La novicia rebelde
1965 

6.9
58,888
Musical. Drama
Austria, 1938. María es una alegre novicia que abandona la abadía para convertirse en la institutriz de los siete hijos de un militar retirado, el capitán von Trapp, viudo desde hace poco tiempo. La casa de los von Trapp funciona como un cuartel, pero María consigue devolver la alegría a los niños y ganarse su respeto y cariño. (FILMAFFINITY)
7 de enero de 2010
7 de enero de 2010
17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Porque ya lo decía Mary Poppins el año anterior: con un poco de azúcar las píldoras pasan mejor.
La música puede ser azúcar que endulza los momentos amargos. Si uno está abatido y escucha o canta una canción, eso puede ser más efectivo que todas las medicinas. Nada como la música entiende las tribulaciones y los compases del corazón.
Unas cuantas notas en una escala. Matemáticas puras. Pero cómo saben camelarse las fibras internas. Son las Matemáticas más bellas del Universo.
Maria, la alocada novicia que busca un porvenir desconocido, no ha nacido para tener los pies firmemente plantados en el suelo, sino bailando al son de su melodía íntima que abarca todas las cosas. Inquieta y soñadora, no se sujeta a horarios estrictos ni a imposiciones. Para ella, el tiempo transcurre de forma no lineal, más bien algo caótica y muy poco previsible. Su manera de alabar a Dios desborda y no se reduce a oraciones sosegadas en la soledad de una celda conventual. La perspicaz y paciente madre superiora comprende que no puede contener tanto caudal de energía desaprovechada, y decide enviarla al mundo exterior, donde sus exuberantes aptitudes y arranques seguramente encontrarán los cauces apropiados, que el convento no puede darle.
Maria se dirige a la aventura. No parece reunir el perfil que se precisa para ser institutriz de siete chicos y chicas procedentes de un seno familiar que ha pasado por el trauma de una gran pérdida, y gobernado por la férrea disciplina paterna.
El contraste es grande. Maria, un huracán que no se caracteriza por su puntualidad, ni por su rigidez, ni por su carácter sereno, cae en una casa en la que a todas luces no parece que vaya a encajar. Pero una cosa sí está a su favor: los niños son niños y ella tiene precisamente lo que ellos necesitan. Música, alegría, expansión, dulzura y comprensión.
Austria se hallaba bajo el asedio alemán. La anexión al III Reich era inminente. Por muy poco patriota que uno sea, cuando un vecino pendenciero pretende allanar la casa de uno, eso no hace la menor gracia ni le vamos a dejar el camino expedito para que cometa el asalto. Cuando se siente amenazada la tierra en la que uno habita, la gente busca sus rasgos de identidad comunal, a los que aferrarse para no perder su noción de todo lo que es querido y conocido. Las canciones populares son como ese nexo espiritual con las que se identifican las personas que viven bajo determinadas características de unidad cultural.
Son la respuesta sin armas al ataque armado. Son capaces de repeler la ofensiva con una entereza y una cualidad indestructible que nunca podrá tener ni el más aguerrido de los soldados.
Los Von Trapp se agarrarán a su mundo adorado al borde de un lago de ensueño, a ese pedazo de Austria que aman y que siempre llevarán consigo, gracias a la huella indeleble de esos sonidos armoniosos y esas letras que atraviesan con más fuerza que las balas.
La música puede ser azúcar que endulza los momentos amargos. Si uno está abatido y escucha o canta una canción, eso puede ser más efectivo que todas las medicinas. Nada como la música entiende las tribulaciones y los compases del corazón.
Unas cuantas notas en una escala. Matemáticas puras. Pero cómo saben camelarse las fibras internas. Son las Matemáticas más bellas del Universo.
Maria, la alocada novicia que busca un porvenir desconocido, no ha nacido para tener los pies firmemente plantados en el suelo, sino bailando al son de su melodía íntima que abarca todas las cosas. Inquieta y soñadora, no se sujeta a horarios estrictos ni a imposiciones. Para ella, el tiempo transcurre de forma no lineal, más bien algo caótica y muy poco previsible. Su manera de alabar a Dios desborda y no se reduce a oraciones sosegadas en la soledad de una celda conventual. La perspicaz y paciente madre superiora comprende que no puede contener tanto caudal de energía desaprovechada, y decide enviarla al mundo exterior, donde sus exuberantes aptitudes y arranques seguramente encontrarán los cauces apropiados, que el convento no puede darle.
Maria se dirige a la aventura. No parece reunir el perfil que se precisa para ser institutriz de siete chicos y chicas procedentes de un seno familiar que ha pasado por el trauma de una gran pérdida, y gobernado por la férrea disciplina paterna.
El contraste es grande. Maria, un huracán que no se caracteriza por su puntualidad, ni por su rigidez, ni por su carácter sereno, cae en una casa en la que a todas luces no parece que vaya a encajar. Pero una cosa sí está a su favor: los niños son niños y ella tiene precisamente lo que ellos necesitan. Música, alegría, expansión, dulzura y comprensión.
Austria se hallaba bajo el asedio alemán. La anexión al III Reich era inminente. Por muy poco patriota que uno sea, cuando un vecino pendenciero pretende allanar la casa de uno, eso no hace la menor gracia ni le vamos a dejar el camino expedito para que cometa el asalto. Cuando se siente amenazada la tierra en la que uno habita, la gente busca sus rasgos de identidad comunal, a los que aferrarse para no perder su noción de todo lo que es querido y conocido. Las canciones populares son como ese nexo espiritual con las que se identifican las personas que viven bajo determinadas características de unidad cultural.
Son la respuesta sin armas al ataque armado. Son capaces de repeler la ofensiva con una entereza y una cualidad indestructible que nunca podrá tener ni el más aguerrido de los soldados.
Los Von Trapp se agarrarán a su mundo adorado al borde de un lago de ensueño, a ese pedazo de Austria que aman y que siempre llevarán consigo, gracias a la huella indeleble de esos sonidos armoniosos y esas letras que atraviesan con más fuerza que las balas.
11 de enero de 2006
11 de enero de 2006
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Queridos amigos:
Estamos ante una película realmente extraordinaria y una verdadera obra maestra del cine. Sonrisas y Lagrimas la veo desde que era pequeña y aún hoy a mis 30 años la sigo viendo pues es una film en donde el tiempo nunca pasará por ella. Todo en esta película está al día y define claramente la VERDADERA FELICIDAD en la vida y que está en las buenas costumbres, en la pureza de los sentimientos, en la verdadera Vocación como la Madre Abadesa le explica en una escena realmente emotiva y que la letra tan clara y bella define: Escalar montañas para conseguir el verdadero anhelo y sueño en la Vida y que Dios nos hace ver y en el caso de Maria su Felicidad estaba en volver a la Casa para encontrarla.
Una pelicula que para mí es: La película de mi vida, pues me llena realmente todo en ello, en especial la Música, los bellos paisajes de Austria, sus protagonistas, las buenas costumbres y el Amor a Cristo que en la película está bellamente clarificado.
Tengo las dos versiones: la Version original ( cantada en ingles ) y que casualmente grabé de la televisión hace ya más de 15 años y la Versión en español que me han regalado estas Navidades junto con la Banda Sonora y cuyas canciones tan preciosas y belllas te ensalzan el ánimo y te encauzan a los verdaderos sentimientos y a la belleza de la sencillez.
PELICULA MARAVILLOSA PARA ALMAS SENSIBLES Y SENCILLAS.
Maryló de Sevilla.
Estamos ante una película realmente extraordinaria y una verdadera obra maestra del cine. Sonrisas y Lagrimas la veo desde que era pequeña y aún hoy a mis 30 años la sigo viendo pues es una film en donde el tiempo nunca pasará por ella. Todo en esta película está al día y define claramente la VERDADERA FELICIDAD en la vida y que está en las buenas costumbres, en la pureza de los sentimientos, en la verdadera Vocación como la Madre Abadesa le explica en una escena realmente emotiva y que la letra tan clara y bella define: Escalar montañas para conseguir el verdadero anhelo y sueño en la Vida y que Dios nos hace ver y en el caso de Maria su Felicidad estaba en volver a la Casa para encontrarla.
Una pelicula que para mí es: La película de mi vida, pues me llena realmente todo en ello, en especial la Música, los bellos paisajes de Austria, sus protagonistas, las buenas costumbres y el Amor a Cristo que en la película está bellamente clarificado.
Tengo las dos versiones: la Version original ( cantada en ingles ) y que casualmente grabé de la televisión hace ya más de 15 años y la Versión en español que me han regalado estas Navidades junto con la Banda Sonora y cuyas canciones tan preciosas y belllas te ensalzan el ánimo y te encauzan a los verdaderos sentimientos y a la belleza de la sencillez.
PELICULA MARAVILLOSA PARA ALMAS SENSIBLES Y SENCILLAS.
Maryló de Sevilla.
11 de octubre de 2005
11 de octubre de 2005
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de las críticas que hoy día desgraciadamente siguen llegando a esta maravilla cinematográfica por parte de las almas poco sensibles, le doy mi voto por ser para todos los públicos, todos los tiempos, con canciones inolvidables que sigo tarareando en la ducha (me resultan divertidas, bonitas...).
22 de enero de 2011
22 de enero de 2011
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película como "Sonrisas y lágrimas" nunca se olvida. Yo la vi de pequeño (sobra decir que me encantó) y nunca he podido evitar emocionarme siempre que escucho una de esas magníficas canciones con las que cuenta su espectacular banda sonora. Es una película para emocionarse, para reír, para llorar, para sentir. Apuntar una cosa muy importante y es que a pesar de sus casi tres horas de duración, la película no aburre en absoluto y es increíblemente llevadera. Las interpretaciones de todos son geniales: las de los niños, Christopher Plummer como el capitán padre de los niños, Eleanor Parker como la "mala" del cotarro, Peggy Wood como la encantadora y buena madre superiora y Julie Andrews creando otro personaje tan entrañable como su anterior Mary Poppins, Sor María. La fotografía, la decoración, todo es espectacular en esta película y por supuesto sus canciones, su banda sonora, las que muchos que la hemos visto de pequeños hemos tarareado o canturreado. Sin lugar a dudas por eso "Sonrisas y lágrimas" merece un apartado en la historia como un lugar en nuestros corazones. Ganadora de 5 Oscars, entre ellos mejor película, indiscutiblemente merecidos por ser una joya del cine musical y del séptimo arte en general.
28 de junio de 2011
28 de junio de 2011
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una joya para la familia, para los nostálgicos, para los inocentes, para los cálidos de corazón, para aquellos que quieran que les acunen y les canten una bella nana, o por qué no, una de las canciones de este musical.
Esta película me acompañó muchas tardes de niña, cuando decía a mi madre que me ayudaba con el inglés (la versión que tenía grabada tenía las canciones en versión original con subtítulos en español), aunque todos sabían que era por ver una y otra vez a toda la familia von Trapp y esos paisajes de Austria en los que me gustaría vivir alguna vez. Es aun hoy en día, cuando me siento triste, sin apoyo, o simplemente nostálgica de un pasado que no va a volver, y que quiero recordar de otra forma, me siento en el salón y me veo de nuevo esta película, que sé de memoria, y me dejo llevar por la candidez de María, las travesuras de los niños y la picaresca del tío. Hay quienes la tildan de “ñoña”, o pueril, pero con esta película debemos darnos la oportunidad de salir de nuestra armadura de adulto para verla sin más pretensiones que disfrutar de las cosas sencillas, como disfrutarían un niño.
Esta película me acompañó muchas tardes de niña, cuando decía a mi madre que me ayudaba con el inglés (la versión que tenía grabada tenía las canciones en versión original con subtítulos en español), aunque todos sabían que era por ver una y otra vez a toda la familia von Trapp y esos paisajes de Austria en los que me gustaría vivir alguna vez. Es aun hoy en día, cuando me siento triste, sin apoyo, o simplemente nostálgica de un pasado que no va a volver, y que quiero recordar de otra forma, me siento en el salón y me veo de nuevo esta película, que sé de memoria, y me dejo llevar por la candidez de María, las travesuras de los niños y la picaresca del tío. Hay quienes la tildan de “ñoña”, o pueril, pero con esta película debemos darnos la oportunidad de salir de nuestra armadura de adulto para verla sin más pretensiones que disfrutar de las cosas sencillas, como disfrutarían un niño.
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