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Revenant: El renacido

Aventuras. Western Año 1823. En las profundidades de la América salvaje, el explorador Hugh Glass (Leonardo DiCaprio) participa junto a su hijo mestizo Hawk en una expedición de tramperos que recolecta pieles. Glass resulta gravemente herido por el ataque de un oso y es abandonado a su suerte por un traicionero miembro de su equipo, John Fitzgerald (Tom Hardy). Con la fuerza de voluntad como su única arma, Glass deberá enfrentarse a un territorio hostil, ... [+]
Críticas 563
Críticas ordenadas por utilidad
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8
15 de febrero de 2016 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con un inicio trepidante Iñarritu nos introduce en la historia, un westen lleno de violencia, suciedad y venganza. Lo logra gracias a la gran fotografía de Lubezki y a los movimientos de cámara consiguiendo que la violencia y la belleza se mezclen hasta hacer que sea difícil separar a la una de la otra.

A nivel interpretativo hay que destacar a un DiCaprio que está increíble, dándolo todo a todos los niveles. Hardy como villano y el resto también están a buen nivel, aunque sobresale DiCaprio por encima de todos.

A nivel técnico la película es una maravilla, la fotografía es impresionante, con unos planos increibles, el sonido, la situación y movimientos de cámara consiguen que acompañemos y sintamos lo que le ocurre al protagonista.

La escena del oso impresiona por su crudeza y tensión.

Por otra parte la duración de la película es algo excesiva, se podría contar lo mismo en media hora menos ya que el guión no es una maravilla, no se hace larga pero provoca que baje el nivel en la parte central.
6
15 de febrero de 2016 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película visualmente deslumbrante, que está excepcionalmente bien hecha en la forma pero donde su contenido no queda a la misma altura, y no por poco, por varios motivos: por los fallos de guión, por lo inverosímil de algunas de las situaciones y porque ese supuesto nexo sobrenatural con la esposa muerta de Glass, y que parece ser que contribuye sobremanera a darle fuerza en su milagrosa reanimación, aparece demasiado turbio en su narración y no se entiende demasiado bien.

Y laaarga, muuuy larga y pagada de sí misma.

“El renacido” es un peliculón en su forma pero una peliculita en su fondo. Es como gastarte un pastón en un coche muy bonito para luego descubrir que los materiales con que está hecho son muy normalitos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
INCONGRUENCIAS E INVEROSIMILITUDES:

* Si A está matando a B y aparece C, al que A acaba dando muerte…. ¿Por qué después A no continúa ejecutando a B?
* ¿Cómo puedes pasar de estar completamente inmóvil a arrastrarte por el suelo e incluso levantar alguna pierna 10 minutos después?
* Si estás dentro de un río gélido donde te arrastra la corriente… ¿cómo no te quitas una piel de oso que llevas puesta y que debe pesar una tonelada ahí dentro? Ah, claro, que la piel luego tiene que seguir siendo utilizada más adelante..
* Después de despeñarse con el caballo, ¿ningún indio tiene la ocurrencia como para asomarse y comprobar si ha muerto o no?
* Cuando Glass se recupera en el fuerte al final y sale en busca de Fitzgerald, aparece con un pedazo de abrigo de piel de oso totalmente a la última moda, oiga: solapas, botones, mangas perfectamente encajadas y, sí sí, hasta una abertura al final de la espada. Te entretienes en mostrarnos detalles superdescriptivos como sangre, mugre y babas por doquier para luego contradecirte con otros como el dichoso abrigo mega-fashion.
* Y situaciones forzadas como el que la persecución a Fitzgerald, que ha matado, ha robado y mil fechorías más, la lleven a cabo sólo dos hombres (claro, luego te explicas que para que tenga sentido la escena del capitán muerto sentado encima del caballo efectivamente tienen que ser sólo dos hombres los perseguidores).

PARA LA REFLEXÍÓN

* ¿Por qué di Caprio mira fijamente a la cámara en la escena final con ojos llorosos? (única vez en que lo hace)… No lo sé, pero parece un guiño como diciendo: “después de casi morir 20 veces, nadar en ríos helados, pelearme con osos salvajes, comer vísceras crudas, caer por precipicios insondables, etc… ¿¿¿NO ME MEREZCO QUE ME CONCEDAN DE UNA PUÑETERA VEZ LA JODIDA ESTATUILLA??? ¿¿¿QUIÉN DE VOSOTROS PUEDE DECIR LO CONTRARIO, EHHH???"
5
15 de febrero de 2016 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay un adjetivo que define a esta película, ese sería "exagerado", pues en ella es todo tan excesivo, tan demasiado, que se sobrepasa, no haciéndole ningún bien al conjunto, al resultado final. Viéndola se me vino a la mente en multitud de ocasiones "La pasión de Cristo" de Mel Gibson, comparando a Cavizel con Di Caprio. Incluso las escenas oníricas son puntos en común. A aquella película se la definió como gore; ¿cómo definir a ésta? Pero también me recordó a películas significativamente superiores, como "Río de sangre" de Howard Hawks o "Más allá del Missouri" de William A. Wellmann, de infinita belleza y de temática similar.

Iñárritu parece haberle dado rienda suelta a toda la brutalidad que fue capaz de imaginar, amparado por los adelantos técnicos que se lo permiten; sin embargo, lo que más se hace cuesta arriba de la película es su larga duración. Demasiado arroz para tan poco pollo, pues a nada que hubiera habido capacidad de síntesis, la trama estaba para emplear una hora y media y gracias, ganando así en ritmo y en intensidad.

Los hay que vemos el cine de forma global, y me explico: cuando la película es un ladrillo, ¿para qué estar diciendo que la fotografía es buenísima, o la música o alguna interpretación? Todos esos aspectos suman al resultado final que, hipotéticamente, se va a la papelera en su conjunto cuando nos aburrimos a base de bien. Y digo hipotéticamente pues considero que la película en cuestión no está del todo mal. La historia es atractiva, desde los pioneros aventureros en busca de pieles, hasta los encuentros con los indios, pasando por la lucha por sobrevivir y, cómo no, la venganza sobre la que gira toda la película.

Éste cine hiperrealista corre el peligro del exceso. Todos los aspectos, analizados uno a uno, están llamados a acentuar la crudeza: las interpretaciones están sobreactuadas, la música es estridente, la fotografía lúgubre, el vestuario mísero... teniendo como norte el presentarnos unos parajes de una hostilidad suprema. En fin... intento fallido y oportunidad perdida que, no obstante, huele de lejos a cosecha de premios.
8
16 de febrero de 2016 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy un fanático de la pintura hiperrealista, enamorado de los pinceles precisos, de Antonio López, del aerógrafo, de Jason Degraaf, de las sombras exactas, de Iman Maleki, del ambiente de un cuadro que te envuelve, de Isabel Guerra, de la realidad plasmada en un lienzo, de Don Eddy. Los artistas hiperrealistas no necesitan buscar historias dramáticas ni profundas, tampoco momentos épicos ni personajes ilustres para escribir sus cuadros, sus motivos son cotidianos, normales, simples bodegones ordinarios repletos de objetos que nos rodean. Precisamente este es su triunfo: retratar aquello que conocemos a la perfección para enseñarnos los detalles que ni siquiera nuestros ojos han sido capaces de ver, y convertir el lienzo en un espejo de realidad aumentada que, al final, nos arrebata.
El renacido es un cuadro hiperrealista, no contiene una historia profunda ni filosófica, de esas que nos aturden. La historia es simple, pero la pincelada es de maestro.
No quiero hacer ningún tipo de "spoiler", por lo que trataré de no ser muy preciso.
El Fondo de la película es una historia normal, basada en sentimientos muy humanos, seguramente un tipo de historia muchas veces llevada al cine de forma más o menos exitosa, una historia enmarcada definitivamente por el instinto de supervivencia del ser humano. Lo que le da a la película su valor es la Forma, las pinceladas, el aerógrafo, las sombras, el ambiente y la realidad plasmada en los fotogramas por el pintor de películas hiperrealistas que es Iñárritu, pintura en fotogramas plasmada con soberbia maestría y milimétrica precisión.
La película nos muestra planos-secuencia memorables, ya lo hizo en Birdman, (2.014), aquí más cortos pero de mayor calidad, repletos de ese aroma a técnica, a control. La cámara, como el pincel se convierte así en protagonista, íntimamente cercana al sujeto, galopando junto a él y recorriendo visualmente la grandeza de la escena apoyada en un gran angular capaz de inyectarnos en vena la droga de la inmensidad.
Me reconforta ver que el cine, volviendo a sus orígenes y mostrando algo así como a una locomotora que viene de frente por una vía, sea capaz de volver a cautivar al público y darle esa porción de aventura que se balancea por nuestro cerebro y nos empapa de lo que nuestras rutinarias vidas nos niegan.
No sé si le darán algún premio de la academia, de los grandes me refiero. Por lo que he visto hasta ahora, El Negro se lo merece, pero dos años seguidos es mucho para un extrajero. Mi voto va para él (ah!, que yo no voto…).
Mi recomendación: Cuando la veas no te vas a ir pensando en la historia, te vas a ir impregnado de imágenes, de planos, de secuencias memorables, de gran cine, "That's Entertainment". Si no la ves, no sé qué haces leyendo este blog, lo tuyo seguramente es Sálvame Deluxe, además es gratis. Es más, estoy alucinando con que sepas leer…
6
17 de febrero de 2016 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre la aventura y la épica se mueve el trabajo del tándem Iñarritu-DiCaprio. Un camino, eso sí, lento y predecible. La historia -basada en hechos reales- no ofrece nada nuevo en una época donde tramperos e indios luchaban por un trozo de terreno. Robert Redford, en Las aventuras de Jeremiah Johnson, ya vivió en sus carnes esta lucha. Pero en la cinta de Alejandro González Iñarritu hay menos trama y menos alma que en la obra de Sidney Pollack.

Quizá sea la excesiva gesticulación de los personajes, convertidos en alimañas y casi desterrados de cualquier tipo de humanidad, lo que hace que no enganche. Eso y los infinitos planos en los que se recrea el director mexicano, consiguiendo una especie de documental de excesiva duración, contribuyen a que la historia avance terriblemente despacio.

Porque El renacido es como esos regalos de Navidad con un envoltorio bonito, colorido e incluso deslumbrante, pero cuyo contenido nos desilusiona cuando empezamos a desenvolver. Ante nuestros ojos y sin papel, el producto deja un regusto amargo y obliga aponer una cara de agradecimiento. Y es que la cinta de Iñarritu te deja embobado con semejante paisaje. Una colección de fotografías por segundo que dejan la boca abierta en más de una ocasión -Emmanuel Lubezki, ganador del Oscar por Birdman y Gravity, tiene la 'culpa' de esta belleza-. Sin embargo la trama que esconden esas imágenes es vacua.

Las prisas por reconocer a un actor como Leonardo DiCaprio provocan el reconocimiento exacerbado por un trabajo que ni de largo llega a las mejores producciones de uno de los mejores intérpretes de su generación. Hollywood funciona así. Qué se le va hacer.

Más datos sobre esta y otras películas en el blog: http://argoderse.blogspot.com.es/
Y en Facebook: https://www.facebook.com/argodersecine/
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