El hombre de la pistola de oro
1974 

6.1
7,053
21 de enero de 2014
21 de enero de 2014
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas actuales de James Bond son un verdadero tostón. Se basan en una acción desenfrenada, tiroteos, explosiones, y no se diferencian de cualquier otra película de acción del momento.
En las antiguas, era diferente. Los guiones eran disparatados, las mujeres sensuales, se mostraban bonitos paisajes, los personajes eran peculiares y había bastante humor ¿O acaso los guiones de "Moonraker" o "Panorama para matar" y sus personajes no eran de lo más "friki"?
Britt Ekland hace de rubia tonta y anoréxica. Su personaje en "El hombre de mimbre", un año antes, era mucho más apetecible, y tenía algunos kilos más que le sentaban de maravilla. Escuálida sigue siendo bonita, pero pierde.
También aparece Herve Villechaize, el enano que hacía de Felipe González en el programa de Gurruchaga.
Y de Roger Moore y Christopher Lee qué se puede decir. Impecables, como siempre.
En las antiguas, era diferente. Los guiones eran disparatados, las mujeres sensuales, se mostraban bonitos paisajes, los personajes eran peculiares y había bastante humor ¿O acaso los guiones de "Moonraker" o "Panorama para matar" y sus personajes no eran de lo más "friki"?
Britt Ekland hace de rubia tonta y anoréxica. Su personaje en "El hombre de mimbre", un año antes, era mucho más apetecible, y tenía algunos kilos más que le sentaban de maravilla. Escuálida sigue siendo bonita, pero pierde.
También aparece Herve Villechaize, el enano que hacía de Felipe González en el programa de Gurruchaga.
Y de Roger Moore y Christopher Lee qué se puede decir. Impecables, como siempre.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Tanto trabajo que se dio Moore en salvar la placa solar, para que luego venga Rajoy y plante un impuestazo para evitar que la usemos. Bond, te equivocaste de mafioso...
Y no deja de ser curioso que en plena crisis del petróleo, el malo de la película fuese el que quería usar energía solar limpia en lugar de combustibles fósiles contaminantes.
Y no deja de ser curioso que en plena crisis del petróleo, el malo de la película fuese el que quería usar energía solar limpia en lugar de combustibles fósiles contaminantes.
15 de diciembre de 2014
15 de diciembre de 2014
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El número 1 es la Unidad, la Unicidad, el Todo, el triunfo… y es la probabilidad de un suceso que de seguro va a ocurrir. El número 3 es la ley constitutiva del universo, la tríada generadora de los más grandes hechos, número de suerte y de acción. Cuando el tres va adelante del uno es la 31 (treintaiuna): meta, conquista, logro. Pero cuando es el uno el que va delante del tres, es el número 13: causa frecuente (aunque revertible) de mala suerte, final trágico de un camino torcido, el mal paso.
Al historial negativo del número 13, se suma la 13ava novela de Ian Fleming, “El hombre de la pistola de oro”. Fue tan floja, repetitiva y mal narrada, que los editores se estaban haciendo los locos para publicarla… y Fleming, que tan solo tenía 56 años, se murió ¿de vergüenza? ocho meses después de haberla escrito (el 12 de agosto de 1964) y su novela fue entonces publicada al año siguiente, con la esperanza de que el insuceso favoreciera su venta.
En lo que cuenta, James Bond ha desaparecido en Japón luego de haber asesinado a Ernst Stavro Blofeld. De pronto reaparece, se reencuentra con su jefe M e intenta asesinarlo… tras lo que se comprueba que, al salir de Japón, cayó en manos de la KGB (¡como por variar!) y estos le lavaron el cerebro para que cometiera el asesinato. Le “ponen” entonces otro nuevo cerebro (por eso será que, cinematográficamente ha entrado ya Moore que es mucho más simpático) y M lo envía de inmediato para que acabe con Francisco Scaramanga, otro asesino, ¡esta vez cubano, también para variar! quien está al servicio de… a ver si adivinan… ¡Claro, de la KGB! ¿No era "genial" este escritor? Es que denigran por denigrar.
Al adaptar esta novelita al cine, Richard Maibaum y Tom Mankiewicz, se vieron bien a oscuras para mejorar el cuento… y entonces se sirvieron de la crisis energética que, por aquellos años, tenía tan preocupadas a las grandes potencias, y se inventaron la búsqueda de un valiosísimo dispositivo, conocido como Agitador Solex, que sirve para el almacenamiento y aprovechamiento de la energía solar. Este dispositivo, ¿adivinen que pasa con él?… ¡sí, por supuesto, ha caído en manos de Scaramanga!, “el hombre de la pistola de oro” que a todos despista con un arma de un solo tiro bañada en ese metal, cuando lo que él llama, “pistola de oro”, es algo mucho más poderoso con lo que sabe que puede hacer mucho daño.
Guy Hamilton, el director en turno, parece estar al mismo nivel de inspiración que estaba el pobre de Fleming, y su historia nada en la inanidad; con un Moore tan apagado que ni siquiera tiró el sombrero en la percha de la oficina de Moneypenny; las escenas de acción no motivan ni a los fanáticos de Chuck Norris; los toques de comedia que se ponen de nuevo en manos de Clifton James (el sheriff J. W. Pepper), flojos, ¡pero que flojos! Y las chicas -un par de suecas- ni fu ni fa (la Britt Ekland que vemos aquí, luce a leguas de la que vimos el año anterior en “The wicker man”, y Maud Adams, tan fría como el hielo).
Christopher Lee, el legendario intérprete de los Drácula y otros seres oscuros de la Hammer, es aquí el hombre de la tercera tetilla (¡otra idea de "genio", como esa que ha surgido recientemente de pintarse los pelos de las axilas!), pero apenas suma otro crédito a su favor, porque la tetilla no lo favorece en nada (aunque lo prometen) y la historia no le reclama otra cosa diferente a armar… y armar… y armar, su fea arma tipo Lego.
Todo esto nos lleva a sentir que, “EL HOMBRE DE LA PISTOLA DE ORO”, ha quedado en la lista de los peores filmes de James Bond.
Título para Latinoamérica: “OO7 Y EL HOMBRE CON EL REVÓLVER DE ORO”
Al historial negativo del número 13, se suma la 13ava novela de Ian Fleming, “El hombre de la pistola de oro”. Fue tan floja, repetitiva y mal narrada, que los editores se estaban haciendo los locos para publicarla… y Fleming, que tan solo tenía 56 años, se murió ¿de vergüenza? ocho meses después de haberla escrito (el 12 de agosto de 1964) y su novela fue entonces publicada al año siguiente, con la esperanza de que el insuceso favoreciera su venta.
En lo que cuenta, James Bond ha desaparecido en Japón luego de haber asesinado a Ernst Stavro Blofeld. De pronto reaparece, se reencuentra con su jefe M e intenta asesinarlo… tras lo que se comprueba que, al salir de Japón, cayó en manos de la KGB (¡como por variar!) y estos le lavaron el cerebro para que cometiera el asesinato. Le “ponen” entonces otro nuevo cerebro (por eso será que, cinematográficamente ha entrado ya Moore que es mucho más simpático) y M lo envía de inmediato para que acabe con Francisco Scaramanga, otro asesino, ¡esta vez cubano, también para variar! quien está al servicio de… a ver si adivinan… ¡Claro, de la KGB! ¿No era "genial" este escritor? Es que denigran por denigrar.
Al adaptar esta novelita al cine, Richard Maibaum y Tom Mankiewicz, se vieron bien a oscuras para mejorar el cuento… y entonces se sirvieron de la crisis energética que, por aquellos años, tenía tan preocupadas a las grandes potencias, y se inventaron la búsqueda de un valiosísimo dispositivo, conocido como Agitador Solex, que sirve para el almacenamiento y aprovechamiento de la energía solar. Este dispositivo, ¿adivinen que pasa con él?… ¡sí, por supuesto, ha caído en manos de Scaramanga!, “el hombre de la pistola de oro” que a todos despista con un arma de un solo tiro bañada en ese metal, cuando lo que él llama, “pistola de oro”, es algo mucho más poderoso con lo que sabe que puede hacer mucho daño.
Guy Hamilton, el director en turno, parece estar al mismo nivel de inspiración que estaba el pobre de Fleming, y su historia nada en la inanidad; con un Moore tan apagado que ni siquiera tiró el sombrero en la percha de la oficina de Moneypenny; las escenas de acción no motivan ni a los fanáticos de Chuck Norris; los toques de comedia que se ponen de nuevo en manos de Clifton James (el sheriff J. W. Pepper), flojos, ¡pero que flojos! Y las chicas -un par de suecas- ni fu ni fa (la Britt Ekland que vemos aquí, luce a leguas de la que vimos el año anterior en “The wicker man”, y Maud Adams, tan fría como el hielo).
Christopher Lee, el legendario intérprete de los Drácula y otros seres oscuros de la Hammer, es aquí el hombre de la tercera tetilla (¡otra idea de "genio", como esa que ha surgido recientemente de pintarse los pelos de las axilas!), pero apenas suma otro crédito a su favor, porque la tetilla no lo favorece en nada (aunque lo prometen) y la historia no le reclama otra cosa diferente a armar… y armar… y armar, su fea arma tipo Lego.
Todo esto nos lleva a sentir que, “EL HOMBRE DE LA PISTOLA DE ORO”, ha quedado en la lista de los peores filmes de James Bond.
Título para Latinoamérica: “OO7 Y EL HOMBRE CON EL REVÓLVER DE ORO”
10 de enero de 2007
10 de enero de 2007
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
A Moore se le ve mejor en el papel de Bond, pero la película en conjunto me resulta menos entretenida que la anterior, y con un argumento no demasiado interesante.
La película sigue en la línea de la anterior. Más humor, más acción, sin tomarse demasiado en serio a sí misma, veáse por ejemplo la parte de la escuela de Kárate o la escena final con el enano. En mi opinión este humor puede hacerla más divertida, pero le quita algo de sofisticación al film. A esto también contribuye un Bond más barriobajero, que no duda en amenazar a punta de pisola o pegar a una mujer para conseguir información. Personalmente prefiero el estilo de Connery.
Lo mejor: El malo y su pequeño ayudante. El enfrentamiento final entre Bond y Scaramanga.
Lo peor: Demasiadas escenas cómicas algo estúpidas y que no me gustan demasiado como la de la escuela de kárate, la del sheriff y la escena final.
La película sigue en la línea de la anterior. Más humor, más acción, sin tomarse demasiado en serio a sí misma, veáse por ejemplo la parte de la escuela de Kárate o la escena final con el enano. En mi opinión este humor puede hacerla más divertida, pero le quita algo de sofisticación al film. A esto también contribuye un Bond más barriobajero, que no duda en amenazar a punta de pisola o pegar a una mujer para conseguir información. Personalmente prefiero el estilo de Connery.
Lo mejor: El malo y su pequeño ayudante. El enfrentamiento final entre Bond y Scaramanga.
Lo peor: Demasiadas escenas cómicas algo estúpidas y que no me gustan demasiado como la de la escuela de kárate, la del sheriff y la escena final.
5 de febrero de 2009
5 de febrero de 2009
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, pues con Roger Moore completamente asentado en el rol de 007, aqui tenemos su segunda película de la saga.
Si en la primera le dio su personalidad al personaje, aqui éste ya es totalmente suyo.
Para nada intenta imitar a Connery ni en gestos, ni en forma de vestir (este Bond lleva su propio estilo de elegancia, tambien son otros tiempos y otra moda, claro) ni en nada. Eso si, permanecen las caracteristicas tipicas del personaje, manteniendose ese ansia desenfrenada por el sexo.
Francisco Scaramanga, apodado como "El Hombre de la Pistola de Oro" es un asesino fuera de lo común. Un tirador de élite desde los diez años. Bond es retirado del caso que está llevando ante la amenaza de que semejante titán va detrás suyo para matarle, aunque al final todo termine estando relacionado.
Un Francisco Scaramanga magníficamente interpretado por el grande entre los grandes Christopher Lee, como todo lo que hace este buen hombre. De hecho, y por primera vez en la saga que yo recuerde, el villano es el protagonista de la introducción de la película, y no Bond.
La música, como ya pasara con la anterior, adquiere tintes roqueros en su banda sonora, magistralmente apollada por Barry, como siempre.
Las dos chicas Bond, de las más guapas de la saga, hasta la fecha.
En general es una película que me ha gustado, pero se me ha vuelto a quedar la sensación de que lo mejor del 007 de Moore está llegar. Empieza muy bien, pero tiene algunos fragmentos algo desaprovechados, a mi parecer. El repetir una secuencia de persecución en lanchas, y el volver a sacar al sheriff JW Peters no me vino demasiado a cuento, a excepción de reiterar esa crítica hacia la "white trash" americana que el orondo representante de la ley mascador de tabaco representa. Pero no se, le falta algo. Más pomposidad. Más grandilocuencia. Me gustan las películas de Bond que sean más.... más todo. Y eso que el duelo final entre Bond y Scaramanga está conseguido, pese a lo tramposo -de guión- y previsible de su desenlace. Es una pena cuando juegan sucio de esa manera para sorprender al espectador, pero bueno, se ha hecho toda la vida y lamentablemente se seguirá haciendo.
Otro apunte que no me ha gustado demasiado, la escena en la escuela de karate, donde intervienen las dos sobrinas del agente chino en la pelea. Bastante prescindible. No tengo nada de los tintes cómicos, siempre y cuando estén bien hechos.
Como decía, mantiene el tipo y basa su potencial en los actores, más que en la acción, pero espero algo más en la próxima. Quizás un "Operación Trueno" Mooriano va tocando ya.
Por cierto, que me ha dado por pensar lo enorme que hubiera sido Moore haciendo la peli de Lazenby. Aunque al bueno de Roger no le termine de ver con falda escocesa.
Si en la primera le dio su personalidad al personaje, aqui éste ya es totalmente suyo.
Para nada intenta imitar a Connery ni en gestos, ni en forma de vestir (este Bond lleva su propio estilo de elegancia, tambien son otros tiempos y otra moda, claro) ni en nada. Eso si, permanecen las caracteristicas tipicas del personaje, manteniendose ese ansia desenfrenada por el sexo.
Francisco Scaramanga, apodado como "El Hombre de la Pistola de Oro" es un asesino fuera de lo común. Un tirador de élite desde los diez años. Bond es retirado del caso que está llevando ante la amenaza de que semejante titán va detrás suyo para matarle, aunque al final todo termine estando relacionado.
Un Francisco Scaramanga magníficamente interpretado por el grande entre los grandes Christopher Lee, como todo lo que hace este buen hombre. De hecho, y por primera vez en la saga que yo recuerde, el villano es el protagonista de la introducción de la película, y no Bond.
La música, como ya pasara con la anterior, adquiere tintes roqueros en su banda sonora, magistralmente apollada por Barry, como siempre.
Las dos chicas Bond, de las más guapas de la saga, hasta la fecha.
En general es una película que me ha gustado, pero se me ha vuelto a quedar la sensación de que lo mejor del 007 de Moore está llegar. Empieza muy bien, pero tiene algunos fragmentos algo desaprovechados, a mi parecer. El repetir una secuencia de persecución en lanchas, y el volver a sacar al sheriff JW Peters no me vino demasiado a cuento, a excepción de reiterar esa crítica hacia la "white trash" americana que el orondo representante de la ley mascador de tabaco representa. Pero no se, le falta algo. Más pomposidad. Más grandilocuencia. Me gustan las películas de Bond que sean más.... más todo. Y eso que el duelo final entre Bond y Scaramanga está conseguido, pese a lo tramposo -de guión- y previsible de su desenlace. Es una pena cuando juegan sucio de esa manera para sorprender al espectador, pero bueno, se ha hecho toda la vida y lamentablemente se seguirá haciendo.
Otro apunte que no me ha gustado demasiado, la escena en la escuela de karate, donde intervienen las dos sobrinas del agente chino en la pelea. Bastante prescindible. No tengo nada de los tintes cómicos, siempre y cuando estén bien hechos.
Como decía, mantiene el tipo y basa su potencial en los actores, más que en la acción, pero espero algo más en la próxima. Quizás un "Operación Trueno" Mooriano va tocando ya.
Por cierto, que me ha dado por pensar lo enorme que hubiera sido Moore haciendo la peli de Lazenby. Aunque al bueno de Roger no le termine de ver con falda escocesa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En cuanto a lo de tramposo del final, me refiero a cuando está en "la casa de los horrores" en el duelo con Scaramanga, primero se ve que el que está es el muñeco de Bond porque se le ven los dedos cortados por el disparo que el personaje de Lee le pega al principio. Luego cuando éste se confía y resulta que es el verdadero Bond de carne y hueso, se nota que no ha podido ponerse ahí y ponerse la misma ropa que el muñeco de golpe y porrazo.
Además, la peli tiene un fallo, y es que se dice que la pistola de Scaramanga solo puede albergar una bala, y en la secuencia de inicio pega dos tiros: uno al asesino contratado por el enano Nick Nack para que su señor se entrene, y otro al susodicho muñeco de Bond.
Además, la peli tiene un fallo, y es que se dice que la pistola de Scaramanga solo puede albergar una bala, y en la secuencia de inicio pega dos tiros: uno al asesino contratado por el enano Nick Nack para que su señor se entrene, y otro al susodicho muñeco de Bond.
28 de mayo de 2009
28 de mayo de 2009
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque bien es cierto que los avances en efectos especiales son cuantiosos y destacables, esta última película que dirige Guy Hamilton me parece un desastre con respecto a las anteriores. "Goldfinger" y "Diamantes para la eternidad" pueden ser consideradas como películas fundamentales en esta saga de James Bond, tanto por su originalidad como por la puesta en escena de todos los elementos dramáticos que hacen de ellas películas imprescindibles para cualquier "adicto" a esta saga, que incluso han sido consideradas clásicos en la historia del cine de acción.
La actuación de Roger Moore sigue sin brillar. Debemos confirmar que ha sufrido una mejora desde la primera película, pero en ningún momento consigue alcanzar lla capacidad de interpretación del personaje realizada por Sean Connery, en mi opinión, el mejor James Bond hasta ahora conocido. Las comaparaciones son odiosas, pero en esta película queda evidente la falta de agilidad e interpretación de Roger Moore, que en ocasiones representa escenas de manera excesivamente forzadas, sin naturalidad.
Es interesante las secuencias humorísticas de la película, que hasta ahora no habíamos visto apenas, y que, junto con las bellísimas actrices suecas que aparecen, son el único atractivo de este filme.
La actuación de Roger Moore sigue sin brillar. Debemos confirmar que ha sufrido una mejora desde la primera película, pero en ningún momento consigue alcanzar lla capacidad de interpretación del personaje realizada por Sean Connery, en mi opinión, el mejor James Bond hasta ahora conocido. Las comaparaciones son odiosas, pero en esta película queda evidente la falta de agilidad e interpretación de Roger Moore, que en ocasiones representa escenas de manera excesivamente forzadas, sin naturalidad.
Es interesante las secuencias humorísticas de la película, que hasta ahora no habíamos visto apenas, y que, junto con las bellísimas actrices suecas que aparecen, son el único atractivo de este filme.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here