La oferta económica de una empresa energética que quiere instalar una planta eólica plantea un grave conflicto entre los vecinos de una aldea que sí quieren vender su tierra, por un lado, y una pareja francesa que ha elegido este pequeño paraíso gallego para hacer realidad su ilusión de vivir de su huerto ecológico, y no quiere renunciar a su sueño, por otro.

A lo largo de toda la película la violencia soterrada que se respira en cada conversación, en cada encuentro entre los vecinos, contrasta con el idílico contexto rural en el que viven. La sensación de fracaso de quienes ven perdida la oportunidad de escapar de esa España vaciada, negra, dura, frente a la esperanza de quienes eligen ese mundo como su proyecto de vida. Y en estas circunstancias el protagonista se ve obligado a luchar contra el drama que provocan los molinos, y su maravillosa Sancho Panza, Olga, aporta la cordura y la serenidad imprescindibles para sobrevivir ante la amenaza constante.

En As bestas conviven largos diálogos amargos, y a veces emotivos, en medio de un torrente de imágenes, y música, que lo dicen todo: la tensión, el miedo, el rechazo, el rencor, el odio, la desesperación, la muerte. La brillantez de los intérpretes en esos diálogos y el gran guión me mantienen enganchado a la pantalla y no me desconectan de una fluidez narrativa que me atrapó desde el primer instante, en la que la fuerza de los caballos, de la tierra, de las montañas, del carácter ancestral, se convierte en un personaje vigoroso, que lejos de ralentizar el relato, como podría suceder, lo llena de intensidad emocional.

As bestas nos hace sentirnos ante la misma vida, y más allá del premiado Denis Ménochet, y del repetido irrepetible Luis Zahera -no me cansa que haga de sí mismo una y otra vez, aunque resulte predecible en sus maneras como actor-, Marina Foïs llena la pantalla de credibilidad y humanidad, y Daniel Anido, tiene una potente presencia con sus inquietantes reacciones.

Son varias las temáticas que se abordan mirando a la cruda realidad de frente: el enorme impacto que los intereses económicos de otros -cercanos o lejanos- pueden tener en nuestras vidas, el derecho a elegir cómo queremos vivir, los límites que padres e hijos deben respetar en estas decisiones, las muy distintas fuentes de riqueza personal que podemos encontrar,el valor de una vecindad cordial, ...

Sin ser cinéfilo, me pareció una historia aburrida, la historia estaba clara desde el principio, y con unos héroes que no lo son ni por asomo. Que alguien decida vivir en tu pueblo y que con su decisión impida que una comunidad pueda mejorar sus durísimas vidas, es en la película un dato que no se contempla como central y creo que sí lo es. No justifico el asesinato, pero si interpreto que no es justo que una persona que "sí" ha podido elegir, impida que otros lo hagan.

En la vida puedes encontrarte con situaciones adversas, que aunque parezcan imposibles, sí, te estén pasando a ti. No paras de repetirte que es injusto y que no te lo mereces, pero de una manera u otra tienes que lidiar con ello.

Sorogoyen lleva a los personajes al límite. Gracias a la brillantez de las actuaciones, por momentos parece que puedes llegar a empatizar con ambas partes, y entender que las dos caras de la moneda tienen su lógica. Pero existen individuos con pocos escrúpulos, que no entienden que el amor es más fuerte que el odio, y que, si es verdadero puede con todo, aunque el precio sea alto.

Queremos más Sorogoyen y más España profunda.

Rodrigo Sorogoyen confirma con esta película que estamos delante de una gran promesa del cine español y europeo. As Bestas es una gran película, cruda e intensa.

La película posee imágenes poderosas, momentos intensos y unas interpretaciones de 10. Aparte los diálogos me parecieron de maestría total. La presentación de los personajes y motivaciones me parecieron impresionantes.
El conflicto está bien narrado, se entiende todos los puntos de vista y la intensidad de la película va escalando poco a poco.

Dejándola tan bien, quizás muchos piensen que porque no le pongo más de un 8, y el problema de la película es que dura demasiado y la última media hora se hace totalmente innecesaria, y me parece una pena, ya que la primera 1h 40 min de la película me estaba pareciendo una obra maestra. Sencillamente, luego decae y no es que lo que explique este mal, pero lo podría haber hecho en 10 minutos, puesto que se pierde la intensidad y el nervio que venía construyendo. Con un revisionado de la parte final del guion, hubiera quedado una película de 1h 50min condensada y con potencial de ser una verdadera obra maestra.

Dicho todo esto, vaya a ver al cine "As Bestas" porque es una de las grandes películas y dramas del año. Bravo.

Nota: 8/10

Con lo poco que me gusta a mi Sorogoyen y lo que me ha encantado esta película. Un manejo del ritmo excelente, creación de atmósferas (ese bar del pueblo donde se van soltando las bombas), fotografía magnífica y un gran trabajo de los actores y actrices principales.
Se le puede poner un pero a un más que evidente maniqueísmo (que no logra compensar una escena donde se exponen los motivos del rural a pesar des fuerza) y que el subtitulado del gallego es una verbena.