Fui a ver esta película solamente porque en el cartel promocional aparecía el nombre Apatow. Me gustaron mucho la serie Love, y la película Begin Again producidas por esta persona. "La gran enfermedad del amor" se parece mucho a los productos citados antes. Aunque no es tan gamberra como Love (salvo un diálogo entre los protagonistas al principio de su relación) ni está tan bien hecha como Begin Again yo creo que la mayoría de espectadores pasarán un buen rato viendo esta comedia romántica. Yo me fui del cine con la típica sonrisa bobalicona. Es una película agradable y ligera que, para bien o para mal, no se mete en grandes reflexiones ni riesgos ni creo que te vaya a impactar especialmente.

Es una de esas veces que no esperas nada de una película y que pasas un rato divertido y amable, que sales del cine contento y con ganas de volver a verla.
No es una comedia de grandes carcajadas porque resulta muy real, por eso aunque tiene golpes buenísimos, no es la típica historia que consigue la risa con momentos esperpénticos o paródicos. El éxito de esta película es que resulta muy real, los diálogos son reconocibles, por eso tienen más gracia. A esto hay que añadirle el buen hacer de los protagonistas sobre todo de Kumail, y de Ray Romano cuya personalidad e intervenciones son lo mejor.
Una película muy recomendable y divertida.

Una encantadora y refrescante propuesta que se acerca al trillado género de la comedia romántica gracias a un guión que gestiona el humor de forma muy natural y dosificada; y con un reparto muy inspirado que nos ofrece unos personajes atractivos que interactúan y evolucionan con fluidez y naturalidad.

Lo mejor: La estupenda dosificación del humor que huye de los gags casuales y se basa en un guión muy equilibrado.

Lo peor: El comienzo de la película, algo revuelto y confuso hasta saber quién es quién.


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Me he gozado las dos horas de esta maravillosa película de Michael Showalter. Llena de ingenio y gracia, hace una crítica respetuosa pero contundente a las diferencias raciales en los Estados Unidos, algo que calza perfecto en estos años que nos esperan bajo la administración Trump, más aún después de los ingratos sucesos de Charlottesville y los absurdos comentarios del imbécil que gobierna en la Casa Blanca. Este señor en su desfachatez y retórica que ya ni siquiera disfraza su venenoso racismo dijo que algunos nazis eran buenas personas. ¡Por Dios!

Volviendo a nuestra película, The Big Sick quizás peca de un metraje algo excesivo, pero en general sabe cómo contar una historia de amor que se nos mete en el corazón, gracias a su consistente guion y sus magníficos actores, comenzando por Kumail Nanjiani y Zoe Kazan (digna candidata al Óscar) junto a Holly Hunter y Ray Romano.

Para los estudiosos del guion, este es un excelente ejemplo de cómo se deben escribir las buenas películas, más a allá de apelar a lo escatológico y las malas palabras para provocar risa.

Algunas escenas amables y Holly Hunter, no justifican las dos interminables y aburridas horas que pasas atrapado en la sala de cine, observando una relación a menudo sosa y artificial, dentro de un choque de culturas esquemático y tópico, con una emotividad de sala de espera. Es como si ese amigo majete, pero plasta, aburrido y con tendencia a inventar, te acorrala en un descuido y se empeña en contarte, con todo lujo de insulsos detalles, cómo se ligó a su chica.
Además, Kumail Nanjiani no es buen actor, al menos en esta película.