20.000 leguas de viaje submarino
1954 

7.1
23,243
Fantástico. Aventuras
Adaptación de la novela homónima de Julio Verne. En 1870, debido a los relatos de marineros que aseguran haber visto un monstruo marino al sur del Pacífico, los Estados Unidos fletan un buque de guerra para destruir a la bestia que altera la tranquilidad de los mares. Pero, cuando el monstruo los ataca, de nada sirve todo su poderío bélico para evitar el desastre. Tras el hundimiento del buque, los tripulantes son rescatados por el ... [+]
10 de marzo de 2010
10 de marzo de 2010
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda el film de Richard Fleischer no es la adaptación definitiva del clásico de Verne, uno se da cuenta de eso al descubrir la novela, pero ví la película mucho antes de leerla y el recuerdo siempre fué agradable. Es uno de esos primeros films que da reparo volver a ver de adulto, porque demasiadas veces se ha decepcionado uno al hacerlo en otras ocasiones, pero debo reconocer que en este caso la odisea de Nemo (gran James Mason) y sus prisioneros accidentales no han perdido del todo el encanto y sigue siendo un clásico del cine fantástico y de aventuras disfrutable. Lógicamente el hecho de ser una antigua producción Disney hace que el conjunto sea excesivamente edulcorado, ingenuo e infantiloide.
Lo dicho, decepcionará a los amantes de las adaptaciones literales y a los fans más puristas del libro, pero los nostálgicos la seguiremos viendo o recordando como un trocito de nuestra infancia cinéfila más entrañable.
Seguiremos esperando la nueva versión, que sin duda no se hará esperar, donde los efectos especiales serán muy superiores, está claro. De lo que no estoy tan seguro es de que resulte mejor película que esta de 1954... como no lo fué la nueva adaptación de Viaje al Centro de la Tierra dirigida por Eric Brevig e interpretada por Brendan Fraser en 2008, por poner un ejemplo actual de obra de Julio Verne llevada al cine. Una pena.
Lo dicho, decepcionará a los amantes de las adaptaciones literales y a los fans más puristas del libro, pero los nostálgicos la seguiremos viendo o recordando como un trocito de nuestra infancia cinéfila más entrañable.
Seguiremos esperando la nueva versión, que sin duda no se hará esperar, donde los efectos especiales serán muy superiores, está claro. De lo que no estoy tan seguro es de que resulte mejor película que esta de 1954... como no lo fué la nueva adaptación de Viaje al Centro de la Tierra dirigida por Eric Brevig e interpretada por Brendan Fraser en 2008, por poner un ejemplo actual de obra de Julio Verne llevada al cine. Una pena.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La referencia constante a la energía nuclear: el Nautilus es sin duda un submarino que la utiliza como combustible. Nemo dice en varias ocasiones que esta nueva tecnología puede cambiar el mundo para mejor, pero también destruirlo. Y la isla Vulcania es destruída por una explosión con la característica forma de hongo. Es lógico teniendo en cuenta que el film se rodó a mediados de los cincuenta, en plena resaca nuclear.
23 de junio de 2010
23 de junio de 2010
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Finales del S.XIX, los marineros hablan de un monstruo en el Pacífico, cuando lo intentan cazar siempre destruye a los barcos, es un "animal" enorme y poderoso. Un barco de guerra se prepara para salir a cazarlo o matarlo, y cuentan con la colaboración de un gran científico, experto en el mar. Una vez que dan con la bestia, la disparan y hacen todo lo posible por abatirla, pero son derribados por la brutalidad del ataque de dicho monstruo. Al naufragio, sobreviven el científico, el ayudante y un arponero, y descubren que el monstruo no es un pez, ni nada parecido, sino una obra de ingeniería hecha por un excepcional hombre, el Capitán Nemo... A partir de aquí comienza un viaje fabuloso, a bordo de un "barco" adelantado a su tiempo. La tripulación está formada por unas almas errantes, poseedoras de una gran tecnología, que se niegan a compartirla con un mundo violento, egoísta y enfermo, al que sabotean de vez en cuando, atacando a sus barcos de guerra, y solo quieren vivir en el mar, al margen de la sociedad, el mar les proporciona todo lo que necesitan...
Es una buena adaptación de Verne, y un film espectacular, la historia es maravillosa, hay escenas, como "el funeral acuático" o la "recolección de la cosecha" marina que no se borran de la mente, se muestra lo peor y lo mejor del ser humano. Los actores son fabulosos, en especial James Mason, el Capitán Nemo, tiene mucho ritmo, los efectos especiales, a pesar de ser una película del año 1954, no están nada mal, y la belleza del Nautilus es difícil de describir...
Una película muy recomendable para todo el mundo, pero en especial para todos aquellos que disfruten y amen el mar... maravillosa!!!
Es una buena adaptación de Verne, y un film espectacular, la historia es maravillosa, hay escenas, como "el funeral acuático" o la "recolección de la cosecha" marina que no se borran de la mente, se muestra lo peor y lo mejor del ser humano. Los actores son fabulosos, en especial James Mason, el Capitán Nemo, tiene mucho ritmo, los efectos especiales, a pesar de ser una película del año 1954, no están nada mal, y la belleza del Nautilus es difícil de describir...
Una película muy recomendable para todo el mundo, pero en especial para todos aquellos que disfruten y amen el mar... maravillosa!!!
18 de octubre de 2007
18 de octubre de 2007
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
De fondo hay un filme que retrata el odio rencoroso y la búsqueda de venganza de un genial inventor que ha perdido la confianza en la humanidad, que se refugia de todo contacto social sumergiéndose en lo más profundo del océano.
Incontestable película desde los apartados técnicos con destacadas decoraciones de escenarios y una escenografía muy atrayente desde lo visual, también meritorios los oscarizados efectos especiales que hasta el día de la fecha siguen transportándonos a esos espacios acuáticos llenos de encanto y fantasía.
No obstante, su historia hoy día resulta bastante ingenua y carente de intensidad dado los tiempos que corren. Ver a un Kirk Douglas cantando, haciendo piruetas con una foca, bailando y solucionando todo a golpes de puños y a arponazos puede resultar hasta irritante. También no me caben dudas que el filme es bastante extenso y un tanto aburrido debido a que sus variantes no contagian mucho entusiasmo. Incluso creo que la cinta no resultaría efectiva para el público infantil actual, no obstante no puedo ser irrespetuoso y decir que a este clásico se lo debe desechar así nomás.
Sí es un filme que estéticamente atrae, pero que a pesar de rebosar de aventuras no promueve mucha excitación como una cinta de aventuras debería provocar.
Tampoco la simpatía alcanza para ser efectiva desde su propósito de entretener, donde el único personaje con cierto volumen es Nemo, ese resentido social lleno de idealismos que busca revancha por un pasado tenebroso que se cobrara la vida de sus seres más queridos.
Ahora bien, la película sí es valiosa y compensa por allí sus deficiencias si se la lee entre líneas, donde resulta clara y evidente esa advertencia crítica hacia la incertidumbre que la ciencia puede generar en manos equivocadas. Y en ello contribuye el acontecimiento tan nefasto como fue la invención de la bomba atómica para sembrar ese aire paranoico que irradia la cinta, donde queda tácita la idea de que cualquier mente inestable emocionalmente y adelantada puede resultar extremadamente peligrosa si tiene la capacidad de inventar algo desconocido.
Incontestable película desde los apartados técnicos con destacadas decoraciones de escenarios y una escenografía muy atrayente desde lo visual, también meritorios los oscarizados efectos especiales que hasta el día de la fecha siguen transportándonos a esos espacios acuáticos llenos de encanto y fantasía.
No obstante, su historia hoy día resulta bastante ingenua y carente de intensidad dado los tiempos que corren. Ver a un Kirk Douglas cantando, haciendo piruetas con una foca, bailando y solucionando todo a golpes de puños y a arponazos puede resultar hasta irritante. También no me caben dudas que el filme es bastante extenso y un tanto aburrido debido a que sus variantes no contagian mucho entusiasmo. Incluso creo que la cinta no resultaría efectiva para el público infantil actual, no obstante no puedo ser irrespetuoso y decir que a este clásico se lo debe desechar así nomás.
Sí es un filme que estéticamente atrae, pero que a pesar de rebosar de aventuras no promueve mucha excitación como una cinta de aventuras debería provocar.
Tampoco la simpatía alcanza para ser efectiva desde su propósito de entretener, donde el único personaje con cierto volumen es Nemo, ese resentido social lleno de idealismos que busca revancha por un pasado tenebroso que se cobrara la vida de sus seres más queridos.
Ahora bien, la película sí es valiosa y compensa por allí sus deficiencias si se la lee entre líneas, donde resulta clara y evidente esa advertencia crítica hacia la incertidumbre que la ciencia puede generar en manos equivocadas. Y en ello contribuye el acontecimiento tan nefasto como fue la invención de la bomba atómica para sembrar ese aire paranoico que irradia la cinta, donde queda tácita la idea de que cualquier mente inestable emocionalmente y adelantada puede resultar extremadamente peligrosa si tiene la capacidad de inventar algo desconocido.
6 de octubre de 2016
6 de octubre de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
183/22(30/09/16) Notable film de aventuras del artesano en la materia Richard Fleischer, la mejor adaptación cinematográfica de la popular novela homónima (1869) de Julio Verne, primera superproducción de Walt Disney de imagen real fue la cinta de mayor presupuesto hasta entonces, contando un elenco de actores de primera fila y con un espectacular (para su tiempo) soberbio equipo técnico de efectos especiales (galardonados con un Oscar), rodada en Cinemascope (primera en este formato fuera de la 20th Century Fox), proporcionando impresionantes escenas subacuáticas, dotando el realizador de gran fuerza visual al relato. El guión de Earl Felton (“Testigo accidental”) despojó de la novela lo superfluo, mucha palabrería didáctica propia del escritor galo, potenciando la acción y la aventura, en pos de un ritmo fluido, salpicado de humor, con personajes bien desarrollados (añade el toque Disney para los niños de la foca come-cigarros, además de darle más importancia al personaje de Ned), diálogos incisivos, y sobresaliendo la construcción compleja personalidad del capitán Nemo, manteniendo el libreto el espíritu de la novela. Una cinta que a pesar de sus más de 60 años pasados desde su estreno se mantiene fresca y dinámica, aguantando el paso del tiempo con encanto natural. Fue un éxito en todo el mundo.
En 1868, rumores de un monstruo marino atacando a barcos en el Océano Pacífico han creado aprensión y miedo entre los marineros, interrumpiendo rutas de navegación. El gobierno de Estados Unidos invita al profesor Pierre Aronnax M. (Paul Lukas) y su ayudante, Conseil (Peter Lorre), a unirse a una expedición para probar o refutar la existencia del monstruo. A bordo de la fragata con ellos está el experto arponero Ned Land (Kirk Douglas). Después de meses de búsqueda, descubren al "monstruo", un artefacto submarino capitaneado por el misántropo Nemo (James Mason).
Es una obra que tras su carácter de pasatiempo para todos los públicos, para niños, revestido de inocencia, se esconde un estudio sobre el pesimismo misántropo ante como los avances tecnológicos que pueden facilitar nuestras vidas pueden a la vez servir para autodestruirnos, una oscura y sombría reflexión sobre la naturaleza humana, de como el hombre puede ser un lobo para el hombre, esto es lo que envuelve a la ambigua figura del capitán Nemo, convirtiéndose en el núcleo del film el estudio de su personalidad alambicada, atormentada, angustiada, lacónica, un tipo oprimido por el pasado que se crea su propio Universo idealizado alejado del “mundanal ruido” de nuestra convulsa y bélica sociedad, sumergido en las profundidades de los océanos, en su hermosa tranquilidad y quietud, ello contrasta con su sed de venganza, de odio, de rencor, de inquina, contra una humanidad a la que cree insalvable, abocada a acabar consigo misma, donde su máxima es que todos somos culpables de nacimiento, la bondad está exenta de la Condición Humana, quedando en algún momento (como bien he leído) como un precursor megalómano de villano bondiano. Esto lo contrasta el director contra el mundano Ned, epítome de nuestra tóxica sociedad, eso sí, con sus muchos defectos, y algunas virtudes, convirtiéndose este en el antagonista de Nemo, y en medio está el Dr. Aronnax, entre dos aguas, entre el pragmatismo de estar ante grandes descubrimientos tecnológicos y darles a conocer a la humanidad, y frente a una personalidad convulsa con la que es complicado tratar por su disposición pesimista de todo lo fuera del Nautilus.
Destacar la subrepticia referencia a la energía nuclear, de la que entre líneas se habla constantemente durante el film, la que claramente es el combustible que mueve el submarino, reflejado en la escena en que se ve la sala de máquinas con una luz cegadora. Este es diáfanamente el invento por el que suspira el Dr. Aronnax saber el secreto para darlo a conocer al mundo, y a la vez es el invento que Nemo no desea que se conozca, pues puede, siendo maléficamente manejado convertirse en un arma de destrucción planetaria, esto coronado por la imagen de la explosión de la isla Vulcania, con la columna de humo en forma de hongo (característica de la Bomba Atómica) elevándose al cielo. Esto entronca contextualmente al tiempo de estreno, cuando en plena Guerra Fría la paranoia nuclear recorría los Estados Unidos, ambiente de miedo que deambula constantemente por el metraje.
Flesicher realiza una cinta de ritmo trepidante, vigorosa, vibrante, de enorme estética visual, con brillantes efectos visuales, que aún hoy día quedan bien (la tremenda batalla contra el calamar gigante), ello con ecos de romanticismo idealizado sobre mundos paralelos bucólicos, con momentos espectaculares, con destrucción de barcos, funerales submarinos, hallazgos de tesoros, ataques de tiburones, asedio de tribus caníbales, comerciantes esclavistas, la susodicha lucha contra el Kraken.
La puesta en escena es apabullante, con el resplandeciente diseño de producción de Harper Goff (“Casablanca”), dirección artística John Meehan (Sunset Boulevard”) y decorados de Emile Kuri (“Que bello es vivir”), rodándose los exteriores en las Bahamas y Jamaica, las escenas de la cueva submarina es el Xtabi Resort en los acantilados de Negril (Jamaica), los interiores en estudios d ela Universal, Disney y la 20th Century Fox Studios (por un gran tanque de agua), icónicos los fastuosos interiores del Nautilus (de inspiración victoriana), los jardines de Nemo bajo el agua, la base oculta en la isla Vulcania del capitán en una laguna en el cráter de un volcán extinto, con su exterior en forma de pez espada, con sus salientes a modo de sierra, con su proa a modo de lanza, moviéndose por el fondo del mar con naturalidad, con sus ventanas a modo de ojos de la nave, con su mobiliario de lujo, con su inquietante órgano de tubos, con sus pasillos y tubos, los trajes de buzo, todo esto la convierte en un Icono... (sigue en spoiler)
En 1868, rumores de un monstruo marino atacando a barcos en el Océano Pacífico han creado aprensión y miedo entre los marineros, interrumpiendo rutas de navegación. El gobierno de Estados Unidos invita al profesor Pierre Aronnax M. (Paul Lukas) y su ayudante, Conseil (Peter Lorre), a unirse a una expedición para probar o refutar la existencia del monstruo. A bordo de la fragata con ellos está el experto arponero Ned Land (Kirk Douglas). Después de meses de búsqueda, descubren al "monstruo", un artefacto submarino capitaneado por el misántropo Nemo (James Mason).
Es una obra que tras su carácter de pasatiempo para todos los públicos, para niños, revestido de inocencia, se esconde un estudio sobre el pesimismo misántropo ante como los avances tecnológicos que pueden facilitar nuestras vidas pueden a la vez servir para autodestruirnos, una oscura y sombría reflexión sobre la naturaleza humana, de como el hombre puede ser un lobo para el hombre, esto es lo que envuelve a la ambigua figura del capitán Nemo, convirtiéndose en el núcleo del film el estudio de su personalidad alambicada, atormentada, angustiada, lacónica, un tipo oprimido por el pasado que se crea su propio Universo idealizado alejado del “mundanal ruido” de nuestra convulsa y bélica sociedad, sumergido en las profundidades de los océanos, en su hermosa tranquilidad y quietud, ello contrasta con su sed de venganza, de odio, de rencor, de inquina, contra una humanidad a la que cree insalvable, abocada a acabar consigo misma, donde su máxima es que todos somos culpables de nacimiento, la bondad está exenta de la Condición Humana, quedando en algún momento (como bien he leído) como un precursor megalómano de villano bondiano. Esto lo contrasta el director contra el mundano Ned, epítome de nuestra tóxica sociedad, eso sí, con sus muchos defectos, y algunas virtudes, convirtiéndose este en el antagonista de Nemo, y en medio está el Dr. Aronnax, entre dos aguas, entre el pragmatismo de estar ante grandes descubrimientos tecnológicos y darles a conocer a la humanidad, y frente a una personalidad convulsa con la que es complicado tratar por su disposición pesimista de todo lo fuera del Nautilus.
Destacar la subrepticia referencia a la energía nuclear, de la que entre líneas se habla constantemente durante el film, la que claramente es el combustible que mueve el submarino, reflejado en la escena en que se ve la sala de máquinas con una luz cegadora. Este es diáfanamente el invento por el que suspira el Dr. Aronnax saber el secreto para darlo a conocer al mundo, y a la vez es el invento que Nemo no desea que se conozca, pues puede, siendo maléficamente manejado convertirse en un arma de destrucción planetaria, esto coronado por la imagen de la explosión de la isla Vulcania, con la columna de humo en forma de hongo (característica de la Bomba Atómica) elevándose al cielo. Esto entronca contextualmente al tiempo de estreno, cuando en plena Guerra Fría la paranoia nuclear recorría los Estados Unidos, ambiente de miedo que deambula constantemente por el metraje.
Flesicher realiza una cinta de ritmo trepidante, vigorosa, vibrante, de enorme estética visual, con brillantes efectos visuales, que aún hoy día quedan bien (la tremenda batalla contra el calamar gigante), ello con ecos de romanticismo idealizado sobre mundos paralelos bucólicos, con momentos espectaculares, con destrucción de barcos, funerales submarinos, hallazgos de tesoros, ataques de tiburones, asedio de tribus caníbales, comerciantes esclavistas, la susodicha lucha contra el Kraken.
La puesta en escena es apabullante, con el resplandeciente diseño de producción de Harper Goff (“Casablanca”), dirección artística John Meehan (Sunset Boulevard”) y decorados de Emile Kuri (“Que bello es vivir”), rodándose los exteriores en las Bahamas y Jamaica, las escenas de la cueva submarina es el Xtabi Resort en los acantilados de Negril (Jamaica), los interiores en estudios d ela Universal, Disney y la 20th Century Fox Studios (por un gran tanque de agua), icónicos los fastuosos interiores del Nautilus (de inspiración victoriana), los jardines de Nemo bajo el agua, la base oculta en la isla Vulcania del capitán en una laguna en el cráter de un volcán extinto, con su exterior en forma de pez espada, con sus salientes a modo de sierra, con su proa a modo de lanza, moviéndose por el fondo del mar con naturalidad, con sus ventanas a modo de ojos de la nave, con su mobiliario de lujo, con su inquietante órgano de tubos, con sus pasillos y tubos, los trajes de buzo, todo esto la convierte en un Icono... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
... Todo esto engrandecido por la fascinante fotografía del checo Franz Planer (“Vacaciones en Roma”, “El motín del Caine” o “Desayuno con diamantes”) en fulgurante Cinemascope y technicolor, haciendo atomizar el cromatismo, con secuencias submarinas propias de un documental, extrayendo la belleza de los fondos marinos, adaptándose a la acción fenomenalmente, moviéndose por la nave con soltura, con planos generales de gran brillantez, como el de el interior del volcán en Vulcania con su laguna, maravillosa labor. La música corre a cargo de Paul J. Smith (“Blancanieves y los 7 enanitos”, “Pinocho” o “La cenicienta”), acunando la acción con buen pulso narrativo, destacando el tema Toccata y fuga en Re menor de J. S. Bach, interpretada por Nemo en el órgano del submarino, dotando de intensidad dramática los fotogramas.
James Mason borda a su capitán Nemo, le impregna de tristeza, amargura, desazón, pesimismo, y lo hace de modo contenido, trasluciendo complejidad adusta, pureza de espíritu, idealismo, un tipo duro de carácter, dotado de un explosivo u siniestro carisma, un misántropo que detesta a la gente, le repele la sociedad, un inventor sofisticado, educado, cansado de un mundo que detesta, y a pesar de esto, y parecer el malo, consigue nuestra empatía, nuestra comprensión, pues todo lo razona de modo veraz, sintiéndolo, su temple y regia actuación opacan al resto, Excelente. Kirk Douglas por desgracia es uno de los defectos del film, rol engordado con respecto al libro, en pos del antagonismo y de poner algo de humor a la cinta, y que convierte la actuación en algo fuera de lugar, antipático, pendenciero, fanfarrón, pasado de vueltas, primario, cerril, se supone simpático, cuando en realidad repele su chirriante personaje. Paul Lukas como el profesor Aronnax cumple con mesura, emitiendo curiosidad, estando entre el aprecio a los descubrimientos de Nemo y el pragmatismo de sobrevivir, buena su interpretación. Peter Lorre hace un tanto de recurso jocoso junto a Douglas, un grandísimo actor en un papel no a su altura.
Entre las taras de la cinta, a parte de la mencionada actuación de Kirk Douglas, pondría que la tripulación del Nautilus, pesa a verse resulta invisible de personalidad, un grupo de personas que unen sus destinos a un cuasi-demente-genial, pero resultan autómatas sin carácter, meros floreros que son capaces autoinmolarse por él, estridente. SE suma un final cogido por pinzas, el capitán Nemo herido decide que el submarino con su tripulación deben morir asfixiados en el fondo marino y todos lo aceptan sin rechistar, menudos sin sangre.
Spoiler:
Fleischer fue un irregular realizador, hijo de un rival en el mundo de la animación de Walt Disney, Max Fleischer, tiene en su haber films tan apreciables como “Los vikingos” (1958), “Viaje fantástico” (1966)”, “El estrangulador de Boston” (1968), “Tora! Tora! Tora!” (1970) o “Cuando el destino nos alcance” (1973).
Momentos recordables: El ataque del Nautilus al barco del profesor Aronnax; El funeral marino; La expedición submarina de Ned y Conseil al barco pirata con el colofón del ataque del tiburón; La visión de la isla de esclavos; Nemo tocando al órgano Toccata y fuga en Re menor de J. S. Bach; El ataque de los caníbales a Ned y Conseil; La batalla de la tripulación en medio de una tormenta frente a un calamar gigante (Kraken); La explosión de la isla Vulcania.
Un muy recomendable clásico imperecedero del género de aventuras. Fuerza y honor!!!
James Mason borda a su capitán Nemo, le impregna de tristeza, amargura, desazón, pesimismo, y lo hace de modo contenido, trasluciendo complejidad adusta, pureza de espíritu, idealismo, un tipo duro de carácter, dotado de un explosivo u siniestro carisma, un misántropo que detesta a la gente, le repele la sociedad, un inventor sofisticado, educado, cansado de un mundo que detesta, y a pesar de esto, y parecer el malo, consigue nuestra empatía, nuestra comprensión, pues todo lo razona de modo veraz, sintiéndolo, su temple y regia actuación opacan al resto, Excelente. Kirk Douglas por desgracia es uno de los defectos del film, rol engordado con respecto al libro, en pos del antagonismo y de poner algo de humor a la cinta, y que convierte la actuación en algo fuera de lugar, antipático, pendenciero, fanfarrón, pasado de vueltas, primario, cerril, se supone simpático, cuando en realidad repele su chirriante personaje. Paul Lukas como el profesor Aronnax cumple con mesura, emitiendo curiosidad, estando entre el aprecio a los descubrimientos de Nemo y el pragmatismo de sobrevivir, buena su interpretación. Peter Lorre hace un tanto de recurso jocoso junto a Douglas, un grandísimo actor en un papel no a su altura.
Entre las taras de la cinta, a parte de la mencionada actuación de Kirk Douglas, pondría que la tripulación del Nautilus, pesa a verse resulta invisible de personalidad, un grupo de personas que unen sus destinos a un cuasi-demente-genial, pero resultan autómatas sin carácter, meros floreros que son capaces autoinmolarse por él, estridente. SE suma un final cogido por pinzas, el capitán Nemo herido decide que el submarino con su tripulación deben morir asfixiados en el fondo marino y todos lo aceptan sin rechistar, menudos sin sangre.
Spoiler:
Fleischer fue un irregular realizador, hijo de un rival en el mundo de la animación de Walt Disney, Max Fleischer, tiene en su haber films tan apreciables como “Los vikingos” (1958), “Viaje fantástico” (1966)”, “El estrangulador de Boston” (1968), “Tora! Tora! Tora!” (1970) o “Cuando el destino nos alcance” (1973).
Momentos recordables: El ataque del Nautilus al barco del profesor Aronnax; El funeral marino; La expedición submarina de Ned y Conseil al barco pirata con el colofón del ataque del tiburón; La visión de la isla de esclavos; Nemo tocando al órgano Toccata y fuga en Re menor de J. S. Bach; El ataque de los caníbales a Ned y Conseil; La batalla de la tripulación en medio de una tormenta frente a un calamar gigante (Kraken); La explosión de la isla Vulcania.
Un muy recomendable clásico imperecedero del género de aventuras. Fuerza y honor!!!
13 de junio de 2017
13 de junio de 2017
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La famosa obra de Julio Verne tuvo su gran adaptación cinematográfica de las manos de Disney en el año 1954, gracias a una película de aventuras que te adentra en el apasionante y desconocido mundo submarino; donde existen más peligros que en el exterior.
La mítica novela ha cautivado a millones de lectores en todo el mundo. El autor se caracteriza por sus obras de ciencia ficción que luego en muchas ocasiones se han hecho realidad.
En esta ocasión se nos presenta un mundo desconocido para la época, y es el fascinante mundo bajo el mar. Un espacio totalmente desconocido donde todo el mundo piensa que viven monstruos marinos. Entre ellos uno que destruye barcos y mata a los marineros. Pero unos supervivientes descubren que ese monstruo no existe; sino que es una máquina llamada Nautilus dirigida por su Capitán Nemo. Un hombre extraño que bucea en la ciencia; pero que también tiene un objetivo oculto.
Sin lugar a dudas se trata de una de las míticas películas de aventuras que se sigue disfrutando desde el principio hasta el final. Yo recuerdo verla cuando era un crío en numerosas ocasiones; y ahora en un nuevo visionado he descubierto que sigue entusiasmando gracias a su historia y a sus personajes creados con gran precisión; sin olvidar a la entrañable foca y al temible calamar gigante.
Richard Fleischer es el encargado de dirigir brillantemente este film que emociona y cautiva gracias a una buena adaptación, y a unas escenas muy bien rodadas.
Actores como Kirk Douglas, James Mason, Paul Lukas o Peter Lorre dan cara a los protagonistas y nos regalan unas grandes interpretaciones. Todos ellos son brillantes actores, y en este film nos demuestran su talento haciendo que este viaje submarino sea mucho más apasionante; más allá de las vivencias que tienen cada uno de los personajes.
En fin, "20.000 leguas de viaje submarino" es un film que te atrapa y apasiona gracias a su brillante historia y a su gran adaptación. Un film que después de varias décadas sigue tan viva como siempre; y te mantiene pegado a su trama desde el minuto uno.
La mítica novela ha cautivado a millones de lectores en todo el mundo. El autor se caracteriza por sus obras de ciencia ficción que luego en muchas ocasiones se han hecho realidad.
En esta ocasión se nos presenta un mundo desconocido para la época, y es el fascinante mundo bajo el mar. Un espacio totalmente desconocido donde todo el mundo piensa que viven monstruos marinos. Entre ellos uno que destruye barcos y mata a los marineros. Pero unos supervivientes descubren que ese monstruo no existe; sino que es una máquina llamada Nautilus dirigida por su Capitán Nemo. Un hombre extraño que bucea en la ciencia; pero que también tiene un objetivo oculto.
Sin lugar a dudas se trata de una de las míticas películas de aventuras que se sigue disfrutando desde el principio hasta el final. Yo recuerdo verla cuando era un crío en numerosas ocasiones; y ahora en un nuevo visionado he descubierto que sigue entusiasmando gracias a su historia y a sus personajes creados con gran precisión; sin olvidar a la entrañable foca y al temible calamar gigante.
Richard Fleischer es el encargado de dirigir brillantemente este film que emociona y cautiva gracias a una buena adaptación, y a unas escenas muy bien rodadas.
Actores como Kirk Douglas, James Mason, Paul Lukas o Peter Lorre dan cara a los protagonistas y nos regalan unas grandes interpretaciones. Todos ellos son brillantes actores, y en este film nos demuestran su talento haciendo que este viaje submarino sea mucho más apasionante; más allá de las vivencias que tienen cada uno de los personajes.
En fin, "20.000 leguas de viaje submarino" es un film que te atrapa y apasiona gracias a su brillante historia y a su gran adaptación. Un film que después de varias décadas sigue tan viva como siempre; y te mantiene pegado a su trama desde el minuto uno.
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