Faster, Pussycat! Kill! Kill!
6.2
2,396
Acción. Drama
Las bailarinas gogó son tres chicas a las que, tras una dura noche de trabajo, les gusta montarse en sus coches, pisar a fondo, y buscarse problemas. Así, cuando en medio del desierto encuentran a una joven pareja los retan a una carrera: él acaba matándose y a ella la secuestran. A continuación, en una gasolinera, el encargado les cuenta que en medio del desierto vive con sus dos hijos un viejo que esconde una enorme fortuna. Sin ... [+]
9 de marzo de 2021
9 de marzo de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El desierto, inmenso, un lugar para arriesgar la vida, o para disfrutar de una sesión de diversión y locura, sobre todo si al frente del espectáculo tenemos a tres amazonas del Mojave dispuestas a vapulear a todo el que se ponga por delante.
Bienvenidos al violento show de Russ Meyer.
"Faster, Pussycat! Kill! Kill!" fue la piedra de toque de su artífice, cuya popularidad iba en aumento considerado uno de los principales exponentes del "sexploitation", y que decidió junto a su colaborador Jack Moran darle la vuelta a su anterior película "Motor Psycho", cambiando al trío masculino por uno femenino. Se iniciaba así en el desierto de California y del Mojave un intenso y difícil rodaje de poco más de 40.000 dólares por culpa del choque de personalidades y egos que había allí metidos; y el más peligroso era el de Tura "Satana" Yamaguchi, cuyas experiencias vitales podrían dar para toda una novela.
Recomendada por su amiga Barbarella "Haji" Catton, esta bailarina exótica y actriz americo-japonesa era implacable y tenía asustado a la mayoría del equipo (sobre todo a la pobre Susan Bernard, menor de edad en aquel entonces): el tipo de mujer perfecta para Meyer; Varla, la estrella del film, no era sino una prolongación un poco más psicótica de su propio carácter. La ronca voz de John Furlong, al estilo de Victor Perring en "The Outer Limits", empieza con una declaración de intenciones de lo más directa: vamos a ser testigos de la violencia en su más desnudo y áspero esplendor, y nos la hemos de tragar porque a esa época le ha tocado ser así.
El clima en EE.UU. es de rebeldía, sublevación, revolución y un profundo odio contra todo el sistema, y ello se palpa a cada segundo del metraje de "Faster, Pussycat!", centrada sobre todo en la violencia a través de la liberación de la mujer, en ese momento uno de los temas candentes de la nueva sociedad. Furlong nos avisa: el sexo débil no es tan débil como creemos, las mujeres son peligrosas y fuertes, y ellas protagonizan esta historia. Varla, Billie y Rosie son en efecto el contrapunto al trío chiflado de "Motor Psycho".
Y aunque en aquélla se señalaba la Guerra de Vietnam como justificación a dicha vorágine de violencia, las chicas que tenemos aquí son salvajes porque sí, porque así es como la sociedad las ha hecho y porque quieren serlo, auténticas rebeldes sin causa, de esta forma contemplaba el director a sus anti-heroínas. De las pistas de un club de baile donde aparecen las anteriores sometiendo a los hombres (nótese cómo ellos están filmados en planos picados y ellas en contrapicados, dominantes, soberanas) con su voluptuosidad y contoneo de cinturas de avispa saltamos a las arenas del desierto.
Allí, tras algunas carreras entre ellas, una inocente pareja con la que se cruzan, y que es totalmente olvidable el por qué demonios andan por esos lares (ya ven ustedes qué coherencia narrativa se nos brinda...), sufrirá las consecuencias de haberlas conocido. El muchacho muere por los golpes de karate de Varla y su joven novia Linda es capturada, y aunque le pide piedad, una mujer que en la vida real (hablo de "Satana") había sido violada en su adolescencia y luego fue ajusticiando poco a poco a los culpables (de verdad que sí...), no se la va a dar tan fácilmente.
Voracidad sexual, pasión ciega por el rugido de los motores y agresividad injustificable como método de supervivencia son los principios de la existencia de las protagonistas, y con ello Meyer y Moran recuerdan a los de las películas sobre jóvenes cuyo camino se ha torcido (es inevitable el que su obra esté marcada por el espíritu de "Rebelde sin Causa", "Gun Crazy" o la inglesa "The Leather Boys"). El director se sirve de estos modelos y con su humor negro único se burla de ellos y los radicaliza hasta extremos grotescos.
(CONTINÚA LA CRÍTICA EN ZONA SPOILER)
Por razones extrañas, Meyer no saboreó el éxito inmediato con su película, al contrario de lo que solía suceder, pero poco a poco ésta logró lo que no hicieron otras de su calaña: desgarrar las tripas del "trash/grindhouse" donde la colocaron y elevar su estatus a obra de culto defendida y reconocida hasta nuestros días (y no sólo por los "freaks" de siempre), pues no sólo los enormes senos de Satana sobresalen en esta joya de la serie "Z" que tanta influencia ha transmitido.
Y nunca la miseria femenina, así como la piel desnuda al Sol de una "go-go" homicida, despidieron un olor tan embriagador.
Bienvenidos al violento show de Russ Meyer.
"Faster, Pussycat! Kill! Kill!" fue la piedra de toque de su artífice, cuya popularidad iba en aumento considerado uno de los principales exponentes del "sexploitation", y que decidió junto a su colaborador Jack Moran darle la vuelta a su anterior película "Motor Psycho", cambiando al trío masculino por uno femenino. Se iniciaba así en el desierto de California y del Mojave un intenso y difícil rodaje de poco más de 40.000 dólares por culpa del choque de personalidades y egos que había allí metidos; y el más peligroso era el de Tura "Satana" Yamaguchi, cuyas experiencias vitales podrían dar para toda una novela.
Recomendada por su amiga Barbarella "Haji" Catton, esta bailarina exótica y actriz americo-japonesa era implacable y tenía asustado a la mayoría del equipo (sobre todo a la pobre Susan Bernard, menor de edad en aquel entonces): el tipo de mujer perfecta para Meyer; Varla, la estrella del film, no era sino una prolongación un poco más psicótica de su propio carácter. La ronca voz de John Furlong, al estilo de Victor Perring en "The Outer Limits", empieza con una declaración de intenciones de lo más directa: vamos a ser testigos de la violencia en su más desnudo y áspero esplendor, y nos la hemos de tragar porque a esa época le ha tocado ser así.
El clima en EE.UU. es de rebeldía, sublevación, revolución y un profundo odio contra todo el sistema, y ello se palpa a cada segundo del metraje de "Faster, Pussycat!", centrada sobre todo en la violencia a través de la liberación de la mujer, en ese momento uno de los temas candentes de la nueva sociedad. Furlong nos avisa: el sexo débil no es tan débil como creemos, las mujeres son peligrosas y fuertes, y ellas protagonizan esta historia. Varla, Billie y Rosie son en efecto el contrapunto al trío chiflado de "Motor Psycho".
Y aunque en aquélla se señalaba la Guerra de Vietnam como justificación a dicha vorágine de violencia, las chicas que tenemos aquí son salvajes porque sí, porque así es como la sociedad las ha hecho y porque quieren serlo, auténticas rebeldes sin causa, de esta forma contemplaba el director a sus anti-heroínas. De las pistas de un club de baile donde aparecen las anteriores sometiendo a los hombres (nótese cómo ellos están filmados en planos picados y ellas en contrapicados, dominantes, soberanas) con su voluptuosidad y contoneo de cinturas de avispa saltamos a las arenas del desierto.
Allí, tras algunas carreras entre ellas, una inocente pareja con la que se cruzan, y que es totalmente olvidable el por qué demonios andan por esos lares (ya ven ustedes qué coherencia narrativa se nos brinda...), sufrirá las consecuencias de haberlas conocido. El muchacho muere por los golpes de karate de Varla y su joven novia Linda es capturada, y aunque le pide piedad, una mujer que en la vida real (hablo de "Satana") había sido violada en su adolescencia y luego fue ajusticiando poco a poco a los culpables (de verdad que sí...), no se la va a dar tan fácilmente.
Voracidad sexual, pasión ciega por el rugido de los motores y agresividad injustificable como método de supervivencia son los principios de la existencia de las protagonistas, y con ello Meyer y Moran recuerdan a los de las películas sobre jóvenes cuyo camino se ha torcido (es inevitable el que su obra esté marcada por el espíritu de "Rebelde sin Causa", "Gun Crazy" o la inglesa "The Leather Boys"). El director se sirve de estos modelos y con su humor negro único se burla de ellos y los radicaliza hasta extremos grotescos.
(CONTINÚA LA CRÍTICA EN ZONA SPOILER)
Por razones extrañas, Meyer no saboreó el éxito inmediato con su película, al contrario de lo que solía suceder, pero poco a poco ésta logró lo que no hicieron otras de su calaña: desgarrar las tripas del "trash/grindhouse" donde la colocaron y elevar su estatus a obra de culto defendida y reconocida hasta nuestros días (y no sólo por los "freaks" de siempre), pues no sólo los enormes senos de Satana sobresalen en esta joya de la serie "Z" que tanta influencia ha transmitido.
Y nunca la miseria femenina, así como la piel desnuda al Sol de una "go-go" homicida, despidieron un olor tan embriagador.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El 2.° acto se abre con una sensación de suspense "in crescendo", siempre amenazante, a partir de que la atmósfera en ese inmenso desierto adquiera un calor sofocante y un agobio continuo sometidos a la bruta violencia y la presencia monstruosa de Varla/Tura. Sensación intensificada cuando esta inmensidad arenosa se reduzca a un escenario tan claustrofóbico como el del rancho donde no por casualidades del destino, sino por pura codicia, van a parar ésta, Billie, Rosie y Linda, aún atada...y aquí es cuando empieza a desatarse el duelo de egos.
Hembras contra machos, cada uno enfrentado a lo que parece ser su perfecta némesis. Un anciano paralítico que sin duda es la de Varla y sus dos hijos, a cada cual menos carismático; pero como ya hemos visto los hombres para Meyer sufren de algún modo u otro, ya sea por lo físico o lo psicológico: un puñado de débiles, ignorantes, inocentes, mentirosos, depravados, brutales y cobardes. Y si antes la burla iba dirigida a los films sobre adolescentes descarriados y contestatarios, a partir de aquí y hasta el final Meyer mirará socarrón a los "thrillers" de acción y suspense, con el clásico de Wyler "Horas Desesperadas" como principal inspiración (los tres fugitivos son ahora tres fugitivas).
Mientras tanto los personajes que veremos gozarán de unas interacciones harto increíbles, cortesía del sr. Moran y en especial del cineasta, quienes no les hacen hablar, sino escupir sus frases a la manera de las novelas negras clásicas como si esa rabia les viniera de la misma bilis...pero sin ningún ingenio. Es la rabia que pulula en el ambiente y que contagia a esos personajes, sucios, cínicos, totalmente apáticos, y con un gusto recalcitrante por lo inmoral y sádico.
Durante este tramo que prefigura la carnicería en color de "La Matanza de Texas", Meyer eleva el nivel de extrañeza a unos altos niveles de paranoia, y con su forma tan "libre" de filmar las situaciones también se burla, como siempre había hecho, de las "art movies" que causan furor en el continente europeo. Así que de eso y para eso sirve su obra; en su superficie se reflejan las ideologías, las técnicas y las formas del cine del momento y todo eso lo vuelve a proyectar satirizándolo sin la más mínima vergüenza. Como Varla, "Faster, Pussycat!" lo devora todo y luego lo vomita, y con una sonrisa tan dulcemente maliciosa que hasta resulta entrañable.
Al final, el suspense y la tensión se dirigen como locos a una espiral de truculentos hechos que asfixian por la mordaz aspereza con que se tratan; la violencia del director es contundente y desnuda, agreste como el paisaje. El resultado es un indigesto y alucinógeno cuento de ambición, muerte y venganza que cruzaría por ejemplo a Nicholas Ray con Roger Corman, Ed Wood y John Waters. ¿Y el erotismo? Su papel es importante, es lo que define a la mujer del cineasta, agresiva y exuberante, imponente, nunca refinado pero recatado para lo que él haría poco después e incluso para la época.
Hembras contra machos, cada uno enfrentado a lo que parece ser su perfecta némesis. Un anciano paralítico que sin duda es la de Varla y sus dos hijos, a cada cual menos carismático; pero como ya hemos visto los hombres para Meyer sufren de algún modo u otro, ya sea por lo físico o lo psicológico: un puñado de débiles, ignorantes, inocentes, mentirosos, depravados, brutales y cobardes. Y si antes la burla iba dirigida a los films sobre adolescentes descarriados y contestatarios, a partir de aquí y hasta el final Meyer mirará socarrón a los "thrillers" de acción y suspense, con el clásico de Wyler "Horas Desesperadas" como principal inspiración (los tres fugitivos son ahora tres fugitivas).
Mientras tanto los personajes que veremos gozarán de unas interacciones harto increíbles, cortesía del sr. Moran y en especial del cineasta, quienes no les hacen hablar, sino escupir sus frases a la manera de las novelas negras clásicas como si esa rabia les viniera de la misma bilis...pero sin ningún ingenio. Es la rabia que pulula en el ambiente y que contagia a esos personajes, sucios, cínicos, totalmente apáticos, y con un gusto recalcitrante por lo inmoral y sádico.
Durante este tramo que prefigura la carnicería en color de "La Matanza de Texas", Meyer eleva el nivel de extrañeza a unos altos niveles de paranoia, y con su forma tan "libre" de filmar las situaciones también se burla, como siempre había hecho, de las "art movies" que causan furor en el continente europeo. Así que de eso y para eso sirve su obra; en su superficie se reflejan las ideologías, las técnicas y las formas del cine del momento y todo eso lo vuelve a proyectar satirizándolo sin la más mínima vergüenza. Como Varla, "Faster, Pussycat!" lo devora todo y luego lo vomita, y con una sonrisa tan dulcemente maliciosa que hasta resulta entrañable.
Al final, el suspense y la tensión se dirigen como locos a una espiral de truculentos hechos que asfixian por la mordaz aspereza con que se tratan; la violencia del director es contundente y desnuda, agreste como el paisaje. El resultado es un indigesto y alucinógeno cuento de ambición, muerte y venganza que cruzaría por ejemplo a Nicholas Ray con Roger Corman, Ed Wood y John Waters. ¿Y el erotismo? Su papel es importante, es lo que define a la mujer del cineasta, agresiva y exuberante, imponente, nunca refinado pero recatado para lo que él haría poco después e incluso para la época.
4 de febrero de 2012
4 de febrero de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra cumbre en la carrera de Russ Meyer y en la historia del cine de culto. Faster, Pussycat! kill! kill! es una película gamberra, que mezcla el calor del asfalto, el del desierto y el de los enormes pechos de las protagonistas para hacer una comedia negra e insinuante. Divertida y con un erotismo soft muy bien trabajado. Los amantes de las películas de Quentin Tarantino la deben ver, pues fue una de sus grandes influencias a la hora de hacer Death Proof.
15 de abril de 2017
15 de abril de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ayer vi “Faster, Pussycat! Kill! Kill!” (1965) de Russ Meyer con Tura Satana, Haji, Lori Williams, Sue Bernard, Stuart Lancaster, Paul Trinka, Dennis Busch, y Ray Barlow. Película erótica y acción, sobre 3 chicas malas: Una jefa experta en pelea, una lesbiana rusa, y una rubia provocadora y calentorra; que tras el secuestro de una joven virginal, buscan robar una maleta llena de dinero a un hombre paralítico y abusivo, que vive con sus hijos: Un torpe musculoso y su hermano, el más cuerdo de todos los personajes. Filme de culto por excelencia, de aquí salieron grandes películas posteriores, como algunas de Quentin Tarantino y George Miller. La combinación letal de mujeres violentas, sexis, y con grandes neumáticos, en plena lucha contra hombres que tienen mucho musculo, nada de virilidad y sentido común. Las lecturas cinematográficas a desarrollar son muchas. Desde lo técnico, por el fondo se le perdonan muchos errores, pero mantiene una factura elevada, a pesar del escaso presupuesto, gracias a la hermosa fotografía en blanco y negro, bien iluminada en exteriores; y un buen uso de la acción y el suspense; con actores estereotipados pero carismáticos y de buen ver. La película también es política, y tira sus dardos al Partido Demócrata y al Comunismo, así como al Feminismo y la lucha eterna por la igualdad, literalmente. Aquí presenciamos cómo el apicultor es atacado y vencido por 3 avispas.
RECOMENDADA
PRONTO en Lecturas Cinematográficas
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/
RECOMENDADA
PRONTO en Lecturas Cinematográficas
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/
5 de octubre de 2019
5 de octubre de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un film al que vuelvo a ver después de cierto tiempo, ya que la primera vez que lo hice fue cuando era muy jovencito y la conseguí no precisamente para valorar su nivel técnico o estético (que lo tiene). Pero debo decir que sin ser una genialidad, si tiene un argumento bastante curioso, un cierto morbo aunque al final no termina de ofrecer, ni ofender tanto como promete apenas iniciado el film, aunque del llamado "cine de explotación" si tiene bastante, hay que reconocerlo.
El controvertido director Russ Meyer brinda un desfile de "voluptuosos" cuerpos femeninos que buscan su destino al límite y disfrutan de una liberación en todo su esplendor, sin temor a lo que la sociedad pueda decir, y exponiendo con una honestidad frontal (y hasta brutal) una feminidad a flor de piel, pero que también tendrá consecuencias, porque al final toda acción genera una reacción. Bueno esa es mi percepción y lo que pude entender del film.
Sin tanta palabrería de por medio esta película tiene mas feminismo en su "cortita" y justa duración que todas las propuestas que nos han llegado últimamente, escudadas con ese hipócrita eslogan de "políticamente correctos" que los grandes estudios nos quieren imponer a la fuerza.
El controvertido director Russ Meyer brinda un desfile de "voluptuosos" cuerpos femeninos que buscan su destino al límite y disfrutan de una liberación en todo su esplendor, sin temor a lo que la sociedad pueda decir, y exponiendo con una honestidad frontal (y hasta brutal) una feminidad a flor de piel, pero que también tendrá consecuencias, porque al final toda acción genera una reacción. Bueno esa es mi percepción y lo que pude entender del film.
Sin tanta palabrería de por medio esta película tiene mas feminismo en su "cortita" y justa duración que todas las propuestas que nos han llegado últimamente, escudadas con ese hipócrita eslogan de "políticamente correctos" que los grandes estudios nos quieren imponer a la fuerza.
18 de septiembre de 2020
18 de septiembre de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más que una película buena es una película que se ve que ha marcado a el camino de futuras producciones. Las influencias en directores como Robert Rodríguez o Tarantino se ve en cada fotograma y diálogo.
Destaca sobre todo por tener mucha personalidad. Es violenta y muy macarra, con una historia tremendamente simple, con apenas tres localizaciones y con la típica banda sonora totalmente de serie B de la época, pero con un tema principal muy sesentero al estilo Jefferson Airplane. El tema en cuestión por si alguien le interesa es "Faster Pussycat!" Interpretado Bostweeds y compuesto para la película. Las interpretaciones son malas, pero de ese tipo de malo que tiene cierto encanto.
Sobre todo destaca su protagonista Varla, una bailarina que fuera de su trabajo se dedica a hacer maldades junto con sus dos compañeras. Este personaje está interpretado por Tura Satana, una artista con una vida bastante intensa y que se refleja a la perfección en Varla, donde la dieron libertad de vestuario, maquillaje e incluso de escribir algunas de sus líneas de diálogo. Sin duda lo mejor de la película.
Cierto es que la cinta es un festival de pechos grandes bien apretados en enormes escotes. También se puede encontrar alguna conversación subida de tono, evidentemente los personajes están muy sexualizados, pero la clasificación de cine erótico me parece exagerada. Hay cientos de películas sin esta clasificación mil veces más eróticas que está, sin ir muy lejos todas las películas del destape español por ejemplo.
Está claro que esta cinta puede que satisfaga en todos sus aspectos al estereotipo de hombre ya que prácticamente lo que ofrece son unas mujeres con unos pechos descomunales, coches, acción y una trama en la que no hay que pensar nada. Básicamente consiste en robar un botín. Puede que todo esto generé rechazo al resto de los mortales pero a pesar de ello tiene tanto encanto y personalidad que en vez de lo que debería ser, un "Fast & furius" de bajo presupuesto, se ve como una película de autor más recomendada para cinéfilos que para amantes de los coches y las tetas.
Destaca sobre todo por tener mucha personalidad. Es violenta y muy macarra, con una historia tremendamente simple, con apenas tres localizaciones y con la típica banda sonora totalmente de serie B de la época, pero con un tema principal muy sesentero al estilo Jefferson Airplane. El tema en cuestión por si alguien le interesa es "Faster Pussycat!" Interpretado Bostweeds y compuesto para la película. Las interpretaciones son malas, pero de ese tipo de malo que tiene cierto encanto.
Sobre todo destaca su protagonista Varla, una bailarina que fuera de su trabajo se dedica a hacer maldades junto con sus dos compañeras. Este personaje está interpretado por Tura Satana, una artista con una vida bastante intensa y que se refleja a la perfección en Varla, donde la dieron libertad de vestuario, maquillaje e incluso de escribir algunas de sus líneas de diálogo. Sin duda lo mejor de la película.
Cierto es que la cinta es un festival de pechos grandes bien apretados en enormes escotes. También se puede encontrar alguna conversación subida de tono, evidentemente los personajes están muy sexualizados, pero la clasificación de cine erótico me parece exagerada. Hay cientos de películas sin esta clasificación mil veces más eróticas que está, sin ir muy lejos todas las películas del destape español por ejemplo.
Está claro que esta cinta puede que satisfaga en todos sus aspectos al estereotipo de hombre ya que prácticamente lo que ofrece son unas mujeres con unos pechos descomunales, coches, acción y una trama en la que no hay que pensar nada. Básicamente consiste en robar un botín. Puede que todo esto generé rechazo al resto de los mortales pero a pesar de ello tiene tanto encanto y personalidad que en vez de lo que debería ser, un "Fast & furius" de bajo presupuesto, se ve como una película de autor más recomendada para cinéfilos que para amantes de los coches y las tetas.
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