Pacto de sangre
1944 

8.4
35,314
Cine negro. Intriga. Thriller
Un agente de seguros (Fred MacMurray) y la mujer de uno de sus clientes (Bárbara Stanwyck) traman asesinarlo para cobrar un cuantioso seguro de accidentes suscrito a sus espaldas. Todo se complica cuando entra en acción Barton Keyes (Edward G. Robinson), investigador de la empresa de seguros. (FILMAFFINITY)
3 de septiembre de 2006
3 de septiembre de 2006
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente película de cine negro. Excelente argumento, reparto y final. Diálogos buenísimos. Osea cine de antes, no la bazofia actual, que tienes que ver entre arcadas.
Me encanta Edward G. Robinson y sus enanitos en el estómago.
En fín, muy recomendable.
Me encanta Edward G. Robinson y sus enanitos en el estómago.
En fín, muy recomendable.
14 de diciembre de 2007
14 de diciembre de 2007
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine negro jamás fue uno de los géneros favoritos del genio Wilder, sin embargo, logro crear esta espléndida película de film-noir.
Era la época. Realmente, estaba llamado a ello, debía hacerla y la hizo, y como la hizo!!
Creó a la Femme Fatale por antonomasia, y también creó al ingenuo y a la vez ( aunque parezca paradójico ) listísimo protagonista...
Y es que fue una de las precursoras de todo esto que ahora se hace llamar thriller. Thriller, realmente, no es otra cosa que PERDICIÓN, o dicho de otra manera, el cine negro empieza con PERDICIÓN y continua con ella.
Quizá por su casi perfecto guión ( escrito conjuntamente con Raymon Chandler ), por la fabulosa música de Rozsa, por la absorbente fotografía de Seitz... o por la maestría a la hora de dirigir de Wilder... no lo sé, realmente no lo sé el porque, aunque tengo la impresión que es, al unirlo todo, que crea una obra maestra, obra maestra llamada PERDICIÓN. Indispensable.
Era la época. Realmente, estaba llamado a ello, debía hacerla y la hizo, y como la hizo!!
Creó a la Femme Fatale por antonomasia, y también creó al ingenuo y a la vez ( aunque parezca paradójico ) listísimo protagonista...
Y es que fue una de las precursoras de todo esto que ahora se hace llamar thriller. Thriller, realmente, no es otra cosa que PERDICIÓN, o dicho de otra manera, el cine negro empieza con PERDICIÓN y continua con ella.
Quizá por su casi perfecto guión ( escrito conjuntamente con Raymon Chandler ), por la fabulosa música de Rozsa, por la absorbente fotografía de Seitz... o por la maestría a la hora de dirigir de Wilder... no lo sé, realmente no lo sé el porque, aunque tengo la impresión que es, al unirlo todo, que crea una obra maestra, obra maestra llamada PERDICIÓN. Indispensable.
27 de marzo de 2008
27 de marzo de 2008
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que más me gustó de esta formidable película de Wilder es su tensión trágica. En efecto, gracias al flashback, el film se vuelve en el relato de un hombre preso de su destino implacable. Todo empieza en LA, un hombre conduce a toda velocidad hasta un edificio de seguros: entra, sudoroso y perturbado, se sienta a su despacho y empieza a grabar una confesión a su jefe: de aquí, comienza una narración en off. Afirma que el caso de doble indemnización de un tal Dietrichson no fue ni un accidente ni un suicidio sino un asesinato cuyo autor no es otro que él mismo. Y una mujer es el motivo de este intento de estafa... Aquí empieza el relato de un agente de seguros, modelo de honestidad, que se dejó atrapar por un monstruo de seducción, codicia y egoísmo (Barbara Stanwyck).
10 de mayo de 2008
10 de mayo de 2008
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Narración de la voz en off poética, fotografía excelente, interpretación muy buena de Edward G. Robinson; aún sabiendo lo que va a pasar la película mantiene la tensión y el interés muy alto, en la actualidad la historia ya está muy vista así que esta película sólo gustará a los que aprecien el cine clásico.
Doctor Hackenbush.
Doctor Hackenbush.
7 de abril de 2009
7 de abril de 2009
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta historia clásica de novela negra escrita por James Cain (El cartero siempre llama dos veces) bajo guión de un joven Billy Wilder y un ya veterano Raymond Chandler, dueño y señor de este género literario, se produce un fenómeno insólito: apenas interesa el tema principal de la mujer fatal y el incauto, entre otros motivos porque no hay química alguna entre MacMurray y Stanwyck y sus escasas secuencias sentimentales son malas e inverosímiles y encima con nulo erotismo. Sin embargo, es entre los dos amigos donde sí se da una buena historia que mantiene la tensión hasta el final...
De entrada, no más empezar, el protagonista habla a una grabadora para realizar una confesión a su gran amigo, el investigador que compone con maestría Edward G. Robinson, ese Eddie genial de tantas películas inolvidables pero que aquí sorprende por ponerse a cargo de un personaje lleno de vida y arrogancia, feroz perseguidor de tramposos: cada mohín, cada palabra de Robinson provoca una emoción que borda en el tramo final e incluso en el mismísimo final cuando reaparece con una actitud física completamente distinta a como le vimos en toda la película.
Recomiendo vivamente olvidar el tema policiaco principal y disfrutar en todos los detalles la grandísima creación de estos amigos singulares. Ante el trabajo de Eddie hasta un tipo soso como MacMurray crece y modela con talento todos los atributos de un pobre tipo metido en apuros. Un pobre tipo que se define al comienzo de la película: "Hice lo que hice por dinero y por el amor de una mujer; no conseguí ni lo uno ni lo otro".
De entrada, no más empezar, el protagonista habla a una grabadora para realizar una confesión a su gran amigo, el investigador que compone con maestría Edward G. Robinson, ese Eddie genial de tantas películas inolvidables pero que aquí sorprende por ponerse a cargo de un personaje lleno de vida y arrogancia, feroz perseguidor de tramposos: cada mohín, cada palabra de Robinson provoca una emoción que borda en el tramo final e incluso en el mismísimo final cuando reaparece con una actitud física completamente distinta a como le vimos en toda la película.
Recomiendo vivamente olvidar el tema policiaco principal y disfrutar en todos los detalles la grandísima creación de estos amigos singulares. Ante el trabajo de Eddie hasta un tipo soso como MacMurray crece y modela con talento todos los atributos de un pobre tipo metido en apuros. Un pobre tipo que se define al comienzo de la película: "Hice lo que hice por dinero y por el amor de una mujer; no conseguí ni lo uno ni lo otro".
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