Vidas al límite

Si una película pretende reflejar la realidad, ha de representar una sucesión de hechos fortuitos, aleatorios y sin sentido. Lo que nos muestra este filme es realismo crudo en unas calles peligrosas donde la vida no tiene valor... Con eso no podemos buscar pragmatismo en los personajes. No pretendamos que la lógica impere como lo hace en clásicos tipo Sed de mal (1958), del reconocido Orson Welles. Un desbarajuste, eso es la vida de un violento, paranoico y sufridor de una dualidad complejísima, como lo es la del personaje que interpreta Christian Bale.
Es, en definitiva, una historia oscura de un personaje violento.

Medianamente interesante película dirigida por David Ayer (guionista de “Training day”), enaltecida por la soberbia interpretación del siempre entregado Christian Bale, aquí como veterano de una guerra imprecisa (se supone que de Irak), totalmente embrutecido por esa experiencia y con continuos brotes de violencia. Una especie de “american psycho” pero garrulo en lugar de fino.
Rechazado cuando quiere ingresar en la policía a causa de su estado mental, sí se le termina aceptando en la Seguridad Nacional para destinarlo a Colombia. Miedo da que realmente se le asignen tareas de “seguridad” a desequilibrados inmorales como éste.
Como contrapunto más sensato tenemos a Freddy Rodríguez como su mejor amigo, pero no se entiende muy bien que siga al zumbado de Bale (con el que resulta difícil la empatía) en sus desquiciadas correrías sin rechistar demasiado.

PD: ¿Cuántas pelis llevan ya el título o subtítulo de “Vidas al límite”?

Sin expectativas de futuro se va a la deriva y uno puede acabar hundiéndose. Los puntos de equilibrio más fuertes en la sociedad actual son el trabajo, la familia, los amigos -personas psicológica y socialmente estables, habría que añadir en este caso-. Porque aquí tenemos a un personaje desquiciado por la psicosis de guerra y el futuro incierto, un fulano que es una carga y no es un apoyo y cuyas evoluciones se tratan inicialmente de forma desquiciante hasta que en un punto más tardío que temprano !zas!, consiguen hacerse interesantes él y sus circunstancias hasta la conclusión.

Lo que se cuenta es interesante desde el principio, lo malo está en una forma de contarlo a menudo demasiado torpe y como queriendo asentar un estilo reconocible. Este torpe estilo inicial, que luego se abandona, abusa de diálogos larguísimos con poca profundidad y concisión (qué manía con imitar este aspecto del estilo de Tarantino), pincha canciones en la banda sonora que no vienen a cuento (qué manía con creer que unas canciones pegadizas dan ritmo a la narración), divaga con situaciones que repiten un contenido ya detallado previamente (qué manía con no sintetizar).

Lo valioso es que al final los 2 personajes principales resultan cercanos gracias a que se logra explicar sus circunstancias, las razones de esas circunstancias y los conflictos que acarrean. A destacar un final acorde con el desarrollo de la historia y que remarca la carga o el apoyo que unas personas pueden suponer para otras.

El personaje que interpreta Bale es un ex-combatiente un tanto desquiciado colocado en una encrucijada; sus decisiones marcarán irremisiblemente su vida. Bale, el "robo-actor" que es capaz de todo, está colosal, tal y como nos tiene acostumbrados, especialmente en estos papeles sombríos y duales. La actuación de Rodríguez es de destacar también.

Pues acabo de ver esta película alentada más que nada porque, para mí, todo lo que haga Christian Bale merece la pena ser visto.

"Harsh Times" es una película dura, violenta, es una película de (auto)destrucción que se mueve en los peligrosos caminos entre la locura y la realidad de Jim Davis (Bale), un ex-ranger licenciado del ejército que se quedó muy "tocado" a nivel psicológico después de la guerra de Irak. En los Angeles busca trabajo en la policía para poder sacar a su novia mejicana de Méjico y llevársela a los EEUU, pero las cosas no salen como Jim tenía previsto y eso desencadena una serie circunstancias junto a su amigo Mike (Freddy Rodríguez), que hacen que ambos pierdan el "control" de la situación.

David Ayer (director del film) se desenvuelve bien en ambientes callejeros de corrupción donde la droga y la violencia están a la orden del día, pero como telón de fondo de todo esto también nos presenta los fuertes vínculos de amistad que hay entre los dos protagonistas que llega a estar por encima de todo lo demás.

Lo más destacable de la película, sin duda, es la interpretación de Christian Bale, que para mí, borda el papel de un personaje un tanto (o bastante) desequilibrado que lucha consigo mismo en una batalla perdida de antemano y en la que arrastra a las personas que tiene al lado.

Personajes creíbles en circunstancias creíbles, duras y reales. A mí me gustó.
Quizás el final se vuelve algo previsible por aquello de que "el que mal anda..." pero aún así, creo que es una película a la que merece la pena darle una oportunidad.

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