo si esta relacionado con el mundo del crimen.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película nos lleva al Miami de los ochenta, corrupto, de una sociedad decadente y sin brillo. Es una radiografía del mundo del crimen organizado que salvo peculiaridades puede establecerse en cualquier lugar del mundo.
Pero lo verdaderamente importante es el sentido de la cinta que no es otro que el creer en uno mismo por encima de todo, en la autoconfianza, aun obviamente mediante actividades de dudosa calidad moral, pero llegando a la cima, como dice la banda sonora: Push it to the limit!
En mi opinión. la duración es excesiva, pero del todo necesaria. Crear un imperio requiere tiempo y si ademas le añadimos un romance y un problema con la mafia y con la Ley podemos decir que inclusive se queda corta.
En conclusión decir que es una de las mejores películas que he visto en mi vida y que probablemente muchos odien el modo de vida de Tony Montana, en mi caso, el sentimiento es de tristeza y a la vez compasión, llegar a la cima no significa en ningún sentido ser feliz.
Pero lo verdaderamente importante es el sentido de la cinta que no es otro que el creer en uno mismo por encima de todo, en la autoconfianza, aun obviamente mediante actividades de dudosa calidad moral, pero llegando a la cima, como dice la banda sonora: Push it to the limit!
En mi opinión. la duración es excesiva, pero del todo necesaria. Crear un imperio requiere tiempo y si ademas le añadimos un romance y un problema con la mafia y con la Ley podemos decir que inclusive se queda corta.
En conclusión decir que es una de las mejores películas que he visto en mi vida y que probablemente muchos odien el modo de vida de Tony Montana, en mi caso, el sentimiento es de tristeza y a la vez compasión, llegar a la cima no significa en ningún sentido ser feliz.
12 de septiembre de 2024
12 de septiembre de 2024
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta inigualable obra de culto, dirigida con maestría por Brian De Palma e interpretada de forma magistral por Al Pacino es, no sólo la mejor película con temática del mundo criminal, sino una de las mejores de todos los tiempos del séptimo arte.
Una película que, sin duda, creó un modelo y una escuela por y para muchos cineastas y directores que han querido hacer películas parecidas, e incluso la han homenajeado (o copiado) calcando algunas escenas míticas de 'Scarface' a modo de rendirle tributo y devoción. Las primeras que se me pasan por la mente son 'Casino' y 'El Lobo de Wall Street' de Scorsese (por cómo se desarrolla la película y los protagonistas de esas producciones) además de algunas escenas de violencia explícita que Tarantino ha emulado en algunos de sus trabajos como 'Jackie Brown' y 'Pulp Fiction' con escenas de tiroteos en el interior de los vehículos.
Pero lo que más me gusta de 'El Precio del Poder' es que es una película perfecta en cada momento. No le sobra ninguna escena y cada momento está rodado, ambientado e interpretado a un nivel excelso y perfecto. Me encanta esa caída a los infiernos de Tony Montana a la vez que consigue su ascenso social, es una contraparte que se complementa de una manera sublime ante tus ojos.
El guión (de un grande como Oliver Stone) es realmente increíble con unos diálogos y frases que quedarán de manera sempiternas en la memoria de todo el mundo.
La fotografía y la ambientación es otro de los apartados que más disfruto de este imprescindible trabajo, esos cielos soleados y esas noches de Miami son absoluta poesía visual.
Yo soy bastante crítico y perfeccionista, pero a esta película no le encuentro nada que no me guste, o que considere que está mal ejecutado. Sin duda, pienso que es una obra maestra perfecta de principio a fin.
Una de esas maravillas que no me canso de ver una y otra vez. 'El Precio del Poder' te deja marca, una película inolvidable e imprescindible.
Sólo se puede agradecer a todo el equipo, tanto artístico como técnico, que fue partícipe de esta obra de arte.
Perfecta.
Una película que, sin duda, creó un modelo y una escuela por y para muchos cineastas y directores que han querido hacer películas parecidas, e incluso la han homenajeado (o copiado) calcando algunas escenas míticas de 'Scarface' a modo de rendirle tributo y devoción. Las primeras que se me pasan por la mente son 'Casino' y 'El Lobo de Wall Street' de Scorsese (por cómo se desarrolla la película y los protagonistas de esas producciones) además de algunas escenas de violencia explícita que Tarantino ha emulado en algunos de sus trabajos como 'Jackie Brown' y 'Pulp Fiction' con escenas de tiroteos en el interior de los vehículos.
Pero lo que más me gusta de 'El Precio del Poder' es que es una película perfecta en cada momento. No le sobra ninguna escena y cada momento está rodado, ambientado e interpretado a un nivel excelso y perfecto. Me encanta esa caída a los infiernos de Tony Montana a la vez que consigue su ascenso social, es una contraparte que se complementa de una manera sublime ante tus ojos.
El guión (de un grande como Oliver Stone) es realmente increíble con unos diálogos y frases que quedarán de manera sempiternas en la memoria de todo el mundo.
La fotografía y la ambientación es otro de los apartados que más disfruto de este imprescindible trabajo, esos cielos soleados y esas noches de Miami son absoluta poesía visual.
Yo soy bastante crítico y perfeccionista, pero a esta película no le encuentro nada que no me guste, o que considere que está mal ejecutado. Sin duda, pienso que es una obra maestra perfecta de principio a fin.
Una de esas maravillas que no me canso de ver una y otra vez. 'El Precio del Poder' te deja marca, una película inolvidable e imprescindible.
Sólo se puede agradecer a todo el equipo, tanto artístico como técnico, que fue partícipe de esta obra de arte.
Perfecta.
21 de abril de 2015
21 de abril de 2015
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante un icono de los 80', quizá la mejor película de Brian de Palma por su ritmo y perfecta ejecución: entra como el whisky y te deja doblado.
Para entender la trascendencia icónica de Tony Montana, sólo hay que ir al mundo de los videojuegos y ver como Rockstar "plagió" en su mítico Vice City, todo lo visto en Scarface.
Todos los personajes son brillantes, pero queda claro que el que hace el papel de su vida, (con permiso de El Padrino) es Al Pacino, reinventando el personaje mafioso: un latino que chapurrea el inglés con la misma facilidad con la que se esnifa media Colombia. La estética recoge todo aquello más detestable y ridículo de los 80': calcetines blancos, música tecno cutre, (Giorgio Moroder hace una labor exquisita con el score pardodiando esa época con un tono oscuro y decandente) camisas de pico abiertas hasta el ombligo y cientos de cadenas de oro. Pero detrás de toda esa pompa se esconde una historia brillante, pues en tan sólo 163 min, nos cuentan el ascenso, consolidación y posterior ocaso de un capo de la droga.
Para entender la trascendencia icónica de Tony Montana, sólo hay que ir al mundo de los videojuegos y ver como Rockstar "plagió" en su mítico Vice City, todo lo visto en Scarface.
Todos los personajes son brillantes, pero queda claro que el que hace el papel de su vida, (con permiso de El Padrino) es Al Pacino, reinventando el personaje mafioso: un latino que chapurrea el inglés con la misma facilidad con la que se esnifa media Colombia. La estética recoge todo aquello más detestable y ridículo de los 80': calcetines blancos, música tecno cutre, (Giorgio Moroder hace una labor exquisita con el score pardodiando esa época con un tono oscuro y decandente) camisas de pico abiertas hasta el ombligo y cientos de cadenas de oro. Pero detrás de toda esa pompa se esconde una historia brillante, pues en tan sólo 163 min, nos cuentan el ascenso, consolidación y posterior ocaso de un capo de la droga.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El guión de Oliver Stone da rienda suelta a todos los excesos y opulencias malsonantes: hoy día, toda facultad de filología inglesa que realmente quiera hablar de spanglish con cierto rigor, debe hacer mención a la gran labor de Pacino, retratando toda esa visceralidad que rodea al género latino: Tony Montana no se guía por las neuronas, si no por sus instintos, acuciado por su egotrípica personalidad, que será la que finalmente apriete el gatillo, no sin antes despedirse en un baño de sangre para toda la eternidad del cine.
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