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La misión

Aventuras. Drama Hispanoamérica, siglo XVIII. En plena jungla tropical junto a las cataratas de Iguazú un misionero jesuita, el padre Gabriel (Jeremy Irons), sigue el ejemplo de un jesuita crucificado, sin más armas que su fe y un oboe. Al ser aceptado por los indios guaraníes, Gabriel crea la misión de San Carlos. Entre sus seguidores está Rodrigo Mendoza (Robert De Niro), ex-traficante de esclavos, mercenario y asesino, que buscando el perdón se hace ... [+]
Críticas 170
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9
1 de julio de 2022 Sé el primero en valorar esta crítica
Empezaré mi crítica sobre “La Misión” defendiendo la narrativa de la película frente a las voces críticas que critican determinadas elipsis. Considero que en ningún momento se pierde la continuidad de la secuencia, por lo que, en lo que a mí se refiere, la elipsis está muy bien aplicada en la película. Distinto es que Joffré quiera destacar una etapa más que otra lo que, es un estilo narrativo muy habitual, sobre todo en películas bélicas e históricas. Pienso que alargar determinadas escenas impactantes por su crudeza, emotividad, hostilidad…, es precisamente la salsa que aporta el director para dar sabor a la película. Escenas como la penitencia de Mendoza subiendo por la Garganta del Diablo deben ser extensas. Y, por concluir con este tema, las etapas que se saltan de ningún modo le restan comprensión al conjunto. Por tanto, para mí, también es un acierto en el montaje. Esto va más allá del guion, que me parece sublime. Es cierto que respecto al criterio histórico es difícil fundamentar la precisión histórica. También por la experiencia leyendo muchas críticas, al igual que la mayoría aquí, creo que coincidiremos en que prácticamente siempre están las voces que se recrean citando la imprecisión histórica, cuando la realidad es que es imposible encontrar un consenso en la propia Historia, por lo que no suelo darle demasiada importancia a esas voces de no ser que detecte ambigüedades flagrantes.

Más allá de aportar mi comentario sobre la controversia respecto al tono narrativo, diré que por mi parte “La Misión” reúne prácticamente todos los requisitos para que una película sea considerada perfecta. No quiero extenderme en los apartados técnicos, por lo evidentes que son (dirección artística, vestuario…). Sólo me pararé en la Banda Sonora y la Fotografía, porque no me perdonaría hacer una crítica de esta película sin pasar por estos dos puntos. En cuanto a la música, para mi debería estar en un recopilatorio con las diez mejores BSO de la historia del cine. Aun así, alguna neurona colisiona cuando escucho las bandas sonoras de Morricone y soy incapaz de decantarme por una de ellas… Siguiendo con la fotografía, la película es tan bella que incluso sin voz sería capaz de conmovernos: la imagen del primer jesuita cayendo por la cascada, o la de Mendoza cubierto de lodo llorando desconsolado al llegar al final de su expiación…. aunque evidentemente, nadie quiere perderse los maravillosos instrumentos musicales, o coros de voces angelicales.

Pasando rápidamente por las interpretaciones, afirmar de forma contundente que estas sean dos de las interpretaciones icónicas de Jeremy Irons y Robert de Niro, sí me parecería abrir un debate extenso, ya que estamos hablando de dos magos de la interpretación quienes, sin duda, aquí vuelven a estar magistrales.

En fin, considero “La Misión” como una de las cuatro mejores películas ganadoras de la Palma de Oro de Cannes de los últimos 50 años. Como disclaimer debo decir que un 35%-40% de las ganadoras no las he visto, pero de las que sí, que son muchas, en ese top 4 estaría “Pulp Fiction”, “El pianista”, “Amour” y, sin dudarlo un segundo: “La Misión”.
10
24 de abril de 2023 Sé el primero en valorar esta crítica
El cine puede ser algo más que unas imágenes, una música o unos actores. El cine puede meterse en tu vida y formar parte de ella, y esta película es una de ellas. De ahí mi diez.

No obstante, veo que esta película no es considerada como obra maestra por los críticos profesionales pero, aunque no sea perfecta en algunos aspectos, es muy especial por otros motivos:

1) La fotografía, casi nadie lo duda, es fabulosa.

2) El uso de la música es casi único. No me refiero a que la banda sonora sea maravillosa, una de las mejores del cine, sino que su empleo en la cinta es diferente (lo cuento en la zona spoiler).

3) El final es magistral y no es usual (zona spoiler)

Y en contra de este film se aducen aspectos de dudosa neutralidad:
1) Que la interpretación de Robert de Niro no está a la altura. ¿En serio? A ver, parece que si no te desgarras por dentro con una cuchilla no haces una actuación dramática. De Niro está, como siempre, estupendo. El personaje es lo que es.

2) Que el argumento/guion tiene lagunas. En fin, revisando la lista de películas consideradas como obras maestras podemos ver muchas más lagunas, lagos y hasta océanos. Por alguna razón, hay lagunas que gustan más que otras.

3) Que la historia no está bien contada. ¿Es necesario? El cine no es una tesis doctoral ni tiene por qué serlo. La mayoría de pelis sobre temas históricos no pasaría un examen minucioso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y, sin embargo, nos queda la música. El niño guaraní cantando no lo hace para deleitarnos, sino para expresar su humanidad. Es un acto que pretende demostrar su carácter humano. Esto no se ha hecho nunca o casi nunca. La música suele ser algo de fondo que acompaña a la película y no parte sustancial del argumento.

La música en La Misión es parte de la transmisión de humanidad. En otras películas, la música es cantada como algo lúdico (Los niños del coro) o como parte de la obra de un músico (Amadeus), pero no para demostrar que eres humano, aspecto fundamental en La Misión.

Y el final fue inesperado para mí. La masacre de todo el poblado no te deja indiferente. Sientes pena por el ser humano. Recapacitas sobre nuestra condición. Te transmite una emoción que no todas las películas consiguen.

Así pues, La Misión es una obra maestra por su carácter único en algunos aspectos importantes del cine: música, imágenes y transmisión de emociones.
29 de septiembre de 2023 Sé el primero en valorar esta crítica
Verdaderamente si algo la define; son las inconmensurables y espectaculares secuencias que, junto a la música que ya nos acompañará durante toda la proyección, abren esta película. En un inicio para el que sólo hallo una palabra, un adjetivo, capaz de definirlo, y no es otro; que apoteósico...

..Y es apoteósica en sus exuberantes planos entre esplendorosos parajes. Apoteósica en cada una de sus profundas y absorbentes narrativas. Apoteósica expresando el infinito e inenarrable dolor del capitán Mendoza (Robert de Niro). Apoteósica describiendo el vano intento de preservar un pedazo de paraíso ante la ambición del hombre llamado civilizado. Y, entre todos sus relatos, ronda un debate, que abre el Vaticano, sobre la existencia, o no, del alma en el halito de "los indios"...

Pero a pesar de su gran enjundia moral, de su carácter sabiamente crítico, es, ante todo, un esplendoroso espectáculo, tanto visual cómo auditivo. Siendo una de esas cintas que prevalecen y florecen en la gran pantalla, mientras se mustian en el recuadro, frío, del monitor de un televisor. Por lo que siempre merecerá la pena ir a verla si la reponen en alguna sala...

Y por todo lo anterior, merece su ingreso en el exclusivo club del Séptimo Arte...
9
9 de abril de 2024 Sé el primero en valorar esta crítica
El cuerpo me pedía ya darle una revisión a esta película de la que recuerdo que la primera vez que la vi con 18-19 años ya me causó un gran impacto por tener una de las bandas sonoras más hermosas que he escuchado nunca, la fuerza de muchas de sus escenas y el guion tan poderoso que contenía. Como sospechaba (porque mi opinión del filme no había variado demasiado), ese parecer se ha reforzado, e incluso ha ido un paso más allá.

Si bien hoy en día ha sido un director olvidado (al menos de las grandes ligas), en los años 80 Roland Joffé estuvo muy reconocido por películas como 'Los gritos del silencio' (la tengo pendiente) o esta 'La misión' en la que en su segunda película para la gran pantalla ya contaba con un dos veces ganador del Oscar como Robert De Niro y un actor en ascenso como Jeremy Irons como los principales cabezas de cartel, mientras que entre los secundarios destacan un desconocido por aquel entonces Liam Neeson, como uno de los jesuitas, otra futuro actor reconocible como Aidan Quinn en el papel del hermano de Rodrigo Mendoza, Felipe, y Cherie Lunghi ('Excalibur'), quien interpreta a un personaje similar al del filme de John Boorman, trayendo de cabeza a algunos hombres.

Enfocado en la época del Tratado de Madrid, en 1750, en el que se dirimían los límites de colonias españolas y portuguesas en América del Sur mientras que las monarquías europeas y los jesuitas se disputaban la Colonia de Sacramento, está la historia de Rodrigo Mendoza (Robert De Niro), un mercenario y traficante de esclavos, quien sufre un ataque de celos y termina cometiendo lo que para él le supone un gran sufrimiento (sin pretender arruinar la película a nadie, habrá quienes no la hayan visto aún) y termina con la gente con la que una vez mercadeaba junto al padre Gabriel (Jeremy Irons) y sus jesuitas en una triste, pero inspiradora historia de redención.

Las facetas histórica y dramática se dan la mano en esta producción donde no hay efectos especiales ni demás parafernalia técnica. Su fuerte es el guion, las interpretaciones y la exquisita ambientación que ayuda a tener algunas grandes secuencias como las cataratas en el principio o el tramo de la penitencia de Mendoza, rodeado de los indios. Todo ello adornado con una de las mejores bandas sonoras que Ennio Morricone compuso en su vida y que para los académicos de los Oscar no les fue suficiente para otorgarle el hombrecillo dorado. Temas como 'Gabriel's Oboe', 'On Earth as It Is in Heaven' o 'Ave Maria Guarani' forman parte de lo mejor de su carrera y hacen de 'La misión' un trabajo exquisito.

Un trabajo exquisito que no quita que acompañe también un sentimiento de vergüenza ante las atrocidades vistas en el largometraje que hacen perder la fe en este ser humano, que muchas veces es más inhumano que otra cosa, aunque siempre que haya gente decidida a ayudar como pueda y a no ser un grano en el culo quedará esperanza en este mundo tan desesperante en muchas ocasiones.
9
18 de mayo de 2024 Sé el primero en valorar esta crítica
Cuando un sistema social-económico, quiere regularse en cierto acomodo justo y equilibrado, se acude, como mantienen las tesis del historiador Emmanuel Todd, a un sistema de familia troncal que no es natural, sino una idea tecnológica. Ese sistema mantiene las tierras (los medios de producción), con un solo heredero, el mayorazgo, que heredará las tierras, así no se partirá cada vez más las tierras hasta no dar suficientes recursos. Estos sistemas, como apunta Todd, hacen sociedad menos dinámicas, donde el Progreso es más difícil que suceda, pues no hay acumulación de capital por el distribucionismo que implica, pero, son más resistentes a cualquier crisis o catástrofe.

Esta práctica del mayorazgo era muy utilizada, en todo el norte de España. En las zonas del sur de España, con unos terrenos razonablemente compartidos, como las tierras comunales de los ayuntamientos, o las gestionadas desde la Iglesia, muchos estaban protegidos económicamente. El señorito andaluz (en muchos casos familias inglesas) aparece después de las desamortizaciones de Mendizabal, y como dice Menendez Pelayo. ¨Un robo para comprar voluntades¨.

En esa misma linea de pensamiento se alinean, las publicaciones de W.GoldSchmidt y Kunkel, que afirman, que los estados más centralistas, imponen las herencias divisorias, para hacer a cada familia más pobre y finalmente convertirlos en proletario. Esas fueron las armas, que siguieron usando sobre todo la Francia Liberal de la revolución: ¨ En contraposición, los sistemas de herencia divisa suelen aparecer asociados a aparatos estatales centralizados y burocráticos.....Las elites dominantes de tales imperios despóticos no estarían interesados en fomentar la existencia de una herencia fuerte y estable, pues eso obstaculizaría y limitaría el ejercicio de su poder omnímodo.¨

Al empobrecer a la gente, conviertes a la gente en proletario. Pues si un capitalista le pide a la gente que tiene su terruño que vaya a trabajar a su nueva fábrica de alfileres, ¿qué otra cosa le diría el propietario sino: ¨¿Sabes contar? Pues no cuentes conmigo...Suerte con eso¨?

Ahora bien, ¿qué pasaba con los otros hijos del propietario? En los países de la contrarreforma, a los más inteligentes, se les hacía jesuítas. Se les formaba con la mejor educación, consistente en catorce años de estudio. Así, todo ese capital humano español, francés y portugués en su mayoría, sí que es verdad que eran un ejército temido por los protestantes. Expertos en Filosofía y Teología, Historia, Aritmética, Música y Retórica, eran el mayor escollo para el avance Liberal en los países católicos. De hecho, la primera propaganda de la Historia, antes de ¨Los protocolos de los sabios de Zion¨, fueron las ¨Monatas jesuítas¨.

El desmantelamiento de la Orden fue minucioso, escalado, primero en Portugal y Francia, finalmente con la excusa del ¨Motín de Esquilache¨ en España. Motín éste, que todavía algún historiador despistado, se sorprende de lo curioso de aquel hecho histórico que no se reproducía más que en Madrid. La causa principal fue la expulsión jesuíta y finalmente consiguieron la excomulgación por parte del Papa. Se habla de una Orden de 35.000 jesuitas, que cuando se volvieron a reintegrar en la Iglesia Católica, ya sólo eran unos pocos ancianos que habían estado escondidos en Rusia.

Las consecuencias de esto fue, que todos los planes del Liberalismo Ilustrado se precipitaban en modo de cascada. Sin tener enfrente a una potencia intelectual, con influencia en el poder, todo les fue más fácil. Revolución Francesa, dejar a España rota, humillada y con su ¨Leyenda negra¨ (complejos que se arrastrarían durante los próximos años, siendo los intelectuales del 98 los tontos útiles, hispanistas británicos, tócate las narices).

Luego, por supuesto, la partición de toda Iberoamerica. Dejando a los indígenas al albur de los caciques criollos, que con la justificación del nuevo credo Liberal protestante, hicieron de las suyas ya sin pudor, sin tener como ¨aguafiestas¨ a nadie que les hablara de moral. A nadie que formara misiones y reducciones para que hubiera algo parecido a una sociedad decente.

Y de esto va esta película. Y creo que es importante entender cómo se pudo formar la Compañía de Jesús, que a día de hoy, tan estigmatizada está. Obviamente los jesuitas no eran los capuccinos, su labor consistía en meterse en el fango de la política, luchar cada palmo contra el avance del Progreso, del Capital, de la Libertal, que siendo instintos humanos, imposibilitan buenas sociedades.

La película es magnífica en ese sentido. Le falta contexto, obviamente. Es difícil entender la penitencia del personaje de DeNiro, el porte noble de Gabriel, posiblemente el hijo menor de algún noble español, educado y enderezado por la rectitud jesuita, y con la caridad como brújula última de sus acciones en esta vida. Es una película católica, profundamente católica. Y que puede ocasionar a día de hoy, también en España, perplejidad en la gente joven que la vea.

Los jóvenes dirán: ¨Qué gente más rara¨
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