Creo que no exagero si digo que esta es la mejor remake que se hizo de una pelicula. Si bien los puntos fuertes son similares de los de la original, de Howard Hawks con Paul Muni haciendo de Tony Camonte en 1932, es muy diferente la forma de narrarla (por algo dura casi el doble) y se nota la mano de Brian de Palma y el guión de Oliver Stone en los diálogos picantes de Tony.
Dudo que Gus Van Sant haya visto esta película, porque si la hubiera visto no hubiera hecho lo que hizo con Psicosis, que no es una remake sino que es una copia, ya que es totalmente igual a la de Hithcock. Una remake debe proponer algo nuevo, algo distinto, debe superar a su predecedora, caso contrario carece de sentido alguno.

De gran contenido político anticastrista y anticomunista muestra el ascenso en el mundo del crimen organizado y de la droga de un don nadie de las calles de La Habana. Los sueños de poder y triunfo se materializan en Miami, con todo lo que ello conlleva. Excelentes interpretaciones, excesos muy agradables y frases ácidas y contundentes. No se hace larga en absoluto y el final es como se podía esperar pero para nada anodino.

Conjuntamente con Carlito’s way y Los intocables, la única saga mafiosa que puede hacer frente a El Padrino. Retrato durísimo de las mafias cubanas, que tenían como común denominador una violencia exacerbada.
Auge y caída de un Capo. Inmensa. Excelentes interpretaciones.

La mejor interpretación de uno de los mitos del cine, Al Pacino, que una vez más hace inolvidable al personaje encarna. Chulería, intimidación, narcisismo, egoísmo, ambición y finalmente lástima. El personaje de Tony Montana nos inspira todo ello, y por si fuera poco, Pacino simula el acento cubano en la versión original (en inglés). Esta película apenas puede describirse con palabras. Marca un antes y un después en el cine de gangsters. Pero no sólo eso: representa una de las mejores críticas al famoso sueño americano.
Finalmente, la música de Giorgio Moroder y las frases míticas del temerario protagonista harán que esta obra maestra no se nos borre de la memoria.

"En este país, primero hay que hacerse con el dinero. Cuando tienes el dinero tienes el poder. Y cuando tienes el poder, consigues las mujeres". Tony Montana (Al Pacino)

El precio del poder es sin duda la mejor película de su década, y me atrevería a decir incluso que es lo mejor dentro del género de gángsters (si nos olvidamos de El Padrino, claro). Remake del clásico de Howard Hawks, Scarface (1932), en el que la violencia ya estaba latente. En esta actualizada versión, el director Brian De Palma nos deleita con una violenta y a la vez brillante visión del mundo de la mafia.

El guión, escrito por Oliver Stone, nos cuenta la historia de Tony Montana (Al Pacino), un cubano refugiado en Miami que harto de vivir en la miseria se propone triunfar a cualquier precio. Y para ello inicia una fulgurante carrera delictiva junto a su amigo Manny Rivera (Steven Bauer), desde los más bajos fondos hasta la cúpula del narcotráfico.


Tarantino dijo una vez que la violencia era una de las cosas más divertidas de ver, y en esta película su frase se hace patente, sobretodo en la apoteósica escena final.

El genial Al Pacino tiene en este film el más memorable papel de toda su carrera: un criminal megalómano y violento, al que todos adoramos.

Él es Tony Montana, y el mundo es suyo.