Faster, Pussycat! Kill! Kill!
6.2
2,396
Acción. Drama
Las bailarinas gogó son tres chicas a las que, tras una dura noche de trabajo, les gusta montarse en sus coches, pisar a fondo, y buscarse problemas. Así, cuando en medio del desierto encuentran a una joven pareja los retan a una carrera: él acaba matándose y a ella la secuestran. A continuación, en una gasolinera, el encargado les cuenta que en medio del desierto vive con sus dos hijos un viejo que esconde una enorme fortuna. Sin ... [+]
13 de agosto de 2016
13 de agosto de 2016
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La obra que consagró al imprescindible Russ Meyer, hoy día todo un film de culto. Con una presentación al desnudo, "Damas y caballeros, bienvenidos a la violencia", Meyer plantea un cocktail febril y desatado, que es un icono en sí misma (empezando por las exuberantes/inolvidables protagonistas), subvirtiendo el género de acción, incluso el western, al hacer una sublimación de la sensualidad exótica, al plantear un argumento dónde las mujeres son las que manejan, desde su potencia erótica, física y mental, el asunto. Sin escrúpulos, Meyer ofrece un magnífico retrato de la América profunda, de los personajes esquinados, de las extrañas familias, dónde el polvo del desierto se pega nuestro sudor desde el primer fotograma, para salir violentados, excitados y reconfortados con este espectáculo de sangre, polvo y sexo. Y la imponente Tura Satana, mano de hierro, llevando una batuta irrompible hasta el último segundo. Un clásico.
9 de febrero de 2010
9 de febrero de 2010
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acertada, crispante y deliciosamente esquizoide película firmada por el tetófilo definitivo, por el gurú del Roger Federer de Death Proof, por el denunciante de robos y el asaltante de kioscos más carismático del lugar; con todos ustedes, javiviramone.
Mi orina derramada sobre esa cosita blandita y flácida que es la penúltima película de Federer es bastante reveladora, pero a petición de Eloy me extenderé más. Ya tendrá tiempo de maldecir mi estampa el domingo a las 22.45, así que procuraré no predisponer la vena de su sien antes de tiempo.
Great White Kill! Kill! es, como algunos sabréis, la gran referencia de Death Proof, su indisimulado modelo, pero a mí me ha seducido bastante más, me ha parecido más perturbadora, más enferma, más arisca.
John Waters la tilda de mejor película de acción la historia del cine, y cuando uno la ve se le imagina pronunciando esa bravuconada mientras surfea sobre una piscina de bourbon, pero hay que admitir que esta función deliberadamente salvaje, descuidada y con los seis pitones de las protagonistas ejerciendo de batutas tiene magnetismo, tiene fuerza.
No sé si indagaré más en la filmografía de javivi, de hecho el 7 que le he concedido se me antoja algo excesivo, en buena parte por un desenlace terriblemente abrupto y escasamente imaginativo, pero todo aquél que goce con este tipo de fogonazos de serie B imperfectos pero preñados de furia y magia se sentirá en la gloria.
Eloy, lánzate, no te defraudará.
Mi orina derramada sobre esa cosita blandita y flácida que es la penúltima película de Federer es bastante reveladora, pero a petición de Eloy me extenderé más. Ya tendrá tiempo de maldecir mi estampa el domingo a las 22.45, así que procuraré no predisponer la vena de su sien antes de tiempo.
Great White Kill! Kill! es, como algunos sabréis, la gran referencia de Death Proof, su indisimulado modelo, pero a mí me ha seducido bastante más, me ha parecido más perturbadora, más enferma, más arisca.
John Waters la tilda de mejor película de acción la historia del cine, y cuando uno la ve se le imagina pronunciando esa bravuconada mientras surfea sobre una piscina de bourbon, pero hay que admitir que esta función deliberadamente salvaje, descuidada y con los seis pitones de las protagonistas ejerciendo de batutas tiene magnetismo, tiene fuerza.
No sé si indagaré más en la filmografía de javivi, de hecho el 7 que le he concedido se me antoja algo excesivo, en buena parte por un desenlace terriblemente abrupto y escasamente imaginativo, pero todo aquél que goce con este tipo de fogonazos de serie B imperfectos pero preñados de furia y magia se sentirá en la gloria.
Eloy, lánzate, no te defraudará.
29 de enero de 2012
29 de enero de 2012
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Faster, Pussycat! Kill! Kill! (hasta me acabo de sentir ridículo poniendo el título) es como ver una faceta del gran Tarantino en una película. Por supuesto, Russ Meyer no tiene el arte de Tarantino, pero si que parecen compartir cierta afición por unos comportamientos femeninos muy concretos.
Lo que empieza siendo una carrera de coches, acaba siendo una especie de carrera por ver quién tiene los pechos más grandes. Es difícil encontrar en esos aos películas que busquen esa sensualidad como a día de hoy ocurre en tantas películas, por lo que Russ Meyer tiene mérito. Más allá de la máxima de "dos tetas tiran más que dos carretas" la película no es gran cosa. Todo está orientado a buscar lo picante, que si una ducha, que si peleas en la arena, que si sangro y todo me cae por el canalillo... Pero Russ Meyer consigue que no se perciba como una película para salidos, más bien como una especie de comedia ante su descaro por conseguir lo que se propone.
Los diálogos son muy de chiste, demasiado, y es en ésto donde también veo similitudes con el cine de Tarantino y sus conversaciones un tanto estúpidas. Parece una barbaridad la comparación, pero seguro que no soy el primero que ve la similitud entre ambas formas de hacer películas.
A mí no me gustó especialmente, pero porque prefiero otro tipo de serie B. Ahora, entiendo el culto alrededor de ella, por escandaloso que pueda sonar llamar "culto" a algo así.
Lo que empieza siendo una carrera de coches, acaba siendo una especie de carrera por ver quién tiene los pechos más grandes. Es difícil encontrar en esos aos películas que busquen esa sensualidad como a día de hoy ocurre en tantas películas, por lo que Russ Meyer tiene mérito. Más allá de la máxima de "dos tetas tiran más que dos carretas" la película no es gran cosa. Todo está orientado a buscar lo picante, que si una ducha, que si peleas en la arena, que si sangro y todo me cae por el canalillo... Pero Russ Meyer consigue que no se perciba como una película para salidos, más bien como una especie de comedia ante su descaro por conseguir lo que se propone.
Los diálogos son muy de chiste, demasiado, y es en ésto donde también veo similitudes con el cine de Tarantino y sus conversaciones un tanto estúpidas. Parece una barbaridad la comparación, pero seguro que no soy el primero que ve la similitud entre ambas formas de hacer películas.
A mí no me gustó especialmente, pero porque prefiero otro tipo de serie B. Ahora, entiendo el culto alrededor de ella, por escandaloso que pueda sonar llamar "culto" a algo así.
7 de septiembre de 2011
7 de septiembre de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si queremos bucear en las intrincadas influencias de Quentin Tarantino, es imprescindible el visionado de esta película. Hablamos de uno de los máximos exponentes del cine explotation y del cine de serie B americano. Russ Meyer nos entrega su mejor película de la mano de, a veces demasiado comedidas, dosis de violencia y erotismo.
Una trama bastante sencilla nos lleva al solitario y salvaje desierto americano de la mano de tres mujeres, tres "femme fatales" del cine de serie B, que intentan conseguir el dinero, que está escondido en un rancho de extravagantes habitantes. Tura Satana y, en menor medida, sus dos acompañantes, devoran la pantalla y se convierten en el eje central de la película.
Poco más de 80 minutos que resultan muy entretenidos gracias, principalmente, a la desbocada personalidad y figura de las chicas. Sexo, coches y violencia en una película imprescindible.
Una trama bastante sencilla nos lleva al solitario y salvaje desierto americano de la mano de tres mujeres, tres "femme fatales" del cine de serie B, que intentan conseguir el dinero, que está escondido en un rancho de extravagantes habitantes. Tura Satana y, en menor medida, sus dos acompañantes, devoran la pantalla y se convierten en el eje central de la película.
Poco más de 80 minutos que resultan muy entretenidos gracias, principalmente, a la desbocada personalidad y figura de las chicas. Sexo, coches y violencia en una película imprescindible.
4 de julio de 2018
4 de julio de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película no puede desprenderse de su textura de historieta gráfica y por eso hay que resignarse ante su tendencia a mostrar estereotipos, hay que adaptarse a su encabezamiento de tramas algo forzado, hay que dar por buena la evidente impostura de la acción y no queda más remedio que soportar su borrachera de situaciones que tienden a convertir la pantalla en una sucesión de planos inmóviles.
R. Meyer presenta su producto a base de estética pin-up y de posturas que son calco de dibujos trazados a mano alzada con tinta china y de ademanes de viñeta.
Es su deseo y no se engaña a nadie.
R. Meyer presenta su producto a base de estética pin-up y de posturas que son calco de dibujos trazados a mano alzada con tinta china y de ademanes de viñeta.
Es su deseo y no se engaña a nadie.
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